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En qué se manifiesta el poder del nombre de María.

Los católicos saben que el nombre de María, de la Virgen María, tiene poder sobrenatural.

Lo han comprobado por mensajes que han sido dados a videntes desde antiguo y por las reacciones de los demonios en los exorcismos.

Esto no es magia, sino que tiene su explicación racional.

Aquí hablaremos sobre cómo le fue dado el nombre de María a la Santísima Virgen, qué cosas se logran invocando el nombre de María, qué promesas ha dado Jesús a quienes lo digan con confianza y devoción, y cómo la invocación a Su nombre nos protege y nos defiende en la lucha contra el maligno.

La beata Ana Catalina Emmerich dice que cuando la Virgen María nació, a sus ocho días, le pusieron el nombre María.

Y siguiendo los ritos de la época le ungieron los cinco sentidos y colocaron un pergamino con su nombre en el pecho.

Recordemos que para los judíos el nombre que se da a las personas describe su personalidad y carácter.

Pero su nombre no fue una idea terrena.

San Alfonso María de Ligorio dice que el nombre de María no fue una idea terrena, sino una disposición del cielo.

Lo que atestiguan San Jerónimo, San Epifanio, San Antonio entre otros.

De esta manera las tres personas divinas le dieron ese nombre, que es superior a cualquier otro fuera del nombre de su Hijo.

Nuestra Señora le dijo a Santa Brígida,

«Mi nombre es María, como dice el Evangelio.

Cuando los ángeles oyen este nombre, se regocijan y dan gracias a Dios por la grandísima gracia que obró en mí y conmigo, porque ellos ven la humanidad de Mi Hijo glorificada».

Y además le dijo,

«Las almas del purgatorio se regocijan de especial manera, como cuando un hombre enfermo que está en la cama escucha alentadoras palabras de otros y esto agrada a su corazón haciéndole sentir contento».

Por eso la Iglesia decretó una fiesta para celebrar el Dulce Nombre de María.

La celebración del Dulce Nombre de María el 12 de septiembre, 4 días después de festejar su nacimiento, el 8 de septiembre, se debe al Papa Inocencio XI, quien declaró la fiesta para perpetuar la victoria que los austriacos y polacos, liderados por Juan Sobieski, consiguieron contra los musulmanes turcos en 1683, en Viena.

Hicimos un video al respecto https://youtu.be/aqfEcIrKzng 

Cuando el ejército musulmán avanzó contra Viena, el Papa ordenó que fuera recitado el rosario en todas las casas religiosas e iglesias de Roma.

Los católicos en toda Europa ofrecían las mismas oraciones.

Se practicaban devociones especiales a Nuestra Señora Auxilio de los Cristianos en la iglesia de los Capuchinos en Viena.

Y una imagen colgante se convirtió en el símbolo de la victoria cristiana sobre los turcos.

Finalmente la victoria sobre los musulmanes llegó el 12 de septiembre, por eso la fecha de la fiesta del Dulce Nombre de María.

El Rey polaco Juan Sobieski se preparó para el combate contra los musulmanes comulgando y oyendo devotamente la santa misa, al igual que todo el ejército polaco.

Luego, los valientes soldados de caballería, con sus penachos de plumas, fueron lanzados por el mismo Sobieski en una carga a toda velocidad al centro de la línea otomana.

Y al grito de Jesús, María, ayúdennos, fueron carga tras carga.

Fue la mayor carga de caballería en la historia: 20.000 jinetes polacos, alemanes y austríacos.

El papa Inocencio XI atribuyó el mérito y la gloria de aquella jornada al favor y socorro de María.

Por eso quiso dedicar ese luminoso día de septiembre a la fiesta de su Santísimo Nombre.

Y es tradición que el cristiano honre el dulce nombre de María acostumbrando comer croissants en la cena, un pan con forma de media luna, para simbolizar la derrota de los musulmanes.

Significando que se comen a un adorador de la media luna, o sea a un musulmán.

Y otra costumbre es sentar la imagen de la Virgen bebe en el regazo de su madre Santa Ana en el pesebre dedicado a María para su nacimiento.

Sobre el nacimiento de la Santísima Virgen ya hicimos otro video.

Esta devoción viene del cielo.

Santa Brígida oyó que Jesucristo prometió a Su Santísima Madre que concedería tres gracias especiales a quienes invocaran ese nombre sagrado con confianza:

Primero, que Él les concederá la contrición perfecta por sus pecados.

Segundo, que sus pecados serán expiados.

