La tradición afirma que Jesús vistió a lo largo de su vida una túnica sobrenatural tejida por la Virgen María de color crudo confeccionada de arriba hacia abajo. 

La particularidad de esta túnica es que crecía a medida que Jesús crecía, de modo que era sobrenatural su comportamiento. 

Y a diferencias de otras del siglo I del cristianismo era sin costuras, de una sola pieza inclusive en las mangas.

Hay varias reliquias hoy que reclaman ser la verdadera túnica que usó Jesús. 

Todo indica que la de mayor verosimilitud, por las pruebas que se le han realizado, se encuentra conservada en Argenteuil Francia.

Otra está en Trier Alemania y tiene a su favor que habría sido traída por Santa Elena desde Tierra Santa.  

En este artículo te queremos describir el misterio de la túnica de Jesús, una reliquia estremecedora de Nuestro Señor, ya que en el calvario se la quitaron los soldados romanos y la echaron a suertes, según el evangelio de San Juan.

Jesús fue al Calvario vistiendo una túnica sin costuras, tejida de arriba a abajo, debajo de sus vestiduras exteriores, según Juan 19:23.

Ciertamente era una prenda única, porque la túnica que usaban a diario hombres y mujeres en Palestina no era sin costuras, sino que estaba hecha de dos piezas de tela juntas.  

A menudo se considera que simboliza la unidad de la Iglesia, y ciertamente el rasgar una prenda por parte de un profeta se consideraba un signo de desunión.

Los habitantes de aquella época usaban una túnica corta como única ropa interior.

Eran una pieza con un agujero para la cabeza y dos agujeros para los brazos y que se sujetaba con un cinturón a la cintura.

A veces usaban otra túnica similar sobre esta, pero un poco más larga.

Y Jesús habría llevado un chal o manto sobre la túnica, conocido como «Talit». 

Este era un chal de lana con flecos.

Era habitual para los hombres de la época y se usaba para cubrir la cabeza durante las oraciones. 

Podría teñirse o estilizarse, pero para los pobres generalmente no estaba teñido.

Hay varias reliquias de túnicas que reclaman ser la auténtica. 

Las dos más relevantes se conservan, una en Argenteuil, Francia y otra en Trier, Alemania, que es la más conocida.

Mientras que los ortodoxos orientales reclaman que la auténtica está en una catedral en Georgia. 

Pero la de Argenteuil tiene las mayores credenciales de haber sido la túnica que Jesús haya usado en su vida

La que fue tejida por la Santísima Virgen y que le fue despojada por sus flageladores.

¿Cómo llegó la túnica sagrada a Argenteuil? 

En el siglo VI San Gregorio de Tours dijo que una túnica comprada por los fieles fue llevada a Gálata, en Asia Menor, a unos 240 kilómetros de Constantinopla.

Allí se custodió en una basílica, en un cofre de madera. Y luego hizo un periplo a Argenteuil.

La túnica fue cortada en pedazos poco después de la Revolución Francesa para evitar que la descubrieran.

Y se ocultó cada uno de sus fragmentos con el fin de evitar que fueran destruidos. Esto lo explicamos bien en un artículo que te recomiendo leer.

El temor hizo lo que no hicieron los soldados romanos: dividirla.

Dos años después el abad desenterró las piezas y recogió los fragmentos que había repartido, pero no todos los fragmentos se recuperaron.

Fue reconstruida en el siglo XIX sobre un satén de soporte, pero el satén moderno ha sufrido más los estragos del tiempo que la lana de la túnica original.

Las medidas de la Santa Túnica son de 151 cm por 91 cms.

Evidentemente, los científicos no podían quedar ajenos a los descubrimientos de las reliquias de la Pasión, ya que siempre han resultado enigmáticas para la comunidad científica.

En el libro “Testigos del Misterio”: de Grzegorz Gorny y Janusz Rosikon, se resumen las investigaciones sobre varias de las reliquias, incluyendo las de la “poco conocida Túnica de Argenteuil».

En 1998, los científicos del Instituto de Óptica en Orsay decidieron comparar los patrones de manchas de sangre en la túnica de Argenteuil, y sobre la Sábana Santa de Turín.

Ellos crearon modelos geométricos computarizados realistas sobre cómo la túnica se vería si hubiese sido llevada por un hombre de la misma estatura física y la morfología del hombre representado en la Sábana Santa de Turín.

El resultado fue prodigioso.

Y probó que las manchas de sangre existentes en la túnica se alineaban exactamente con las heridas visibles impresas en la Sábana de Turín.

Superponiendo ambas imágenes se lograba un resultado que llevó a los científicos a la conclusión de que ambas prendas eran ropas manchadas por las heridas del mismo hombre.

¿Podría aquél hombre haber sido Jesús de Nazaret?

Se confirmó también que la túnica fue realizada sobre telares horizontales, cuya anchura era común a las proporciones de los telares usados en el tiempo de Cristo.

