Protestantes comienzan a creer en el Purgatorio mientras en católicos se desdibuja.

Los protestantes no creen en el purgatorio. 

No logran encontrar los fundamentos necesarios para poder explicar ese lugar de la misericordia de Dios. 

Y esto se debe en parte a la manipulación que han hecho con la biblia, en sus traducciones.

Sin embargo, existen casos de protestantes que fueron llevados al purgatorio en experiencias cercanas a la muerte. 

Pero cuando comienzan a creer en su existencia, no lo pueden integrar a su doctrina, por lo que queda como una experiencia personal.

Y tampoco la mayoría de los otros pastores les creen, especialmente los poco formados que tratan a sus fieles inculcándoles prejuicios.

Y entre los católicos pasa a la inversa porque crece el concepto de que los que mueren van directo al cielo.

Aquí hablaremos de cómo entre los protestantes se abre una brecha para comprender la existencia del purgatorio y cómo su existencia se hace más difusa entre los católicos. 

Mientras a los protestantes se les revela el purgatorio, los católicos cada vez creen menos que el exista. 

Porque la tendencia actual es creer que solamente existe el cielo y que casi todos o todos van para allí, sin purgarse.

Y los muy, muy, muy malos, unos poquitos, casi nadie, podrían llegar al infierno, si es que existe y si hay alguien allí. 

La duda de los católicos actuales sobre el infierno cada vez es más grande.

En muchísimas la catequesis se predica que el infierno existe como un lugar, pero que no hay nadie en él, porque Dios es misericordia.  

Pero en privado dicen que el infierno no existe.

Y los cardenales mismos cuchichean que ni el diablo existe, que es un mito creado por el hombre para explicar el mal. 

Tal como le pasó al Padre Amorth, que contó en un libro que un cardenal le dijo que el demonio era un mito.

Por lo tanto, si Dios es tan bueno y misericordioso, que no envía a nadie al infierno, tampoco su misericordia permitiría que la gente pase al purgatorio, porque allá estarán años de purificación, que en sí mismo conlleva dolor. 

Porque la idea que prevalece es que Dios es infinito perdón. 

Entonces prácticamente convierten el infierno y el purgatorio como lugares que existen en la imaginación popular de aquellos ultra tradicionalistas.

Y esto se refleja en los comentarios de las personas cuando alguien muere. 

Ya está en el cielo, ya no sufre. 

¿Y qué poder tiene la gente para saber si alguien ya está en el cielo? ¿Qué dones les ha dado Dios para poder afirmar tal cosa?

Y se ha vuelto popular decir que un fulano de tal es santo, porque ya murió. 

Cuando a los sacerdotes en otros siglos les tocaba ver a una persona buena morir, no afirmaban que cada difunto era santo. 

Rara vez lo decían, precisamente porque no sabían si les había tocado pasar en el purgatorio.

Esto sucede porque el pensamiento es cada vez más protestante. La Iglesia Católica se ha estado protestantizando en las últimas décadas.

Es doctrina calvinista que al morir una persona está en la seguridad de que se fue al cielo.

Citan la segunda carta de corintios 5: 8, que dice «Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor.» 

En este pasaje de san Pablo, habla de estar con el Señor como la meta, no lo dice en el sentido de que cualquiera que muera se va directo al cielo, sino que lo expresa como la esperanza de poder algún día gozar del cielo.

Santa Perpetua, mártir del primer siglo del cristianismo, tuvo la visión de cómo su hermano que había muerto unos años antes estaba en el purgatorio. 

Rezó por su alma para verle libre de esas cadenas. 

Y luego dice que lo volvió a ver ya en el cielo. 

Por ello vemos que los cristianos de los primeros siglos creían en el purgatorio. 

Sin embargo hay protestantes, que aun siéndolo y no creyendo en el purgatorio doctrinalmente, han sido llevados al purgatorio. 

Y aunque terminan creyendo en el purgatorio, no saben cómo incorporarlo a su creencia, ni tampoco quieren provocar una diferencia con sus compañeros de religión, que no les creen o lo toman como una alucinación. 

Lois Hoshor, una pastora pentecostal estadounidense estuvo clínicamente muerta por 20 minutos. 

Durante los cuales Jesús masajeó su corazón y la llevó a experimentar el purgatorio.

Su esposo cuando tuvo una operación a corazón abierto, donde estuvo también clínicamente muerto, también dice haber visto el purgatorio.

