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Son varias oraciones y otros tipos de rezo para pedir misericordia para las las Almas del Purgatorio y para pedir su liberación.

 

 

 

 

 

ORACIÓN POR LAS ALMAS EN PARTICULAR DEL PURGATORIO (I)

¡Oh Jesús! Tú sufriste y moriste para que toda la humanidad fuera salvada y llevada a la felicidad eterna. Escucha nuestras Súplicas para que tengas mayor piedad de las almas de: (después de cada una decimos: ¡ Jesús, ten piedad! )
Mis queridos padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos … ¡Jesús ten piedad!
Mis hermanos, hermanas, y demás parientes cercanos
Mis padrinos de bautismo y confirmación
Mis benefactores temporales y espirituales
Mis amigos y vecinos
Todos los que por el amor me llevan a rezar
Aquellos que sufrieron perjuicios o daño por mí
Aquellos que son amados especialmente por ti
Aquellos que están cerca de la liberación
Aquellos que más desean estar junto a Ti
Aquellos que soportan los mayores sufrimientos
Aquellos que son menos recordados
Aquellos que están lejos de la liberación
Aquellos que más lo merecen por sus servicios a la Iglesia
Los ricos, que ahora son los más indigentes
Los poderosos que ahora no tienen poder
Aquellos ciegos espiritualmente que ahora ven su insensatez
Los frívolos que dedicaron el tiempo a frivolidades
Los del Purgatorio que no buscaron los tesoros del cielo
Los tibios que dedicaron poco tiempo a la oración
Los indolentes, que se negaron a realizar buenas obras
Aquellos de poca fe, que rechazaron recibir con frecuencia los sacramentos
Los habituales pecadores, que debieron su salvación a un milagro de gracia
Los padres que no cumplieron con el cuidado de sus hijos
Los superiores que no se ocuparon de la salvación de los que tenían a cargo
Aquellos que lucharon por riquezas y placeres mundanos
Los mundanos que no utilizaron sus riquezas y talentos al servicio de Dios
Aquellos que fueron testigos de la muerte de otros pero no pensaron en la propia
Aquellos que no se aseguraron la vida eterna
Aquellos que tienen una sentencia severa por las grandes responsabilidades encomendadas a ellos
Los Papas, reyes y gobernantes
Los obispos y sus consejeros
Mis maestros y asesores espirituales
Los sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica
Los defensores de la Santa Fe Católica
Aquellos que murieron en el campo de batalla
Aquellos que lucharon por su país
Aquellos que fueron sepultados en el mar
Aquellos que murieron de apoplejía e infartos
Aquellos que sufrieron y murieron de cáncer o SIDA
Aquellos que murieron inesperadamente en accidentes
Aquellos que murieron sin cumplir con los últimos ritos de la Iglesia
Aquellos que morirán dentro de las próximas 24 horas
Mi propia pobre alma cuando deba presentarme ante el trono de Tu Juicio
Concédeles el descanso eterno y permite que la luz perpetua los ilumine por siempre junto a tus Santos, porque Tú eres misericordioso.
Oremos : que la oración de tu pueblo suplicante, te rogamos, oh Señor, beneficie a las almas de tus siervos que partieron. Que Tú las liberes de todos sus pecados así como también las hagas participar de tu redención. Amén.

ORACIONES POR ALMAS EN PARTICULAR (II)

¡Oh Dios! Nuestro Creador y redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió a Ti glorioso. Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe, especialmente ……… , participen de su victoria y disfruten para siempre de la visión de tu gloria donde Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
V/ Concédeles, Señor el descanso eterno.
R/ Y brille para ellos la luz que no tiene fin.
V/ Descansen en paz.
R/ Amén.
María, Madre de Dios y Madre de Misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén.
Dios Todopoderoso y Eterno, en tu bondad paternal, ten piedad del alma de tu servidor ………… Límpialo al que llamaste de este mundo de toda culpa, llévalo al Reino de la Luz y Paz y a la comunión de tus Santos, y entrégales su porción de gozo eterno en tu Reino. Rezamos por medio de Jesús, Nuestro Señor. Amén.
¡Dios, Tú, Creador y salvador de todos los fieles, perdona los pecados de todas las almas de tus servidores! Permíteles recibir el perdón por intermedio de nuestra oración piadosa, por lo que siempre anhelaron. Amén

