Categories
ARTÍCULOS DESTACADOS Catolicismo NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Papa Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia

Que se puede decir de Francisco luego de medio año de gestión

Una mirada objetiva de la operación del Papa.

 

Medio año ha pasado desde que Francisco ha sido elegido y parece importante hacer un análisis objetivo, no propagandístico, de las consecuencias de lo que ha mostrado Francisco.

 

Alocución del papa Francisco en las ventanas del vaticano cuando su anuncio de Papa

 

Las dos cosas que a nuestro juicio han impactado más de la gestión de Fransciso hasta ahora han sido su estilo y su énfasis en los temas sociales.

Respecto a su estilo, ha mostrado ser un gran comunicador, que sabe utilizar palabras novedosas para crear impacto para dramatizar sus ideas, como por ejemplo “pastores con olor a oveja”, o “quiero que armen lío”. Y en este estilo están su humildad de vida, vestimenta y consumo, y ocuparse él mismo de seguir temas como llamar por teléfono o escribir cartas. Un gesto significativo es que Francisco ha decidido saltarse sus vacaciones de verano, permaneciendo en el Vaticano, en lugar de partir hacia el retiro papal en Castel Gandolfo, Italia.

Y el énfasis en los temas sociales está dado por la continua referencia a las periferias existenciales, la pobreza, la inmigración, y por tratar de interesarse por los problemas de las personas particulares, dramatizándolo en contactos telefónicos o incluso saludando personalmente a cada fiel que va a su misa, lavando los pies de presos, etc..

EL FRENTE EXTERNO

Fuera de la Iglesia Francisco tiene un gran predicamento básicamente por estos dos temas, aunque se ha cuidado de expresarse largamente sobre temas como el aborto, el ‘matrimonio’  homosexual, la eutanasia, para alargar el ‘idilio’ que aún mantiene con los medios de comunicación del sistema.

También Francisco ha revivido el prestigio internacional del papado y su capital moral. La edición italiana de Vanity Fair lo declaró recientemente su «Hombre del Año», y ha recibido alabanzas inverosímiles como de Elton John, quien calificó al Pontífice «un milagro de la humildad en la era de la vanidad». Y recientemente fue una de las tres figuras políticas principales para la solución del posible ataque de EE.UU. a Siria (hablaremos mas en detalle en otro artículo).

Los sondeos en varias partes del mundo muestran niveles de aprobación que serían la envidia de cualquier político o celebridad. Un reciente estudio realizado en Italia mostró que la popularidad de Francisco en 85 por ciento, con efectos indirectos para la iglesia, el porcentaje de italianos diciendo que confían en la iglesia era hasta 63 por ciento, de 46 por ciento en enero, durante el final del papado de Benedicto XVI.

Ha habido un cambio en todo el mundo en las actitudes hacia el papado desde la elección de Francisco, y especialmente un gran derramamiento de compasión, no sólo entre los creyentes, sino también de las personas seculares o lejos de la iglesia.

Francisco ya está a punto de alcanzar el estatus de iconoen la opinión pública, incluso se llega a decir que, durante su viaje a Brasil, protagonistas de los disturbios en la nación prácticamente tropezaban entre sí para ver quién podría demostrar su mayor deferencia y respeto.

También hay un sentido en el que Francisco es un «Papa Teflon», en que nada malo parece pegarsele. Cuando sucede algo escandaloso, la reacción esn que no es la culpa del Papa, sino que lo ven como una prueba más de por qué él es necesario. Parece que el mundo esta de acuerdo que Francisco es la solución, no el problema.

EN EL FRENTE INTERNO

En Roma, también hay señales claras de que un nuevo orden ya ha surgido.

Su estilo de vida humilde está teniendo un efecto dominó. Príncipes de la Iglesia de hoy son más propensos a ser vistos con un vestido clerical negro simple en lugar del esplendor de costumbre, y algunos han comenzado a firmar sus nombres en la correspondencia oficial simplemente como «Don Fulano de Tal», evitando «Su Eminencia» u otras partes de la nomenclatura cuasi nobiliaria.