Y tercero, que Él les dará la fortaleza para alcanzar la perfección, y a la larga, la gloria del paraíso.

Y también Nuestra Señora le dijo a Santa Brígida cómo actúa Su nombre, le explicó, 

«Al oír mi nombre, los ángeles buenos se acercan inmediatamente a las almas de los justos, a quienes han sido dados como guardianes, y se regocijan en sus progresos».

Y le habló también sobre la importancia de su nombre en la lucha contra los demonios.

Le dijo,

«Los demonios todos se espantan y temen mi nombre.

Al sonido del nombre de María, sueltan inmediatamente a la presa que tengan en sus garras».

Pero alertó que ellos siempre están al acecho, diciendo que vuelven de nuevo rápidos como una flecha cuando no se ha producido una enmienda de vida de la persona que invocó el nombre de María.

O sea que el demonio se mantiene lejos de la persona a menos que vuelva a pecar mortalmente.

Pero sentenció,

«Nadie está tan enfriado en el amor de Dios que no se aleje de él el demonio si invoca mi nombre, y si tiene la intención de no volver más a sus malos hábitos»

Por eso los exorcistas saben que una de las funciones principales que tiene el dulce nombre de María es en el combate con los demonios.

El nombre de María es lo que más aterroriza al demonio.

Porque él sabe que la Inmaculada va a triunfar. Y eso le produce una tremenda angustia.

En la primera profecía que aparece en la Biblia, Génesis 3:15, Dios le dice que Ella y su descendencia aplastará la cabeza de la serpiente, que es el demonio. 

Concretamente, «Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la de ella; ella te pisará la cabeza, y tú le herirás en el talón»

La humildad de María fue tan radical que por eso aplasta la «cabeza orgullosa» de satanás y por tanto es la defensa más segura contra él y sus ataques. 

Él demonio sabe que esto es así, por lo que su estrategia es robarle tantas almas como sea posible.

Hace todo lo posible para que la gente no rece el rosario, no haga altares, no le ponga flores a sus imágenes.

Quiere que sus hijos se olviden de Ella.

Por eso Tomas a Kempis afirma que los demonios temen a la Reina del cielo a tal punto que sólo con oír pronunciar Su gran nombre, huyen de la persona que lo dice, como si se tratara del fuego ardiente.

Y por lo tanto durante el Rito del Exorcismo, el sacerdote rezará para expulsar al demonio del poseído diciendo: 

«La gloriosa Madre de Dios, la Virgen María, te lo ordena; ella que por su humildad y desde el primer momento de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza».

Y los exorcistas han escrito las cosas que le dicen los demonios durante los exorcismos, obligados a hablar y decir la verdad en el nombre de Jesús.

Reconocen,

«Ella nos arrebata más almas que todos los ángeles y todos los santos juntos».

Y comparan a María con un ejército formidable.

El famoso exorcista Padre Gabriele Amorth confirmó esta realidad en sus diálogos con el diablo, cuando el diablo le dijo: 

«Tengo más miedo cuando dices el nombre de la Virgen, porque me siento más humillado por ser golpeado por una simple criatura, que por Él», refiriéndose a Nuestro Señor Jesucristo.

Y buscan detenerla pero le admitieron a Amorth que no logran hacerlo, y explican la razón, 

«porque ella es más poderosa que nosotros, el mal no tiene poder sobre ella».

Y un demonio le explicó otras razones de su enojo diciéndole,

«Me enoja porque es la más humilde de todas las criaturas y porque yo soy el más orgulloso.

Porque ella es la más pura de todas las criaturas, y yo no lo soy.

Porque, de todas las criaturas, ella es la más obediente a Dios, ¡y yo soy un rebelde!»

Y según el exorcista italiano Padre Sante Babolin, mientras invocaba insistentemente a la Santísima Virgen María en un exorcismo, el diablo le respondió: 

«Ya no soporto a Esa (María) y tampoco te soporto más a ti».

Y descubrió que las reacciones más fuertes del diablo durante el exorcismo ocurren cuando se hace referencia a sus apariciones. 

Por lo tanto, Babolin invoca frecuentemente a la Virgen María bajo sus títulos de Lourdes, Fátima o Guadalupe en los exorcismos.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la importancia del Dulce nombre de María, que nos ayuda en nuestro proceso de conversión y salvación y es una protección segura contra el demonio. 

Y me gustaría preguntarte si crees que los católicos en general tienen suficiente devoción a la Virgen María actualmente o no. 

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