Querido hermano que sufres a causa de tu enfermedad, o por la enfermedad de un ser querido, o que quizás estas afligido y preocupado por alguna herida en tu corazón. o que oras para unirte a Jesús y a María e interceder por el mundo entero.
Te invito a que nos unamos para pedir a Dios, por mediación de la virgen María, madre de Jesús y madre nuestra, para que recibas en tu vida la acción del Espíritu Santo, que con su amor por ti y su poder, quiere sanar todas tus dolencias.
Toda sanación se da en un proceso gradual que requiere confianza en Dios, conversión para hacer su voluntad, crecimiento en la vida espiritual, paciencia y perseverancia.
Si Jesús vino a través de María, todas las gracias y bendiciones que Dios nos da en su Hijo, pasan de algún modo a través de ella. María, al igual que su Hijo; quiere la sanación de toda la humanidad.
Padre Gustavo E. Jamut Oblato de la virgen María.
LOS MISTERIOS DEL ROSARIO DE SANACIÓN
Cada Misterio del Rosario de Sanación, corresponde a una orden poderosa y milagrosa, con la cual el Amado Maestro Jesús en su infinito amor, bajo la figura del Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, lleno de compasión y autoridad, perdonó los pecados (1º Misterio), retiró al demonio que insistentemente lo tentaba (2º Misterio), curó las enfermedades (3º Misterio), pidió al Padre Celestial lo librara de la mala hora y aceptó hacer su voluntad (4º Misterio), y consolándolos, le concedió la Paz a sus discípulos que le seguían y amaban (5º Misterio).
Aunque se denomina Rosario porque sus oraciones son reiterativas, no se debe confundir con el tradicional Rosario dirigido a la Santísima Virgen. El Rosario de Sanación se puede realizar ante Jesús expuesto en la Eucaristía para resaltar su amor misericordioso que ama y sufre. Al igual se puede hacer individualmente, en familia o en grupos de oración, acompañado si lo desea con los Salmos sugeridos o canciones religiosas suaves cuyas letras sean acordes con los misterios.
EL REZO DEL ROSARIO Y LA ACTITUD ANTE LA DEVOCIÓN
El Rosario de Sanación se inicia con la señal de la Santa Cruz seguida por un Padrenuestro y un Avemaría en honor a la Santísima Virgen. El Rosario se concluye además con una Salve.
Continua el Rosario de Sanación con la lectura de algunos Evangelios (uno para cada día, siete en total) que se refieren en especial a las enseñanzas dadas por el Maestro Jesús sobre el comportamiento que debemos observar con nuestro prójimo. Debemos aliviar el sufrimiento de nuestros semejantes y esforzarnos por servir a los más necesitados, si queremos hallar prontamente la gracia, la salud, el perdón y la misericordia de nuestro Padre Celestial. Para Jesús, todos las acciones que tengamos con nuestros semejantes, principalmente con los más necesitados, se las estamos dirigiendo a Él mismo en persona. Por esta razón quién reza el Rosario de Sanación debe tener muy en cuenta su relación con Dios y las criaturas creadas por Él.
Entre cada Misterio, se repite 10 veces con cada cuenta del Rosario la jaculatoria de la Oración final del Rosario: ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos . Al final de cada Misterio se reza también un Gloria al Padre..
En varias oportunidades Jesús recomienda en los evangelios vigilarnos permanentemente. Una de estas citas es: «Velad y orad, para que no caigáis en tentación» Marcos 14, 38. Cuántas veces oramos? Seguramente muchas veces…, pero nunca velamos, no nos vigilamos; hacerlo demanda un esfuerzo continuo.
Hay que orar con devoción y también observarnos íntimamente con atención y sin interrupción en cada momento de nuestra vida, para no ser sorprendidos por el maligno que nos tienta. Orad!, Vigilad!, Velad!, porque siempre debemos obrar con rectitud, aunque nos cueste trabajo. El que quiera realmente contribuir para conservar su estado de gracia, debe mantenerse en ese estado de velación. «¡Dichosos los siervos a quienes el amo encuentra vigilantes a su llegada!» Lucas 12, 37. Estén a cada momento en la presencia de Dios, vigilando cada quién su morada interior y no distraído. No lo olviden «Permaneced atentos». Quien reza el Rosario de Sanación ante todo debe ser honesto y sincero consigo mismo.
