Trató de evitar una guerra nuclear en 1962.

En 1962 el mundo se encontraba enfrentado por la crisis de los misiles de Cuba, que agravaba el enfrentamiento de la guerra fría.

La humanidad temía un holocausto atómico, fueron semanas en vilo. 

Entonces la Santa Sede, y específicamente Juan XXIII, en una situación desesperada, echó mano al tercer secreto de Fátima, que debía haberse publicado en 1960 por indicaciones de la Virgen, y que él había declinado hacerlo.   

Y envió un resumen del tercer secreto de Fátima a las potencias mundiales, especialmente la URSS y EE.UU., con el fin de persuadirlas para que no hicieran uso del arsenal atómico.

Ese documento se conoció bajo el nombre Versión Diplomática del Tercer Secreto de Fátima.

Y agrega información a la que el Vaticano publicó posteriormente en el año 2000 como la versión íntegra.

En la que cuenta la visión que tuvo Sor Lucía, pero a la que le falta una hoja donde ella escribió la interpretación que Nuestra Señora le dio sobre la visión, y se le ha dado el nombre de cuarto secreto de Fátima.

Aquí te contaremos qué dice esa versión diplomática del tercer secreto, que contendría el cuarto secreto, y cuáles son las pruebas de su autenticidad.

La presencia de la versión diplomática del tercer secreto de Fátima ha sido confirmada en las «Memorias del Cardenal Cassaroli».

Y en ellas se expresa además, que el presidente Kennedy habría resaltado la benefactora mediación y discreta influencia de Juan XXIII en la firma del tratado de distensión anti atómica y la crisis de los misiles de Cuba.

Esto fue ratificado más tarde por Juan Pablo II en Fulda en 1980.

Durante una rueda de prensa, al término de una reunión del Episcopado alemán, se le preguntó si era auténtica la versión del Tercer Secreto de Fátima, publicada por el periódico Neues Europa el 15 de octubre de 1963, y la razón por la que el Secreto no se había dado a conocer a todo el mundo en 1960, como pidió la Virgen a sor Lucía.

Entonces declaró,

«Por su contenido impresionante, y para no estimular al poder mundial del comunismo a llevar al extremo ciertas injerencias, mis antecesores prefirieron darle un tratamiento diplomático al secreto».

Y finalmente dio veracidad a la versión diplomática del tercer secreto difundida durante el pontificado de Juan XXIII, y reiterado por Pablo VI, diciendo,

«Mis predecesores proporcionaron información confidencial de manera diplomática».

Y pasó a relatar lo que evidentemente contendría:

«Debería bastar a todo cristiano saber que el secreto habla de que océanos inundarán continentes enteros y de que millones de hombres se verán privados de la vida repentinamente, en minutos». 

Y agregó,

«Muchos quieren saber sólo por curiosidad y sensacionalismo, pero olvidan que el saber lleva consigo también la responsabilidad».

Y reafirmó el contenido del mensaje al decir,

«Debemos preparamos a sufrir, dentro de no mucho tiempo, grandes pruebas».

De modo que ante la grave crisis mundial, Juan XXIII mandó una versión diplomática del tercer secreto a las potencias mundiales, en algún momento entre 1960 a 1962, pero no se hizo público formalmente.

Y Ludwig Emmerich, periodista alemán afincado en Roma, recibió una copia posteriormente, publicándola el 15 de octubre de 1963, en la revista católica alemana «Neues Europa», con el título: «El futuro de la Humanidad – Extracto del Tercer Secreto enviado por el Vaticano a las Potencias mundiales».

Y se publicó otra vez más en noviembre de 1965, luego del último mensaje de Garabandal.

Además, el Cardenal Alfredo Ottaviani, quien había leído el Tercer Secreto, cuando fue Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dio la autorización a la revista católica «Santa Rita» de publicar esta versión diplomática.

También Radio Vaticana habló de ella en 1977 durante un viaje de Pablo VI.

Y el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, la mencionó en un artículo del 15 de octubre de 1978.

Esta versión diplomática tal vez no sea el texto literal del «Tercer Secreto de Fátima», pero su contexto general tiene muchas garantías de veracidad.

Se corresponde con las declaraciones del padre Malachi Martin que leyó el tercer secreto, con las declaraciones de Sor Lucía al Padre Agustín Fuentes en 1957, con las del Cardenal Alfredo Ottaviani, que entregó el documento del tercer secreto para que lo leyera Juan XXIII en 1959.

También se corresponde con las declaraciones del Cardenal Mario Luigi Ciappi que dijo que el tercer secreto, dice entre otras cosas, que comenzará una gran apostasía en la Iglesia por la cima.

Se corresponde además con las declaraciones del Cardenal Silvio Oddi, secretario personal de Juan XXIII, quien dijo que el tercer secreto no tiene nada que ver con Gorbachev, sino que la Virgen Maria vino a alertarnos sobre una apostasía en la Iglesia.