ORACIÓN POR LAS ALMAS MÁS ABANDONADAS

¡Jesús, por el amor de la agonía que Tú soportaste durante el temor a la muerte
en el Huerto de Getsemaní, en la flagelación y coronación, en el camino al Monte Calvario, en tu crucifixión y en tu muerte, ten piedad de las Almas del Purgatorio y especialmente de aquellas que están totalmente olvidadas! ¡Líbralas de sus amargos dolores, llévalas a Ti y envuélvelas con tus brazos en el cielo!
Padrenuestro. Avemaría
Señor, concédeles el descanso eterno y brille para ellas la luz que no tiene fin

ORACIÓN DE SIETE PETICIONES POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

1. ¡Señor, Dios Todopoderoso, por la preciosísima sangre que tu Hijo muy amado derramó sobre el huerto de Getsemaní, te suplico que liberes a las almas del Purgatorio, en especial a aquellas que están más abandonadas! Condúcelas a tu gloria para que te alaben y glorifiquen en la eternidad. Amén.
Padre Nuestro. Ave María. Señor concédeles el descanso eterno…….

2. ¡Señor, Dios Todopoderoso, por la preciosísima sangre que tu Hijo muy amado derramó durante la despiadada flagelación, te suplico que liberes a las almas del Purgatorio, en especial a aquellas que están más cerca de gozar la eternidad. Déjalas que comiencen ahora a alabarte y glorificarte en la eternidad. Amén.
Padre Nuestro. Ave María. Señor concédeles el descanso eterno…….

3. ¡Señor, Dios Todopoderoso, por la preciosísima sangre que tu Hijo muy amado derramó durante la dolorosa coronación de espinas, te suplico que liberes a las almas del Purgatorio, en especial a aquellas que más necesitan tu intersección! No permitas que esperen más para que te puedan alabar y glorificar en la eternidad. Amén.
Padre Nuestro. Ave María. Señor concédeles el descanso eterno…….

4. ¡Señor, Dios Todopoderoso, por la preciosísima sangre que tu Hijo muy amado derramó en las calles de Jerusalén cuando llevaba la cruz sobre su bendita espalda, te suplico que liberes a las almas del Purgatorio, en especial a aquellas que ante tus ojos posee los mayores méritos para que, desde lo alto del trono glorioso que las espera, te puedan alabar y glorificar en la eternidad. Amén.
Padre Nuestro. Ave María. Señor concédeles el descanso eterno…….

5.¡Señor, Dios Todopoderoso, por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo muy amado, Jesucristo, que Él mismo en la noche anterior a su muerte ofreció a sus amados apóstoles como alimento y bebida, dejando de este modo una ofrenda continua y alimento que da vida para los fieles de toda la Iglesia, te suplico que liberes a todas las almas del Purgatorio, en especial a la que honró mas este secreto de su infinito amor, para que pueda con tu Hijo muy amado y El Espíritu Santo, por medio de sus santos Sacramentos, alabarte y glorificarte en la eternidad. Amén.
Padre Nuestro. Ave María. Señor concédeles el descanso eterno…….

6.¡Señor, Dios Todopoderoso, por la preciosísima sangre que tu Hijo muy amado derramó de sus manos y sus pies cuando estaba en la cruz, te suplico que liberes a las almas del Purgatorio, en especial a aquellas por las que más debo rezar. No permitas que permanezcan allí por más tiempo por mi culpa, para que te puedan alabar y glorificar en la eternidad. Amén.
Padre Nuestro. Ave María. Señor concédeles el descanso eterno…….