Un factor importantísimo en toda petición es la fe, Cristo censuró a los hombres que carecían de ella diciendo: «Hombres de poca fe» Lucas 12, 28, y muchas veces realizó sus prodigios expresando «Tu fe te ha salvado» Marcos 10, 52, o «Hágase en vosotros según vuestra fe» Mateo 9, 29. Sin fe no hay milagros.
El Rosario de Sanación se puede rezar cualquier día del año, pero considero que especialmente el Jueves Santo o en la festividad de Corpus Christi. La conversión del pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo, evento especial de la vida de Nuestro Señor en su última cena, da significado al fondo mismo de la jaculatoria del Rosario, cual es la conversión de nuestras almas. Cristo tiene el poder para sanarnos y salvarnos, a El se lo suplicamos humildemente en este rosario.
Transcurridos cinco años de la aprobación del Rosario de Sanación puedo decir que ha sido una gratísima experiencia para mi y mi familia, ya sea si se realiza individualmente, en familia o en grupos de oración, pero sin lugar a dudas he podido observar que una de las formas que inspira mayor recogimiento y devoción, a todos en general, es su realización en el Altar por parte de un sacerdote con la Exposición del Santísimo, acompañado con los Salmos o de cantos suaves con temas alusivos a la sanación, que ayuden al recogimiento espiritual. Como resultado se logra sentir una verdadera paz interior y la certeza de haber compartido esos momentos con Cristo, que no nos olvida, perdona todo y acompaña siempre en el peregrinar de la vida.
PLEGARIA
Digno eres de eterna adoración y gloria, alabanzas al Padre Celestial por este medio de oración que nos has dado para dirigirnos a Ti, de lo cual ahora doy testimonio, humildemente te suplicamos que nuestro propósito no solo sea el hacerlo únicamente para que nos alivies en las necesidades que padecemos, sino también, el de pedirte que nos concedas la gracia de hacer tu voluntad y observar una vida acorde con las enseñanzas de tu bien amado hijo Jesús, Nuestro Señor, que contigo vive y reina en unión del Espíritu Santo. Amén
Gracias Dios mio!
COMIENZO
Se hace la señal de la cruz. Señor abre mis labios, y mi boca proclamara tu alabanza.
Pidiendo perdón y perdonando
Hoy señor nuevamente te pido perdón, no solo por mis pecados, sino también por los de toda la humanidad. Yo también quiero renovar mi perdón. y te pido la gracia necesaria. Me perdono a mi mismo por todos los errores del pasado remoto y del pasado próximo. Perdono a todos aquellos que de algún modo me ofendieron o hirieron, perdono las circunstancias de la vida, en las cuales te culpé o responsabilicé.
Líbranos señor de todo rencor y danos tu perdón. Dame tu paz y tu gracia y ellas me alcanzan. que así sea.
g. Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles.
r. Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
g. Envía tu espíritu creador.
r. Y
renueva la faz de la tierra.
g. ¡Oh! Dios que has iluminado los corazones de tus hijos, con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus aspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de su consuelo. por Cristo nuestro señor. Amen.
Peticiones
Ofrecemos este rosario por…….[ponga en manos de mamá María, sus intenciones]
Las oraciones de cada decena
Cada misterio, incluye un Padre Nuestro, diez Avemarías, un Gloria, y alguna oración que se hace al final de una decena, como se acostumbra y alguna de las siguientes oraciones para pedir protección y sanación :
1. Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Angeles y Arcángeles para que me acompañen a lo largo del camino. Amén.
o también:
por el poder de tus santas llagas, libérame y sáname, señor.
LUNES Y SÁBADOS MISTERIOS GOZOSOS
A través de los misterios gozosos, pediremos a María, la sanación emocional, para poder tener nueva paz y permitir a Dios que realice su obra en nosotros.
1. En el primer misterio, contemplamos el anuncio del arcángel Gabriel a la virgen María y la encarnación del Hijo de Dios. A través de este misterio, te pido mama del cielo, que liberes mi memoria del miedo que se produjo en mi mientras esperaba el diagnostico medico, libérame también de pensamientos fantasiosos y opresores.
