El rostro de Jesús estampado en un lienzo como vehículo de sanación.

El rostro de Jesús tiene poder sanador, desde el principio de su misión en la Tierra.

Es un referente de lo que Dios puede hacer por nosotros, porque es la cara que Dios reveló a los hombres.

La contemplación de su rostro ha hecho maravillas desde que se reveló a los hombres.

Y el primer milagro que realizó fue inmediatamente de su ascensión al Cielo.

Y tuvo como emisario a San Judas Tadeo, uno de los 12 apóstoles y primo del Señor, quien fue el emisario de Jesús para que curara a un Rey que le había pedido que lo curara de una enfermedad.

Aquí revelaremos la fe que demostró el Rey Abgar en una carta enviada a Jesucristo para que lo sanara, cómo Jesucristo le contesta y envía a San Judas Tadeo de llevarle la imagen de Su Rostro y lo cura, y qué fue de esas cartas intercambiadas entre Jesús y Abgar, qué sucedió con la imagen de la cara de Jesucristo, y que relación podría tener el Mandylion con la Sábana Santa de Turín.

Una pequeña ciudad en lo que hoy es Turquía conservó dos reliquias importantes de Jesús.

Una carta en la que Jesús le habría respondido a una misiva que le envió el rey Agbar V.

Y un lienzo en el que está estampado el rostro de Jesús, que se llama Mandylion.

En ambos hechos participó San Judas Tadeo como enviado de Jesús.

San Judas Tadeo fue uno de los doce apóstoles originales de Jesús. 

Lo más probable es que estuviera en la Última Cena.

Y la flama sobre su cabeza que muestra su iconografía, es la forma de demostrar de que estuvo el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo se posó sobre la cabeza de los discípulos y la Virgen María.

Una carta escrita por él es parte del Nuevo Testamento y se cree que fue escrita antes de la caída de Jerusalén, entre los años 62 y 65.

No debe confundirse con Judas Iscariote, que fue el que traicionó a Jesús por 30 piezas de plata.

A Judas Tadeo se le presenta en los Evangelios como el «hermano de Santiago».

Y es reconocido como el primo del mismo Jesucristo, por eso se puede ver en su iconografía que se le pinta con similitudes físicas a Jesús.

Incluso la tradición dice que tuvo una visión de Jesús poco antes de morir.

Judas Tadeo y Simon se quedaron en la casa de un discípulo, cuyo nombre era Semme. 

Allí, sacerdotes idólatras y una multitud los rodearon y exigieron que Semme les entregara a los apóstoles. 

Y Judas Tadeo vio al Señor, que los estaba llamando junto a Él, entonces él y Simon se rindieron y fueron martirizados.

Algunos creen que San Judas Tadeo es capaz de conceder milagros porque al ser primo de Jesús, tendría algo de su poder. 

Es el santo patrón de las causas desesperadas, el patrón de los casos difíciles y patrón de lo imposible.

Y su intercesión ha sido invocada durante varios siglos, incluso por los santos Brígida de Suecia y Bernardo de Claraval. 

La fama de patrón de las causas difíciles vino de la misión que Jesús le encomendó en Edesa.

Al igual que la medalla dorada que lleva San Judas Tadeo en el pecho, que es una imagen de Jesús, conocida como la «imagen de Edesa».

Según la tradición, el rey Abgar V de Edesa estaba muy enfermo y, tras escuchar las curaciones milagrosas que hacía Cristo, le escribió una carta para que fuera a sanarlo.

Jesús le contestó por carta.

Y luego se puso un pedazo de tela sobre Su propio rostro, para que Su imagen se imprimiera y le pidió a San Judas Tadeo que se la llevara al soberano. 

Cuando éste recibió la tela, quedó totalmente curado. Esta reliquia es conocida como «Mandylion».

La carta de Agbar V, alias «el negro», a Jesús decía los siguiente:

«Agbar, gobernante de la ciudad de Edesa, a Jesús el Salvador, el buen médico, que ha aparecido en Jerusalén, saludos.

He oído hablar de usted y acerca de las curaciones que realiza sin medicamentos o hierbas.

Lo que he oído es que Ud. hace que los ciegos vean y los cojos anden, limpia a los leprosos, expulsa espíritus inmundos y demonios, cura a los que han sufrido de enfermedades crónicas y dolorosas, y resucita a los muertos.

Al escuchar todo esto de Ud., llegué a la conclusión de que una de dos cosas tiene que ser verdad: es Dios y descendió del cielo para hacer estas cosas, o es hijo de Dios haciendo estas cosas.

Por tanto, estoy escribiendo para pedirle que venga a mí y me cure de la enfermedad que padezco.

He oído que los judíos le están tratando mal y deseo que no se preocupe, mi ciudad es muy pequeña, pero muy noble y adecuada para que los dos vivamos en paz».

Y la respuesta de Jesús fue la siguiente,

«Bendito el que nunca me ha visto y sin embargo cree en mí.

