Una explicación para los desconcertados.
La muerte de Joey Lomangino el 18 de junio pasado ha desconcertado a algunos que siguen las apariciones y profecías de Garabandal y en algunos casos, ha generado desconfianza sobre su credibilidad, debido a la famosa frase que la vidente Conchita trasmitió de María a Joey: ‘tú recibirás nuevos ojos en el día del gran milagro’, y no recuperó los ojos antes de morir. Ver aquí el artículo de la muerte de Joey. El Padre Justo A. Lofeudo, amigo de la vidente Conchita y seguidor de las apariciones, ha escrito su interpretación del asunto.

 

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Hemos dicho permanentemente desde los Foros que no se puede tomar ‘pieletristamente’ los mensajes que dan los videntes sobre lo que les comunica María, porque ellos trasmiten algo que oyeron y no necesariamente lo pueden trasmitir íntegramente y sin agregarle – inconscientemente – sus propios deseos. Y por otro lado, no necesariamente los mensajes tienen la misma significación para todos, porque como veremos en el caso de Joey Lomangino, el mensaje sobre la recuperación de sus ojos, él parece haberlo tomado de otra forma que otros que lo usaron para sus cálculos de los tiempos finales.

En su explicación Lofeudo señala que,

Con la muerte de Joey Lomangino se ha desatado una serie de cuestionamientos acerca de Garabandal. Muchos esperaban que se cumpliese lo que se había dicho, que Joey recuperaría la vista el día del milagro y entre ellos están los que ahora dudan o podrían incluso dejar de creer en la veracidad de lo acontecido en Garabandal, y se equivocan.

Y contrapone a aquellos que creen en los mensajes a aquellos que están pendientes de cálculos sobre el Aviso y el Milagro anunciados,

Lo importante no es adivinar fechas sino vivir los mensajes. Y esto es lo que a Joey Lomangino le importaba. Él no especulaba con fechas ni nunca preguntó a Conchita acerca del milagro que, se decía, debería beneficiarlo. No le preocupaba eso.

Y hace una revelación, que fundamenta la explicación:

Lo que casi nadie sabe es que Joey había ofrecido sus ojos a Dios por Garabandal. Su mayor anhelo era vivir los mensajes y difundirlos para que todos lo viviesen y más nada.

Lo que ha sucedido, interpreta Lofeudo, es que se dio estado público – para calcular las fechas de los eventos extraordinarios – al mensaje de María a Conchita sobre los nuevos ojos de Joey,

La prueba que el mensaje de la Virgen a Joey sobre los “nuevos ojos” no debería afectar a nadie es que no afectó a su destinatario, porque Joey Lomangino siguió con su apostolado mientras las fuerzas le asistieron. Sólo él pudo entender aquello de los “nuevos ojos”, ojos nuevos de la mirada de fe, de alegría (siempre mantuvo su óptimo humor), de esa mirada que supera la cruz y no sólo la hace soportable sino querible porque en ella se descubre el poder de salvación cuando es unida a la cruz de Cristo. Esa mirada de fe que hizo en su caso del sufrimiento oblación, oferta a Dios por lo que más amaba: que la Virgen Santísima fuese escuchada y seguida en todo lo que dijo en Garabandal. 

Lofeudo también trata la desconfianza que sucitó la muerte de Joey en el marco de una comprobación de que sobre el final muchos dejarían de creer,

Además, se había dicho que al final muchos dejarían de creer en Garabandal. Algo habría de ocurrir que provocaría ese descreimiento. Más de una pueden ser las causantes: el transcurso del tiempo que hace perder la tensión original y el entusiasmo y, para los que esperan ansiosamente el Aviso, el que tarde tanto en venir; durísimas pruebas en el porvenir; desconcierto y confusión y también algo que se haya asegurado iría a ocurrir y luego no se cumple.

En esta última categoría caería para algunos el fallecimiento de Lomangino, que muere ciego. Sin embargo, paradojalmente, esta muerte para otros que ahonden en los signos justamente sería indicio de la cercanía del final, porque se dijo “al final muchos dejarían de creer”.

Sin embargo, un signo muy claro ha sido la fecha de la muerte de Joey,

Signos los hay y ahora más que nunca, para quienes quieran verlos. Signo es la misma muerte del apóstol de Garabandal que ha originado este artículo, porque ¿qué mayor signo puede ahora el Cielo mostrarnos en relación a Joey Lomangino que el de la fecha de su partida? ¡Nada menos que el 18 de junio, aniversario de la primera aparición del Arcángel San Miguel en San Sebastián de Garabandal y del segundo mensaje del 65!

Y finaliza haciendo un llamado a vivir los mensajes de Garabandal, y de paso también los de Medjugorje, que Lofeudo es uno de los principales difusores en el mundo hispano,

Resulta claro, de una claridad meridiana, que hay que dejar de pensar en cuándo será el Aviso, que ciertamente vendrá como acto de la misericordia divina, o cuál la fecha del Milagro, que también vendrá porque la Santísima Virgen lo dijo. Démonos en cambio por avisados y permanezcamos alerta que lo urgente es convertirse el día de hoy – porque de este hoy, de lo que hagamos o dejemos de hacer, depende nuestra eternidad – y no imaginar cómo será el mañana. “Así que no os preocupéis del mañana, el mañana se preocupará de sí mismo. A cada día le basta su pena” (Mt 6,34).

En el núcleo de los mensajes y hechos de Garabandal está la Eucaristía. Es la Eucaristía a la que debemos honrar y guardar la máxima devoción y respeto porque es la misma Persona de Cristo. Darle la importancia a la que nos llama la Virgen significa que debe estar en el centro de nuestra vida espiritual y ser celebrada y participada con dignidad y unción.

Los mensajes son una unidad en la que todo tiene que ver con todo. Así, la devoción y el respeto a la Eucaristía exige también la purificación del corazón, la reconciliación con Dios que supone también la reconciliación con el hermano, a quien se le ha perdonado las ofensas o reparado el mal contra él cometido. Es de un corazón así que la oración es escuchada y que es posible meditar con frutos la Pasión del Señor, a la que nos exhorta al final la Santísima Virgen. Meditarla también nos llevará a abandonarnos en Él, sin temor ni especulación alguna.  

Puede leer el artículo íntegro aquí.

Fuentes: Virgen de Garabandal, Signos de estos Tiempos

 

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