7. ¡Señor, Dios Todopoderoso, por la Sangre y Agua preciosísimas que manaron del costado de tu Hijo muy amado ante los ojos de su bienaventurada Madre y por su gran angustia, te suplico que liberes a las almas del Purgatorio, en especial a la que más honró íntimamente a la santa Madre del Cielo! Permítele pronto entrar en tu gloria para que te pueda glorificar y alabar con María en la eternidad. Amén.
Padre Nuestro. Ave María. Señor concédeles el descanso eterno…….

ORACIÓN QUE LIBERARÁ A MUCHAS ALMAS DEL PURGATORIO

Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de tu Divino Hijo, Jesús, junto con las misas celebradas hoy en el mundo, por las Almas del Purgatorio, por los pecadores del mundo entero, por los pecadores de la Iglesia universal, aquellos en mi casa y dentro de mi propia familia.

ORACIÓN DE SANTA MATILDE POR LA LIBERACIÓN DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

(Utilizando la meditación del Padrenuestro.)

Padrenuestro que estas en el cielo. Te ruego humildemente, eterno, benigno, misericordioso Padre, que perdones a las pobres almas que tu mismo has acogido como criaturas tuyas, a pesar de que ellas no te han amado sino te han rechazado, y no te han rendido el honor que te es debido. En expiación y penitencia te ofrezco en sacrificio todo el amor y la bondad de tu amadísimo hijo y señor nuestro Jesucristo.

Santificado sea tu nombre. Te ruego humildemente, eterno, benigno, misericordioso Padre, que perdones a las pobres almas que no han glorificado tu santo nombre y que con frecuencia lo han pronunciado indignamente y con ligereza. En expiación y penitencia te ofrezco en sacrificio todas las enseñanzas con las cuales tu amadísimo hijo y señor nuestro Jesucristo ha glorificado en la Tierra tu santo nombre.

Venga a nosotros tu reino. Te ruego humildemente, eterno, benigno, misericordioso Padre, que perdones a las pobres almas que no han anhelado con amor ardiente y con inmenso deseo tu santo reino. Por esos muchos pecados, te ofrezco en sacrificio el poderoso deseo de tu amadísimo hijo y señor nuestro Jesucristo, con el cual Él desea que todos sean acogidos en tu santo reino.

Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Te ruego humildemente, eterno, benigno, misericordioso Padre, que perdones a las pobres almas que no se han sometido del modo más devoto a tu santa voluntad, sino que muchas veces han actuado según su propio querer, sustrayéndose así a la observancia de la misma. En expiación y penitencia, te ofrezco al Corazón divino de tu amadísimo hijo y Señor Nuestro Jesucristo y su gran sumisión.

Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Te ruego humildemente eterno, benigno y misericordioso Padre, que perdones a las pobres almas su pesada abundancia de culpas, porque no han amado a sus enemigos y no han querido perdonar. En expiación y penitencia por estos numerosos pecados, te ofrezco en sacrificio las Santas Palabras de tu amadísimo hijo y Señor Nuestro Jesucristo, con las cuales dijo desde la cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.”

No nos dejes caer en la tentación. Te ruego humildemente eterno, benigno y misericordioso Padre, que perdones a las pobres almas que no han opuesto resistencia alguna en las grandes tentaciones, cediendo a las seducciones del Maligno y que por lo tanto se han precipitado en la ruina. En expiación y penitencia, te ofrezco la amorosa y obediente sumisión y todo el amargo sufrimiento y la muerte de tu amadísimo hijo y Señor Nuestro Jesucristo.

Líbranos de todo mal. Te ruego humildemente eterno benigno y misericordioso Padre, que perdones a las pobres almas y las lleves junto a tu amadísimo hijo y Señor Nuestro Jesucristo al reino de la gloria, donde Tú vives por siempre. Amén.

