Las doctrinas satánicas que están destruyendo la iglesia y el mundo crecen a medida que se extingue la fe.
¿Somos la generación de la Gran Tribulación?
¿Somos la generación que vive la mayor apostasía de todos los tiempos?
Y si es así, entonces, ¿cómo es que llegamos a esta crisis de fe?
¿Cómo es posible que el legado de Cristo esté siendo destruido, incluso dentro de quienes dicen ser sus seguidores?
La respuesta es simple e impactante.
Sin percibirlo, abrazamos doctrinas que llevaron a la negación de la revelación de Dios.
Negamos que Dios se reveló a los hombres, y dejó sus mandatos en la Biblia.
Negamos que la Iglesia fue comisionada por Cristo para interpretar la Biblia.
Y estas doctrinas satánicas han causado una gran crisis de fe y luego la tribulación.
¿Cuáles fueron esas doctrinas?
Aquí sacaremos a la luz por qué ciertas doctrinas produjeron la mayor crisis de fe de todos los tiempos, y hoy podemos ver con claridad que son satánicas, cómo fueron abrazadas por los cristianos, y cuál es la forma en que seguramente saldremos de ellas.
Nuestro Señor le dijo en 1977 al Padre Ottavio Michelini,
“Nunca, hijos míos, una crisis de fe tan universal ha atormentado a la humanidad.
Satanás ha provocado, con vuestra complicidad, este oscurecimiento espantoso en las almas”.
“Estamos ante una crisis de vida interior, es decir, crisis de gracia”.
Y definió que la gracia es la participación de la vida divina de Dios en el alma humana.
Mientras que el materialismo es la ausencia de Dios en el alma humana y encarnación de satanás.
Y también reveló,
“Si la fe en el hombre está en crisis, también lo están la esperanza, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la piedad, la templanza, el amor y el temor de Dios”.
Por lo tanto la falta de todo esto en el alma humana ha provocado la terrible crisis que padece toda la humanidad, y no sólo la fe de los cristianos.
Y entonces prometió,
“Aunque soy Amor infinito e inmutable, les digo que el tiempo de la Misericordia está por dar paso al tiempo de la Justicia.
La Cruz vencerá a la Serpiente y mi Madre volverá a aplastarle la cabeza.
Yo, Jesús, el Salvador, seré nuevamente la Luz, actualmente apagada y sofocada en muchas almas, incluso en las de los sacerdotes».
¿Cómo llegamos a esta situación de crisis de fe? ¿Qué sucedió en las últimas décadas que provocó tal crisis?
Las nuevas teologías convencieron a los creyentes que no es razonable una revelación sobrenatural objetiva de Dios para todo tiempo y lugar, sino que lo que hay es una experiencia de Dios en cada persona.
Por lo tanto, las personas que exigen que haya una norma de verdad más elevada y objetiva, que la experiencia humana, están pidiendo un ídolo y son inmaduros en la fe.
Estas nuevas formas de considerar a Dios fueron creciendo desde el siglo XIX, pero fue en la década de 1960 que eclosionaron.
Con la revolución sexual y el Concilio Vaticano II, creció la aceptación de las nuevas moralidades.
Y comenzaron a aceptarse ciertas prácticas, que no mucho antes eran consideradas pecaminosas.
Y tuvieron éxito, porque se había debilitado la fe de muchos católicos debido a esas teorías modernistas que proponían que la revelación de Dios era sólo personal.
¿Cómo es esto?
Este nuevo criterio que no obliga a uno a depender de las escrituras y la tradición de la Iglesia como guía, y permite confiar únicamente en la conciencia para determinar el curso de acción, se la conoce como «ética situacional».
Sostiene que las decisiones morales ya no deberían basarse en leyes morales universales, como los Diez Mandamientos.
Y que las normas o leyes morales objetivas tienen poco valor.
