Al pie de la Sierra de Gador, en una zona llamada Pixnela, sobre la barriada de los Cerrillos.
Este es el lugar escogido por dos ermitaños para fundar el pequeño santuario en 1588.
Donde elevaron al altar a la Virgen de Gador, haciéndola patrona de Berja.
Berja celebra sus Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Gador, con subida y bajada de la imagen desde el Santuario hasta la Iglesia de la Anunciación, dos veces al año.
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La primera bajada se realiza el 2º domingo de Cuaresma.
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La segunda en la primera quincena de Septiembre…
Posteriormente se construyó un convento «Las Esclavas de la Santísima Eucaristía», que se encargan de la ermita y del colegio adjunto llamado «Nuestra Señora de Gador».
La veneración a la sagrada imagen pronto adquirió un carácter supracomarcal, que hoy mantiene, extendiendo su “territorio de gracia” a las provincias de Almería; Granada (sobre todo a las localidades comprendidas en la baja Alpujarra); e incluso Murcia.
De este modo le tributan especial veneración desde antiguo poblaciones limítrofes con Berja, como Adra, Dalías o El Ejido.
Las tierras de Berja, según una milenaria tradición, recibieron la Buena Nueva de manos del varón apostólico San Tesifón, en el siglo I de nuestra era.
Pronto creció la semilla depositada por el discípulo de San Pedro, y sus primitivas comunidades gozaron de un gran vigor.
Prueba de ello es el magnífico sarcófago paelo-cristiano encontrado en la barriada de Alcaudique en 1925, datado en el siglo IV de nuestra era, y que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional.
LA LLEGADA DE LA VIRGEN DE GADOR
A la ciudad de Berja, llegaron en el otoño de 1588 dos ermitaños de remota procedencia, Domingo de San Juan y Juan de Santa María.
Fundando, con las limosnas recogidas en el pueblo, un santuario sobre las ruinas de una pequeña iglesia que existía en el despoblado paraje de Pixnela, al pie de la sierra de Gádor.
En ella depositaron una «figura de talla de Nuestra Señora con sus bestiduras de altura de poco más de media bara de alto«, a la cual dieron el nombre de Ntra. Sra. De Gádor.
Pronto apareció entre los virgitanos la devoción a la nueva imagen, subiendo los sacerdotes de la Parroquia de la Anunciación a darle culto en su ermita.
Cuatro años después, en 1592, los ermitaños decidieron abandonar la villa para entrar en una orden religiosa, cediendo mediante escritura pública, la ermita y la venerada imagen al pueblo de Berja, a cambio de una limosna.
No sin antes poner como condición respecto a los enseres de la ermita (incluida la imagen de la Virgen) «que siempre estén en ella en sin poderse sacar a parte alguna, ni a la iglesia parroquial de esta villa».
En este mismo acto de cesión se constituyó la Hermandad de la Virgen de Gádor, con el fin de promover el culto a la venerada imagen.
Desde esas fechas la ciudad de Berja tendría como patrona a esta venerada imagen, ya que existe un decreto expedido por Urbano VIII, que declara legítimos patronos de los pueblos los elegidos por estos antes del 23 de marzo de 1630, fecha por la cual Berja llevaba más de cuarenta años proclamando el patronazgo de María Santísima de Gádor.
Dado que la imagen y el santuario son propiedad del pueblo de Berja desde 1592, a partir de esa fecha se configuró la singular forma de administración del santuario y de la imagen.
Ambos elementos fueron controlados a través de un Patronato Municipal, haciéndose cargo de la Hermandad de la Virgen de los actos de culto, y el Ayuntamiento de la organización de las fiestas.
La Hermandad fundada en 1592 ha pasado por diversas etapas y refundaciones, desde ser una hermandad a la que sólo podían acceder nobles, hasta tener como titular a San Tesifón, patrono de Berja.
LA IMAGEN
La imagen que trajeron los ermitaños era “…una figura de talla de Nuestra Señora con sus bestiduras de altura de poco más de media bara de alto”, a la que éstos dieron el nombre de Ntra. Sra. de Gádor, por encontrarse al pie de la sierra del mismo nombre.
La imagen de la Virgen era de las denominadas de candelero, ataviada con el clásico rostrillo de oro, y completada en su conjunto iconográfico con el Niño Jesús, que estaba totalmente tallado y policromado, y que también era vestido.
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La imagen, con una encarnadura de tez bastante morenita, tenía una expresión solemne y mayestática, poseía un “…dulce sonreír de madre y serenísimo mirar de reina”.
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Las manos estaban abiertas, sujetando el cetro en la derecha, y abrazando al Niño con la izquierda.
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Sobre la procedencia y el autor de la imagen, la historia no ha querido dejarnos ninguna pista.
Dicha efigie fue destruida durante la guerra civil al anochecer del día 29 de julio de 1936, pero como en cada pecho de los buenos virgitanos había un santuario para guardar en él la imagen de su Santísima Madre, durante la contienda se encargó una nueva talla al afamado escultor granadino D. Eduardo Espinosa Cuadros, quien realizó una preciosa imagen a la que acopló un niño Jesús.
La Virgen llegó el 23 de septiembre de 1936, y es a la que actualmente rinde culto y vasallaje la ciudad de Berja.
La realización de la magnífica obra de arte fue seguida, o más bien dirigida, muy de cerca por el Canónigo Magistral de Granada D. Francisco González López, uno de los mayores devotos que ha tenido nuestra excelsa patrona, quien se preocupó por que su parecido con la original fuese lo más grande posible.
El resultado fue la preciosísima imagen que actualmente se venera en la ciudad Berja, a la cual se incorporó un Niño Jesús antiguo, coetáneo del original.
Dña. Soledad González Vázquez, viuda de D. Francisco Lupión, quien pocos años antes había costeado, junto a su marido, el retablo y las pinturas del santuario, costeó también la realización de la nueva imagen.
Al llegar la nueva imagen de la patrona, las religiosas del santuario confeccionaron un pequeño baldaquino cubierto con tul y flores artificiales, que fue utilizado hasta la confección de las nuevas andas.
Éstas se terminaron el 1 de febrero de 1943, siendo las que actualmente utiliza la sacrosanta imagen.
La obra de orfebrería está realizada en plata de ley -que fue donada por los vecinos en forma de cubiertos y otros pequeños enseres de plata-, imitando con gran exactitud a las que existían antes de la guerra.
A ésta se le incorporaron los cinco ramos de laurel plateados que coronaban las antiguas, y cuyo hallazgo aconteció de la siguiente forma: recién terminada la guerra, D. Francisco Sánchez Garrido, que en aquel momento era adolescente, se encontraba en las inmediaciones del “Molino de Papel”, al pie del cerro Montivel en Alcaudique, cuando se percató de que en el agua de la acequia del molino algo brillaba y relucía.
Se acercó al canal y siguió el rastro del resplandor para ver lo que era, y al llegar a una pequeña balsilla de decantación comprobó que se trataba de los ramos de plata de las andas de la Virgen (parece ser que alguno de los asaltantes al santuario se había apoderado de ellos y, terminada la guerra, decidió deshacerse de el por miedo a ser identificado).
El joven avisó al párroco de la localidad, quien personado en el lugar se hizo cargo de ellos.
En 1991 sufrió una restauración en Granada a manos de Barbero Gor, quien repintó la imagen.
LAS BAJADAS DE LA VIRGEN
Una tradición que se viene celebrando en Berja desde el 21 de febrero de 1651, coincidiendo siempre con el segundo domingo de cuaresma son las bajadas, permaneciendo en la parroquia hasta el cuarto.
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Esta tradición surgió como consecuencia del voto perpetuo hecho por el cabildo de la villa, ese año 1651, de trasladar a la Virgen al templo parroquial en rogativa por la tremenda sequía que azotaba a la población.
Durante los tres siglos y medio que han transcurrido desde entonces, la ciudad de Berja ha permanecido fiel a su voto, bajando, cada segundo domingo de cuaresma, a su patrona.
La única excepción se produjo en la guerra civil, cuando fue destruida la primitiva imagen.
El origen de las Bajadas es claramente distinto.
Mientras que la de marzo –con un marcado carácter penitencial, propio del tiempo litúrgico-, tiene su origen en la rogativa de 1651; la de septiembre -de carácter netamente festivo en su génesis-, surge del traslado de los actos lúdicos de marzo a la onomástica de la Virgen.
Para ello se tuvo presente la falta de idoneidad del santuario para los fastuosos actos de la feria, debido a su difícil acceso y escasez de espacio.
Durante éstas la Virgen lleva a cabo tres desfiles procesionales: el traslado desde su santuario a la parroquia, denominado «la bajada»; el desfile procesional por las calles del centro de la ciudad, que tiene su inicio y fin en «la Anunciación», al que llamamos «la procesión»; y la traslación de vuelta a la ermita, conocida como «la subida».
