¿Cuáles son las razones por las que Roma sería destruida?
Diversas profecías católicas dicen que Roma, o sea la sede de la Iglesia Católica, el Vaticano, será destruida.
Y siempre se ha discutido si se trata de una destrucción física o una destrucción moral, o tal vez ambas.
Y se dice que será en medio de una gran persecución a la Iglesia.
La que estará relacionada con la purificación del mundo, que el cielo hará, quitando gran parte del mal de la Tierra, que provocará un enfrentamiento con los secuaces del maligno y una tribulación importante.
En este contexto es que se ubica la destrucción de Roma.
Aquí hablaremos sobre qué es lo que dicen las profecías sobre la destrucción de Roma, un papa huyendo y su martirio.
Y cómo se relaciona esto con la purificación y remodelación de la Iglesia, que sucederá cuando el cielo haga su limpieza del mundo, y con la era de paz también profetizada.
En varios videos hemos insistido que estamos en las puertas de un gran cambio en la humanidad, que hasta podemos llamar reinicio.
En el que le será quitado el poder al príncipe de este mundo, satanás, y será en medio de una tribulación importante.
Que luego se convertirá en una purificación mayor de la Tierra, que nos llevará a una era de paz.
Esta batalla es la que describe el apocalipsis, en especial el capítulo 12, que relata la batalla entre la mujer vestida de sol y el dragón rojo con 10 cuernos.
O sea la Virgen María, que está al frente de esta lucha contra los poderes que tienen en el mundo los secuaces de satanás.
La pregunta es cómo sabemos que estamos en este punto.
Y la respuesta es que hay varias profecías que lo señalan, además de los signos de los tiempos.
Aquí prestaremos especial atención a la llamada profecía de los papas de San Malaquías, y en adelante utilizaremos el título de gobernadores de la Iglesia, en lugar de Papas, para contemplar a todos nuestros suscriptores.
Nuestra Señora le puso nombre a este período, le llamó Final de los Tiempos.
Dijo en Garabandal que luego de la muerte de Juan XXIII quedaban 3 papas, o sea gobernadores de la Iglesia, más uno que no contaba por su poco tiempo en el gobierno.
Y que luego de ahí vendría el Final de los Tiempos, que luego la vidente Conchita aclararía que no es el final del mundo, sino un cambio del mundo.
Luego de la muerte de Juan XXIII llegó Pablo VI, al que le sucedió Juan Pablo I, el que gobernó sólo 33 días y era el que no contaba la Virgen, más tarde vino el pontificado de Juan Pablo II, para culminar con Benedicto XVI.
De modo que a partir de ahí quien gobierne la Iglesia ya está en el final de los tiempos.
Aunque ahí hay un tema discutido, sobre si el gobierno de Francisco y el de Benedicto XVI no son el mismo pontificado, porque Benedicto no terminó su gobierno de la Iglesia.
Pero a decir verdad los signos de los tiempos muestran que algo ha cambiado, especialmente durante el gobierno de Francisco.
Hemos visto llegar una serie de tribulaciones a la Iglesia y al mundo, que marcan un quiebre con la continuidad anterior.
En el mundo vemos la velocidad que ha tomado la decadencia moral, y llegó la pandemia y la guerra.
Y en la Iglesia el desconcierto, la apostasía, las herejías que se han multiplicado.
Y este quiebre es el que predice la profecía de los Papas de San Malaquías.
Para los que no conocen la profecía de Malaquías, diremos brevemente que San Malaquías de Amargh fue un arzobispo irlandés del siglo XII.
El que es recordado por su reforma y reorganización de la iglesia irlandesa que le trajo obediencia a Roma.
Fue canonizado por Clemente III en 1190 y se le atribuyen varios milagros, así como la visión sobre la línea de sucesión de los papas, que es de lo que estamos hablando.
Fue muy amigo de otro muy influyente en la política europea y en la Iglesia en su época, el cisterciense San Bernardo de Claraval, en cuyos brazos murió Malaquías, y quien escribió una biografía del irlandés destacando su don de profecía.
En la biografía no menciona la profecía de los papas, y es razonable que no lo hiciera hasta cierto punto, porque Bernardo de Claraval era una figura central articulando las posiciones entre papas, antipapas, emperadores y diversos reyes y nobles de la época.
Y estas profecías de Malaquías eran de naturaleza peligrosa e incluso explosiva políticamente.
Este fue un tiempo en que la Iglesia estaba involucrada en varias luchas en el extranjero y en casa, y había mucha política.
Y lo cierto es que la profecía casi no circuló en tiempos de Malaquías y fue encontrada en los Archivos Secretos del Vaticano recién en el año 1556, y publicada en 1595 por un monje benedictino en su Lignum Vitae, una historia de la Orden Benedictina.
La profecía de los Papas de Malaquías se trata de 112 frases cortas en latín, muy precisas, identificando a cada uno de los Papas, desde Celestino II en 1143 en adelante.
Esas descripciones indican sus lugares de nacimiento o ciudades donde vivían o afiliaciones familiares o su escudo de armas, etc.
Por ejemplo a Juan Pablo II lo describe como «del eclipse solar» y fue el único Papa que nació el día de un eclipse de sol y fue sepultado el día de otro eclipse de sol.
Benedicto XVI se describe como «gloria del olivo» y eligió el nombre del fundador de la orden benedictina en cuyo escudo hay un olivo.
