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María en la liturgia de Cuaresma

Es un tiempo para escuchar más de cerca la Palabra del Señor, de oración y de profundización en el bautismo. Elementos que nos llevan a que sea también un tiempo de penitencia. No se logra llegar a lo esencial sin dejar a un lado ‘otras cosas que valen menos’.

La liturgia nos presenta en este tiempo a la Virgen como modelo de creyente que medita y escucha la Palabra de Dios.
María, obediente a la voluntad del Padre, camina también Ella hacia la cruz.

María ha sido vista así por la tradición cristiana muy cerca a la cruz. Es verdad que existe un ropaje que nos dificulta ver a María como creyente obediente al Padre, creyente que hace también un camino de fe y de subida a Jerusalén. La presencia de las procesiones cuaresmales, la presencia de María en esas procesiones, con tanta fuerza, responde a una teología válida: María sentida y celebrada como creyente fiel, como compañera privilegiada del Hijo que se entrega. Catequesis y celebración tienen el deber de realizar el deber que subyace.

En el camino cuaresmal, la figura de María aparece con sobriedad, con discreción, con sigilo, casi de puntillas. El centro de la cuaresma es la profesión bautismal y los compromisos que ella supone. En definitiva, el centro cuaresmal es la preparación a la pascua. En el camino, como una más, pero como creyente significativa, está María. No es un adorno cuaresmal. Es un modelo. Ella ha recorrido también ese camino. Como lo recorrió su Hijo, como lo tiene que recorrer cualquiera que sea seguidor de Cristo.

La Cuaresma es un camino que los fieles recorren “entregados” más intensamente a escuchar la Palabra de Dios y a la oración. De este modo, se convierten los fieles en auténticos discípulos de Cristo. Pero no basta escuchar, hay que retener y meditar en el corazón, como María, la palabra que nos es dada. Sólo el corazón que retiene la palabra, como la semilla que cayó en tierra buena, produce frutos de vida eterna.

 

SUGERENCIAS PARA LAS CELEBRACIONES

La liturgia cuaresmal pide que se respete al máximo las lecturas del leccionario y el misal. Sólo una justa cusa permite que se celebre una fiesta de la Virgen. Esto no quiere decir que María esté ausente del camino cuaresmal. El misal y el leccionario de Misas de la Virgen María prevén la posibilidad de celebraciones marianas en la cuaresma. Indican, además, los títulos marianos que conviene celebrar en este tiempo santo de la cuaresma. Es pedagógico tener en cuenta las sugerencias allí contenidas para ligar a María al tiempo litúrgico.

 

CENTRALIDAD DEL DISCIPULADO

La nota característica de la cuaresma es el discipulado. Quien sigue a Jesús es el que escucha su palabra y la pone en práctica. En este sentido María se presenta como la discípula del Señor. Ella tuvo que pasar de ser madre biológica a ser madre creyente y fiel.

La devoción a María no es un puro grito del alma o del sentimiento del creyente. Es la admiración de la obra de Dios en María, la llena de gracia.

 

COMPAÑERA DE LA CRUZ

Juan nos presenta a María como compañera junto a la cruz del Señor. Ausente, silenciosa y silenciada durante el ministerio público de Jesús, aparece en el momento cumbre de la cruz. Cumple así lo que el Hijo había anunciado: “el que quiera ser mi discípulo de verdad, que cargue con su cruz y me siga; y donde yo esté, estará él”.

Estas dos notas son fundamentales en la presentación de María durante la cuaresma y en las celebraciones que se hagan.

Existen muchas cofradías que en estos días realizan su principal actividad. Es recomendable que se insista en una catequesis que acentúe lo esencial. Ganaremos todos, especialmente los cofrades. María será para ellos un camino de discipulado y los conducirá hacia la verdadera meta del cristiano: el acontecimiento de la muerte y de la resurrección de Jesús.

Celebrando a María, celebramos el misterio de la salvación.

 

LAS LECTURAS BÍBLICAS DE LA CUARESMA

En este tiempo la temática de los diversos sistemas de lecturas es mucho más variada que en los otros ciclos litúrgicos. Aunque todos los leccionarios de este tiempo tengan un telón de fondo común, la renovación de la vida cristiana por la conversión, esta temática se presente desde ópticas muy diversas, cada una de las cuales tiene sus matices propios y distintos. Si esta diversidad de enfoques se olvida, si se unifica y reduce el conjunto a una temática única, muchas de las lecturas litúrgicas pasarán, prácticamente, desapercibidas; fenómeno éste que lamentablemente ocurre más de una vez.

Debemos, pues, subrayar en primer lugar que la característica principal de las lecturas de Cuaresma no estriba tanto en la «novedad» de unas lecturas que se van descubriendo gracias a los leccionarios post-conciliares, cuanto en la abundancia de líneas concomitantes que es preciso aunar espiritualmente, de modo que cada una de ellas aporte su contribución a la renovación cuaresmal de quienes usan los citados leccionarios.