Al vivir en la Casa Santa Marta, al usar el teléfono por sí mismo, y sin pasar por los porteros habituales, Francisco se ha asegurado de que nadie tiene el monopolio de la intermediación, y con eso se asegura limitar el poder de grupos internos.

Cuatro características del nuevo orden parecen claras.

En primer lugar, este outsider latinoamericano parece decidido a romper el monopolio italiano del gobierno de la Iglesia universal. Francisco ha creado tres órganos para dar cuerpo a su reforma: un grupo de cardenales para que le ayuden en la gestión, una comisión para investigar el banco del Vaticano, y una comisión pontificia para estudiar las estructuras económicas y administrativas del Vaticano. En total, se incluyen 21 personas que ahora ocupan cargos de influencia real, con sólo tres italianos entre ellos.

En segundo lugar, Francisco claramente quiere potenciar el papel laico – no sólo de manera ceremonial, sino en la tarea de la reforma del Vaticano y de gobierno de la iglesia.

Su comisión para estudiar las estructuras económicas y administrativas, por ejemplo, está compuesta por ocho personas, sólo uno de ellos es un sacerdote, los otros siete son laicos procedentes de los mundos de la economía, el derecho y la gestión empresarial. Lógicamente, esto implica cortar las alas de señores eclesiásticos del Vaticano. Hace cuatro meses, si alguien quería influir en las operaciones financieras del Vaticano, tenían que llamar a un cardenal italiano, en cambio hoy estaría mejor rumbeado si llama a un laico de la comisión respectiva.

En tercer lugar, Francis está dando lugar a una nueva cultura de rendición de cuentas, avanzar hacia una comprensión más anglosajona que «responsabilidad» significa que alguien en realidad puede ser despedido. Históricamente, era casi imposible que alguien pudiera perder un trabajo en el Vaticano, en parte debido a las protecciones laborales, y en parte porque los funcionarios insistían en que la iglesia es una familia más que una empresa. Pero ya ha habido despidos, como los dos principales operadores del IOR.

En cuarto lugar, Francisco parece estar reposicionanando a la iglesia en el centro político, después de un muy largo período en el que muchos observadores percibieron su deriva a la derecha. Ha hablado de  varios temas políticos, como la pobreza, el medio ambiente y la inmigración, y su viaje fuera de Roma fue a Lampedusa, un importante punto de llegada de inmigrantes empobrecidos de África y Oriente Medio que buscan llegar a Europa, donde el Papa pidió una mayor compasión por estos migrantes, reprendiendo al mundo para la «globalización de la indiferencia.»

El cambio hacia el centro también parece claro en términos eclesiásticos. En Roma, la percepción es que las figuras asociados a posiciones moderadas, como el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga de Honduras, coordinador de la comisión de cardenales, están en ascenso, mientras que las relacionadas con las posturas neoconservadoras o tradicionalista, como el cardenal Raymond Burke de los Estados Unidos, el jefe de la Corte Suprema del Vaticano, están en declive.

CINCO ÁREAS PARECEN LAS MÁS PRIMORDIALES DE SOLUCIÓN INMEDIATA

Finanzas: la reforma del IOR. Francisco lo ve como una institución importante, pero, como él mismo dijo en una homilía en junio, es necesario «sólo hasta cierto punto.» Sin embargo, las circunstancias se han alineado para que el banco de una prueba de fuego del compromiso de Francisco para cambiar. También hay que mencionar aquí el control de los gastos e inversiones en las diócesis, temas en los que Francisco ya ha insistido.

El abuso sexual: es otro frente donde los críticos creen que la iglesia necesita aún una mayor transparencia en su respuesta a los escándalos de abuso sexual infantil, aunque se ha avanzado mucho.

