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La oración es el instrumento de gracia más importante que tenemos los cristianos.

Y debería ser la primera opción en la vida.

Porque tanto nos permite dar gracias, como adorar a Dios, así como pedir por nuestras necesidades.

estampita marcador

Enfrentados a la oración hay como dos niveles en el desarrollo de la vida de oración.
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Uno es el de las personas que quieren profundizar en la vida de oración a nivel cualitativo: subir peldaños en un proceso de crecimiento en la oración.
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Y el otro nivel es el práctico, el de todos los días, de las personas que están luchando para conseguir tiempo y no olvidarse de orar.

Cada uno de nosotros está luchando en los dos niveles, por eso traemos 10 consejos prácticos para mejorar nuestra oración en cada uno de ambos niveles.

Recomendamos leer también 15 Consejos para Recobrar la Vida de Oración cuando Decae

 

LA ORACIÓN ES LA CLAVE PARA LA SALVACIÓN  

San Agustín dice que el que reza bien vive bien; el que vive bien muere bien; y para el que muere bien todo está bien. 

San Alfonso reitera el mismo principio: El que ora mucho será salvo; El que no reza será condenado; El que ora poco pone peligro su salvación eterna.

El mismo santo afirmó que no hay  gente fuerte o débil en el mundo, pero si hay gente que sabe rezar y gente que no.

En otras palabras, la oración es nuestra fuerza en todo tiempo y lugar.

pasion de cristo oracion

 

10 PRÁCTICAS PARA CRECER EN NUESTRA VIDA DE ORACIÓN

 

1 – Hacerlo con Convicción y Determinación 

No hay ninguna persona de éxito en este mundo que en cualquier proyecto no haya estado animado por una firme determinación para lograr su objetivo.

Súper Atletas, músicos consumados, profesores, expertos y escritores, nunca llegaron a la perfección por la mera expresión de deseos.

Sino por su firmeza y una tenaz determinación para llegar a su meta, contra viento y marea.

Por esa razón la doctora de la oración, Santa Teresa de Ávila, declaró:

«Debemos tener una determinada determinación para nunca darnos por vencidos en la oración.»

Si realmente creyéramos en lo más profundo de nuestro corazón en los tesoros de valor incalculable que se derivan de la oración, la transformaríamos en nuestro objetivo de vida para crecer constantemente en ella. 

 

2 – Invocar al Espíritu Santo como Maestro 

San Pablo dice que en realidad no sabemos pedir como deberíamos, pero el Espíritu Santo es quien intercede por nosotros y nos enseña a decir «Abba» Padre.

El Espíritu Santo es el Maestro Interior o educador.

San Pablo como María y los Apóstoles pasaban días y noches orando y ayunando.

Y estaban imbuidos con el poder divino, del Espíritu Santo. 

Antes de comenzar cualquier instancia de oración formal
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¿por qué no invocar la Persona del Espíritu Santo para ayudarte en tu debilidad?

Durante el transcurso de tu oración por qué no pedir que la presencia del Espíritu Santo ilumine tu mente y encienda tu corazón.

Él está más cerca de ti de lo que crees.

 

3 – Considerar el Tiempo, un Buen Lugar, Buena Voluntad, y Silencio 

Como en cualquier arte, a orar se aprende mediante la práctica.

Para aprender a orar, debemos tener un tiempo determinado, un buen lugar, buena voluntad de nuestra parte y nuestro espacio de silencio. 

Los verdaderos ganadores en los deportes, así como en la oración, trabajan diciendo: «La práctica hace al maestro».

grupo de oracion de jovenes

 

4 – Practicar la Penitencia 

Puede ser que nuestra oración se haya vuelto insípida, aburrida, sin vida, anémica y estancada por muchas razones.

Una posible razón podría ser una vida de sensualidad, indulgencia,  gula, y simplemente vivir más según la carne que según el espíritu. 

Como San Pablo nos recuerda, la carne y el espíritu están en mutua oposición. 

Jesús pasó cuarenta días y noches orando y ayunando. Los Apóstoles pasaron nueve días y noches orando y ayunando.

Uno no puede aspirar a una vida mística dirigida por el espíritu si no ha pasado por la vida ascética de la abnegación, mortificación y la penitencia.

Un pájaro necesita dos alas para volar; lo mismo ocurre con el seguidor de Cristo.

Para volar alto en la vida mística las dos alas son la oración y la penitencia.

