Putin y la situación de medio oriente son los catalizadores.

 

Temas comunes como el laicismo y la persecución a los cristianos en el mundo musulmán, llevan a acelerar el acercamiento entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y el Vaticano. Su socio, el presidente, Vladimir Putin, visitará a Francisco este 25 de noviembre. Aunque este punto probablemente sea ambivalente para el Vaticano, porque hay un componente de política internacional en los movimientos de la ortodoxia rusa, pero su vez, los valores cristianos consiguen con esto una voz de primer nivel en los foros políticos internacionales.

 

-SS. Francesco-Metropolita Hilarion , del Patriarcato di Mosca   20-03-2013  - (Copyright L'OSSERVATORE ROMANO - Servizio Fotografico - photo@ossrom.va)

 

La semana pasada el responsable de las relaciones exteriores del Patriarcado Ortodoxo de Moscú visitó a Francisco y conversaron sobre una reunión entre el Papa y el Pariarca Kirill en un país neutral. Mientras que el Arzobispo Scola se reunió con Kirill en Rusia.    

EL PAPA FRANCISCO CON EL METROPOLITA HILARIÓN

Hilarión di Volokolamsk, responsable de las Relaciones exteriores del Patriarcado ortodoxo de Moscú, visitó al Papa en Casa Santa Marta. Es la segunda vez que se reúnen; la primera fue tras la Misa de inicio de Pontificado.

“En este momento todavía no estamos hablando de una visita a Rusia del Pontífice, sino de la posibilidad de un encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias en un país “neutro””. dijo el metropolita Hilarion de Volokolamsk tras su encuentro con el Pontífice.

“No sabemos todavía en qué país podrá suceder”, añadió. El metropolita Hilarion no quiso comentar, en cambio, la visita al Vaticano, en programa para el próximo 25 de noviembre, del presidente ruso Vladimir Putin,

“porque se trata de una visita del mandatario y no tiene nexos con las relaciones entre las Iglesias. Es la visita del líder del Estado ruso al líder del Estado vaticano”.

“Agradecemos al presidente Putin por las posturas que ha tomado con respecto a las cuestiones de los valores del patrimonio cristiano europeo y de la defensa de los cristianos en el Medio Oriente, un tema que seguramente será tratado en el encuentro”, concluyó Hilarion, que regaló al Papa una Cruz con corales.

EL ARZOBISPO DE MILÁN SE REUNIÓ EN MOSCÚ CON EL PATRIARCA KIRILL

“El diálogo ecuménico siempre ha sabido superar las incomprensiones históricas”.

Esto es, en resumen, lo piensan el arzobispo de Milán Angelo Scola y el Patriarca ecuménico de Moscú Kirill.

Se reunieron en el patriarcado ortodoxo de la capital rusa, en un clima de gran cordialidad. Kirill comenzó su discurso hablando sobre un problema muy difundido en Rusia: la indiferencia ante la religión, que se debe, entre otros factores, a la acción de los medios de comunicación.

El Patriarca también declaró que aprecia mucho la figura y los gestos de Papa Francisco, en particular la manera en la que se ha ocupado de la situación en Siria, en donde dos obispos ortodoxos siguen en manos de los secuestradores.

“El esfuerzo común de las dos Iglesias –dijo el cardenal Scola– ha ido creciendo y se ha ido desarrollando en estas últimas décadas. El diálogo ecuménico nunca ha ocultado diferencias y fatigas. Es más, ha sabido superar las incomprensiones históricas, mostrando el don precioso de la unidad a favor de todos los hombres. Todo lo que estamos tratando de hacer mucho en Milán para vivir en una comunión más grande con las Iglesias ortodoxas representa un signo precioso. Está naciendo un ecumenismo de pueblo, fieles católicos y ortodoxos se están conociendo mejor y cada vez más”.

Durante el encuentro, ambos compartieron sus preocupaciones por la persecución de los cristianos en el Medio Oriente,

“sobre la cual decimos demasiado poco en Occidente”, reconoció Scola.

Y, en cuanto a la libertad religiosa en Europa,

“en la que muchas corrientes de pensamiento y prácticas legislativas creen que un laicismo correcto se puede obtener solo con la neutralización de las diferentes religiones”, indicó, sigue siendo una “cuestión abierta; el problema no es quitar el crucifijo o el velo, sino, acaso, permitir que todos se expresen porque una sociedad plural es, normalmente, conflictiva y necesita de la confrontación”.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

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