A partir de 1985 se comenzaron a dar una serie de apariciones de la Virgen.

Que se iniciaron por 12 niños y en la puerta del Castillo de la plaza principal.

Y que prosiguieron con otros videntes.

reina del castillo oliveto citra

El acompañamiento pastoral del Párroco y el Arzobispo ha dado abundantes frutos.

Y es en Oliveto Citra donde se encuentra además el milagro para beatificar a Don Doménico Lentini en 1987.

Oliveto Citra es una pequeña ciudad de unos 4.000 habitantes, en la provincia y diócesis de Salerno, a dos horas al sudeste de Nápoles, al sur de Italia.

La principal actividad de los habitantes es la agricultura, aunque hay también algunas industrias.

Después de 1985, el año de la primera aparición de la Virgen, han nacido una serie de bares, tiendas de recuerdos, hoteles.

 

EL CASTILLO

El castillo de Oliveto Citra, donde ocurrió la primera aparición, se remonta a la época medieval.
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Se supone que durante el Renacimiento ha sufrido transformaciones debido a nuevas necesidades en términos de arquitectura y fortificación de la época.

Desde 1556 hasta principios de 1600, Oliveto fue de los Blanch y a continuación pasó para el Marqués Marco Antonio Cioffi de Salerno, en la mitad del 1600 siguió en la parentela de los Cioffi, en la segunda mitad de los 700 a los Macedonia, el marqués de Reggiano.

Por lo tanto, fue en el período de los barones Blanch-Cioffi-Macedonia que se llevó a cabo la labor de reconstrucción del castillo.

El castillo tiene forma trapezoidal y se encuentra sobre una sólida piedra caliza.

El plano es castrense, con un reciento tendencialmente circocentrico.

Estas ruinas están muy dañadas por el terremoto del 23 de noviembre de 1980.

Hoy es destino de frecuentes peregrinaciones marianas, porque a lo largo de la antigua escalera que conduce de la plaza al interior del castillo, interrumpida por una puerta de hierro, en 1985, en la noche del 24 de mayo, comenzaron las apariciones de la Virgen a diferentes videntes.

entrada al castillo de oliveto citra

 

LA IGLESIA MADRE DE OLIVETO CITRA

La Iglesia Madre está dedicada a Santa Maria della Misericordia, es la sucesora de la primera iglesia parroquial que estaba en la plaza, debajo de la torre, con el título de la iglesia de Santa Maria del Paradiso.

Los cimientos de la Iglesia de hoy se establecieron en 1712 y su construcción fue realizada a través de más de 53 años de labor. El estilo es un ligero barroco del siglo XVIII.

Consta de tres naves longitudinales que conducen a una transversal en forma de cruz griega. Al medio de esta nave se eleva una gran cúpula adornada por cuatro grandes imágenes de los Evangelistas, termina en un ábside gigante en el que se encuentra la pintura, de gran belleza, de la patrona de la iglesia de S. Maria della Misericordia.

En la nave central se encuentra un gran lienzo, copia de Tiziano de la Asunción.

En los dos laterales se encuentran dos grandes frescos que representan la creación del mundo y Jesús llorando sobre Jerusalén.

Digno de mención son los portales de entrada tallados en piedra caliza.

 

LA PRIMERA APARICIÓN

El 24 de mayo de 1985. En la tarde de ese día, mientras que la plaza Garibaldi estaba llena de gente y animada por la música de concierto para la celebración de la fiesta del Patrono San Macario Abate, un grupo de alrededor de 12 niños jugaban en la plaza del castillo medieval que se remonta a 1145.

Los chicos se encontraban en la plaza, ya que acababan de ver una estrella fugaz que se dirige hacia el castillo.

