¿De qué forma los pecados podrían alterar la naturaleza?

Los ingenieros del nuevo orden mundial están usando el cambio climático como argumento para justificar un gobierno único mundial.

Dicen que el dióxido de carbono que generan los hombres está produciendo desastres naturales que destruyen el clima y nuestro habitat.

Y por lo tanto proponen una regulación estricta de la actividad humana sobre la tierra para evitar una catástrofe.

¿Pero Dios no tiene nada que ver con la forma en que se expresa la naturaleza?

Aquí hablaremos sobre cómo esos desastres naturales están siempre permitidos por Dios y cómo Dios se expresa a través de ellos para mostrar su disconformidad con acciones de los hombres. 

El plan central de las élites es llegar a un nuevo orden mundial, que cambie definitivamente la civilización cristiana, con la excusa de la necesidad de actuar eficazmente, primero contra la pandemia y luego respecto al cambio climático.

Su dedo apunta a que los culpables son los seres humanos, que son demasiados y están destruyendo el planeta con su forma de vida.

Dicen que hay que controlar la actividad de los seres humanos, y no hay nada mejor que el confinamiento de las personas, y el control de la producción y la economía de parte de estas élites.

Pensemos en el cambio climático para ver si el argumento es correcto.

Hay diferencias entre los científicos sobre los sucesos en la naturaleza que se achacan al cambio climático, cambios de temperatura extremos, inundaciones, terremotos, tornados, etc.

Algunos consideran que estamos ante un cambio climático sostenido y otros dicen que estas variaciones son periódicas en el clima y además que hay agentes externos que las pueden producir, como la actividad del sol.

Pero independiente de si existe o no el cambio climático ¿las cosas extremas que suceden en la naturaleza son independientes de la moralidad con que los hombres actúan en la tierra?

La escritura está llena de menciones de eventos de la naturaleza producidos por razones espirituales.

O sea producidos como reacción de la creación ante los pecados de los hombres.

Por ejemplo, hubo un terremoto cuando Jesús fue crucificado (Mateo 27:54). El terremoto tuvo un motivo espiritual.

La Biblia registra también que hubo un gran terremoto que quitó la piedra de Su tumba cuando la resurrección (Mateo 28: 2).

Otro que liberó a Pablo y Silas de la prisión (Hechos 16:26).

Y así podemos seguir nombrando, porque hay decenas en la Biblia.

Esto sucede porque cuando se rompe el plan de Dios, la naturaleza se expresa negativamente, porque hay una unidad básica entre todas las cosas que la componen.

Sin embargo los científicos no toman en cuenta los quejidos que la naturaleza hace, cuando los seres humanos violan las leyes morales de Dios, porque son materialistas.

Y a decir verdad, la jerarquía vaticana también está dejando de creer en eso a medida que avanza la apostasía.

Cuando el pecado entró en el mundo a través de la desobediencia de los primeros padres, toda la naturaleza fue maldecida.

En el Edén, antes de la caída del hombre, el clima era perfecto, no había tornados, terremotos, tsunamis.

La naturaleza y el hombre vivían en perfecta armonía.

Pero esa armonía fue rota por la desobediencia del hombre.

Y entonces entró la enfermedad y la muerte en el ser humano, y los desastres naturales en la naturaleza.

Esto sucedió porque toda la creación fue sometida a la frustración.

Y como dice San Pablo en Romanos 8 la creación espera ser liberada, y actualmente está gimiendo dolores de parto.

Podemos discutir si Dios causa desastres naturales o si solamente permite que ocurran.

Pero lo cierto es que nada en la naturaleza sucede fuera de la Providencia de Dios.

Que es Dios quien gobierna todas las cosas de la tierra, incluidas el clima y el habitat.

Y que si deja pasar desastres naturales por lo menos, es por alguna razón.

De modo que los desastres naturales son expresión del juicio de Dios sobre el mundo, en buena medida.

Porque de otra manera no podríamos entender que Jesús haya dicho que en los últimos tiempos, cuando la batalla decisiva entre el bien y el mal, habrá terremotos y otros fenómenos en la naturaleza.

El hombre es el único que tiene libre albedrío y por lo tanto él puede rebelarse a los planes de Dios.

Puede contribuir a los desastres naturales, como por ejemplo cosechar las consecuencias de la contaminación.

Y también contribuir con sus acciones morales, respecto a la vida por nacer, a la sexualidad humana, a explotación de otros seres humanos, etc.

En síntesis, es claro que detrás de los desastres naturales hay un factor espiritual, que es la desobediencia a Dios.