Colegialidad: de alguna manera, el paso más importante de Francisco hacia el fomento de una mayor colegialidad ya puede haber llegado con la decisión de crear el consejo de ocho cardenales. El efecto es el de distribuir el poder lejos del Vaticano y a los jefes de las iglesias locales. Entre otras cosas, la decisión implica cortar las alas de la Secretaría de Estado del Vaticano. Otro frente que Francis parece probable que se mueva con rapidez es el Sínodo de los Obispos, que fue fundado bajo el pontificado de Pablo VI, como órgano de gobierno colegiado.

El matrimonio y el divorcio: es un tema preocupante a nivel pastoral de las parroquias. También hay señales de que Francis podría estar dispuesto a desatar algunos nudos pastorales de larga data, a partir de los católicos divorciados y vueltos a casar. En su intervención en el avión de vuelta de Río de Janeiro, Francisco señaló el interés en el «principio de la economía» que se encuentra en la tradición ortodoxa, según la cual una segunda unión es bendecida después de dispensar los votos del matrimonio, pareceido a lo ya dicho por Benedicto XVI. También dijo que la cuestión tiene que ser vista en el contexto más amplio de la pastoral del matrimonio, un tema que él dijo que el consejo de los ocho cardenales y un futuro Sínodo de los Obispos analizarán.

Resistencia al mundo: Francisco aparece abierto a permitir que nuevas iniciativas pastorales lleguen a la superficie desde abajo, en lugar de ser impulsadas ??de la parte superior hacia abajo. En una reunión de julio 25 con jóvenes de Argentina durante su viaje de Brasil, deliberadamente les animó a «hacer lío». «Quiero que la iglesia para salir a la calle», dijo. «Quiero que nos resistamos a todo lo mundano, a todo estático, a todo lo cómodo, a todo lo relacionado con el clericalismo, a todo lo que podría hacer que nos cerremos en nosotros mismos.»

LAS RESISTENCIAS  A FRANCISCO

Toda revolución tiene ganadores y perdedores, y aunque Francis puede insistir en que no ha encontrado ninguna resistencia, eso no quiere decir que no existan.

La primera resistencia es de los tradicionalistas litúrgicos, un poco irritados con la decisión de prohibir a los Frailes Franciscanos de la Inmaculada decir la misa en latín antiguo y en general por la simpleza litúrgica que exhibe Francisco en sus celebraciones.

En segundo lugar, Francisco está atrayendo críticas mixtas entre algunos conservadores de la iglesia no tanto por todo lo que ha dicho o hecho, sino por una percepción difusa de sus acentos en temas sociales.

En tercer lugar, el derecho secular también ha expresado cierta consternación. En respuesta a la visita del 8 de julio a la isla mediterránea de Lampedusa, un importante punto de llegada de inmigrantes procedentes de África y el Medio Oriente, los políticos anti-inmigrantes en Italia sugirieron que el Papa debería ocuparse de sus asuntos.

En cuarto lugar, los progresistas católicos pueden desencantarse. Ya algunos defensores de las mujeres sacerdotes y los derechos de los homosexuales han salido a la blogosfera a criticar al Papa, aunque otros como Leonardo Boff tienen abierta una gran cuota de esperanza.

En quinto lugar, hay una «vieja guardia» en el Vaticano, que puede ser resistente a ver su poder tradicional y el privilegio escapársele. Hasta ahora nadie se identifica con este grupo, aunque algunos han detectado sus huellas digitales en lo que implica al prelado que Francisco ha elegido para ayudar a reformar en el banco del Vaticano, un clérigo italiano llamado mons. Battista Ricca acusado de actos homosexuales.

Fuentes: NCR Online, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo NOTICIAS Noticias 2013 - enero - agosto Papa Signos extraordinarios de la Iglesia Vaticano

A los 100 días de su pontificado Francisco preparado para nombrar al Secretario de Estado [13-06-18]

Por sus actos revolucionarios y ser argentino ya lo llaman el “Che” Bergoglio.
Inició un cambio revolucionario y ya lo llaman «el Che» Bergoglio. Rápidamente conquistó con su estilo frontal. Sus gestos y definiciones acaparan la atención, y la gente lo ama. Pero también se ganó enemigos en la curia romana. Pero el se ríe cuando le dice que lo llaman «populista» o «demagogo sudamericano».