La actitud fundamental frente a las lecturas cuaresmales debe ser, sobre todo, la de una escucha reposada y penetrante que ayude a que el espíritu se vaya impregnando progresivamente de los criterios de la fe, hay veces suficientemente conocidos, pero no suficientemente interiorizados y hechos vida.

No se trata de «meditaciones» más o menos intelectualizantes, como de una contemplación «gozosa»del Plan de Dios sobre la persona humana y su historia, y de una escucha atenta ante la llamada de Dios a una conversión que nos lleve a la paz y a la felicidad.

En el conjunto de los Leccionarios cuaresmales emergen con facilidad unas líneas de fuerza en las que debe centrarse la conversión cuaresmal. Esta conversión esta muy lejos de limitarse a un mero mejoramiento moral. Es más bien una conversión radical a Cristo, el Hombre nuevo, para existir en Él (ver Col 2,7).

Estás líneas de fuerza son las siguientes:

a. La meditación en la historia de la salvación: realizada por Dios-Amor en favor de la persona humana creada a su imagen y semejanza. Debemos «convertirnos» de una vida egocéntrica, donde el ser humano vive encerrado en su mentira existencial, a una vida de comunión con el Señor, el Camino, la Verdad y la Vida, que nos lleva al Padre en el Espíritu Santo.

b. La vivencia del misterio pascual como culminación de esta historia santa: debemos «convertirnos»de la visión de un Dios común a todo ser humano, a la visión del Dios vivo y verdadero que se ha revelado plenamente en su único Hijo, Cristo Jesús y en su victoria pascual presente en los sacramentos de su Iglesia: «Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna»(Jn 3,16).

c. El combate espiritual, que exige la cooperación activa con la gracia en orden a morir al hombre viejo y al propio pecado para dar paso a la realidad del hombre nuevo en Cristo. En otras palabras, la lucha por la santidad, exigencia que hemos recibido en el santo Bautismo.

Estas tres líneas deben proponerse todas en simultáneo.

La primera línea de fuerza -la meditación de la Historia de la Salvación- la tenemos principalmente en las lecturas del Antiguo Testamento de los domingos y en las lecturas de la Vigilia Pascual.

La segunda -la vivencia del misterio pascual como culminación de la historia santa-, en los evangelios de los domingos III, IV y V (los sacramentales pascuales) y, por lo menos en cierta manera, en los evangelios feriales a partir del lunes de la semana IV (oposición de Jesús al mal -«los judíos»- que termina con la victoria pascual de Jesús sobre la muerte, mal supremo).

La tercera línea -el combate espiritual, la vida en Cristo, la vida virtuosa y santa- aparece particularmente en las lecturas apostólicas de los domingos y en el conjunto de las lecturas feriales de la misa de las tres primeras semanas.

Vale la pena subrayar que las tres líneas de fuerza de que venimos hablando se hallan, con mayor o menor intensidad, al alcance de todos los fieles: desde los que solo participan en la misa dominical a los que toman parte además en la eucaristía de los días feriales. Con intensidades diversas pero con un contenido fundamentalmente idéntico, todos los fieles beben, a través de la liturgia cuaresmal, en una fuente que les invita a la conversión bajo todos sus aspectos.

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En el mensaje para la cuaresma 2014 Francisco pide desconfiar de la limosna que no duela

Diferencia entre pobreza y miseria.

 

La Cuaresma 2014 se inica el miércoles 5 de marzo, Miércoles de Ceniza, y el papa Francisco ya dio su mensaje para la Cuaresma, cuyo título es «Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza», centrado en la diferencia entre pobreza (una virtud evangélica) y miseria.

 

misa de francisco en santa marta

 

Francisco no pretende «tranquilizar nuestras conciencias burguesas» con un mensaje abstracto sobre las maldades del sistema, sino que está apelando a una conversión personal, dijo, en la presentación del Mensaje, el cardenal Robert Sarah, quien lo presentó.

El Papa denuncia tanto la miseria de tipo económico, como la «miseria moral», de quienes «han perdido el sentido de la vida» y la esperanza, y pide que la Cuaresma sea para despojarse.

«Nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza», escribe. «No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial»

MISERIA NO ES LO MISMO QUE POBREZA

«La miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza», escribe, e invita a reflexionar en el camino personal y comunitario de conversión sobre tres tipos de miseria: «la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual».

Pero la pobreza es también una virtud evangélica.

«En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo».

Cosa distinta es la miseria material, que

«es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural. Frente a esta miseria la Iglesia ofrece su servicio, su diakonia, para responder a las necesidades y curar estas heridas que desfiguran el rostro de la humanidad».