Si no tienes la formación en la vida penitencial consulta a un buen director espiritual.

Y comienza con pequeños actos de penitencia para acumular fuerza de voluntad con el fin de hacer los actos más heroicos de la penitencia.

Si nunca lo has corrido antes, comienza con una cuadra hasta poder correr un kilómetro.

 

5 – Considerar una Dirección Espiritual

Los atletas necesitan entrenadores; los estudiantes necesitan profesores; los profesores necesitan mentores para aprender el arte.

Igualmente importante, los guerreros de la oración deben tener algún tipo de orientación y esto se llama dirección espiritual.

San Ignacio de Loyola insiste en que la vida espiritual es un camino de acompañamiento.

Santa Teresa de Avila tuvo varios santos dirigiéndola en su largo y doloroso camino para llegar a la perfección.

Así como San Juan de la Cruz, San Pedro de Alcántara y San Francisco de Borja.

Hay muchos obstáculos en el camino espiritual, sobre todo cuando uno persigue una vida profunda de oración.
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Por esa razón es necesario tener un director espiritual capacitado que conoce las trampas del diablo, las trampas siempre presentes.
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Y las cosas que pueden ayudar a crecer de manera constante en la santidad a través de una vida de oración más profunda y auténtica.

 

6 – Practicar la Oración y la Acción

Santa Teresa de Ávila señala que el crecimiento en la oración auténtica está demostrado por el crecimiento en la santidad y que significa la práctica de la virtud.

Jesús dijo que conocemos el árbol por los frutos.

Del mismo modo una auténtica vida de oración florece sucesivamente en la práctica de las virtudes:
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fe, esperanza, caridad, pureza, bondad, servicio, humildad y un amor constante por el prójimo y la salvación de su alma inmortal. 

La Virgen es modelo en todo momento, pero sobre todo en la íntima conexión entre la contemplación en la acción.

En la Anunciación admiramos a María absorta en la oración.

A continuación, en el siguiente misterio (en la Visitación) ella sigue la inspiración del Espíritu Santo para servir a su prima en una misión de amor.

En verdad podemos llamar a María como  una verdadera «contemplativa en la acción».

Al igual que ella, estamos llamados a ser contemplativos en acción.

mujer orando rosario

 

7 – Estudiar y Leer acerca de la Oración

Santa Teresa de Ávila no admitía a las mujeres que no supieran leer en el convento de las Carmelitas. ¿Por Qué?

La simple razón es que ella sabía lo mucho que uno podría aprender sobre muchos temas, pero sobre todo en la oración, a través de la lectura espiritual sólida.

¡Encontrar buena literatura sobre la oración y leer!
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¿Cuántas ideas útiles vienen a través de una buena lectura espiritual?

Una sugerencia: leer la cuarta parte del Catecismo de la Iglesia Católica. Esta es una obra maestra espiritual sobre la oración.

 

8 – Hacer Retiros Espirituales

Una manera más propicia para avanzar realmente profundamente en la oración es que te tomes un tiempo para un período prolongado para orar; esto lo llamamos un retiro espiritual.

Uno de los estilos más eficaces de retiros son los retiros ignacianos.

Podrían durar un mes entero, u ocho días, o incluso un retiro de fin de semana puede resultar muy valioso.

Al ver los Apóstoles abrumados con el trabajo, Jesús los exhortó diciendo: «Venid aparte por un tiempo y descansad…»

Este descanso que Jesús mencionó clásicamente se ha interpretado como un llamado al retiro espiritual.

Mira a tu programación anual y deja algún periodo para realizar un retiro.
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Períodos más prolongados de tiempo para la oración permiten una mayor profundidad en la oración.

 

9 – Confesión para Mejorar la Oración 

A veces la oración se vuelve extremadamente difícil debido a una conciencia sucia.

Jesús dijo: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios» (Mt 5: 8).

Después de una buena confesión, en la que la Preciosa Sangre de Jesús lava nuestras almas y limpia nuestras conciencias.
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El ojo interior del alma puede ver y contemplar el rostro de Dios con mayor claridad.

el poder de la oración

 

10 – Apelar a Nuestra Señora en la Oración  

Así como hemos mencionado la importancia de que el Espíritu Santo esté con nosotros como nuestro Maestro Interior, así también constantemente debemos suplicar a María que ruegue por nosotros y para que ore con nosotros, cada vez que dediquemos tiempo y esfuerzo a la oración.