ORACIÓN DE SACRIFICIO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

¡Dios Todopoderoso y Eterno! Porque es tu voluntad que recemos por las Almas del Purgatorio, yo te ofrezco, por medio de las manos sin manchas de María, todas las Santas Misas que se celebran hoy, por tu gran honor y por la redención de las Almas del Purgatorio. Con humildad te suplico que borres sus culpas por los méritos demasiado valiosos de tu Hijo muy Amado y ten piedad de ellas. Para la restitución de la alabanza, el amor, el honor, las gracias, y los méritos que estas almas dejaron de mostrar y tomar, yo te ofrezco toda alabanza, amor, honor, gracias y sufrimientos de tu Hijo por los que te honró aquí en el mundo.
En reparación de todos los abandonos y descuidos cometidos por estas almas, te ofrezco el fervor lleno de alabanza con el cual tu Hijo realizó todas sus obras aquí en la tierra, y que ahora son renovadas y entregadas a Ti en todas las Santas Misas.
En reparación de todos los errores y de todo lo que se dejó sin hacer por estas almas, te ofrezco todas las virtudes que practicó tu Hijo y que aún practica y completa en todas las Santas Misas.
Por la limpieza de todas las manchas de pecado que estas almas aún poseen, te ofrezco la preciosísima Sangre que tu Hijo derramó aquí en la tierra y que continúa ofreciéndose en todas las Santas Misas.
Como liberación de todos los castigos y tormentos que soportan estas almas, te ofrezco la dolorosa pasión y muerte de tu Hijo muy amado que Él ahora renueva y continúa renovando en todas las Santas Misas.
Para rescatarlas del calabozo ardiente, te ofrezco los méritos infinitos que tu Hijo se ganó en la tierra y que continúa ejercitando y ofreciendo en todas las Santas Misas.
Finalmente, para hacer lo suficiente para cumplir con tu estricta justicia, te ofrezco todas las virtudes y méritos de la vida, sufrimiento y muerte de tu Hijo muy amado, su Santísima Madre, todos los Santos y elegidos que juntos sufrieron más que las adoradas Almas del Purgatorio dejadas de lado. Amén

LETANÍA POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

¡Señor, ten piedad de los difuntos!
¡Cristo, ten piedad de ellos!
¡Señor, ten piedad de ellos!
¡Cristo, por tu gracia escúchanos!
¡Cristo, piadosamente óyenos!
¡Dios Padre Celestial, ten piedad de ellos!
¡Dios Hijo Salvador del Mundo, ten piedad de ellos!
¡Dios Espíritu Santo, ten piedad de ellos!
¡Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de ellos!
Santa María … ruega por ellos.
Santa Madre de Dios… ruega por ellos
Santa Virgen de la Vírgenes
Madre de Misericordia
Puerta del Cielo
Consoladora de los afligidos
Todos los Santos Ángeles y Arcángeles… rogad por ellos.
San Miguel … ruega por ellos
Todos los Santos Patriarcas y Profetas … rogad por ellos.
San Juan Bautista… ruega por ellos.
San José
Todos los Santos Apóstoles y Evangelistas … rogad por ellos
Todos los Santos discípulos del Señor
Todos los Santos niños inocentes
Todos los Santos Mártires
Todos los santos obispos y fieles
Todos los Santos Maestros de la Iglesia
Todos los santos sacerdotes y diáconos
Todos los santos monjes y ermitaños
Todas las santas viudas y vírgenes
Todos los Santos de Dios
Ten piedad de ellos … líbralos, ¡oh Señor!
Ten piedad de ellos
De todo dolor
De toda tu ira
Del rigor de tu Justicia
Del peso persistente de su conciencia
De su tristeza más profunda
Del duro cautiverio
Del fuego desgarrador
Del ansia dolorosa
De todos los castigos
Por Tu maravillosa encarnación
Por Tu santo nacimiento
Por Tu santo nombre
Por Tu Bautismo y Tu ayuno
Por Tu humildad
Por Tu total obediencia
Por Tu pobreza
Por Tu paciencia y ternura
Por Tu amor infinito
Por Tu amargo sufrimiento
Por Tu sudor sangriento de temor
Por Tu cautiverio
Por Tu dolorosa flagelación
Por Tu vergonzosa coronación
Por las burlas que sufriste
Por Tu juicio injusto
Por Tu dura carga de la cruz
Por Tu dolorosa crucifixión
Por Tu agonizante abandono
Por Tu santa muerte sacrificada
Por Tus cinco santas llagas
Por Tu corazón traspasado
Por Tu gloriosa resurrección
Por Tu maravillosa ascensión
Por la venida del Espíritu Santo
Por los méritos de la intercesión de tu Santa Madre
Por los méritos de la intercesión de todos tus santos
Nosotros, pecadores del Purgatorio, Te imploramos… escúchanos, ¡oh Señor!
Que Tú protejas las almas que sufren en el Purgatorio … escúchanos, ¡oh Señor!
Que Tú las salves de sus dolores y agonía
Que Tú compartas con ellas todas las buenas obras de la cristiandad
Que Tú siempre escuches todas nuestras oraciones por ellas
Que Tú, por medio del Arcángel San Miguel y los Santos Ángeles las lleves a la Luz Eterna
Que Tú las deslumbres pronto al ver ellas tu rostro
Que Tú concedas a nuestros padres, hermanos, amigos y benefactores difuntos la Luz Eterna
Que Tú liberes a aquellas almas con las cuales compartimos su castigo por otro lado
Que Tú tengas piedad especial de todas las almas que ya no tienen en la tierra quienes piensen en ellas
Que Tú concedas a todas las almas de los cristianos difuntos la Paz Eterna
Que Tú derrames amor misericordioso, por medio de las almas del Purgatorio, a las almas de todos los cristianos vivientes … Escúchanos, ¡oh Señor!
Hijo de Dios, Rey de la felicidad eterna … Escúchanos, ¡oh Señor!
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo … Protégenos, ¡oh Señor!
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo … Escúchanos, ¡oh Señor!
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo………. Ten piedad de nosotros, ¡oh señor!