Francisco pide que «nuestros esfuerzos» se orienten

a «encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir».

«No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado», afirma luego el Papa, lamentando:

«¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros -a menudo joven- tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! ¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente».

«Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el único que verdaderamente salva y libera», señala el Mensaje para la Cuaresma 2014.

«El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual», añade el Papa. «En cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza!»

«Es hermoso experimentar la alegría de extender esta buena nueva, de compartir el tesoro que se nos ha confiado, para consolar los corazones afligidos y dar esperanza a tantos hermanos y hermanas sumidos en el vacío. Se trata de seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el pastor con la oveja perdida, y lo hizo lleno de amor. Unidos a Él, podemos abrir con valentía nuevos caminos de evangelización y promoción humana», afirma el Papa Bergoglio, que concluye su Mensaje deseando que «este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona».

«Desconfíe de la limosna que no cuesta y no duele», subraya el Papa, tras recordar la necesidad de que

«nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial».

PRESENTACIÓN DEL CARDENAL SARAH

La presentación del Mensaje corrió a cargo del cardenal Robert Sarah, Presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, que anunció un nuevo viaje a Haiti, en marzo, para inaugurar una escuela financiada en nombre del Papa como signo de su cercanía a la población haitiana, que no se recupera del terremoto que en 2010 causó más de 220.000 muertos y afectó a tres millones de personas.

El cardenal aclaró que

«la visión cristiana de la pobreza no es la misma que rige el sentimiento común. Demasiado a menudo se considera la pobreza simplemente en su dimensión sociológica y se entiende como una falta de bienes. Por otra parte, se recurre a menudo al concepto de Iglesia pobre para los pobres, como una forma de contestación a la Iglesia, oponiendo a una Iglesia de los pobres, una Iglesia buena…, a una Iglesia de la predicación y de la verdad, dedicada a la oración y a la defensa de la doctrina y de la moral».

«La primera referencia para que un cristiano entienda la pobreza es Cristo que se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza», dijo. «La elección de la pobreza por parte de Cristo nos dice que hay una dimensión positiva de la pobreza, que también resuena en el Evangelio, que proclama bienaventurados a los pobres. Es obvio que en esta dimensión de la pobreza hay un aspecto de despojo y renuncia. Pero es posible porque la verdadera riqueza de Jesús es su ser Hijo».

«No pensemos en tranquilizar nuestras conciencias burguesas, quiere decir el Papa, denunciando la falta de bienes o la pobreza como un sistema», añadió el cardenal. «El mensaje de la Cuaresma que hoy presentamos hace una distinción importante entre la pobreza y la miseria. No es la pobreza, que es una actitud evangélica, sino la miseria la que queremos combatir».

El Presidente de Cor Unum se refirió también a la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, en la que el Papa escribía que la opción preferencial por los pobres debería traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria hacia ellos. Éste es un concepto fundamental, dijo,

«para no transformar la Iglesia en una de esas ONGs de las que (el Papa) habló en su primera Misa como Papa los cardenales. ¡Ay de nosotros si nuestros mirada a los necesitados prescindiera de la miseria espiritual que a menudo se esconde en el corazón del hombre y lo hace sufrir profundamente, aunque posea bienes materiales!»

Fuentes: Alfa y Omega, Signos de estos Tiempos

 

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Cuaresma Ortodoxa

La cuaresma Católica se asemeja en fechas y duración con la Gran Cuaresma de los cristianos Ortodoxos, que a su vez no tienen una sola, sino que varias en el año (por ejemplo la cuaresma de navidad).

La Gran Cuaresma – la reina de las cuaresmas – es el período de preparación de 40 días para la Semana Santa. En este período la forma por antonomasia para prepararse es por medio del ayuno.

Culturalmente en el cristianismo occidental cuando se piensa en “Ayuno” automáticamente se piensa en no comer carne (o “in extremis” no comer).

En el mundo ortodoxo la cosa no funciona así.

 

EL AYUNO

La Ortodoxía no entiende el ayuno como un imperativo categórico formal (mera formalidad), esto es, como una privación de comida o de cualquier cosa de forma que hay que cumplir.

Al contrario, el ayuno es un instrumento, una herramienta, un medio y no un fin, es un regalo que se hace a uno mismo con el fin de facilitar la búsqueda de Dios ¿aló?¿Un regalo? Así es, por medio del ayuno uno se despoja de todo aquello que te entorpece en este camino,

La clave es la siguiente:
Ayuno = Oración + Arrepentimiento + Desapego + Vida comunitaria

La iglesia recomienda un ideal de ayuno: abstinencia de carnes y todo producto animal (incluye huevo, leche, quesos, etc), abstinencia total en ciertas ocasiones, es obligatorio para todo el que pueda realizarlo, a una persona que con suerte puede comer, no se le puede exigir que no coma tal o cual cosa, así como no se le puede exigir a un enfermo a un anciano ayunar de la misma forma que una persona buena y sana. Pero si se le puede pedir a aquellas personas que sean mas caritativo, mas piadosos o que renuncie a ciertos vicios.