Ella nunca nos fallará. 

Como Jesús convirtió el agua en vino en Caná por intercesión de María, pidamos su ayuda para que pueda socorrernos y dirigir nuestra oración insípida y sin sabor, convirtiéndola en el vino dulce de la devoción.

¡María nunca te fallará! Llámala y confía en ella.

 

COMO PRACTICAR LA ORACIÓN CON MAS REGULARIDAD

Sin embargo, la mayoría de nosotros luchamos, por lo menos en un momento u otro, para mantener una vida de regular oración. 

Tal vez estás ocupado en la universidad/escuela, ocupado criando a una familia, ocupado en el trabajo, o incluso todas estas opciones mencionadas al mismo tiempo.

Por lo cual de alguna manera la oración parece deslizarse a través de las grietas muy a menudo.

Para ayudarte a mantener la oración, como una parte regular de su vida diaria, te ofrecemos estos prácticos consejos que han ayudado a muchos orar con más regularidad. 

altar en el hogar

 

10 PRÁCTICAS PARA RECORDAR EL MOMENTO DE LA ORACIÓN

 

1 – Utiliza tu teléfono

Cada smartphone tiene programas incorporados y aplicaciones que nos ayudan a recordar.

Utiliza la función de «repetición» para establecer recordatorios diarios para orar. 

 

2 – Se específico

Al programar la oración en tu calendario, o agregarla a tu lista de tareas, no sólo escribas «rezar».

Sino más bien se específico y anota algo como «Rezar el Rosario» o «Rezar Dios te Salve María». 

Esto elimina lo que los psicólogos llaman la evitación de decisiones, o lo que el resto de nosotros llama: dejar algo para más tarde, porque es muy difícil decidir qué hacer ahora.

 

3 – Enmarca una oración y colócala a la vista de todos

A menudo, sólo pensamos en lo que está frente a nosotros.

Por lo que poner unas cuantas oraciones en la vista de todos escribiéndolas y enmarcándolas ayudará con nuestro objetivo.

Luego las puede colgar directamente en la pared, o utilizar marcos de soporte incorporado para colocarlos sobre una superficie plana.

Algunos buenos lugares podrían ser:

cerca del fregadero de la cocina, en tu escritorio, en tu mesita de noche, sobre el lavatorio de tu cuarto de baño, en un estante para libros por donde tu pases frecuentemente, o en una sala o mesa de entrada.

oracion escrita en espejo del baño

 

4 – Escribe una oración en el espejo de tu cuarto de baño

Hay muchas hermosas oraciones de la tradición católica, que no conocemos de memoria y las necesitamos ver una y otra vez para recordarlas.

Este sencillo consejo la forma de aprender a rezar oraciones rápidamente,  asegurándote de verla todos los días.

Toma un marcador no permanente y copia la oración a la derecha del espejo de tu cuarto de baño. 

Ahora, cada vez que te cepilles los dientes puedes decir mentalmente la oración.

Si eliges una oración bastante larga, es una buena manera de asegurarte que se estás cepillando todo lo que deberías.

 

5 – Transforma tu alarma de la mañana en un recordatorio para orar

Si utilizas tu teléfono para despertar en la mañana, y tienes la posibilidad de editar el nombre de la alarma.

Cámbiala a algo así como «¡Levántate! Ofrece este día a Dios» o «¡Buenos días! Gracias a Dios por ello!»

 

6 – Haz un lugar para la oración

Los altares caseros estos son una gran opción para hacer un espacio dedicado a la oración.

Tal vez tu situación actual no permite algo muy elaborado, no obstante una simple servilleta de tela o pañuelo con un pequeño crucifijo.

Quizás algunas tarjetas de oración y una vela pueden volverse un pequeño espacio digno de oración.

Tener un espacio dedicado a orar será un recordatorio, y una invitación constante a rezar cada vez que lo veas.

celular

 

7 – Usa oraciones o estampas como marcadores

Esto es particularmente útil para los estudiantes: mantener marcadores con oraciones o estampitas en tus libros, te permitirá rezar antes de iniciar su lectura o hacer una pausa orando.

Algunas tarjetas de Santos que podrías considerar son: San Francisco de Sales, santo Tomás de Aquino, en especial cuando se estudia, San Josemaría, y San José Obrero para tu lectura sobre trabajo y negocios.

