¿Estamos en una guerra o los jihadistas tienen un problema psicológico?
Un programa de rehabilitación para los daneses que retornan desde Siria se está experimentando en la segunda ciudad más grande del país. Ofrece asesoramiento psicológico y asistencia profesional a quienes fueron a pelear por el Estado Islámico y regresan. Todo sin procedimientos judiciales.
Es sorprendente. Salvando las distancia de los métodos de rehabilitación, el experimento tiene el mismo principio que los ‘gulags’ en la Unión Soviética, que eran campos de rehabilitación para personas que se oponían al régimen, lo mismo que sucede actualmente en Corea del Norte, y lo que en muchos casos se hace en occidente, que los jueces condenan a personas a rehabilitación para que acepten la igualdad de los heterosexuales con los homosexuales.
En el fondo no consideran que enrolarse en un grupo que usa formas de combate salvaje se trata de una decisión política e ideológica. Y aún es peligroso que dejen volver a su vida rutinaria a elementos peligrosos para la sociedad danesa.
Lo normal én Europa es que todos los jihadistas que regresen al país, pierdan la nacionalidad y sean deportados a sus países de origen y que se encargue su gobierno de juzgarlos, pues ninguno de estos terroristas islámicos es de origen danés, aunque la noticia quiera darlo a entender.
Y por otro lado subvierte el principio de los códigos penales, que quien comete un delito de sangre es condenado a prisión por lo menos.
En Dinamarca, un programa de rehabilitación ofrece a los musulmanes del país que partieron a Siria, la oportunidad de regresar a su «vida anterior» y escapar de la persecución judicial. Este programa fue creado conjuntamente por los servicios sociales y la policía de Aarhus, la segunda ciudad más grande del país.
Esta exención que se da a combatientes que regresan a su país para recibir la atención psicológica, cuenta como una terapia post-traumática. También les proporcionan asistencia personalizada para encontrar un trabajo o regresar a la escuela.
Este programa es tanto preventivo como curativo. Preventivo, ya que tiene como objetivo reducir el número de soldados que abandonan Dinamarca cada año para ir a Siria. Curativo debido a que en caso de salida, se trata de traerlo de vuelta de ser jihadista prometiéndole apoyo. Actualmente, quince daneses volvieron a casa siguiendo esta «cura» en la ciudad de Aarhus.
Con frecuencia la angustia sufrida cuando unos de sus miembros han decidido partir para emprender la jihad, hace que las familias estén más involucradas. En primer lugar, debido a que están mejor situadas para persuadirlos a regresar. En segundo lugar, porque, si el contacto no está roto, la familia tiene una gran cantidad de información que puede ser útil. El programa va a hacer todo lo posible para mantener a la familia, junta con uno de sus miembros que partieron hacia Siria (incluyendo Skype), acompañando y asesorando durante este período. El objetivo más amplio es también, en cierto modo, no aislar a estas familias y prevenir nuevos casos de radicalización.
Este enfoque se diferencia básicamente del método británico, pero ahora también el francés, donde se detiene a los jihadistas a su regreso de Siria por las autoridades.
«En su lugar, elegimos el método suave», dice Steffen Nielsen, consultor a cargo de la prevención del delito y la radicalización en Aarhus, citado por Al Jazeera.
«Nosotros nos ocupamos de ellos cuando llegan a casa, mientras que en Inglaterra pueden ser encarcelados e interrogados durante una semana y nosotros les preguntamos: «¿Necesita usted ayuda?».
La inteligencia danesa cree que un centenar de personas han abandonado el territorio para ir a Siria desde 2011. «Un número significativo» de ellos en la actualidad representan una amenaza para la seguridad nacional. Pero Steffen Nielsen, dice que sobre todo necesitan apoyo para recuperarse de una experiencia traumática a menudo.
«Muchos viven este viaje tanto como una pérdida de la inocencia, pero también de sus ideales. Pensaban que estaban allí por una buena causa, pero se encuentran con el horror (…) y no se parece en nada a la hermosa batalla cósmica en la que usted pensaba», dice Steffen Nielsen.
El controvertido programa, parece mostrar su valía. Después de acercarse a una mezquita que ha visto a 22 de sus seguidores partir hacia el extranjero el año pasado, el programa ha encontrado que sólo un musulmán había ido a Siria desde entonces.
«Nosotros no gastamos nuestra energía es combatir las ideología», explica Steffen Nielsen. A las personas se les dice.»Usted eligió la jihad, está bien, pero se puede hacer de una manera inclusiva, y seguir siendo parte de la sociedad». Sin violencia.
Fuentes: Metronews, Signos de estos Tiempos