Es por esto que cada cristiano debe – sin ser acomodaticio ni pusilánime – encontrar su “sistema de ayunar”, hallar su mejor forma en la cual pueda hacer su “esfuerzo total” – para llegar a Dios, y este esfuerzo total tiene que ser de cuerpo y espíritu porque ambos están íntimamente conectados entre sí. “El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba” (Mateo 19:12).

El ayuno es un proceso interno, es decir, no se ayuna por pose o figuración (Mateo 6:16). Si alguien ayuna para dárselas de místico o un asceta espiritual de segunda mano, no esta ayunando ¿por? porque no hay desapego, y en este caso el apego lo da el afán de figuración, el EGO.

Si bien es un proceso interno, no significa que sea un proceso solitario, cuando se comparte con hermanos en la fe que también están haciendo su propio “esfuerzo total” por llevar una vida mas quieta disciplinada y contemplativa, sea orando, meditando, cantando, haciendo obras de caridad, compartiendo una cena este difícil período de “limpieza espiritual” se hace muchísimo mas llevadero – lo cual nos lleva al concepto genuino de Iglesia como “Comunidad”-. Cristo dijo “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33)

Si no observas el ayuno, no te ganaste un pasaje en primera clase al infierno, sino que te perdiste una magnífica oportunidad de mejorar como persona y principalmente como Cristiano.

 

LOS OFICIOS DE LA GRAN CUARESMA

Los oficios de la Gran Cuaresma en los días de semana se caracterizan por melodías especiales que expresan su carácter penitencial. Las vestimentas y ornamentos utilizados en la iglesia son de colores apagados. Los troparios diarios también son de carácter de intercesión, rogando a Dios mediante Sus santos que tenga misericordia de nosotros pecadores.

En el oficio de Matutinos, no se canta el Salmo “Dios el Señor …” como de costumbre, sino que en su lugar se canta el Aleluya largo. Hay una mayor cantidad de lectura de salmos, como en las horas canónicas, y los himnos hacen referencia al esfuerzo de purificación y crecimiento espiritual que hacemos durante la Cuaresma.

Tres libros del Antiguo Testamento tienen especial importancia durante la Gran Cuaresma. Estos son el libro de Génesis, el de Proverbios, y el del Profeta Isaías. De hecho, se leen cada uno de estos libros en forma casi completa durante este tiempo. Lecturas tomadas de Génesis y Proverbios son agregadas al oficio de Vísperas, y del Profeta Isaías a la Sexta Hora. Ya que no se celebra la Divina Liturgia, no hay lecturas de la Epístola ni del Evangelio.

Una oración especialmente conocida en la tradición ortodoxa es rezada en todos los oficios de la Gran Cuaresma. Esta es la Oración de San Efrén el Sirio. Es una súplica a Dios, acompañada de prosternaciones, rogándole que nos dé aquellas virtudes necesarias para la vida cristiana.

El Domingo de la Abstinencia de Queso en la tarde, se acostumbre a celebrar un oficio especial de Vísperas llamado las Vísperas del Perdón. Es el primer oficio de la Gran Cuaresma. Este domingo es dedicado especialmente al perdón. Estamos prontos a entrar en el tiempo litúrgico en que nos esforzamos en forma especial para reconciliarnos con Dios y con el prójimo. Es costumbre, entonces, en la Iglesia Ortodoxa, durante las Vísperas del Perdón, que cada uno de los fieles que participen en este oficio se acerque a todos los presentes individualmente, para pedirles su perdón y también ofrecerles perdón por cualquiera falta que pueda haber cometido.

Durante la primera semana de la Gran Cuaresma, se reza el Gran Canon de San Andrés de Creta. Consiste en una larga serie de versículos de carácter penitencial, basados en temas bíblicos, a cada uno de los cuales los fieles responden: Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí. Se repite este Canon también el día jueves de la quinta semana de la Gran Cuaresma.

Los días viernes de la Cuaresma se reza un oficio denominado el Acathiston a la Virgen María, Theotokos. Es una oración de alabanza a la Madre de Dios, cuya autoría se atribuye a San Romano el Melodista. Durante los primeros cuatro viernes, se canta una cuarta parte del oficio, hasta completarlo. Luego, el quinto viernes, se reza el oficio entero.