Porque dado que cada situación es diferente, sólo la conciencia del individuo debe determinar lo que es moralmente correcto, al margen de cualquier principio o ley universal.
Por lo tanto, las decisiones morales deben basarse en el juicio personal de cada uno en una situación particular dada.
De este modo la fe se reduce a un asunto entre la conciencia individual y Dios, eso es todo lo que Dios pide dicen.
Y los cristianos entonces deben decidir sobre sus propios actos, en lugar de confiar en leyes externas que supuestamente Dios dictó para todo tiempo y lugar, como guía.
Esto propició el auge del humanismo.
La teología tradicional enfatizaba a Dios como el centro de todas las cosas.
Mientras que la nueva teología puso al hombre en el centro.
No se negó aparentemente a Dios, pero el amor y el servicio a Dios se redujeron al amor y al servicio al prójimo.
Y así el amor al prójimo se convirtió en el primer y principal mandamiento, como se puede observar en muchas homilías hoy en día.
La teología tradicional enfatizaba que la verdad es eterna e inmutable, basada en la naturaleza inmutable de Dios.
Mientras que la nueva moral afirmó que todas las cosas están en constante evolución, por lo que no existen normas absolutas que se apliquen a todas las situaciones.
La teología tradicional enfatizaba que Dios dio al hombre una guía interior, la conciencia, pero también una guía exterior, las escrituras, la traición y el magisterio de la Iglesia, para salvaguardar e interpretar la revelación divina.
La nueva moralidad enfatizó que sólo la conciencia debe ser nuestra guía en el seguimiento de Cristo.
No eliminaron las normas que se encuentran en las Escrituras, sino cualquier guía de la Iglesia para interpretarlas, de modo que la conciencia del individuo quedó como dueña absoluta de las decisiones personales.
Y esto cambió el significado del cristianismo sin que la mayoría se diera cuenta.
Todavía yendo a Misa y recibiendo los Sacramentos, permitió que uno pudiera usar su libre albedrío para rechazar la enseñanza bíblica y oficial de la Iglesia.
La mayoría que está transitando por el camino de alejarse de la revelación objetiva que Dios hizo a los hombres, no comprende este tremendo cambio.
Por lo que hay que hablar de él y hacerlo consciente.
Muchos de los que sí están comprendiendo lo que ha pasado, están orando y ayunando para que Dios cambie esta situación.
Es el remanente fiel, el pueblo de Dios fiel al evangelio, que se está movilizando en la batalla espiritual.
Para que el velo de mentiras y engaños satánicos se levante y pronto llegue un restablecimiento de la fe.
Al tiempo que el Señor y Su Santísima Madre ahora están exponiendo a los enemigos de la verdad, a través de los mensajes que dan a sus instrumentos.
Y la Santísima Virgen ha sido designada por la Santísima Trinidad, para exponer y desmantelar las falsas doctrinas satánicas, de la misma manera que ganó otras batallas para sus hijos en el pasado.
Entonces, las obras de la oscuridad están comenzando a ser expuestas y sus frutos saliendo de a poco a la luz.
Así se le dijo al Padre Gobbi en 1991, “será nuevamente en nombre de María que llevaré a término Mi obra con la derrota de la masonería, de toda fuerza diabólica, del materialismo y del ateísmo práctico, para que toda la humanidad pueda alcanzar su encuentro con el Señor y quedéis así purificados y completamente renovados, con el triunfo de Mi Inmaculado Corazón en el mundo”.
¿Será el Aviso y el Milagro de Garabandal los que darán este golpe final?
Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre cómo es que penetraron entre los cristianos doctrinas que vaciaron la fe y nos llevaron a rebelarnos de los mandatos de Dios, y eso nos llevó a la gran tribulación en la que estamos.
Y me gustaría preguntarte si crees que los cristianos que creen en los mandamientos tal cual Dios los dio pueden hacer algo para combatir la apostasía o no, y que podrían hacer.
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