Es oportuno tener presente ese hecho porque el Prof. Riccardo Dalisi arquitecto, profesor de arquitectura en la Universidad de Nápoles, se basó en este episodio para el diseño del hermoso edificio en forma de una gran estrella, construida al lado de la puerta, como la Madonna fue vista.

imagen oliveto citra

De repente fueron atraídos por un constante y prolongado llanto de un niño.
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Algunos de ellos subieron las escaleras del castillo y entraron, no oyeron más el grito del niño y volvieron a jugar.
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Después de un tiempo se oyó de nuevo el llanto y uno de ellos tomó una piedra y la tiró contra la puerta.

De repente, el llanto se detuvo.

Un haz de luz cruzó la puerta y rodeada de una luz deslumbrante e indescriptible, doce de ellos vieron una mujer joven, hermosa, con el niño en brazos, vestida de blanco con un manto azul con hilos de oro que cubría la cabeza, haciendo entrever una pequeña banda en el pelo y tenía un cinturón de oro.

Sus pies se posaban sobre una nube blanca, y de las manos del niño pendía la corona del Santo Rosario.

Ella invitó a los 12 afortunados pequeños videntes a no huir y no tener miedo.

Sin embargo, corrieron a la plaza para difundir la noticia que fue recibida con sorpresa y atención por parte de algunos y con escepticismo por otros

Un joven lleva al bar Lannace a algunos, inmediato al lugar. Se les da algo para reanimarlos.

Los niños aseguran: «Hemos visto a la Señora» . La encargada del bar se lo cuenta a la camarera de ojos azules, Anita Río, de unos veinte años:

-Han visto a la Señora.

Anita se encoge de hombros, pero se asoma, por curiosidad… y también ella la ve. La aparición le dice:

-Tú me verás siempre por la noche.

Cae en éxtasis.

Se la conduce al hospital civil, donde el médico de guardia, doctor Giuseppe Santini, hace un breve examen y concluye:

-Esta chica está tan sana de cuerpo como de espíritu. Solamente tiene una cierta rigidez muscular, como si hubiera experimentado un gran susto.

La noche siguiente (25 de mayo), Anita vuelve a tener la aparición en su casa, y le pregunta:

-¿Por qué me has escogido…?

-No solamente te he escogido a ti. Muchos me verán, pero solamente quedarán los que tengan el coraje de creer.

Anita tendrá 30 apariciones y recibirá mensajes de oración, penitencia y ayuno.

Pero su padre pondría fin a sus visitas al castillo.

La profecía de la Virgen a Anita se ha cumplido al pie de la letra, ya que muchos de aquellos que la han visto, por respeto humano han negado su visión.

Otros han llegado a los límites del absurdo porque en primer momento confiaron a sus amigos haber tenido la visión de la Virgen, de haberla visto realmente, pero mas tarde han afirmado lo contrario por no tiene el coraje de cambiar sus vidas.

A partir de entonces se iniciará una larga serie de visiones de Anita y a otros videntes.

 

EN LAS SIGUIENTES APARICIONES

En su libro Apariciones Actuales de la Virgen María, el Padre René Laurentín narra:

Corre la noticia de que el 20 de julio la Señora dará una señal.
.
El día señalado se congregó un gentío de 2.000 peregrinos en la plaza Garibaldi y en la explanada del castillo, a las 23 horas.
.
Los videntes anuncian que todos lo podrán ver y, efectivamente, contemplan una nube luminosa de color rojo, mientras aparece un mensaje:
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« Os envío esta nube como primera señal»
.
.
Y la nube fue vista en el campo, hasta una distancia de diez kilómetros, y unos 50 testigos afirmaron haber visto a la Virgen.

El día 5 de agosto de 1985, Anita tuvo una nueva aparición en la que la Virgen le dijo:

-Hoy es día de fiesta. Es mi cumpleaños.

Coincidencia con Medjugorje, donde la aparición había invitado a algunos videntes a celebrar el dos mil aniversario de la Virgen (1984).

procesion oliveto citra

Una noche de junio de 1986 el doctor Luigi Mirto encargó a la vidente que hiciera a la aparición tres preguntas en alemán (lengua desconocida por Anita y por el resto de las personas presentes).

He aquí las tres preguntas con sus respuestas:

1.-¿Eres la Madre de todos los hombres?
Respuesta: Sí.

2.-¿Qué mensaje quieres que llevemos a los hombres?
Rezad, rezad, rezad.

3.-¿Qué edad tienes?
Sin respuesta.

Es sorprendente la proliferación de apariciones y de los fenómenos misteriosos que las acompañan: luz, perfume, curaciones.

A preguntas de los videntes, la aparición respondió:
-Yo soy la Señora del Castillo.

He aquí algunos de los mensajes:

 

2 de noviembre de 1985: (mensaje a la señora Mafalda Mattia):

El mundo está al borde del abismo; rezad, rezad, particularmente por los jefes de las grandes naciones; ellos no tienen tiempo para rezar, porque están ocupados en preparar la guerra y sembrar la violencia.

Seguía este mensaje que el párroco estaba encargado de transmitir:

Decid a los peregrinos que yo estoy aquí, aunque no me vean. Que vengan a visitarme, a pedirme todas las gracias que deseen.

 

3 de diciembre de 1985 (mensaje a Elsa de Rosa, d’Ercolano, cerca de Nápoles):

He venido a traer la paz, la unión, la alegría (entonces aparecieron tres estrellas): Es mi regalo (dijo la aparición).

 

8 de diciembre (mensaje a Rita Rocco de Belizzi, Salerno):

Deseo que se rece el rosario en familia. Quisiera estrecharos a todos en mis brazos.

 

9 de diciembre de 1985, a Giovanni de Marco d’Acropoli (Salerno):

Rezad, rezad porque el Hijo de Dios está cansado de los hombres y de sus pecados.

 

15 de diciembre de 1985, a Tarcisio di Biasi d’Oliveto Citra (Salerno):

Dirás a los peregrinos que no necesito flores ni velas, sino oraciones, porque es poco el tiempo que queda antes del castigo.

 

17 de diciembre de 1985, mensaje a Fusco Adriana de Battipaglia, Salerno:

Los hombres han fracasado en la fe. No tienen el coraje de hacer el bien. He venido para ayudaros a convertiros y a volver a Dios, es decir, a la fe en Dios, a las obras de caridad y a una ferviente participación en la santa misa.

 

10 de enero de 1986, a Mafalda Mattia:
Mis queridos hijos, Dios me envía a la tierra para salvaros a todos, porque el mundo entero está en peligro.

Vengo a vosotros para traer la paz a vuestros corazones. Él quiere que en los corazones de todos los hombres reine la paz, y desea la conversión de todos los hombres.

Por esto, queridos hijos, os digo: rezad, rezad, rezad. Si no rezáis, nada recibiréis.

Disponéis de poco tiempo. Vendrán temblores de tierra, desgracias, hambre para todos los habitantes de la tierra.

Queridos hijos, cuando Dios se manifiesta entre vosotros no es para bromear. No tiene miedo de los poderosos ni de los indiferentes. P

or eso, tomad en serio este mensaje. Yo rogaré a Dios para que no os castigue.

Dios dice: Salvaos, rezad mucho, haced penitencia […J. La humanidad está llena de graves pecados que ofenden el amor de Dios.

La paz sobre la tierra está a punto de terminar. El mundo no puede salvarse sin la paz, pero solamente la hallará si la humanidad vuelve a Dios.

 

12 de enero de 1986, Tarcisio di Biasi recibe este mensaje alentador:

Di a los peregrinos que no hay que tener miedo, sino sólo creer en mi Hijo, hacer penitencia y rezar.


Y el 17 de enero de 1986, al mismo:

A causa de los pecados habrá castigos, pero pueden ser evitados con oración y penitencia.

 

Igualmente, el 28 de enero de 1986 a Agorini Santa de Fratta Maggiore, Nápoles:

Si rezáis, os ayudaré a escapar de las plagas que deberían abatirse sobre el mundo a causa de los pecados.

Muchos niños y jóvenes me verán.

En el camino de regreso, ve todavía a la Señora, del lado del castillo, que le dice:

Quisiera abrazarte, y a todos vosotros. Adiós.

 

El 1 de febrero de 1986, a Tarcisio:

Queridos hijos, ¡qué feliz me hace que recéis juntos!

Después escucha esta intercesión:
Hijo mío, ¡mira cuántas personas rezan! ¡Ten piedad de ellas!

 

El 3 de febrero, a Giovanni de Marco:

La oración comunitaria ha sido aceptada por Dios, que ha prometido aliviar los castigos si continúa la oración con penitencia.

 

El 8 de febrero de 1986, a Fasona Anna:

Sí; habrá paz en el mundo si todos se convierten y rezan mucho.

 

DISCERNIMIENTO DE LAS APARICIONES

El padre René Laurentin sigue:

Desde los primeros meses de las apariciones, yo había contactado con el padre Robert Faricy, S. J., profesor de la Gregoriana, y con Luciana Pecoraio di Penta, que va cada fin de semana a Oliveto Citra para ayudar a la formación espiritual de los videntes, mediante la oración.

Yla misma oración ha servido para decantar, para poner un poco de orden en esta proliferación de videntes.

Tal toma de conciencia en una relación intensa y profunda con Dios ha confirmado a los verdaderos videntes relegando a los otros a un segundo plano.

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Pregunté a Luciana:

 

-¿Cómo se arreglan ustedes para lograr esta decantación? ¿Preguntando? ¿Interpelando?

-No; es la misma oración la que se encarga de ello.

Los días 3 y 4 de octubre de 1987 me preparó Luciana un encuentro con una de las videntes, a la que se había hecho venir a Roma. Yo tenía mis reservas.

Los doctores Gagliardi y Margnelli, que habían examinado a algunos de los videntes, sensibles a tanta proliferación, creían haber detectado un fenómeno colectivo de «protagonismo», de una estimulación en cadena que provocaba la visión.

Antonella, de quince años, nacida el 5 de agosto de 1973, morena, más bien bajita, es una muchacha muy sencilla, sin timidez ni fanfarronería de ninguna clase.

Responde a mis preguntas con brevedad, con coherencia, sin irse nunca por las ramas (como Bernadette). Cuando no sabe contestar, se calla.

Pertenece a una familia pobre.

Tuvo que interrumpir sus estudios a los catorce años, y trabaja de camarera en un restaurante de su pueblo, a doce kilómetros de Oliveto Citra.

Vive en un estado de profunda y serena oración.

Le pregunté:
-Cuando sirves en el restaurante, ¿puedes también rezar?

-Sí -me respondió, un tanto sorprendida por mi pregunta.

Y yo, también sorprendido con su respuesta, insistí:

-En las horas tranquilas, está claro; pero ¿y en las horas punta?
-También -repuso ella, nuevamente asombrada.

-¿Ves la aparición todos los días?
-Cada vez que voy a Oliveto Citra.
-¿Es decir…?

La muchacha no sabe cómo precisar su respuesta. Y Luciana acude en su ayuda:

-Antonella vive a doce kilómetros. El camino es muy accidentado.

No tiene tiempo para ir a pie, y no tiene fuerzas para hacerlo en bicicleta.

Prácticamente, va cuando encuentra a alguien que pueda llevarla… Es to que yo hago cada fin de semana.

Hay muchas apariciones en Oliveto Citra, sin duda demasiadas, incluidas las de los peregrinos.

Y los doctores Margnelli y Gagliardi, que han reconocido a algunos de estos videntes, han notado en varios casos que no concurrían los síntomas fisiológicos propios del éxtasis.

Ha habido, sin duda, un fenómeno de contagio, que ya tiende a serenarse.

La vida de oración promovida por el párroco, Giuseppe Amato, llamado «Don Peppino», hombre audaz y valioso, vicario general y ordinario de la antigua diócesis de Campagna, hoy unida a la diócesis de Salerno, está teniendo un papel decisivo.

Algunos pensarán que carece de sentido crítico, pero él va a lo que más importa, que no es ejercer la crítica, sino orientar a las gentes hacia el Señor, por los medios a disposición de su sacerdocio.

De este modo, por medio de la oración, se realiza una especie de criba sin demasiado intervencionismo.

Y lo que impresiona son los frutos: conversiones, mejora de la práctica religiosa y elevación de la vida espiritual.

Cada día, numerosos peregrinos se reúnen para rezar en la plaza de Castello.

Hay conversiones y curaciones y el párroco, convencido, apoya los hechos.

La imagen de la Reina del Castillo ha sido bendecida y entronizada el 25 de abril de 1987; y el obispo de Salerno, monseñor Grimaldi, había autorizado, el 4 de agosto de 1986, la construcción de un pequeño monumento a la Virgen:
.
«Lo acepto como iniciativa de un grupo privado de fieles, sin comprometer la responsabilidad de la Iglesia», precisó.

El obispo permanece en una actitud de reserva expectante.

He estado en Oliveto Citra los días 23 y 24 de mayo de 1988. Esta visita me ha confirmado la calidad pastoral del trabajo llevado a cabo por monseñor Giuseppe Amato.

Este generoso fenómeno espiritual hubiera podido desviarse.

Él lo ha encauzado muy bien, en beneficio de la parroquia y de toda la región.

regina del castello

 

LOS MENSAJES DE MARÍA EN OLIVETO CITRA

El P. Fiorenzo Mastroianni, en su libro «Queridos hijos.
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Mensajes de María en Oliveto Citra», escribe en el prefacio:
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«Para ser honestos, los mensajes a primera vista parecen casi aburridos, dando la sensación de repetir las mismas cosas.
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No es sólo un sentimiento, sino que el autor legitimo este tipo de repetición (la Virgen), dice:
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«Si no me canso nunca de repetir las mismas palabras, es porque sus corazones siguen siendo difíciles y no estan abiertos a la aceptación de la gracia que Jesús les da con mi presencia entre ustedes»,
.
«no se molesten si repito las mismas cosas, que hay que orar,
.
“no quiero ser repetitiva, pero debo hacerlo porque son pocos los que me escuchan”.

Sobre los mensajes, el párroco de Oliveto Citra atestigua:

«Este es el mismo mensaje que la Virgen ha dado a las demás apariciones: la Salette, Lourdes, Fátima, Medjugorje.

Tienen un contenido común que atrae a estos lugares que Ella optó por convertir en centros de irradiación de la gracia y la misericordia:

la oración, penitencia, conversión, son los compromisos espirituales, herramientas y medios para obtener la misericordia del Señor y la salvación para la humanidad.»

Los mensajes que aparecen en esta línea se transcriben en el boletín publicado por la «Reina del Castillo», titulado «Oliveto, la tierra de María». Son siempre objeto de discernimiento el sacerdote de la parroquia.

Entre otras cosas la Virgen dice a los Videntes:

-Esten disponibles: «Dios os ha elegido y que deben estar disponibles”;

Sean conscientes de la misión recibida: «Queridos hijos, ustedes tiene un trabajo a seguir»;

No se avergüencen: «No les de vergüenza proclamar Su Palabra, que es una fuente de la salvación»;

Lleven el mensaje en el corazón: «Si lo llevan en el corazón y lo aplican en la vida, todos se acogeran al don que han recibido»;

Sepan sufrir si no se creen: «Sufriran mucho porque no lo han creido»;

No hable demasiado: «Pido a mis hijos no hablar demasiado, que hable el corazón, amen, perdonen y sean humildes»;

Evangelizar: «Que en su cara y en sus obras se refleje mi Hijo Jesús.»

 

OTROS PRODIGIOS

«La presencia de la Virgen – escribió Mons. Giuseppe Amato – a menudo se percibe a través de un olor indescriptible, cuya fuente no se ha podido localizar.

Nos lo cuentan las personas que han hecho la experiencia gozosa de este misterioso olor, tanto en la puerta de las apariciones, a lo largo de la ida o de regreso durante la peregrinación».

Acerca de los fenómenos en el sol, garantiza el sacerdote de Oliveto, que
.
«todas las veces que se ha efectuado manifestaciones dedicadas a la oración o fiestas relacionadas con la aparición de la Virgen, el sol participa puntualmente con signos espectaculares maravillosos:
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cambios en el color, rotaciones y palpitaciones, a menudo se nota en el disco solar la hostia que utiliza el sacerdote para celebrar la Eucaristía con las letras IHS, o una cruz gigante y la figura de la Virgen».

 

POSICIÓN DE LA JERARQUÍA

Oliveto Citra es de la diócesis de Salerno. Cuando la Virgen apareció el 24 de mayo de 1985, era Arzobispo Mons.Guerino Grimaldi.

En referencia a las apariencias, un día conversando con el párroco de Oliveto, dijo:

«Si la Madonna quiere aparecer en Oliveto Citra, no debe pedirme permiso para mí».

El Padre Ángel María Tentori de Siervos de María, hablando en Radio María sobre las apariciones marianas en el mundo, presenta un triple cuadro sobre la actitud de los obispos:

En primer lugar la actitud de los dos obispos del Sur:
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han examinado personalmente los fenómenos que tienen lugar en sus diócesis, no han expedido documentos oficiales,
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pero han alentado el culto y la devoción a la Virgen de acuerdo a los detalles de los videntes, a fin de ayudar a crecer a los fieles espiritualmente.

Despues está la actitud de otros obispos y comisiones en otros lugares, donde los fieles y videntes se han dejado abandonados hasta que se comozca el resultado de las investigaciones.

Por último, la actitud del arzobispo de Salerno, que permite la construcción de un edificio mariano en el lugar de las apariciones, con el libre manejo de los fieles laicos, sin la responsabilidad de la Iglesia.

El boletín del Comité de Vigilancia de enero de 1992 señaló:

«Estamos profundamente agradecidos al Padre Angelo Maria Tentori por la atención que dio a los acontecimientos de Oliveto Citra y el juicio gentil y responsable del arzobispo y el sacerdote de la parroquia, porque de esta conducta resultante han surgido abundantes frutos espirituales y la curación de muchos enfermos en el espíritu y el cuerpo».

El Arzobispo, por lo tanto, era consciente de la absoluta autonomía de la Virgen, que elige libremente los lugares, personas y tiempos de sus apariciones, y humildemente se puso en una actitud de uno que no quiere entorpecer, sino ayudar a la obra de Dios

 

EL SANTUARIO

El Santuario en honor de la Santísima Virgen fue construido por un explícito deseo de la Virgen, manifestado a través de dos mensajes.

El proyectista Riccardo Dalisi, profesor de arquitectura en la Universidad de Nápoles, la diseñó en forma de una estrella, según lo informado por los doce niños que afirman haber visto en la noche del 24 de mayo de 1985, un sendero de luz hacia el castillo (tipo estrella fugaz), y luego el lamento de una mujer joven con un bebé en sus brazos.

La inauguración tuvo lugar el 25 de abril de 1987.

 

COMITÉ DE VIGILANCIA

En 1989 el párroco crea la «Fundación Reina del Castillo”, que vigila todo lo que ocurre en relación con las apariciones de Oliveto, administra las ofrendas de los fieles, y publica el boletín «Oliveto Citra Tierra de María», que sale cuatro veces al año, con la presentación de numerosos mensajes.

Un Comité de Supervisión garantiza el orden en todos los sentidos, entre otras, advertencias y avisos sobre la autenticidad de los mensajes para que no aparezcan mensajes de fuente desconocida como si fueran de Oliveto Citra, el ordenamiento de las peregrinaciones, etc.

La Fundación Reina del Castillo señala que el dinero recaudado se destina a: personas que necesitan o organismos que lo soliciten con causa justificada (trabajo voluntario, asistencia, etc.).

El mantenimiento del edificio en honor de la «Reina del Castillo» y la iglesia madre; la aplicación de iniciativas para el desarrollo de la educación y la cultura en los sectores menos privilegiados de la población a través de subvenciones o de becas; la aplicación de iniciativas para informar y atender a los peregrinos devotos de la «Reina del Castillo”.

Entre las diversas obras de caridad lo más importante es la adopción de niños, de 6 filipinos y 6 indues en conjunto con la Congregación de las Hermanas de San Juan Bautista, que reciben una contribución anual para subsistencia de todo el año.

La contribución a la casa del pobre -Roma– del Padre Serafino Di Sanzo que acoge a muchos niños solos y abandonados; contribución a Bielorrusia (compra de medicamentos esenciales), etc. »

 

APARICIONES DE MARÍA Y LA BEATIFICACIÓN DE DOMENICO LENTINI

En el Boletín de «Reina del Castillo» de enero de 1996, páginas 3SS, el sacerdote de la parroquia Mons. Giuseppe Amato narra la historia de un milagro atribuido a la intercesión de un sacerdote que murió en olor de santidad, y reconocido por la Santa Sede, que –el 12 de octubre de 1997– lo proclama beato.

El evento tiene un vínculo muy estrecho con las apariciones de María en Oliveto Citra.

Mons.Amato escribe: «La Reina del Castillo obtiene del Señor por la intercesión del Siervo de Dios Don Domenico Lentini, la gracia de la curación milagrosa de la Sra. Anna Voria de Nápoles.

La vidente Antonietta Acunzo de Nápoles, preocupada y afectada por la grave enfermedad de su hermana Anna, paciente hospitalizado en el hospital Cardarelli de Nápoles, venía a menudo a Oliveto a orar a la Reina del Castillo para su curación.

El mal, rebelde a todo tratamiento, socava inexorablemente la vida debilitando día a día la esperanza de curación en la familia.

El domingo, 17 de julio de 1988 la señora Acunzo se dirigió, como de costumbre a la puerta de las apariciones de María a orar con confianza por la curación de su hermana, de pronto apareció a la Virgen y a su lado a la figura de un sacerdote en una actitud de profunda veneración.

La vidente siguió su oración a la Madre Celestial, implorando la salvación de la vida de su hermana.

La Reina se dirigió a ella invitandola a rezarle al sacerdote, porque le ayudaría en su angustia.

Lo que hizo inmediatamente. El sacerdote con un gesto tranquilizador y calma dijo: «Ten confianza que yo te ayudaré».

Una luz de esperanza se enciende en el ánimo de la Acunzo, que fue de inmediato al hospital Cardarelli a llevar a la enferma mensaje de confianza.

Después de unos días se encontró en Oliveto con el sacerdote Don Mario Riccio, sacerdote de Lauria (Potenza), patria del Siervo de Dios Domenico Lentini.

A el le dijo de la prodigiosa visión. Don Mario preguntó si había conocido el misterioso sacerdote y su respuesta fue que no, entonces le mostró una foto de este sacerdote, a lo que ella exclamó: «Es él».

Se inicia a partir de aquí el camino hacia la glorificación del Venerable Lentini. «La beatificación de Domenico Lentini tuvo lugar en la Plaza de San Pedro el 12 de octubre de 1997».
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Cómo Mons.Giuseppe Amato escribió, «a través de tan alto reconocimiento, es reconocida indirectamente la veracidad de las apariciones de Maria Oliveto Citra.”

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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