 

francisco y obispos

 

El Papa encara la reforma a Curia: nombrará nuevo «primer ministro». Es inminente la designación del cardenal Giuseppe Bertello como Secretario de Estado, en reemplazo de Tarcisio Bertone. El objetivo es hacerla más eficaz y, sobre todo, al servicio del Papa, no de sí misma.

YA ESTA EL SUSTITUTO DE BERTONE

Francisco acelera su programa de reformas radicales en el gobierno de la Iglesia y sería inminente la designación del cardenal italiano Giuseppe Bertello, de 71 años, como nuevo Secretario de Estado, que equivale al de «primer ministro» del Papa argentino. Bertello es el gobernador de la Ciudad del Vaticano y apoyó la elección de Jorge Bergoglio como Papa en el cónclave que lo eligió el 13 de marzo pasado.

También es el único italiano en la comisión de ocho cardenales nombrados por Francisco para asesorarlo en las reformas del gobierno central de la Iglesia, escenario en los últimos años de fieras luchas por el poder entre facciones, que incluyen «corrientes de corrupción» y «lobby gay», como reconoció el mismo pontífice hace unos días.

Clarín mencionó ya dos veces a Bertello como principal candidato a ser el nuevo jefe operativo de la Curia Romana después del verano, pero los tiempos al parecer se han acortado y algunos vaticanistas sostienen que el 29 de junio, fiesta de los santos Pedro y Pablo, podrían anunciarse reemplazos con sabor a degüello en los grandes «ministerios» (dicasterios) de la Curia, junto con traslados y promociones.

El nuevo Secretario de Estado sustituirá al cardenal Tarcisio Bertone, que en diciembre cumplirá 79 años.

Los ocho cardenales del «consejo de la corona», cuyo coordinador es el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, se reunirán con el Papa el 1° de octubre para poner en marcha una reorganización general de la Curia con fusiones, supresiones de organismos y creaciones de nuevos institutos para hacer más ágil y sobre todo más transparente el funcionamiento del gobierno central de la Iglesia.

El objetivo primario es terminar con las facciones en lucha, con medidas ejemplares.

Francisco dio la primera sorpresa haciendo nombrar como su Prelado en el IOR (Instituto para las Obras de Religión) el llamado banco del Papa, a monseñor Battista Ricca.

El Prelado es el número dos del IOR, signado por una vasta serie de escándalos desde que fue fundado en 1942 por Pío XII.

Monseñor Ricca es el director de la Casa de Santa Marta, el hotel interno del Vaticano donde se aloja Francisco desde el Cónclave que lo eligió Papa. También es el director de la Casa Internacional del Clero, situada en el centro de Roma, donde desde hace muchos años se alojaba cuando venía a Roma Jorge Bergoglio.

El Papa argentino es muy amigo y tiene absoluta confianza en monseñor Ricca, cuya misión de coordinación en el banco consistirá en mantener informado a Francisco de la situación interna del IOR y de la transparencia de las operaciones.

Jorge Bergoglio demostró al incluir al cardenal Bertello en el «consejo de la corona» de ocho cardenales que aprecia y tiene pro- funda confianza en el purpurado italiano para que lleve adelante la «limpieza de la Curia», que el mismo Bergoglio definió como un programa antes de partir de Buenos Aires para el Cónclave que lo eligió obispo de Roma y jefe de la Iglesia universal.

EN EL MARCO DE LOS PRIMEROS 100 DÍAS DE PONTIFICADO

El anciano y todavía muy influyente cardenal conservador Camillo Ruini, que fue vicario en Roma de Juan Pablo II y Benedicto XVI, se ríe cuando le cuentan que los enemigos que acumula en la Curia Romana el nuevo Papa argentino, lo llaman «el Che Bergoglio», además de «populista» y » demagogo sudamericano». Ahora que el próximo miércoles Francisco llegará a los cien días de su pontificado que está revolucionando a la Iglesia, determinado a hacer los grandes cambios sin laceraciones, llega la hora de un primer balance.