«Tendras confianza porque hay esperanza» {jb 11, 18]
2. En el segundo misterio, contemplamos a María que, a pesar de su embarazo, se pone en camino para ayudar a su pariente Isabel. A través de este misterio, te entrego mis miedos a la soledad, a la incomprensión o a el abandono.
A pesar de nuestras dolencias, podemos ayudar a quienes sufren mas que nosotros, porque consolando seremos consolados.
3. En el tercer misterio contemplamos el nacimiento del hijo de Dios en la pobreza de una gruta. A través de este misterio, entrego a la sagrada familia, la imposibilidad de recurrir a algún tratamiento por lo costoso, la preocupación por tener que pagar tantos medicamentos, el desamparo que experimento ante la fría burocracia de muchas obras sociales.
«Depositen en el todas sus preocupaciones, pues el cuida de ustedes» [pe 5,7]
4. En el cuarto misterio, contemplamos al Niño Jesús, que es presentado en el templo por sus padres.
A través de este misterio, le pido perdón y liberación a Dios por haberme apartado de la iglesia, por descuidar mi vida espiritual y por enojarme con Él, a causa de la enfermedad o de cualquier sufrimiento.
«Todo lo que han aprendido, recibido y oído de Dios háganlo…..y el Dios de la Paz estará con ustedes»[ flp 4,9]
5. En el quinto y último misterio, de gozo contemplamos al Niño Jesús que es encontrado en el templo (después de tres días de búsqueda de José y María), escuchando a los maestros.
En este misterio pedimos a María sentirnos cobijados por ella y por la iglesia, como comunidad para ser sanados del sentimiento de desamparo y depresión, y liberados del temor a cualquier tratamiento y al dolor.
«Si oyen a Dios y le sirven, acabaran felices sus días y sus años con toda tranquilidad» [jb 36,11]
JUEVES MISTERIOS LUMINOSOS
A través de los misterios luminosos, pediremos a Dios por intercesión de María, la sanación en las relaciones con los demás, y con la liberación de toda atadura que no nos dejo ser libres.
1. En el primer misterio luminoso, contemplamos el bautismo de Jesús en el rió Jordán.
A través de este misterio vamos a renovar el sacramento del bautismo.
Por el poder de tu bautismo y el nuestro, danos Señor, una nueva efusión del Espíritu Santo, y libéranos de toda influencia que el maligno haya tenido o tenga sobre nuestras vidas. Libéranos de las tentaciones de desaliento, búsqueda de poder, celos o rivalidad.
Dales a todos los laicos que te sirven en la iglesia, el deseo de renovarse cada día, para que, guiados por ti, sean constructores de la civilización del amor.
Te aseguro que el que no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne, lo que nace del espíritu, es espíritu. [jn3,5-6]
2. En el segundo misterio, contemplamos a Jesús que en Caná de Galilea transforma, ante el pedido de María, el agua en vino.
Te pedimos Jesús, a través de este misterio, que así como transformaste el agua en vino, transformes también en nuestros hogares, comunidades, iglesia y país, aquellos vínculos afectivos que están rotos, enfermos o heridos. muéstranos las heridas de nuestros corazones que ya están maduras para ser sanadas; danos la fuerza para perdonar las ofensas recibidas, de manera que así traigas sanación y, aquello que en nosotros había perdido su sabor y fuerza, sea transformado como el agua en vino de excelente calidad.
«María dijo a los que estaban sirviendo :hagan todo lo que él les diga» [jn 2,5]
3. En el tercer misterio, contemplamos a Jesús, que anuncia la venida del Reino, invitando a la conversión.
Por el poder de este misterio, te pedimos señor, nos concedas a todos los cristianos, el don de discernimiento, para darnos cuenta de cuales son las tentaciones que con mayor frecuencia nos roban tu alegría, y nos privan de experimentar en nosotros tu divina presencia, quita de nuestro caminar diario, todo aquello que no nos deja proclamar con el poder de tu espíritu, la venida de tu Reino, haciendo así que nuestra tarea evangelizadora se vea diluida. en este misterio, también te entregamos la convivencia en nuestros hogares y la economía familiar, para que tu las ordenes, de modo que podamos llevar tu palabra y tu amor como constructores de unidad.
«Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: «vuelvan a Dios, porque el Reino de los Cielos esta cerca» [mt 4, 17]
4. En el cuarto misterio, contemplamos la transfiguración de Jesús.
Te pedimos Señor, que así como llamabas con frecuencia a tus discípulos, a ir a un lugar apartado para orar al padre, también suscites en cada uno de nosotros el anhelo de crear cada día momentos de desierto para contemplar tu rostro, quita de nuestras vidas toda atadura de indiferencia, pereza o tibieza espiritual, que provenga de nuestra herencia familiar, o que nosotros mismos hayamos provocado por pecar, al no valorar y olvidar las bendiciones y las gracias que nos has dado en el transcurso de nuestras vidas. Libera nuestros pies y nuestros corazones de las trabas que pone el maligno, con el propósito de que no participemos con frecuencia en la santa misa y en los grupos de oración. enséñanos con tu santo espíritu a orar con poder, por las necesidades de la iglesia y del mundo entero.
«De la nube salio una voz, que dijo: este es mi hijo amado, a quien he elegido, escúchenlo»[ mt 17,5]
5. En el quinto misterio, contemplamos la institución de la sagrada eucaristía.
Por el poder de tu cuerpo y de tu sangre, te pedimos Jesús, en este misterio, que sigas liberando, protegiendo y bendiciendo, a todas las comunidades cristianas en nuestro país y en el mundo entero. a ti, que eres alfa y omega, principio y fin, te rogamos que hagas fluir la gracia presente en cada misa celebrada desde la institución de la eucaristía en la ultima cena, hasta el día de hoy, así también como el poder de tu gracia en cada misa, que en este momento se este celebrando en cualquier rincón del mundo, despierta, sana y fortalece el corazón de aquellos jóvenes a quienes estas llamando al servicio de tu altar y de tu pueblo, fortalécelos en las luchas, que sostiene y que sostendrán. dales, por nuestra oración, la fuerza para que te digan: aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad.
«Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. luego ven y sígueme.[mt 19,21].
«Jesús les dijo; yo soy el pan que da vida. el que viene a mi, nunca tendrá hambre y el que cree en mi, nunca tendrá sed» [jn6, 35]
MIÉRCOLES Y DOMINGO MISTERIOS GLORIOSOS
Por la contemplación de los misterios gloriosos pediremos a María, la sanación de la memoria, herida por el pecado y la liberación de las herencias genéticas negativas.
1. En el primer misterio glorioso contemplamos con nuestra imaginación a Jesús que, después de haber estado tres días en el sepulcro, resucita, y se presenta a María y a los discípulos.
En este misterio pedimos a Jesús por la curación intergeneracional. le entregamos a María nuestros antepasados, familiares y miembros de congregaciones que murieron con ataduras de rencores generacionales, adicciones, ocultismo y todo mal con el que hayan muerto, y que nosotros hayamos recibido, como herencia negativa.
«Si el hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres» [jn 8,36]
2. En el segundo misterio, Jesús sube a los cielos en presencia de su madre y de sus discípulos.
Pedimos a María en este misterio, ser sanados de las heridas desde la concepción, pasando por los meses que estuvimos en el vientre materno, y los traumas que pudieron producirse en el momento de nacer y las primeras horas fuera de la seguridad del vientre materno.
«Tu señor, formaste mis entrañas, me tejiste en el seno de mi madre» [sal 139].
3. En el tercer misterio, contemplamos la venida del Espíritu Santo, que se derrama en María y los apóstoles.
En este misterio entregamos a María la sanación de la primera infancia y de la niñez. especialmente le entregamos la memoria auditiva herida por gritos, palabras de desprecio, comparaciones traumáticas, etcétera.
«El amado por Dios habitara confiado cerca de Él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morara» [deut 33,12]
4. En el cuarto misterio, contemplamos a María que es llevada en cuerpo y alma a los cielos.
Te entrego Madre, mi adolescencia y juventud. te pido que sanes toda esta etapa de mi vida, de modo especial mi memoria visual y mi memoria afectiva. ordena mi sexualidad, y lléname del amor que me pudo haber faltado en esta etapa de mi existencia.
«Confiesen unos a otros sus ofensas y oren los unos por los otros, para que sean sanados. la oración del justo tiene mucho poder, con tal de que sea perseverante» [sant 5,16]
5. En el quinto y ultimo Misterio, contemplamos a María que es coronada por la Santísima Trinidad, como Reina de toda la creación.