Y el lema 112, el último, que teóricamente sería de Francisco, lleva el nombre Pedro el Romano, y se pueden ver las coincidencias porque Francisco tomó el nombre de San Francisco de Asís, cuyo segundo nombre era Pedro, y enfatizó el hecho de que él es el obispo de Roma, minimizando su papel como jefe supremo de la Iglesia Universal.
Pero aquí hay un quiebre, este lema está expresado de otra forma que el resto.
El lema 112, el último en la lista, con el cual se terminaría la sucesión de gobernadores de la Iglesia, tiene un texto adicional muy significativo.
Dice,
«En la persecución final de la Santa Iglesia Romana, se sentará [en el trono] Pedro el Romano que apacentará sus ovejas entre muchas tribulaciones, y cuando estas cosas acaben, la ciudad de las siete colinas [Roma] será destruida y el juez terrible juzgará a las personas. El Fin».
Este texto nos dice que luego del lema 111, que habría correspondido a Benedicto XVI, vendría una gran persecución a la Iglesia, que llama «persecución final».
Aquí se expresa entonces el quiebre, el final significa que lo que viene no es su estricta continuidad.
Y luego da tres informaciones más, que no es usual en los otros lemas.
Primero, dice que Petrus Romanus gobernará la Iglesia en medio de muchas tribulaciones.
Segundo, que luego Roma será destruida.
Y tercero, que el juez terrible, o sea Dios, hará un juicio a todas las personas.
Algunos han querido ver en el lema 112 de Petrus Romanus una sucesión de varios Papas.
Algunos hablan de 3 gobernadores de la Iglesia.
Uno que gobernaría la Iglesia entre muchas tribulaciones, que quizás pudiera corresponder a Francisco.
Otro que sea el que presencie la destrucción de Roma y eventualmente sea el que tenga que huir de Roma, como menciona la profecía de San Pio X.
En 1909 Pio X tuvo una visión, dice, «¡Lo que he visto es aterrador! ¿Seré yo el indicado o será un sucesor? Lo cierto es que el Papa dejará Roma y, al salir del Vaticano, tendrá que pasar por encima de los cadáveres de sus sacerdotes».
Y luego, antes de morir en 1914, agregó que ese sucesor suyo «se refugiará en algún escondite, pero tras un breve respiro, morirá de una muerte cruel».
Estas visiones son casi un calco de las que luego Nuestra Señora daría en la visión del tercer secreto de Fátima, del obispo vestido de blanco que sube a una montaña pasando en medio de cadáveres y es muerto al pie de una cruz.
Y el tercer gobernador de la Iglesia del lema Petrus Romanus, sería el de la época del castigo a la humanidad, que sucederá luego del Aviso y del Milagro, según lo que Nuestra Señora dijo en Garabandal.
Que implica el juicio de Dios sobre cómo han respondido los hombres al llamado de la vuelta a la fe, que el cielo está haciendo hace 2 siglos.
Y es coincidente con lo que se ha denominado como Juicio a las Naciones.
Después del castigo, San Juan menciona en el Apocalipsis que ve las almas de aquellos que han de participar con Cristo en el gobierno de Su Iglesia por mil años, lo que se sitúa luego de la tribulación.
O sea que así como Cristo tuvo su pasión, muerte y resurrección, también la tendrá la Iglesia, porque es el cuerpo místico de Cristo, y sigue sus pasos.
Y por lo tanto, luego de esto, tendrá que ser presentada purificada y con un nuevo aspecto.
Esta resurrección de la Iglesia será con una nueva línea de gobernadores y fuera de Roma.
¿Qué forma tendrá?, aún no lo sabemos.
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el quiebre en la sucesión de gobernadores de la Iglesia que predice Malaquías, la eventual destrucción de Roma y la instalación de la Iglesia en otro lugar y con un nuevo vestido.
Y me gustaría preguntarte si crees que Roma podría ser destruida y quien crees que lo hará.
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Me llama poderosamente la atención que si bien hay un montón de «profecías» católicas sobre este futuro suceso, en este artículo, muy interesante, no se haya hecho referencia en lo más mínimo a su principal referencia escatológica hallada en las sagradas escrituras en el libro de Apocalipsis capítulo 17 donde se habla que los 10 cuernos de la bestia (10 monarcas) en algún momento descargarán su infernal ira contra la mujer (Roma), la quemarán, devorarán sus carnes (la despojarán de todas sus riquezas) y luego la reducirán a cenizas borrándola del mapa. Apocalipsis 18:21 añade un detalle adicional diciendo en sentido figurado que un ángel tomará una piedra de molino y la arrojará al mar describiendo en lenguaje un tanto figurado como terminará de desaparecer lo que haya quedado de Roma, la cual se hundirá en el mar y nunca más será hallada. Como si nunca hubiese existido. TY no es precisamente el Vaticano como tal el que solo será destruido, si no la ciudad de Roma entera, que según la escritura, es la ciudad que está ermpapada y ebria de la sangre de los santos y de los mártires de Jesús, de los santos de Dios y de los masacrados en el mundo (17:6 y 18:24)
Todas estas visiones católicas serán importantes para el católico practicante, pero jamás revestirán la importancia que tiene el pasaje bíblico porque es inspirado, y sin lugar a dudas, se refiere a Roma porque es la gran ciudad que reinaba y aun reina sobre los reyes de la tierra (17:28).
Mi oración es que a todos los católicos se les abran los ojos de su entendimiento y sepan que Jesús derramó su Preciosísima Sangre también por ellos, y que sean salvos de todos estos horrores que han de venir, su Palabra es la Verdad, y se cumplirá. Cielo y tierra pasarán más Su Palabra no pasará.