Oración:
Oh Dios, Señor de la vida y de la muerte, muéstrales tu infinita Misericordia a aquellos servidores que creyeron y pusieron tus esperanzas en Ti.
Concédeles todo indulto de sus culpas y castigos; y por otro lado libra sus almas de los sufrimientos.
Por esto rezamos, por medio de la intercesión de la Santísima Virgen María y por medio de Cristo, Nuestro Señor. Amén.

UN LLAMADO DE AYUDA A LOS ÁNGELES PARA QUE AYUDEN A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Jesús, Señor Nuestro, Tú pasaste la noche anterior a tu pasión en el Huerto de los Olivos, en Getsemaní. Haz conocido todos los pecados del mundo, una carga que te aplastó e hizo sudar sangre. Los apóstoles se quedaron dormidos y no tuvieron fuerzas para velar contigo durante las horas más duras. Solamente tu Padre Celestial se conmovió y te envió un ángel para consolarte y darte fuerzas durante tu angustia de muerte.
Señor, mira a nuestros hermanos y hermanas en el Purgatorio. Ellos sufren más de lo que pueden sufrir un humano en la tierra y Tú deseas que seamos compasivos con su angustia y sufrimiento. Tú nos das la oportunidad de hacer algo por ellos, de vigilar con ellos, de rezar por ellos, de ofrecer algo en su nombre; pero principalmente, les podemos ofrecer la Santa Misa. Si, también podemos enviar a nuestro Ángel Custodio para que éste, con el poder de tu Sangre, los consuele y fortalezca. ¡Cuán misericordioso fue Dios en el Huerto de los Olivos! De la misma manera Él desea que nosotros también seamos misericordiosos con la Iglesia que sufre en el Purgatorio.
Jesús, recuerda tu soledad en el Huerto de los Olivos. Recuerda cuán bien te hizo cuando el Ángel de tu Padre Celestial te fortaleció y te contuvo. Enséñanos a ser tan misericordiosos y amorosos como tu Padre, y llena a las Almas del Purgatorio del mismo consuelo que Tú recibiste en el Huerto de los Olivos.
María, Reina de los Ángeles, ten piedad de tus hijos que sufren en el Purgatorio. Envía a Tus Ángeles para que los ayuden.
Arcángel San Miguel, Arcángel San Gabriel, Arcángel San Rafael, los nueve coros de los Santos Ángeles, los Serafines y Querubines, los Tronos y las Dominaciones, los Príncipes y los Poderes, los Arcángeles y Ángeles, les pedimos, en nombre de Dios y en el nombre de su Reina, la Preciosísima Virgen María, que vayan rápido y ayuden a nuestros hermanos y hermanas en el Purgatorio. Ellos sufren mucha angustia, ellos tienen sed de Dios Eterno más que un siervo tiene sed del agua de una vertiente. Denles fuerzas y guíenlos hacia el camino del Padre celestial. Amén.