En los últimos días Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, ha puesto el acelerador y las novedades saltan como chispas. Admitió y a la vez denunció en un encuentro con religiosos latinoamericanos que en la Curia, el gobierno central de la Iglesia, hay una «corriente de corrupción» y que sí, es cierto, «existe un lobby gay y está ahí» También anunció que está por salir una absoluta novedad. Una encíclica escrita a cuatro manos con su predecesor Benedicto XVI. «Recibí su gran trabajo y lo he llevado adelante», dijo. Primera vez que hay dos Papas y que conviven casi bajo el mismo techo en la pequeña ciudad estado del Vaticano de 44 hectáreas. Primera vez que el pontífice efectivo adjudica al Papa emérito el mérito que le corresponde en la confección de la encíclica sobre la fe. Bergoglio, eso sí, ya está preparando una encíclica toda suya sobre la pobreza, el tema que caracterizará todo su pontificado junto con el renovado impulso a la evangelización, que ya está acercando a millones de fieles entusiasmados con el estilo y los contenidos de la Iglesia de Francisco. De paso hay que anotar que el Papa argentino es por lejos la figura más popular en Italia.

La gente le cree y lo compara con los políticos y gobernantes de la casta, tan desprestigiados.

Jorge Bergoglio también inició una «reforma radical» en el IOR, el Instituto para las Obras de Religión, con una historia de escándalos de corrupción. Ayer designó a monseñor Battista Ricca, director de la Casa Santa Marta y un hombre de su absoluta confianza, como número 2 del banco oficioso de la Santa Sede.

Francisco se reunió también con los episcopales que coordinan la Secretaría Permanente del Sínodo Mundial de Obispos, el «parlamento» que quiso el Concilio Vaticano II para cooperar con el Papa en el gobierno de la Iglesia. Aquella sana aspiración nunca se concretó porque ocurrió lo contrario. Roma, los Papas y la Curia apretaron las clavijas de la centralización.

Fue en los sínodos a caballo entre fines de los »90 y comienzos del nuevo siglo que Jorge Bergoglio fue descubierto. En 2002, Sandro Magister, de L»Espresso , profetizó: «Si hubiera hoy un Cónclave el cardenal de Buenos Aires recibiría una avalancha de votos».

En su encuentro de la semana pasada con los episcopales de la secretaría del Sínodo, Francisco les reiteró que quiere reforzar la colegialidad y crear una especie de «consejo permanente» de obispos a partir de la asamblea mundial para facilitar la cogestión.

Si sumamos el nombramiento del «consejo de la corona» de ocho cardenales a comienzos del pontificado, para ayudar al Papa argentino a reformar la Curia Romana, hasta ahora un potro indomable que empujó a la renuncia a Benedicto XVI, las instituciones de una nueva era en la Iglesia mundial tienen bases firmes. Los cardenales se reunirán el 1 de octubre, pero ya sesionan continuamente por separado con Francisco.

Son charlas informales, concretas, que a veces ni son anunciadas entre las actividades del pontífice. Como tampoco hay noticias de los encuentros que con frecuencia el Papa argentino mantiene con Joseph Ratzinger, su predecesor, a quien consulta con respeto y afecto. Basta una caminata discreta de unos cientos de metros o un paseo en auto por los jardines vaticanos desde la Casa de Santa Marta, donde se aloja Francisco, para llegar al ex convento donde reside Benedicto XVI.

En el centro de las preocupaciones se desarrolla la decisión de acelerar la reforma del paralizante gobierno central de la Iglesia. «Hay que limpiar la Curia», dijo el cardenal Bergoglio poco antes de partir de Buenos Aires para no volver, porque fue elegido Papa, obispo de la Urbe y jefe de la Iglesia Universal.