Y se corresponde con los mensajes de varias apariciones marianas aprobadas por la Iglesia: La Salette, Akita, Kibeho y otras.

La versión diplomática del tercer secreto, que la Virgen dio a Sor Lucía, y que fue enviado por Juan XXIII a las potencias mundiales fue la siguiente:

«No tengas temor, querida pequeña. 

Soy la Madre de Dios, que te habla y te pide que hagas público el presente mensaje para el mundo entero. Haciendo esto, encontrarás fuertes resistencias. 

Escucha bien y pon atención a esto que te digo:

Los hombres deben corregirse. 

Con humildes súplicas, deben pedir perdón de los pecados cometidos y que pudiesen cometer. 

Tú deseas que Yo dé una señal, para que cada uno acepte Mis Palabras que Yo digo por mediación tuya, al género humano. 

Has visto el Prodigio del Sol, y todos, creyentes, incrédulos, aldeanos, ciudadanos, sabios, periodistas, laicos, sacerdotes, todos lo han visto. 

Y ahora proclama en Mi Nombre:

Un gran castigo caerá sobre todo el género humano, no hoy, ni mañana, sino en la segunda mitad del Siglo XX. 

Ya lo había revelado a los niños Melania y Maximino, en La Salette, y hoy lo repito a ti, porque el género humano ha pecado y pisoteado el don que había tenido. 

En ningún lugar del mundo hay orden, y satanás reina sobre los más altos puestos, determinando la marcha de las cosas.

Él efectivamente logrará introducirse hasta la cumbre de la Iglesia.

Él logrará seducir los espíritus de los grandes científicos que inventan las armas, con las cuales será posible destruir en pocos minutos gran parte de la humanidad. 

Tendrá en poder a los potentes que gobiernan los pueblos, y los incitará a fabricar enormes cantidades de estas armas. 

Y si la humanidad no se opusiese a esto, estaré obligada a dejar libre el brazo de Mi Hijo. 

Entonces se verá que Dios castigará a los hombres con mayor severidad como no había hecho con el diluvio.

Llegará el tiempo de los tiempos y el fin de los fines, si la humanidad no se convierte y si todo continúa como ahora, o peor aún, se agravará mucho más.

Los grandes y los potentes perecerán junto a los pequeños y los débiles. 

También para la iglesia llegará el tiempo de sus más grandes pruebas.

Cardenales se opondrán a cardenales, los obispos a obispos. 

Satanás caminará por entremedio de sus filas, y en Roma habrá cambios. 

Lo que está podrido caerá, y lo que caerá, ya no se levantará más. 

La iglesia será ofuscada y el mundo trastornado por el terror. 

Tiempo llegará, en que ningún rey, emperador, cardenal u obispo, esperará a aquél, que sin embargo vendrá; pero para castigar según los designios del Padre mío.

Una gran guerra se desencadenará en la segunda mitad del siglo XX. 

Fuego y humo caerán del cielo, las aguas de los océanos se volverán vapores y la espuma se elevará revolviendo y hundiendo todo. 

Millones y millones de hombres perecerán de hora en hora; aquéllos que queden en vida envidiarán a los muertos.

Por cualquier sitio por donde se dirija la mirada, habrá angustia, miseria, ruinas en todos los países. 

¿Ves? el tiempo se acerca y el abismo se engrandece sin esperanza. 

Los buenos perecerán junto a los malos, los grandes con los pequeños, los príncipes de la Iglesia con sus fieles y los gobernantes con sus pueblos.

Habrá muerte por todas partes por causa de los errores cometidos por los insensatos y por los partidarios de satanás, el cuál entonces, y sólo entonces, reinará sobre el mundo.

Por último, cuando aquéllos que sobrevivirán a todo evento, estén aún con vida, proclamarán nuevamente a Dios y a Su Gloria y le servirán como en un tiempo, cuando el mundo no era así de pervertido.

Ve, pequeña mía, y proclámalo. Yo a tal fin, estaré siempre a tu lado para ayudarte».

En resumen, Juan XXIII no divulgó el tercer secreto de Fátima en 1960 como había pedido la Virgen y las razones las explicaremos en otro video.

Pero la crisis de los misiles de Cuba hizo que echara mano al tercer secreto, y tal vez a otras profecías, para disuadir a las potencias de una confrontación nuclear.

Como su nombre lo indica es una versión diplomática, pero debió haber sido una versión razonablemente veraz como para que tuviera credibilidad para las potencias.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre la versión diplomática del tercer secreto de Fátima enviada entre 1960 y 1962 a las potencias atómicas, durante el pontificado de Juan XXIII. 

Y me gustaría preguntarte si crees que esta versión diplomática se acerca o no a lo que piensas es el contenido de la hoja adicional del tercer secreto de Fátima.

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