Los eventos que sucederán desde aquí hasta el triunfo del Corazón Inmaculado de María.

Dios trazó un plan para la humanidad, pero el hombre se rebeló y desobedeció, y trajo tribulación al mundo.

Lo que obligó a Dios a desarrollar un plan mucho más zigzagueante, con marchas y contramarchas.

Un plan hasta el final de la historia, que está expresado en clave en el libro del Apocalipsis.

Y sobre el cual el venerable Bartolomé Holzhauser, sacerdote del siglo XVII, fue iluminado para traducirlo en un lenguaje entendible para nosotros.

Aquí hablaremos sobre el plan de 7 períodos del mundo que Dios está llevando a cabo, en qué momento preciso de ese plan estamos y qué es lo que vendrá hasta el fin de la historia.

Los sucesos que estamos viendo en el mundo y en la Iglesia son de tal magnitud profética, que nos deberían persuadir de que la historia está corriendo en un sentido preciso.

¿Y entonces a dónde nos dirigimos? ¿Y en qué momento en la línea de tiempo estamos?

Posiblemente las profecías del sacerdote alemán Bartolomé Holzhauser den la nota correcta, de acuerdo a las señales de los tiempos que estamos presenciando.

El Venerable Bartolomé Holzhauser vivió en el siglo XVII y sus escritos fueron estimados por teólogos confiables como en línea con las Escrituras y la tradición eclesiástica.

Y en especial su obra Comentario del Apocalipsis, que se imprimió 134 años después de su muerte, ha sido considerada como mucho más allá de los talentos naturales del sacerdote.

Incluso él diría, que mientras la estaba escribiendo «yo era como un niño, cuya mano era conducida, mientras escribía».   

Él interpretó, siguiendo la tradición de san Agustín, que los siete candeleros y las siete Iglesias de Asia Menor descritos por San Juan en el libro del Apocalipsis, significan siete períodos de la Historia de la Iglesia, desde su fundación hasta su consumación en el Juicio Final. 

Los cuatro primeros períodos van desde la Época Apostólica que comienza con la encarnación de Nuestro Señor Jesucristo, hasta el fin de la Edad Media y la herejía de Lutero.

El quinto período es en el que estamos hoy. Es el Tiempo de la tribulación, que él identifica como comenzando con el protestantismo. Y pareciera que su fin se acerca rápidamente.

Sobre el final de este período Dios hará una intervención decisiva en la Tierra y castigará los pecados de la Revolución contra la Iglesia y la Civilización Católica.

Luego en el sexto período habrá una restauración encabezada por un gran Líder civil y un Papa santo.

Lo cual marcará el comienzo de un largo período de paz, donde toda la humanidad dará gloria a Dios a través de Nuestra Señora.

Un tiempo que llamamos el Reino de María y que identificamos con el triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Y en el séptimo período vendrá la decadencia final, que será la disolución del Reino de María, la segunda Venida de Jesucristo, el Juicio Final y el Fin de la Historia.

Estos períodos coinciden con las profecías marianas o sea con los mensajes dados por Nuestra Señora en sucesivas apariciones desde el siglo XVII, y que se aceleraron en el siglo XX.

Holzhauser identificó la Revolución Protestante como el final del cuarto período de la historia y el comienzo de la revolución contra Dios y la Iglesia, que será el signo del quinto período.

Predijo la Revolución Francesa que implantaría los principios masónicos de igualdad, libertad y fraternidad.

Y profetizó que la falsa ciencia pronto dominaría la sociedad, dijo, «se burlarán de la sencillez cristiana y la llamarán locura y tontería.

Ningún principio, por santo, auténtico y cierto que sea, quedará libre de censura, crítica, falsa interpretación, modificación y de limitación por parte del hombre».

Caracteriza nuestro período como de desolación, humillación y pobreza para la Iglesia. 

Y con justa razón podemos llamarlo un estado de purificación, en el que el Señor zarandeará su trigo, por guerras, sediciones, hambrunas, epidemias y otros flagelos.

Este quinto estado de la Iglesia es el estado de apostasía, lleno de miserias de todo tipo. 

Donde se desprecian las doctrinas y preceptos de la Iglesia, la disciplina eclesiástica no es observada por los sacerdotes, ni el orden político mantenido por el pueblo. 

Holzhauser predice en este tiempo una infiltración del enemigo en la Iglesia, algo que nunca podría haber imaginado en el siglo XVII, y que tuvo lugar a partir del siglo XIX y se acrecentó en el siglo XX.

Dijo concretamente,

«Dios permitirá este gran mal contra su Iglesia. Herejes y tiranos vendrán repentina e inesperadamente. Irrumpirán en la Iglesia mientras los obispos, prelados y sacerdotes estén dormidos… y destruirán todo».

Y por eso predijo que al final de esta época habría «un siglo lleno de peligros y calamidades». 