Pero la prioridad que Francisco está realizando en estos tres meses de «precalentamiento» de su pontificado erizado de dificultades por las resistencias de los que no quieren que nada cambie, es impulsar unareanimación purificadora, espiritual, del anuncio más eficaz de Cristo y los Evangelios.

El Papa argentino ha logrado en un plazo muy corto dar vuelta totalmente la imagen de desprestigio que predominaba en la Iglesia. Desató una revolución mediática que ha logrado que los medios de comunicación, hostiles a una realidad dominada por los escándalos y las luchas intestinas en la Curia Romana, se hayan convertido a la admiración cotidiana de la acción de Jorge Bergoglio y a la certidumbre de que la renovación está en marcha.

El lenguaje sencillo y directo, que pone en el centro la misericordia, la solidaridad, la comunicación con Dios y Jesucristo que «no se cansan de perdonar» a los pecadores «que somos todos», pero nunca a los corruptos; el ataque a los explotadores de los pobres y los indefensos, ha creado un nuevo clima que atrae multitudes a la plaza de San Pedro, reabre los confesionarios en las parroquias y a las misas devuelven a muchos que se habían alejado.

Francisco convence porque todos los días se conocen nuevas anécdotas de su extrema sobriedad de vida, que se remonta a muchos años. Pero ¿cuál es la ideología de Bergoglio, su teología?

El cardenal Ruini, prominente seguidor de una línea religiosa y cultural muy conservadora, contó hace poco que «estudié hace años la teología argentina, especialmente del jesuita Juan Carlos Scannone».

Scannone, de 81 años, a quien se considera el más importante teólogo argentino viviente, ha sido profesor y subordinado de «Jorge Mario», como lo llama con afecto, en la orden de San Ignacio de Loyola. En una entrevista sobre «el Papa venido del sur», que le hizo la revista progresista católica El Reino , de Bolonia, explicó las claves de esta teología argentina, «que es una línea de la Teología de la Liberación». Como esta doctrina que agitó a la América Latina en el pasado y fue severamente reprimida en los años »80 por Roma, «liga praxis histórica y reflexión teológica, recurre a la mediación de las ciencias sociales y humanas».

El padre Scannone explicó que «privilegia un análisis histórico cultural respecto al análisis socio-estructural, de tipo marxista», como principal diferencia. La evangelización «ha contribuido a forjar la teología argentina que se manifestaba sobre todo en el catolicismo popular», en las categorías de «pueblo» y «antipueblo», que «reconocía las injusticias pero poniendo el acento en la unidad del pueblo más que en el conflicto, como hubiera ocurrido usando el concepto de clase». La » teología del pueblo», a la que adhiere el Papa argentino «destaca la importancia de la cultura, de la religiosidad y de la mística popular, afirmando que los intérpretes más auténticos y fieles son los pobres con su espiritualidad tradicional y su sensibilidad por la justicia».

Esta sensibilidad es la que explica cómo el arzobispo de Buenos Aires recorría los suburbios porque «esta reflexión alimenta la pastoral en los barrios populares y las villas miseria».

Desde que ha sido elegido obispo de Roma, el título que más le gusta, Francisco ha seguido el camino de su gestión pastoral en Argentina y de sus propuestas en los Sínodos y en las reuniones preparatorias de los cónclaves de 2005 y marzo pasado, que terminaron por convencer a una amplia mayoría de cardenales que era él quien debía conducir los cambios indispensables para restablecer y renovar la reputación en crisis de la Iglesia.

Carlos Custer, ex embajador de Argentina ante la Santa Sede, dijo que «un Papa humilde y austero no sólo hace bien a la imagen de la Iglesia sino que se convierte en un modelo para obispos, sacerdotes, religiosas y laicos. Su preocupación por los pobres, que no es de ahora, resulta también un ejemplo y una clara »opción preferencial» para la Iglesia: »una Iglesia pobre al servicio de los pobres», como dijo Francisco».

Fuentes: Valores Religiosos, Signos de estos Tiempos

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: