La maravillosa Ayuda que podemos Recibir de las Almas del Purgatorio [cómo obtenerla]

Ayudarnos en la Tierra es parte de su purificación en caridad.

El purgatorio es un lugar de purificación que fue revelado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

Y aún existiendo esta evidencia, las iglesias que surgieron de la protesta luterana no lo aceptan, porque no dice la palabra purgatorio explícitamente.

Y no sólo no lo aceptan, sino que hacen la guerra a los católicos por creer en esta revelación bíblica.

El purgatorio existe como un lugar de misericordia de Dios para los muertos, como para los vivos.

Para los muertos porque si a las personas que mueren con pecados veniales, no se les da una oportunidad de purificarse, deberían ir al infierno, porque en el cielo entra sólo lo puro.

Y para los vivos también, porque tienen la posibilidad de hacer actos de caridad orando y haciendo sacrificios por las almas del purgatorio

Y a su vez, que las propias almas purgantes les ayuden en la Tierra, ya mientras están purgando, así como también cuando partan para el cielo.

Aquí hablaremos sobre las evidencias de cómo las almas del purgatorio ayudan a los seres humanos vivos en la Tierra y cómo los vivos podemos ayudarles a llegar al cielo cuanto antes.

El tiempo de la prueba que tenemos en la Tierra termina cuando morimos y entonces ahí se acaba el lapso útil para adquirir méritos.

Si no cargamos con pecados mortales, pero aún tenemos pecados veniales, estaremos salvados, pero pasaremos un tiempo en el purgatorio.

Allí nuestras almas ya serán incapaces de pecado o error, no correrán ningún riesgo de condenación y comenzarán su purificación.

Esto queda bien explicado por San Estanislao Kostka, quien por el 1070 resucitó a un hombre llamado Peter.

Le dio la opción de regresar a la vida terrenal o ir al purgatorio, y Peter eligió el purgatorio, para no arriesgarse a cometer pecados e irse al infierno.

Porque el pecado en la Tierra está tan camuflado que muchas veces nos hace caer, y muchos no se arrepienten, y van haciendo pecados cada vez más graves.

Pero Dios es tan misericordioso que nos permite expiar nuestros pecados a través de los fuegos purificadores del purgatorio, en lugar de una condenación merecida.

En el purgatorio debemos pagar hasta el más mínimo pecado y lavar la más mínima mancha.

Por eso es descrito por los místicos como un fuego que purifica.

En lugar de destruir como los fuegos del infierno, el fuego del purgatorio expía el dolor debido a los pecados mortales, que han sido perdonados a través del sacramento de la confesión, y los pecados veniales no arrepentidos.

¿Cómo es este fuego que quema los pecados en el alma? Sólo Dios lo sabe.

Pero el Siervo de Dios padre Dolindo Ruotolo explica que las almas del purgatorio poseen un gozo inexplicable para los estándares terrenales.

En el que el alma se mueve siempre hacia arriba por su intenso amor por Dios y el deseo de unirse a Él.

Estas almas tienen la felicidad de que su salvación está garantizada, saben que algún día verán a Dios cara a cara, y por eso abrazan su sufrimiento para alcanzarlo.

Al estar libres de sus cuerpos, su inteligencia queda iluminada, ven las cosas tal como son, el mal es mal y el bien es bien.

La neblina seductora que esconde el mal se ha disipado.

Ejercitan la virtud de la esperanza, que es una virtud propia del purgatorio, porque aún no conociendo los límites de su purificación, anhelan a Dios con tal intensidad de amor, que no podemos formarnos alguna idea.

Y es tal su deseo de ir cuanto antes al cielo que bajan a la Tierra, con permiso de Dios, para pedir oraciones y sacrificios a sus seres queridos, para acelerar su purificación.

Por ejemplo podemos citar una manifestación aprobada por el obispo de Spoleto en 1921, que sucedió en un convento de las Clarisas.

Un alma purgante se manifestó 28 veces.

Tocaba la campanita de la entrada para que bajara la abadesa y solía decir, «dejo aquí diez liras para oraciones».

Cuando le preguntaban de parte de quién, respondía «no me es permitido decirlo».

Aunque el 3 de octubre de 1919 dijo claramente a la superiora, «soy un alma purgante, hace cuarenta años que me encuentro en el purgatorio por haber disipado bienes eclesiásticos».

Y en otra oportunidad dijo que era sacerdote.

En total dejó 300 liras y le fueron celebradas 38 misas.

Y el 9 de noviembre, al bajar la abadesa al sonido de la campana, le dijo, «alabado sea Jesús y María, le agradezco a Ud. y a la comunidad, lo que han orado por mí ya estoy libre de toda pena».

Y a petición de la abadesa le dio la bendición sacerdotal en latín.

El lugar donde sucedieron estas manifestaciones, ha sido transformado en capilla dedicada a orar por las almas del purgatorio, especialmente por los sacerdotes difuntos.

Cualquier pequeña oración, penitencia, indulgencia u ofrenda de sufrimiento que hagamos en nombre de las almas del purgatorio, puede acelerar grandemente su pasaje al cielo.

Y es algo bíblico, mal que les pese a los protestantes, porque en la segunda de Macabeos 12 se lee, «es bueno y piadoso rezar por los difuntos para que sean liberados de sus pecados».

Puede ser mediante misas gregorianas que son 30 misas seguidas, que surgieron cuando el Papa San Gregorio Magno llegó a un acuerdo con un amigo, pactando que cuando uno de los dos muriera, el sobreviviente oraría por el difunto.

El amigo del Papa murió primero, y poco después su amigo se apareció a Gregorio sufriendo intensamente las penas del purgatorio y reclamando la promesa.

Entonces el Papa le dedicó las misas de 30 días a su amigo.

Y fue después del mes de misas, el amigo se le apareció yendo al cielo, dándole las gracias por las muchas oraciones ofrecidas.

También está el acto heroico del Voto de Ánimas que recomendó Pio IX a todos los fieles y dio indulgencias.

El que consiste en poner en manos de la Virgen María, todas nuestras buenas obras, incluso las que otros harán por nosotros, antes o después de nuestra muerte, y que Ella las distribuya en favor de las almas del purgatorio.

Este acto de caridad es una gran alegría para María, porque ponemos todo en sus manos, para que Ella pueda liberar a sus hijos que sufren.

En un artículo que publicamos está el texto de la oración del voto de ánimas y accedes por un link que te dejo en la descripción de este video.

Pero además, estas almas nos ayudarán, tanto desde el purgatorio cuando todavía permanezcan allí, como desde el cielo, cuando lleguen allí.

Hay muchos testimonios de las almas del purgatorio ayudando a los vivos que rezan por ellos.

Tenemos por ejemplo el caso de una mujer que le rezaba a las almas del purgatorio, por la seguridad de su esposo joyero.

Y una noche lo persiguieron ladrones, pero tuvo la fortuna que cuando pasó por al lado de una iglesia, de repente se abrió la puerta y salió un cortejo de frailes encapuchados acompañando un féretro.

El joyero no encontró nada mejor que unirse a aquel cortejo, que precisamente pasó por la puerta de su casa y regresó por tanto a salvo.

Pero resulta que de noche no se realizan entierros y la esposa vio que su esposo venía sólo, no vio al cortejo.

También tenemos el caso de un sacerdote que fue despertado de noche por una mujer para que fuera a confesar a un moribundo y le escribió la dirección en un papel.

Cuando el sacerdote llegó se encontró con un joven en perfecto estado de salud, el padre le mostró el papelito y el joven quedó sorprendido porque reconoció la letra.

Y le pidió al sacerdote reconciliarse con Dios confesando sus pecados porque hacía 2 años que quería hacerlo.

Satisfecho por la obra el cura regresó a su casa, cuando de repente sonaron las sirenas y la ciudad fue bombardeada, era plena segunda guerra mundial.

Corrió a socorrer a los heridos. Y entre ellos vio el cuerpo sin vida del joven, que tenía en el bolsillo la foto de su madre muerta con una bendición escrita a mano.

El cura reconoció que era la mujer que había ido a verlo y la letra que aparecía en la foto diciendo «tu mamá», era la que había escrito en el papelito.

Santa Catalina de Bolonia afirmó que obtuvo más favores orando por la intercesión de las almas en el purgatorio, que los que obtuvo de los mismos santos en el cielo.

Y a Santa Gertrudis le fue revelado que lo que hacemos por las almas del purgatorio es mirado por Nuestro Señor como si se lo hubiéramos hecho a Él mismo, como si lo hubiésemos librado de una prisión de fuego.

Por otro lado, los vínculos de amor son santificados por Dios y por esta razón, las almas pueden aparecerse a aquellas personas que amaron, con el permiso de Dios.

Por este vínculo de amor ellas pueden advertirnos y protegernos de futuros peligros, con la luz que Dios les da.

En general las almas del purgatorio se manifiestan en el sueño para no asustar.

Y se muestran como eran en vida o con símbolos que las identifican.

Y para comunicar un aviso o la predicción de un suceso, se valen de imágenes formadas en la mente de la persona viva.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo nos ayudan las almas del purgatorio en nuestra vida y cómo les podemos ayudar nosotros, para purificarse lo antes posible para que puedan llegar al cielo.

Y me gustaría preguntarte si has tenido alguna manifestación que consideras que es de un alma del purgatorio y si rezas por ellas.

VOTO DE ÁNIMAS

«Oh Padre celestial, en unión con los méritos de Jesús y de María, os ofrezco por las almas del purgatorio todas las obras satisfactorias de mi vida entera y todas las que por mí se ofrezcan después de mi muerte, y estas obras las deposito en las purísimas manos de María Inmaculada para que ella las aplique a las almas que, en su sabiduría y bondad maternal, quiera sacar del purgatorio. Dignaos, Dios mío, recibir y aceptar este ofrecimiento que hago por medio de María y dadme la gracia de morir en tu amor. Amén»

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