Así pues, cada Bajada cuenta con los tres traslados aludidos.
PROTOCOLO DEL TRASLADO
El Santuario de Ntra. Sra. de Gádor se encuentra a tres kilómetros del centro de la ciudad.
Los preparativos comienzan unos días antes, con el montaje del altar en la parroquia y el arreglo del recorrido.
Los traslados desde la ermita al pueblo se han realizado desde tiempo inmemorial en horario vespertino.
Normalmente, la imagen de la Virgen abandona su santuario tras la celebración de una eucaristía.
Para el acompañamiento de la talla los asistentes formaban una procesión, hasta que en septiembre de 1969 el entonces obispo de Almería, D. Ángel Suquía, al contemplar la enorme dificultad que suponía formar el cortejo de la procesión (dada la gran cantidad de fieles y la longitud del recorrido), sugirió al párroco que la bajada y subida de la venerada imagen se hiciese en romería, es decir, sin formar filas, llevándose a cabo así desde aquella fecha.
A lo largo de ambos itinerarios los devotos realizan pequeños altares, que son, sin lugar a dudas, preciosas muestras de cariño y veneración a Ntra. Sra. de Gádor.
No son estructuras complejas, su belleza estriba en la sencillez de su realización.
Normalmente los vecinos buscan una fachada bonita, una reja artística…, y sobre ella se colocan las mejores piezas del ajuar de las vecinas, presidiendo el altar un cuadro con la imagen de la Virgen de Gádor, conformando un excelente escenario de marco muy respetable.
La mesa sobre la que descansan las andas, que es cubierta con ricas sábanas bordadas, suele ser la que se utiliza para la matanza, dada su resistencia y dimensiones.
Muchos de estos altares, además del adorno de la fachada y colocación de jarrones con flores, amplían la complejidad pavimentando sus inmediaciones con romero, mastranzo u otras hierbas aromáticas.
Cuando el trazado del urbanismo lo permite, la fantasía decorativa aumenta.
En cada descanso se queman gran cantidad de fuegos artificiales, se reza alguna oración o se canta el himno a la Virgen.
Esta singular arquitectura popular realizada por los vecinos durante horas, tan solo tiene de vida el tiempo que dura el descanso de la imagen. Sin embargo, no dejan de ser puntos de fuerte intensidad devocional.
LOS CULTOS DURANTE LAS BAJADAS
Desde tiempo inmemorial la ciudad de Berja ha tributado reverentes cultos durante sus Bajadas a María Santísima de Gádor.
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Estos actos tienen concedidas desde antiguo numerosas gracias, entre las que podemos destacar la indulgencia plenaria otorgada por S.S. Pío IX, el veinte de diciembre de 1870, a quienes visiten la Iglesia de la Anunciación en los días de la bajada de cuaresma de la Virgen de Gádor.
Durante los días de estancia de la Virgen se celebraba la eucaristía todas las mañanas. Los cultos más solemnes son los constituidos por el Novenario.
Hasta la celebración del Concilio Vaticano II, éstos actos litúrgicos se realizaban en horario vespertino: rezo del Santo Rosario, el canto de la Salve (con la melodía gregoriana), el ejercicio de la Novena y el sermón.
A partir de 1969, una vez adoptada la celebración vespertina de la eucaristía, al ser abolida en 1963 su prohibición por unas “Letras Apostólicas”, el sermón del predicador se incluyó en la Santa Misa que pasó a celebrase tras el ejercicio de la Novena.
Durante los días que está la imagen en la parroquia, ésta permanece abierta casi toda la jornada.
LAS PROCESIONES EN LA CIUDAD
Sin lugar a dudas, los actos cumbre y más multitudinarios de las Bajadas son las procesiones de la Virgen por las principales calles de la ciudad.
Las procesiones patronales tenían -y tienen- toda la solemnidad, protocolo y boato que, tanto autoridades religiosas como civiles, le podían ofrecer.
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Se trata de desfiles jerarquizados, con un rígido esquema preestablecido. El cortejo se abre con la cruz parroquial y el estandarte de la patrona.
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Tras él se suceden larguísimas columnas de fieles que, en número bastante superior al millar de personas, participan devotamente, portando las velas distribuidas por la Hermandad en el atrio del templo instantes antes de la salida de la Patrona.
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Estas candelas se adornan tradicionalmente con tallos de romero recogidos por los miembros de la Hermandad el día antes, sujetos a la vela mediante un lazo blanco de algodón.