El primer sábado de la Gran Cuaresma es dedicado a la memoria de San Teodoro de Tiro. Los sábados siguientes (segundo, tercero y cuarto) son dedicados a la memoria de los fieles difuntos. Los himnos litúrgicos que se cantan en estos días ruegan por todos los fieles difuntos. Además, se reza el Responso por los Difuntos, nombrándolos individualmente. Se agregan otras oraciones y letanías a la Divina Liturgia las cuales, tal como las lecturas de las Sagradas Escrituras, hacen referencia a los difuntos y su salvación en Cristo.

En general el día sábado, incluso fuera de la Gran Cuaresma, es el día en que la Iglesia recuerda a los difuntos. Esto es porque el sábado es el día que Dios bendijo para la vida en este mundo. Debido al pecado, sin embargo, este día ahora simboliza a toda la vida terrenal que conduce a la muerte. Incluso Cristo el Señor yacía muerto el día sábado, “descansando de todas sus obras,” y “pisoteando la muerte con la muerte.” Es así entonces, que en la Iglesia de Cristo del Nuevo Testamento, el sábado se hace un día especial para recordar a los difuntos y ofrecer súplicas a Dios por su salvación.

 

ORACIÓN DE SAN EFRÉN EL SIRIO

Señor y Dueño de mi vida, el espíritu de ocio, de indiscreción, de ambici
ón y de locuacidad, no me lo des. postración

Mas el espíritu de castidad, de humildad, de paciencia, y de amor, concédemelo a mí, tu siervo. postración

Si, Señor y Rey, concédeme percibir mis propias ofensas, y no juzgar a mi hermano, porque bendito eres por los siglos de los siglos. Amén. postración

Luego doce reverencias, diciendo cada vez:

Dios, purifícame a mí, pecador.

Y otra vez la oración entera con una postración al final.

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El mes de Ramadán (en el Islam)

Este artículo sobre el mes de Ramadán, es realizado por la Hna. María de Roncesvalles en el marco del dialogo interreligioso.

Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, conocido internacionalmente por ser el mes en el que los musulmanes realizan un ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol, generalmente cae en el mes de septiembre.

El calendario islámico es lunar. Los meses comienzan cuando es visible el primer cuarto creciente después de la luna nueva, es decir, un par de días después de ésta. El año en el calendario lunar es 11 días más corto que en el calendario solar, por lo que las fechas del calendario musulmán no coinciden todos los años con las fechas del calendario gregoriano, de uso universal

Ramadán es el mes sagrado para el Islam. En este mes los musulmanes ayunan desde la salida del sol hasta su ocaso (este ayuno constituye uno de los cinco pilares de la doctrina musulmana).

Lo definen como “el mes de la sumisión y acercamiento a Dios, de la lucha contra los deseos y pasiones, llamada por el mismo Mahoma “la gran guerra”, del cumplimiento de las plegarias rituales y paciencia frente a las adversidades de la vida«.

Sin juzgar la intención de cada uno al hacer el ayuno obligatorio del Ramadán, hay ciertos aspectos que dejan entrever que no todo es como lo definen y que en la práctica las cosas son diferentes.

 

SIGNIFICADO DE RAMADÁN Y ESTABLECIMIENTO DEL MES

Ramadán deriva de la raíz de la palabra árabe ramida o ramada que significa:
– quemar o chamuscar.
– consumirse por dolor y sufrimientos.

Para algunos musulmanes la palabra Ramadán significa la sensación de fuego producido en el estomago por el ayuno. Otros lo atribuyen a la purificación que hacen de sus pecados, ya que son “quemados” como quema el sol la tierra; por último están quienes lo relacionan con la forma que tienen de aceptar las piedras y la arena el calor del sol, así están los corazones y las almas para aceptar gustosamente las amonestaciones de Dios.

Como un metal, dicen, por el calor puede perder la forma, el Ramadán ayuda para cambiar a los creyentes verdaderos y renovarlos.

Este mes es considerado como el mes del Corán, al finalizar este se da comienzo a la fiesta del ftir.

Este mes preside siempre al aid al- adha o fiesta de sacrificio, que se realiza dos meses después.

Los musulmanes creen que durante este mes, Alá reveló los primeros versos del Corán, alrededor del año 610 d.C.
Según las enseñanzas islámicas Mahoma se habría retirado al desierto, cerca de la Meca, mientras pensaba acerca de su fe. Una noche una voz lo llamó desde el noveno cielo: era el ángel Gabriel, quién le dijo que él había sido elegido para recibir la palabra de Dios.

En los días siguientes, Mahoma se descubrió a sí mismo hablando sobre los versos que debían ser transcriptos en el Corán.