Otro caso es el de Howard Storm, un ex ateo, cuyo roce con la muerte lo convirtió en un ministro protestante, ahora cree en el purgatorio. https://forosdelavirgen.org/los-que-vislumbran-la-eternidad-regresan-a-su-vida-con-nuevas-perspectivas-2012-02-01/  

Dice que tiene sentido, pero que tiene problemas para hablarlo con sus compañeros.

Su caso es considerado uno de las más convincentes experiencias cercanas a la muerte.

Al salir de su cuerpo, se encontró con un grupo espantoso de seres horribles que le atacaron.

Lo llevaban a una niebla que descendía hacia el infierno.

Dice que Jesús lo salvó, después de pedir insistentemente a Dios.

Ese lugar entremedio del cielo y el infierno, el lugar de niebla, era lugar de purgación.

Después de esa experiencia cercana con la muerte, un sacerdote le explicó el concepto del purgar.

Lo que hizo que este hombre entendiera y su experiencia se viera más clara.

Entonces entendió que esa niebla tiene relación con el purgatorio.

Para algunos videntes modernos el purgatorio es visto también como un intermedio de color gris, como esta niebla que divide el infierno del cielo.

El purgatorio por tanto sufre de problemas creciente de relaciones públicas, ya no tiene atrae tanto interés.

Incluso está mal entendido, se ve incluso como una segunda oportunidad de llegar al cielo en algunos católicos.

Cuando el purgatorio es simplemente un lugar para remover las imperfecciones que no te quitaste, para entrar al cielo limpio.

Y es tan lógico, que si el cristianismo no hubiera hablado del purgatorio alguien más lo hubiera hecho.

Porque ha sido uno de los recursos literarios más practicados del mundo.

En 1991 el cómico Albert Brooks transformo la idea en una película donde las personas que morían atravesaban un túnel hacia una luz.

Donde se les decía que tomarán un número y esperaran.

También el purgatorio aparece en la novela de Anne Rice.

Incluso el sistema judicial ha lidiado con el concepto.

Pero mientras en el mundo secular esto se vuelve más popular de mencionar, en el mundo católico declina.

Y mientras esto pasa, los protestantes empiezan a tener un poco de acercamiento a este tema.

Porque si no existe el purgatorio y nadie va al infierno ¿Para qué esforzarse por ser bueno?

Así por ejemplo, el famoso escritor CS Lewis, protestante él, dice: 

«nuestras almas exigen el purgatorio; aún si a Dios no le importa que ingresemos goteando barro y lodo, deberíamos responder, me debes limpiar primero»

O sea que ellos entienden que para entrar al cielo no pueden entrar con lodo.

Y si aún Dios permitiera esto, el alma como parte de su gracia, le pediría a Dios ingresar limpio.

Esta lógica se ha perdido dentro de la comunidad católica.

Y eso convierte al purgatorio en una famosa fábula, que sirve para que las abuelitas se mantengan entretenidas rezando.

Jerry Walls de la universidad Bautista de Houston dio una conferencia retomando las ideas de Lewis, y del purgatorio.

Y este protestante demuestra que no es una simple historia para entretener a las abuelas.

Según Walls, Lewis analizó todo en relación al término de transformación y santificación, por lo que parecen términos más fáciles de admitir entre los protestantes.

La transformación total requiere un arrepentimiento radical.

Y entonces el que desea ir al cielo, debe tener ese arrepentimiento que lo lleve a la transformación.

Por lo tanto, hemos visto como el purgatorio se está convirtiendo en un término popular para aquellos que no son católicos.

Mientras que para los católicos, que si bien creían desde siempre en esto, se ha devaluado su significado.

Al punto que dudan de su existencia.

Mientras las experiencias místicas y otras lecturas piadosas de la Iglesia confirman la creencia de la Iglesia.

Los católicos dudan de la existencia del lugar, diciendo que todo el mundo se salvará, como si estuvieran repitiendo la teología calvinista o bien la herejía católica del universalismo, donde todos se salvan inmediatamente. 

Es que si no pueden creer lo que ahora la gente ha visto y creído, mucho menos creerán en las experiencia de santos del pasado, donde se afirma el purgatorio.

Y si no existe gente en el purgatorio, la promesa del escapulario de sacarlos de allí queda sin efecto.

Y entra en el nivel de las fábulas también.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre protestantes que fueron llevados al purgatorio y notorios protestantes que han creído en él.

Mientras la idea del purgatorio se va desvaneciendo entre la grey católica, especialmente entre los modernistas, que han adoptado la creencia que todos los que mueren van al cielo de inmediato, sin pasar por otro lugar.

Y me gustaría preguntarte si conoces católicos que creen que los que mueren van todos directo al cielo o no.

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