Hace mucho tiempo que estaba escrito que los que me verán, no creerán en mí y aquellos que no me han visto creerán en mí y serán salvos.

En cuanto a su petición de que lo visite, es mejor para mí quedarme aquí y terminar el trabajo que fui enviado a hacer.

Después de que haya terminado, entonces voy a ir con el que me envió.

A continuación, le enviaré a uno de mis discípulos para curar su enfermedad y llevarle la salvación a Ud. y a su pueblo».

Varias fuentes dicen que cuando los discípulos fueron a todo el mundo, Judas Tadeo fue primero a Edesa para cumplir con la promesa de Jesús a Agbar.

Eusebio de Cesarea dice que Judas se quedó allí en el barrio judío con un hombre llamado Tobías.

Y de acuerdo a la Leyenda Dorada, Judas Tadeo curó la lepra de Agbar V limpiando su cara con la carta de Cristo, y Agbar se convirtió, al igual que muchas otras personas en Edesa.

Eusebio dice que leyó estas cartas en una traducción griega del arameo original y no cuestionó su autenticidad.

Luego el Rey Agbar también encargó un retrato de Jesús, pero al pintor le fue imposible hacer la pintura.

Y Jesús, sintiendo lástima por el hombre, presionó un paño en su cara y estampó su imagen milagrosamente en él.

Esto fue llamado el Mandylion y también se le denomina Tetradiplón, o sea doblado en 4.

Una tradición dice que esta tela fue entregada a Agbar por San Judas y es la explicación de la medalla de Jesús que usa San Judas en sus estatuas.

Las cartas y el Mandylion fueron apreciados como reliquias en Edesa y se cree que protegieron ampliamente a la ciudad.

Evagrio Escolástico, escribiendo alrededor del año 600, informa que una imagen milagrosa del rostro de Cristo era conservada por la ciudad de Edesa antes del ataque de los persas en el año 544.

Y cuando los persas sitiaron la ciudad, la carta y el Mandylion con la cara de Cristo fueron puestos en lo alto de las murallas y los persas fueron derrotados.

Estas cartas han desaparecido en las brumas del tiempo, pero se rumorea que se conservan en un monasterio en Kirguistán.

En el Séptimo Concilio Ecuménico del año 787, Segundo Concilio de Nicea, los obispos defendieron la veneración de las imágenes, mediante la enseñanza de que Cristo mismo proveyó una imagen para su veneración, y mencionaron explícitamente la Sagrada Imagen de Edesa.

El 16 de agosto de 944, la Sagrada Imagen de Edesa fue trasladada desde Edesa a Constantinopla.

Y entonces las Iglesias orientales comenzaron a celebrar la fiesta del Santo Mandylion el 16 de agosto.

Pero en el año 1204, durante el saqueo de Constantinopla, la sagrada imagen de Edesa desapareció para siempre y hay muchas versiones sobre lo que sucedió luego.

Se dice que la tela estaría en la iglesia de San Bartolomeo degli Armeni en Génova, o en el Vaticano o en un Museo británico .

Y también se la ha relacionado con la Sábana Santa de Turín.

Un texto del siglo sexto «Hechos de Tadeo» relata que la imagen del Mandylion era un Sidón o Síndone.

Que fue doblado en como tetradiplon del griego «tetra» es igual cuatro y «diplon» es igual doble.

Así pues se trataba de una tela plegada dos veces y luego cuatro veces. 

Y por extraño que parezca, la Sábana Santa de Turín tiene exactamente el mismo patrón cuádruple.

San Juan Damasceno describe la Santa Imagen de Edesa como una prenda grande y no como un sudario pequeño.

El arcediano de Constantinopla Gregorio Referendarius mencionó en un sermón que también la imagen llevaba la «herida en el lado» de Cristo.

Lo que indica que la imagen transferida desde Edesa a Constantinopla en el año 944 era una imagen del cuerpo de Cristo y no solo del rostro.

El emperador Constantino VII, quien inspeccionó personalmente la imagen de Edesa en 944, describe la imagen como «extremadamente débil, más como una secreción húmeda sin pigmento o arte del pintor».

En 1203, un cruzado llamado Robert de Clari aseguró que en la iglesia de Santa María de las Blanquernas de Constantinopla existía una tela con la imagen de Jesús, «Donde estaba el sudario en el que Nuestro Señor fue envuelto, y que cada viernes se alzaba bien alto para que uno pudiera ver en él la figura de nuestro Señor». 

Esta fue la primera información de la existencia de la Sábana Santa.

Todo esto ha llevado a muchos a concluir que la imagen del Mandylion es la Sábana Santa de Turín.

Porque además, se comienza a hablar de la existencia de la Sábana Santa de Turín más o menos en el tiempo en que desapareció el Mandylion.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre las cartas entre Jesucristo y el Rey Abgar, y el regalo de la impresión de su rostro, su poder sanador y cómo el Mandylion pudiera ser la Sábana Santa de Turín.  

Y me gustaría preguntarte si crees que el rostro de Jesús tiene poder sanador aún hoy al contemplarlo.

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