“Es el mes de ramadán, en que fue revelado el Corán como dirección para los hombres y como pruebas claras de la dirección y del criterio. Y quién de vosotros esté presente ese mes, que ayune en él, y quien esté enfermo o de viaje, un número igual de días. Alá quiere hacéroslo fácil y no difícil. ¡Completad el número señalado de días y ensalzad a Alá por haberos dirigido! Quizás así seáis agradecidos.” (sura 2.185)

Primero el ayuno fue prescrito solo por diez días en preparación a la “noche del poder” o “lailat al- qadr” (ésta fue la noche en la que Mahoma afirma que recibió el Corán), luego se extendió a todo el mes.

Ésta noche es especialmente sagrada para el musulmán. Solo fue descubierto el verdadero día a Mahoma y sus compañeros, pero la tradición coloca este día entre el 27 o el 29 del mes de Ramadán.

“Lo hemos revelado en la noche del destino. Y ¿Cómo sabrás qué es la noche del destino? La noche del Destino vale más de mil meses. Los ángeles y el espíritu y descienden en ella, con permiso de su Señor, para fijarlo todo. ¡Es una noche de paz, hasta el rayar del día!” (Sura 97.1-5)

El gobierno de Pakistán fue quien formó un comité especial para determinar el día en el que comienza y termina este mes.
El problema que se presentaba siempre era que debía comenzar el 29 del mes de Sha’ban, pero solo si el cielo estaba claro y podía ser vista la luna. Tenía que haber alguna forma que uniese a todos los que realizaban el ayuno en los distintos países

Todo este mes lo consideran sagrado, pero en especial los siguientes días: el día 6, nacimiento de Husain, el día 10 la muerte de Khadija, el día 17 la batalla de Badr, el día 19 la ocupación de la Meca, el 21 la muerte de Ali y el 27 la noche del poder.

 

TIPOS DE AYUNO

Hay diversos tipos de ayuno. En realidad la palabra ayuno significa abstenerse de ciertos alimentos o bebidas. Si se privan en el día de esto, pero cuando es licito se cometen excesos en el comer, no hay verdadera abstención.

a-) Obligatorios (Ramadán) o voluntarios (Ashura)

b-) Penitenciales (Ramadán), expiatorios ( por ejemplo por la caza de algún animal durante la gran peregrinación que se realiza en la Kaaba“…no matéis la caza si estáis sacralizados… ofrecerá una res de su rebaño, equivalente a la caza que mató…o bien expiará dando de comer a los pobres o ayunando algo equivalente, para que guste la gravedad de su conducta”(sura 5. 95) o para sustituirlo por alguna otra obligación (por ejemplo si no tiene una animal para ofrecer durante la gran peregrinación puede ayunar)

c-) Legítimos (Ramadán)

d-) Válidos (solo para aquellos que están física y mentalmente sanos).

e-) Inválidos (personas que no están bien física y mentalmente sanos, por intoxicación, por menstruación o hemorragias después del parto).

Están obligados a ayunar por lo tanto todos los hombres y mujeres (inclusive los niños a partir de los 12 años) de acuerdo a lo recién enumerado.

Para aquellos que se encuentran impedidos para realizar el ayuno de Ramadán, por un cierto tiempo, como puede ser el caso de una persona que está enferma y debe tomar medicinas, deberá hacer el ayuno apenas le sea posible, la misma cantidad de días que no lo hizo.

En algunos casos, prefieren no tomar las medicinas, para no tener que hacer el ayuno solos, ya que de esta forma se hace más difícil poder cumplirlo. Pero esto puede hacerse siempre y cuando no perjudique más la salud.

Existen cuatro escuelas distintas sobre el modo en cómo debe guardarse el ayuno, pero en general coinciden en los siguientes puntos:

* Debe hacerse primero el propósito o intención para realizar el ayuno y después cumplirlo.
* La intención será siempre para purificar el cuerpo y el alma, por eso deben abstenerse de las relaciones sexuales, de insultar, calumniar, murmurar, defraudar y lucrar ilícitamente.
* Deberán abstenerse de aquellas cosas que cortan el ayuno, llamadas » muftirat» (alimentos y bebidas, fumar cigarrillos, el oler perfumes, el provocarse el vomito sin autorización del medico, entre otras).
*Deberán abstenerse de estas » muftirat» desde la primera luz del alba hasta un poco después del ocaso.

 

REGLAS QUE REGULAN EL AYUNO DE RAMADÁN

a-Con respecto al tiempo.

– Quien se durmió antes del alba sin intención de realizar el ayuno, si se levanta antes del mediodía y pone la intención de ayunar, su ayuno es correcto. Pero si se levanta después del mediodía no puede hacer la intención de ayuno obligatorio.

– Si una persona hace la intención de ayunar antes de la llamada de la oración del alba, luego se duerme y se levanta después del ocaso, su ayuno es correcto.

– Si en el mes de Ramadán un no-musulmán acepta el Islam debe hacer el ayuno a partir del día siguiente, pero si la conversión tiene lugar antes o después del mediodía no debe ayunar este día ni tampoco compensarlo.