Durante esta larga revolución la herejía estaría en todas partes, y los seguidores de la herejía estarían en el poder en casi todas partes.  

Al final de esta era de aflicción, todo será desolado por la guerra, los obispos y sacerdotes serán laxos e infieles y habrá una completa corrupción en la sociedad. 

Y con gran celo Holzhauser interpreta que estas cosas sucederán por el justo juicio de Dios, debido a la acumulación de nuestras iniquidades, en el momento en que Dios esperaba que hiciésemos penitencia.

Aquí sucederá lo que las escrituras llaman el juicio a las naciones.

Pero en el mismo momento en que todo parezca perdido, Dios intervendrá de forma inesperada. 

Sucederá un cambio maravilloso, algo aparentemente imposible según el entendimiento humano.

Esto hace pensar en la profecía del Aviso o iluminación de conciencia que Dios enviará a la humanidad, según la profecías marianas, aunque Holzhauser no lo menciona con esas palabras.

Esta notable intervención será el inicio del sexto período de la Iglesia, la Era de la Consolación, que comenzará con el Papa Angélico y el Gran Monarca.

Será una era donde Dios consolará a Su Iglesia después de las muchas mortificaciones y aflicciones que soportó en el quinto período, porque todas las naciones serán llevadas a la unidad de la verdadera fe católica.

Los judíos se convertirán efectivamente al comienzo de este período.

Un Gran Monarca pondrá fin a la Revolución contra Cristo, someterá todas las cosas a su autoridad, todas las herejías serán desterradas al infierno y mostrará gran celo por la verdadera Iglesia de Cristo. 

Florecerán muchos justos y se levantarán muchos sabios. 

Los hombres amarán la justicia y la rectitud, y la paz habitará sobre toda la tierra, porque Dios atará a satanás por muchos años.

Holzhauser predice un gran Concilio, que tendrá la tarea de deshacer la destrucción de la era anterior.

Un concilio ecuménico que será el más grande de todos los Concilios, que definirá el verdadero sentido de la Sagrada Escritura y ésta será amada y aceptada por todos.

Ahora sí el cristianismo será predicado a todas las naciones de la tierra y la expansión de la Iglesia a todos los países será asegurada por el Gran Monarca, y antes del fin del mundo.

Un Papa angélico y santo movido por Dios, clamará desde el santuario de la Iglesia a ese Monarca poderoso, para que arranque la cizaña de iniquidad, porque la mies está madura.

Se restablecerá el equilibrio de poderes como en la Edad Media, con el Pontífice gobernando supremo sobre la esfera espiritual y el Monarca sobre la esfera temporal, y por lo tanto será la restauración de la Civilización Cristiana.

Este Sexto Período o la Era de la Consolación, coincide perfectamente con el período de 1000 años de paz que las Escrituras anuncian que vendrá después de un gran Castigo del Cielo. 

Es la restauración de la Civilización Cristiana predicha por San Luis Grignion de Montfort como el Reino de María, donde se levantarán grandes santos que superarán en santidad a la mayoría de los santos de épocas anteriores.

Pero al final de este largo período de paz vendrá el séptimo período, la Era de la Desolación, que será la caída del Reino de María y la venida del Anticristo, que conducirá a la segunda venida de Jesucristo en carne, al Juicio Final y al fin del Mundo.

En todas las épocas hubo anticristos como dijo San Pablo, pero éste será el mayor.

¿Y qué provocará la caída del Reino de María? 

Holzhauser apunta a la falta de vigilancia y a la tibieza general, los mismos vicios que acabaron con el cuarto período, la Edad Media.

Y sitúa la batalla de Enoc y Elias, sus posteriores muertes y resurrección, en este último período. 

Los males de esta época serán la tibieza en la fe, la frialdad del amor y la perturbación del orden público.

Y dice que los pastores y los gobernantes serán como árboles otoñales sin fruto.

Después de su triunfo, el Anticristo intentará una ascensión simulada desde el Monte de los Olivos, pero será precipitado a la tierra y tragado vivo por el Infierno.

Y luego de la muerte del Anticristo, Holzhauser afirma que el tiempo será corto, y el mundo moribundo llegarán a su fin con el toque de la trompeta del Arcángel.

En síntesis, Bartolomé Holzhauser indica que estamos viviendo el quinto período de la historia, que es de deterioro del mundo y la Iglesia.

Holzahauser vivió un tiempo después del comienzo de esta época pero nosotros estamos viviendo al final de ella.

O sea en el tiempo de una tribulación en el mundo y en la Iglesia, en la que habrá una intervención decisiva del Cielo, que inaugurará una Era de Paz, la era del triunfo del Corazón Inmaculado de María, que restaurará la civilización cristiana que se fue construyendo en el cuarto período.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las profecías de Holzahauser, que coinciden con las profecías marianas.

Y me gustaría preguntarte si crees que estamos efectivamente en el final de la era de tribulación y pronto llegaremos a la era de paz o que todavía falta mucho tiempo.

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