ORACIÓN DE LAS 3 AVEMARÍAS EN HONOR A LA LLAMA DE AMOR DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Rezad 3 Avemarías y agregad la siguiente petición:
“Inundad a toda la humanidad con los efectos de la Gracia de tu Llama de Amor, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. »
(Esta oración libra un alma del Purgatorio y en noviembre basta un Avemaría, rezada en recuerdo a la Llama de Amor, para que libere a 10 almas.)

ANTIGUA ORACIÓN RUSA MUY HERMOSA

Como el árbol pierde sus hojas, así nuestra vida se dirige a su fin cada año.
La fiesta de la juventud se vuelve vacía. La luz de las alegrías se apaga.
La edad solitaria se acerca. Los amigos mueren. Los parientes parten.
¿Dónde están los afortunados y felices?
En silencio están las tumbas, pero las almas están en Tus manos.
Uno siente las miradas amorosas que provienen del otro mundo.
Señor, sol brillante, reconforta e ilumina los hogares de los difuntos.
Señor, que los tiempos amargos de separación desaparezcan.
Concédenos un reencuentro feliz en el cielo.
¡Señor, ayúdanos a todos a ser uno contigo!
Señor, concédeles a aquellos que se han ido a dormir la limpieza del niño y el gozo de la juventud.
¡Y que su vida eterna sea una fiesta pascual!. Amén.