-Si un enfermo se curara antes del mediodía de un día del mes de Ramadán y desde el alba no hizo nada que anulara el ayuno, debe hacer la intención (de ayunar) y cumplir el resto del día. Pero si se curara después del mediodía el ayuno de ese día no es obligatorio para él.

-Si una persona tiene duda sobre si cierto día es el último del mes de Sha’ban o el primero del mes de Ramadán no es obligatorio que ayune. Pero si quiere hacerlo no puede hacer la intención de ayuno de Ramadán (es decir: no debe ayunar con intención de ayuno obligatorio pues no sabe si realmente está en el primer día de Ramadán); pero si ayunó con intención de ayuno de compensación y después se entera de que efectivamente era el primer día de Ramadán, ese día le cuenta como ayuno de Ramadán (no debe compensarlo aunque no lo ayunó con intención de Ramadán).

b-con respecto a las comidas o bebidas.

-Si el ayunante durante la comida se diera cuenta de que llegó el alba, deberá sacar la comida de la boca y su ayuno quedará anulado si intencionalmente tragase esa comida.

-Según la precaución obligatoria el ayunante no deberá aplicarse inyecciones alimenticias (Ej.: de vitaminas, suero, etc.), pero no habrá inconvenientes en el uso de anestesia o de inyecciones medicinales.

-El ayuno no quedará anulado si traga saliva, aunque ésta se acumule por pensar en algo apetitoso.

-Si el ayunante tuviera tanta sed que tuviera temor de morirse, podrá tomar la cantidad necesaria de agua para salvar su vida, pero su ayuno quedará anulado. Además si estuviese en el mes de Ramadán por el resto del día deberá abstenerse de realizar otras cosas de las que anulan el ayuno.

-Masticar y probar el gusto de la comida para los niños si no llega (el alimento) a la garganta no anulará el ayuno, aunque esto último ocurra por accidente. Pero quedará anulado (el ayuno) si el ayunante sabía que esta comida podía llegar a la garganta y ser tragada (y no obstante lo hace), debiendo en este caso hacer la compensación (qadá) y además deberá cumplir con la reparación expiatoria (kaffarah).

 

FINAL DEL MES DE RAMADÁN

Se celebra el final del mes del ayuno el primer día del Décimo Mes, posterior al del Ramadán. Tradicionalmente, el 29 del Ramadán después de la puesta del sol la gente sale fuera para ver el nuevo cuarto creciente lunar en el horizonte occidental donde se pone el sol. Si se avista el cuarto creciente, se declaran el final del Ramadán y el Final del Ayuno. Si no se avista el cuarto creciente, se amplía el Ramadán en un día.

Este día la gente se levanta muy temprano y después de haberse duchado, perfumado y vistiendo preferiblemente ropas nuevas, se dirigen a la mezquita o hacia el lugar donde se congregan todos, diciendo “Dios es Grande, no hay más Dios que Dios, y sólo Dios merece toda alabanza”. Los musulmanes pronuncian estas frases en las casas, en las calles y en el sitio de congregación mientras se espera al imán. Era costumbre de Mahoma reunir a la congregación para la oración del Final del Ayuno a cielo descubierto.

El imán dirige las oraciones y pronuncia un sermón, al final de este, la oración que continúa se denomina «munajat», la oración de los fieles en la cual se suplica por la remisión de los pecados, por la salud, por una buena cosecha, por la prosperidad de todos los musulmanes, etc. Luego diciendo «aid Mubarak» se saludan, se abrazan y se felicitan los unos a los otros por haber hecho felizmente el Ramadán, y se pide a Dios que acepte los esfuerzos realizados en obediencia a Él.

Durante el día, la gente se visita y los niños reciben regalos. Esencialmente, el Final del Ayuno es un día para dar gracias a Dios y también para reunirse los familiares y los amigos, este clima de fiesta dura tres días.

Justamente por ser considerado para los musulmanes una gran fiesta debería haber alegría principalmente interior que se trasmita a lo exterior, no basta con reunirse familiares y amigos a saludarse si uno no está verdaderamente alegre, convencido de que lo hecho en el mes de Ramadán es tenido en cuenta por Dios.

Por ser algo principalmente interior, esa alegría, no debería perderse aun cuando por ejemplo la situación económica no sea favorable. Sin embargo en varias oportunidades, al preguntar nosotras a musulmanes como habían pasado las fiestas, la respuesta era casi siempre la misma: ¿puede haber fiesta cuando no hay trabajo, cuando la situación política esta mal, cuando uno tiene muchos problemas?

Como ya citado en la introducción….El mes de Ramadán (ayuda a tener) paciencia frente a las adversidades y pruebas que puede deparar la vida”. Esto muestra una vez más una contradicción, porque si ayuda a tener paciencia ante los problemas, ¿cómo no se puede entonces estar alegres en medio de las dificultades?