El tejido, hecho usando un denominado “giro Z” indica que la túnica probablemente fue hecha en el Cercano o Medio Oriente.

El teñido de la tela había sido realizado con Rubia Tinctorum, tintura de uso generalizado en la antigüedad alrededor de la cuenca mediterránea.

El teñido se llevó a cabo antes de tejerse la tela, y junto con el tinte se utilizó alumbre para revestir a la tela.

Ambas prácticas eran comunes en el primer siglo.

Debido a estos resultados, el interés en la túnica creció de manera constante en toda la comunidad científica.

En 2004, el Instituto de Genética Molecular Antropológica de París, hizo trabajos de restauración y la túnica se limpió con un aspirador especial.

Y los científicos decidieron analizar las partículas aspiradas.

Con el uso de un microscopio electrónico de barrido descubrieron granos de polen pertenecientes a 18 especies de plantas.

Los tipos más frecuentes de polen fueron: Ortiga, con 41 granos, y Mezquite Sirio, con 13 granos.

La mayor parte de los granos de polen era de especies que ya habían sido descubiertos en la Sábana Santa de Turín (seis especies) y en el Sudario de Oviedo (siete especies).

Entre ellos se encontraban Cedro del Líbano y Pelosilla esparcida.

El descubrimiento más significativo, sin embargo, fue sobre dos especies endémicas de Palestina: el Terebinto  y el Tamarisco.

Sus granos de polen habían sido descubiertos también en las telas de Turín y Oviedo.

Pero lo más interesante sobre las investigaciones hechas sobre la túnica de Argenteuil son los estudios del Profesor Gerard Lucotte, especialista global en marcadores genéticos.

Él analizó las manchas de sangre de la túnica, que durante años habían sido invisibles y ahora se podían ver con microscopio electrónico.

Al examinar las fibras, concluyó que en algún momento la prenda debió cubrirse totalmente de sangre y que la espalda debió quedar en carne viva.

Además, descubrió en el tejido muchas células sanguíneas con trazas de urea.

Lo que, según Lucotte, indicaría un fenómeno raro, “hematidrosis”.

O sea, sudar sangre, debido a una angustia extrema, que produce una carga histamínica elevada.

Esto coincide con la descripción hecha en el Evangelio de Lucas, que dice que Jesús en el Huerto “sudó sangre”.

Por su parte, el patólogo norteamericano Frederick Zugibe, afirma que eso se produce ante la realidad de una muerte inevitable.

Lucotte menciona también que muchos de los glóbulos rojos, descubiertas en la túnica tienen forma de copa. Esto ocurre cuando el organismo sufre un gran trauma, o una prolongada agonía.

También se encontraron glóbulos blancos en la reliquia.

Los glóbulos blancos tienen cromosomas en su núcleo y por lo tanto llevan el ADN de la persona.

No existen dos ADN iguales en el mundo, así que eso es la prueba molecular de identidad de una persona.

Y descubrió que quien llevó la túnica pertenecía al grupo étnico de las poblaciones judías del oriente medio, de las que Jesús formó parte.

Debido a que la proporción de glóbulos rojos y los blancos es de 500 a 1, Lucotte tuvo que examinar miles de células sanguíneas y encontró por fin 10 glóbulos blancos en buenas condiciones

Y se reafirmó que la sangre de la persona que vistió la túnica es del tipo AB positivo, según lo también descubriera un hematólogo de Saint-Prix, en el año 1985.

Es el mismo tipo de sangre encontrada en la Sábana Santa de Turín.

Por otra parte tenemos otra reliquia que dice, es la auténtica, la túnica que se conserva en Trier.

La historia señala que Santa Elena descubrió esta túnica alrededor del año 328 junto con otras reliquias, incluida la Cruz Verdadera donde murió Jesús.

Al distribuir las reliquias que había desenterrado, legó la Sagrada Túnica a la Diócesis de Trier ubicada en Trier, Alemania.

No se sabe mucho sobre la historia posterior de esta túnica, también sin costuras, hasta el siglo XII, cuando el arzobispo Juan I de Trier ordenó la consagración del altar que contenía la túnica.

A lo largo de su historia, ha tenido piezas de seda cosidas a la tela, y en el siglo XIX se cubrió con una solución de goma en un esfuerzo por preservarla

En definitiva, como dijo el Papa Benedicto XVI: «Esta reliquia hace presente los momentos dramáticos finales de la vida terrena de Jesús: Su muerte en la cruz». 

Bueno hasta aquí lo que queríamos decirte sobre lo que se sabe de la túnica que llevó Jesús durante su vida, que fue tejida por Su Madre, y lo que se ha descubierto de las reliquias que hoy se conservan.

Y me gustaría preguntarte qué otras cosas tú has sentido decir sobre la túnica de Jesús que fue sorteada entre los soldados romanos cuando su crucifixión.

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