Te pido madre que sanes las dolencias espirituales, psicológicas y físicas, que pude haber recibido a lo largo de mi vida adulta. Libérame de las ataduras del pecado, de la sensación de frustración o fracaso, a causa de los problemas afectivos, laborales y de cualquier otra índole, dame mi verdadera identidad y una personalidad en proceso de constante maduración, sana mi cuerpo para el servicio de Dios; y llévate de mi corazón el miedo al futuro.
«Yahvé irá delante de ti., Él estará contigo; no te dejara ni te abandonara., no temas pues, ni te desanimes» {deut 31,8]
MARTES Y VIERNES, MISTERIOS DOLOROSOS
A través de los Misterios Dolorosos, pediremos a Dios por María, la sanación física para poder servirlo a Él en los demás, y hacer en todo su santa voluntad.
1. En el primer misterio doloroso, contemplamos la agonía que Jesús experimentó en el huerto de los olivos.
Te pedimos Jesús, que así como con la oración venciste a Satanás, que quería hacerte caer en el desanimo, la angustia y la desesperanza, también me des a mí el poder de orar con perseverancia y ser así vencedor.
En este misterio te pedimos la salud para los enfermos de cáncer.
«La oración de fe, salvará al enfermo y el Señor lo levantará» [sant 5,15]
2. En el segundo misterio contemplamos a Jesús que, atado en la columna, es azotado con látigos.
Señor que sin poder moverte por estar atado, sentías tan agudos dolores, te pedimos consueles y sanes a quienes a causa de reuma, artritis, accidentes o parálisis, no tienen la libertad de movimiento que quisieran. bendice las manos, los brazos, las piernas, los pies, la columna, las vértebras, y todas las articulaciones, músculos y huesos.
Pídele, si es el caso, que corte todas las ataduras que pudo crear el maligno, por recurrir a la superstición, al curanderismo o a la magia, y rechaza en el nombre de Cristo todas esas cosas.
«Yo haré venir sanidad sobre ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor» [jer 30,17]
3. En el tercer misterio, contemplamos a Jesús, coronado de espinas.
En este misterio le pedimos a María que toque nuestra cabeza, como hubiera querido poder tocar la de su hijo, y poder curarlo. que nos libere de todo pensamiento de autodestrucción, de pesimismo, y de todo complejo por las consecuencias que la enfermedad pueda causar a nuestra imagen, también le entregamos a quienes sufren de problemas psíquicos, o de alguna dolencia en su cabeza, cerebro, ojos, oídos, boca, garganta, vías respiratorias y pulmones.
«Fue tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros pecados, Él soportó en castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados» [is 53,5] .
4. En el cuarto misterio contemplamos, a Jesús que carga con la cruz, y que es acompañado por su madre.
Señor, que al caer una y otra vez, te ibas golpeando con las piedras del camino, pero a pesar de todo, seguías adelante, sana las dolencias de quienes sufren a causa de alguna enfermedad o accidente, el deterioro de sus órganos interiores : corazón, riñones, estomago, intestinos, páncreas o ganglios, toca con tus benditas manos, cualquier órgano que deba ser sanado.
«Y estas señales seguirán a los que crean : pondrán las manos sobre los enfermos y sanarán» [mc16,17]
5. En el quinto misterio, contemplamos el amor de Jesús que se derrama desde la cruz.
Te pedimos Jesús que, con el poder de tus Santas Llagas, nos libres de toda enfermedad en la sangre, sana a los enfermos de sida, renueva nuestras venas y arterias, toca a los hermanos que necesitan diálisis. cúbrenos con tu preciosísima sangre y seremos salvados, ayúdanos a estar de pie, como María lo estuvo al pie de la cruz, siendo tu consuelo.
«Dios mismo, subiendo a la cruz, cargo con nuestros pecados, empecemos una vida santa. y por sus llagas fueron ustedes sanados» [Ped 2, 24]
Hecho por el Padre Gustavo E. Jamut Oblato de la Virgen María.
Aprobación Eclesiástica otorgada por Monseñor Ugo Puccini Banfi Obispo de la Diócesis de Santa Marta, el 14 de Mayo del 2001.