Por un lado la primigenia del pecado original.

Y por otro lado la actual, utilizando el libre albedrío para dañar el plan de Dios alejándose de los mandamientos. 

Sin embargo sería un error considerar que cada desastre en la naturaleza es una retribución de Dios, un juicio suyo; hay que discernir en cada caso.

Lo que sí es seguro que Dios lo deja pasar por algún motivo, y siempre para que de algún tipo de fruto.

La mayoría de las veces cuando Dios permite un desastre natural lo hace tal vez con un fin didáctico, de enseñanza.

Para darnos el mensaje de que lo que estamos haciendo está mal.

Esto se lo dijo Nuestro Señor a Luisa Piccarreta.

Y así lo hizo Dios Padre por ejemplo cuando el oscurecimiento y el temblor de tierra a la hora que murió Jesús en la cruz.

Le expresó al pueblo judío, a los sacerdotes, a los romanos, que reprobaba lo que hicieron con Su hijo.

Entonces, cuando sucede un desastre natural, deberíamos discernir humildemente qué mensaje de Dios hay detrás de él.

Y para ejemplificar esto demos dos ejemplos.

En el año 2016 Italia se vio conmovida por una serie de terremotos en el centro del país.

Y el renombrado teólogo dominico Giovanni Cavalcoli discernió en su programa en Radio María, que esos terremotos eran la retribución por la aprobación de las uniones civiles del mismo sexo y la revaluación del hereje Lutero.

La reacción del Vaticano fue inmediata de repudio a Cavalcoli.

El arzobispo Angelo Becciu dijo que las palabras del teólogo domínico son ofensivas para los creyentes, escandalosas para los que no creen y contrarias a la visión de Dios que Cristo nos ofrece.

Y Cavalcoli fue cesado de Radio María.

En respuesta Cavalcoli le sugirió a Becciu que leyera el Catecismo de la Iglesia Católica.

Y le preguntó «¿No registra el evangelio un terremoto violento en el momento de la muerte de Nuestro Señor?» 

Y finalizó diciendo sarcásticamente,

«El sumo sacerdote Caifás probablemente no tenía una oficina de prensa, pero si la tuviera, hubiera estado ocupado diciendo que el terremoto no tuvo nada que ver con la ejecución de Jesús de Nazaret».

Y en el 2021 México sufrió un terremoto de 7,1 grados de intensidad, luego que la Suprema Corte de Justicia despenalizó el aborto.

Y el actor Eduardo Verástegui declaró que México lloró y tembló por sus hijas e hijos que no nacerán.

Y recibió burlas de todo tipo.

Verástegui hizo la misma interpretación de la retribución divina por los pecados que hizo el teólogo Cavalcoli.

Los crecientes pecados de los seres humanos son la razón por la que en los tiempos finales veremos muchas alteraciones en la naturaleza como temperaturas extremas, sequías, tornados, terremotos, etc.

En la medida que la humanidad se aleje cada vez más de los mandamientos de Dios.

Y hay muchas profecías y mensajes aludiendo a las retribuciones de Dios en la naturaleza debido a los pecados.

Por ejemplo, en los mensajes de La Salette en 1846 Nuestra Señora dijo,

«La naturaleza pide venganza de los hombres, y se estremece a la espera de lo que debe suceder a la tierra manchada de crimen»

Y agregó,

«Las estaciones serán cambiadas, la tierra producirá sólo malos frutos, los astros perderán la regularidad de sus movimientos, la luna sólo reflejará una débil luz rojiza.

El agua y el fuego harán movimientos convulsivos en la esfera de la Tierra, causando que montañas y ciudades, sean tragadas».

¿Todo esto será sólo simbólico?

Y en la parte del tercer secreto de Fátima que publicó el Vaticano en el año 2000, consta que le fue mostrado a Sor Lucía una serie de desastres en la naturaleza como inundaciones y terremotos.

Y Nuestra Señora le dijo que es la purificación del mundo, del pecado en que está inmerso.

Y también le fueron mostrados terremotos y tornados a las videntes de las apariciones de Kibeho, en Ruanda, y Nuestra Señora les dijo que la gente está causando eso.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las causas espirituales de los desastres naturales, que los postuladores políticos del cambio climático no tienen en cuenta.

Pero que nosotros deberíamos considerar porque los eventos de la naturaleza contienen mensajes de Dios para la humanidad. 

Y me gustaría preguntarte si tú has discernido mensajes de Dios en la naturaleza y en qué sucesos. 

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