 

8 – Cambia el fondo de pantalla

Recuerda que el fondo en la pantalla de tu ordenador, o teléfono puedes cambiarlo.

Considera la posibilidad de encontrar una imagen que te recuerde rezar.

O incluso puedes usar un sitio web gratuito o una aplicación para agregar una oración sencilla a tu imagen favorita. 

Algunas de estas oraciones “cortas” podrían funcionar bien.

Si quieres avanzar más, puedes bajar a tu Smartphone aplicaciones para rezar la Liturgia de las Horas; te recomiendo dos que son muy populares ePrex y iBreviary

 

9 – Pon un “icono de oración” en el escritorio del computador

Otra opción es simplemente guardando una imagen santa a la derecha de la pantalla de tu computador. 

En mayoría de los ordenadores es posible configurar una vista previa de archivos, de esta manera tendrás un pequeño icono (con un par de definiciones) en tu pantalla.

También puedes copiar y pegar oraciones en simples archivos de texto o documentos y guardar directamente en el “ícono” de tu escritorio.

manos en oracion fondo

 

10 – Ora durante el ejercicio o mientras caminas y antes de comer

El Rosario y la Coronilla de la Misericordia son oraciones ideales para rezar mientras caminas, vas en un ómnibus o manejando, estas en el gimnasio, haces deportes.

Puedes incluso llevar contigo un denario para seguir la oración, porque es más pequeño que un rosario.

Otra opción es llevar grabadas las oraciones en tu celular y repetirlas a dos voces.

Otra acción que puedes hacer es programarte para orar antes de comer, y sería mucho mejor hacerlo en familia.

 

MI EXPERIENCIA PARTICULAR CON SANTA TERESA DE JESÚS

En la madrugada del 15 de octubre pasado, a nuestro párroco se le ocurrió la feliz idea de enviarnos a toda la comunidad un whatsapp que fuimos leyendo a medida que nos despertábamos.

“Feliz día de Santa Teresa de Jesús, Madre del Carmelo Descalzo y Maestra del trato de amistad con Dios”.

¡Qué bonito! ¡Qué feliz despertar!

Y es que, de todas las Teresas con las que el Carmelo ha enriquecido el Santoral de la Iglesia, la santa de Ávila se eleva como Maestra de las que vinieron después.

Cuando nos referimos a oración, no podemos evitar nombrarla.

Ella nos enseñó que Dios nos espera oculto en el fondo de nuestra alma.

Sus moradas nos inspiran un viaje hacia el fondo de nuestro espíritu.

Una difícil travesía en la que debemos morir a nosotros mismos para encontrarnos con Él.

Porque Él está allí.

Y Su Luz se hace evidente para los que nos rodean si no hay barreras que lo oculten.

Barreras que atenúen esa Luz que es Él.

Que brilló en los Santos de forma especial y particular.

Y esa frase feliz del sacerdote, resume de forma exacta y misteriosa lo que fue y es Teresa.

Maestra del trato de amistad con Dios.

Ella no quería que sus monjas se limitaran a orar.

Ella las quería “orantes”.

Jesús nos quiere orantes.

Porque no hay otra forma de tener amistad con Dios que ser orantes.

Eso significa invitarlo, incluirlo a Él en todas nuestras actividades, nuestras decisiones, nuestros descansos, nuestros problemas.

Incluir a Jesús en nuestra vida. ¿Puede haber algo más bello?

Como los novios de Caná, que lo invitaron a su boda.

Y terminaron brindando, por Su causa, con el mejor de los vinos.

Para nosotros debería ser más fácil.

No necesitamos invitarlo, Él ya vino a nuestra alma.

Mora en nuestro interior y espera, con paciencia de eternidad, que vayamos descorriendo las cortinas que ocultan Su Luz.

Pero si nuestra voluntad no lo descubre, no habrá fiesta de bodas para nosotros.

Ser orantes.

Ser orantes significa sentarnos con Él en la máquina de coser, en la computadora, subir con Él al ómnibus, llevarlo a la panadería, al supermercado, a la reunión de Directorio, a la escuela.

Ser orantes es amar y dejarnos bañar con Su Amor.

Pero no solamente en las horas determinadas para hacer nuestra oración, sino siempre.

Siempre contigo, Jesús, amándote y dejándonos amar por Ti.

Hasta la Eternidad.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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