 

LA LIMOSNA DEL FINAL DE RAMADÁN

Zaqat habitualmente se traduce como limosna: esta tiene que ser al menos practicada dos veces en el año; al final del Ramadán, es obligatoria hacerlo.
Según una tradición, la cantidad que hay que dar de alimentos era medido por «un saa» (la medida de cuatro manos llenas).

Así cualquier musulmán entregará por él y su familia, cuatro saa de alimentos (equivalentes a 2 kilos y medio) por personas que haya en la casa. Deberá hacerlo, siempre y cuando el que ofrece tenga para dejar en su casa. Se recomienda entregar alimentos que puedan almacenarse o dar directamente la suma del dinero que en algunos países esta fijado previamente.

Ellos consideran este acto como un derecho que tienen los pobres y que los ayuda a purificar cualquier falta cometida durante el ayuno.
Quien realice esto antes del aid se lo acepta como el zakat, pero quien lo da después es considerado como cualquier otra limosna, por eso es muy importante que sea entregado y distribuido antes de aid al fitr.

Por esta limosna se unen todos dejando de lado las diferencias de clases sociales ya que tanto pobres como ricos podrán festejar.

Para los cristianos la limosna hecha a los pobres es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna, es también una práctica de justicia que agrada a Dios (Cat. I. Cat. 2447) pero esta ha de ser realizada teniendo en cuenta que no se debe dar para ser visto, u honrarse por haberlo hecho. “Cuidad de no practicar vuestra justicia, delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial…tú en cambio cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedara en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto te dará su recompensa” (Mt6.1,3-4).

 

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL MES DE RAMADÁN

Durante este mes en los momentos que están permitidos los alimentos y las bebidas, se prefiere para romper el ayuno aquellos alimentos que dan rápidamente energías, como por ejemplo los dátiles y las bebidas dulces. Siguiendo una cantidad indescriptible de variedad de platos.

Es llamado mes del Corán porque durante las oraciones de todo el mes se recita el Corán entero, generalmente por aquel que dirige la oración, y si este no se encuentra lo hace quien este capacitado.

Hay quienes también se retiran todo el mes a la mezquita para recitar y estudiar el Corán, repitiendo frases de alabanzas y gloria a Dios. Como no se permite salir de la mezquita la comida se la llevan sus familiares.

La mayoría de los restaurantes permanecen cerrados durante el día, y los que tienen abierto deben tapar la vidriera para que no se vea hacia adentro. Está terminantemente prohibido comer en la calle o en algún lugar público a la vista de aquellos que están realizando el ayuno. En los países islámicos esta regla corre para todos, aun para los que no son musulmanes.

Durante el día se puede ver a la gente comprando alimentos en mucha cantidad. Un rato antes de que suene la sirena que avisa que les es permitido comer, ya no queda nadie en las calles.

En algunos países de régimen más fundamentalistas se cambian los horarios de trabajo y de las escuelas para que el ayuno se realice más fácilmente.

Es durante todo este mes que se registran más cantidad de enfermedades del sistema digestivo por el gran desorden que hacen cuando cortan el ayuno.
Es de destacar también que durante este tiempo se encuentran más nerviosos y más propensos a las peleas, especialmente de la mitad del mes en adelante.

Ellos consideran este tiempo como el más favorable para alcanzar el perdón y la misericordia de Dios, por tanto aquel que se arrepienta de verdad, quedará libre de todo pecado. El mejor momento para pedir perdón es durante las primeras horas de la mañana antes de que salga el sol.

Pero algunos afirman que este ayuno no es para que el alma se aflija de sus pecados. ¿Cómo quedar libre entonces de todo pecado, renunciar a las malas obras y tener verdadero arrepentimiento si el ayuno no es medio para esto?

A diferencia del Ramadán, la cuaresma (o el adviento) es verdaderamente un tiempo de conversión a Dios, de ruptura con el pecado, de aversión al mal, con repugnancia hacia las malas acciones cometidas y al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de la gracia. El ayuno, la oración o la limosna, son medios para acercarnos a Dios. Se pide a Dios que nos cambie, ya que nosotros somos débiles y pecadores.

Por último, no se puede poner en el mismo nivel, el final del ayuno de Ramadán y el final del ayuno de la cuaresma, porque luego de ésta se celebra el gran triunfo de la vida sobre la muerte, la Resurrección de Nuestro señor Jesucristo, por ello “la Pascua no es simplemente una fiesta entre otras: es la “Fiesta entre las fiestas”, “Solemnidad de las Solemnidades” (Cat. I. Cat. 1169) y ¿puede haber motivo de más alegría que saberse poseedores de la vida eterna por los méritos de Jesucristo?

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