ORACIÓN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO, DE ARNOLD GUILLET

Alabadísima Trinidad Santa, Dios Todopoderoso y Eterno, una vez Tú permitiste que el Santo Cura de Ars viera la belleza de un alma humana. Fue una explosión de belleza y luz que excedió toda capacidad humana de comprensión, y Juan María Vianney hubiera muerto en el lugar si Tú no lo hubieras mantenido vivo.
¿Cómo es posible que el alma humana sea tan hermosa? Simplemente porque cada alma es un pensamiento tuyo, un reflejo de tu belleza; y porque Tú la creaste a tu imagen y semejanza, ninguna es igual a la otra, cada una posee características y méritos inconfundibles.
¡Que rápido pierde su inocencia una persona debilitada por el pecado original, cómo se deja arrastrar entre lo bueno y lo malo, entre Dios y el demonio, y con cuanta frecuencia termina en contradicción y enredos y gran culpa! Pero a pesar de ello, Tú, una y otra vez nos estrechas tu mano de perdón luego de la caída, para que podamos levantarnos nuevamente y experimentar tu perdón. Y por otro lado, aún así, luego de que nos perdonas, no estamos libres del óxido del pecado y del pago por toda nuestra culpa. De acuerdo a las palabras de Pablo, somos purificados “como si fuera mediante fuego”, y de acuerdo a las palabras de Tú Hijo no hay retorno desde el lugar de expiación hasta que “sea pagado el último centavo”. Las almas del Purgatorio conocen tu perfección eterna, saben que Tú aborreces el pecado, saben que Tú vives en la luz inaccesible y ningún alma se atrevería, aunque pudiera, a pararse frente a Ti cuando aún tuviera la más pequeña mancha de pecado. El ansia por Ti las quema como el fuego y ellas mismas se queman para purificarse en el fuego de tu amor, de la misma forma que el hierro se purifica en el fuego.
Padre de los Cielos, tu Hijo Jesús nos permitió que te llamáramos Abba, querido Padre, Tú amas a tus hijos y enviaste a tu Hijo aquí para que Él nos salvara. Padre, ten piedad de las Almas del Purgatorio. Por ellas te ofrecemos la preciosísima sangre de tu Hijo, Jesús, por medio del Corazón doloroso e inmaculado de María. Te rogamos por los méritos de tu Hijo, que acortes el tiempo de la expiación de las Almas del Purgatorio; que seques sus lágrimas, como está escrito en las Sagradas Escrituras, que las aprietes contra tu corazón y las tengas para siempre en tu regazo.
Jesús, Hijo del Padre, Tú te hiciste hombre por medio de la Santísima Virgen María, Tú te convertiste en nuestro hermano y fuiste allí para prepararnos un lugar en el Cielo. Ten piedad de las Almas del Purgatorio, Lávalas con tu sangre, borra sus faltas por medio de tus méritos y reconoce sus nombres ante tu Padre, en la presencia de todos los Ángeles y Santos del Cielo.
Espíritu Santo, Tú que procedes del Padre y del Hijo, Tú eres la tercera persona de la Divinidad. El Padre nos creó, el Hijo nos liberó y Tú, Espíritu Santo, nos hiciste santos. Por esta razón, el Purgatorio fue más que nada tu obra, tu Espíritu ardiente de amor Divino. Tú los liberas porque los amas. Tú los liberas porque Tú deseas hacerlos hermosos, de la misma forma que Dios los concibió. Espíritu Santo, por el honor de la voluntad de Dios, haz de ellos “una nueva creación” (Gal 6, 15), acelera la obra de tu santificación y terminación. Por cada alma que pueda ingresar en la dicha del cielo, en el brillo de la inocencia encontrada, se regocijan los Ángeles y los Santos.
Santísima Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, nosotros luchamos por la Iglesia en la Tierra. Te rogamos por el sufrimiento de la Iglesia en el Purgatorio, por nuestros hermanos y hermanas que se encuentran en el lugar de expiación. Escucha nuestras oraciones y deja que puedan intervenir por nosotros contigo. Amén.

ORACIÓN A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO

¡Oh glorioso Taumaturgo y Protector de las almas del purgatorio, San Nicolás de Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que interpongas tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas, consiguiendo de la divina clemencia la condonación de todos sus delitos y sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores, vayan a gozar en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mi, tu devoto siervo, alcánzame, ¡oh gran santo!, la más viva compasión y la más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas. Amén

ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a descansar a vuestra santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos de vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con Vos, que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

NO LLORES SI ME AMAS

No llores si me amas. ¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!
¡Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizonte, los campos y los nuevos senderos que atravieso…
¡Si por un instante pudieran contemplar, como yo, la belleza, ante la cual
las bellezas palidecen! . ¿Me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme en el de las inmutables realidades?
Créeme, cuando la muerte venga a romper las ligaduras como ha roto las que a mi me encadenaban, cuando llegue el día que Dios a fijado y conoce, y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía, ese día volverás a verme, sentirás que te sigo amando, que te amé, encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas.
¡Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz!
Ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo, que te llevaré de la mano por senderos nuevos de luz … y de vida … Enjuga tu llanto, no llores si me amas.
San Agustín

ORACIÓN POR LA MAÑANA

Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero y a quien adoro y amo con todo mi corazón, te doy gracias por haberme creado, redimido, hecho cristiano y por haberme conservado en esta noche.
Te ofrezco todos mis pensamientos, palabras, obras y trabajos de este día, a mayor honra y gloria tuya en penitencia por mis pecados y en sufragio de las Almas del Purgatorio.
Dame, Señor, tu gracia, para que pueda servirte fielmente en este día y me vea siempre libre de todo pecado y de todo mal. Amén.

ORACIÓN FINAL DE TODOS LOS DÍAS

Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de mis pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz que no tiene fin.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para ellos la luz que no tiene fin.
V. Descansen en paz.
R. Amén .

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