Delante de la sagrada imagen marchan las Camareras de la Virgen, ataviadas con mantilla.
Tras el trono presiden la procesión las autoridades religiosas. Siguen los miembros de la corporación municipal, y demás autoridades civiles y militares.
Los directivos varones de la Hermandad no suelen ocupar un lugar determinado, sino que deambulan por todo el cortejo, encargándose de su perfecta organización.
Otra manifestación de devoción es el engalanado de los balcones situados en el recorrido, mediante la colocación de colgaduras de terciopelo, preciosas sábanas o mantones de Manila.
Desde 1993 Ntra. Sra. de Gádor procesiona en marzo acompañada de la imagen de San Tesifón.
Esta fusión de cultos ya tiene precedentes en el siglo XVIII, cuando llegaron incluso a unirse sus cofradías, con la constitución de la Hermandad de Ntra. Sra. de Gádor y San Tesifón
Al término de las procesiones se quema en la plaza de la Constitución un gran castillo de fuegos artificiales. Los artificios pirotécnicos han sido siempre muy del gusto de la población.
Desde 1998, a su llegada al templo, la venerada imagen es bajada del trono y colocada sobre una mesa situada al pie del altar.
En ese momento los devotos desfilan ante Ntra. Sra. para besar su manto, a la par que la Hermandad va repartiendo las flores del paso entre los fieles.
IGLESIA DE LA ANUNCIACIÓN
Es uno de los templos de mayor entidad de la provincia. Después de 500 años de historia, la Parroquia Virgitana ha ido creciendo, desde la iglesia más antigua (realizada sobre una mezquita árabe), hasta el templo que arruinó el terremoto de 1804, que obligó a realizar una nueva edificación, esta vez al amparo de la bonanza económica que aportó la minería.
La actual iglesia de Berja es una obra excepcional de estilo neoclásico, que presenta una planta basilical, con tres naves separadas por grandes columnas toscanas de piedra.
La nave central se cubre con una bóveda de medio cañón y las laterales con bóvedas baídas.
En su fachada destacan las torres gemelas que enmarcan el cuerpo central con pórtico también de columnas y rematado por un frontón de piedra calcárea de la desaparecida cantera del cerro de Buenavista (Barrio de Los Cerrillos).
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE GÁDOR
Fundada en 1588, se encuentra en el bello paraje de Pixnela, situado al N.E. del núcleo urbano de Berja, al pie de la sierra que le da nombre, y constituye uno de los centros de peregrinación más importantes de la diócesis de Almería.
Los muros de la nueva ermita se levantaron hasta la altura de los cuerpos laterales del camarín, siendo su cornisa una prolongación de la de estos.
La anterior ermita quizá s tenía la misma anchura, ya que está ligeramente retranqueada respecto al camarín, como hubiera aprovechado el muro primitivo.
A los pies se sitúa una sencilla puerta con arco rebajado, mientras que en el lateral destaca un cuerpo adelantado en el que se abre, desplazada a la derecha, otra puerta, al estar ocupada la parte izquierda por una capilla.
Esta puerta presenta un arco apuntado que cobija a otro trebolado sobre estabilizados capiteles compuestos que rematan columnillas adosadas.
Su estética se engloba dentro del estilo neogótico, propio de la arquitectura eclesiástica de finales del S. XIX y principios del XX.
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Las torres gemelas que se levantan sobre este cuerpo parecen tener su inspiración en las de la iglesia parroquial.
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Como vemos es en torno a la entrada lateral donde se concentra el interés arquitectónico, por ser este flanco lo primero que se contempla en la subida a la ermita.
En su interior presenta una nave cubierta por una bóveda encamonada (falsa bóveda realizada en madera, cañizo y yeso) de medio cañón con lunetos, la nave está dividida en cuatro tramos mediante pilastras, recorridas en su extremo superior por una cornisa, sobre la que descansan arcos fajones.
El tramo de los pies está ocupado por el coro y el de la cabecera corresponde a la capilla mayor, mientras que en los centrales se abren capillas de poca profundidad.
A mediados del siglo pasado se describen dos capillas,(una a cada lado), cuando en la actualidad existen tres.
Fuentes:
- http://virgendegador.es/
- http://www.religionenlibertad.com/de-una-desconocida-advocacion-mariana-la-virgen-de-gador-en-el-30867.htm
- https://www.facebook.com/virgendegador
- http://virgitanos.es/nuestrapatronalasantisimavirgendegador/index.htm
- http://www.parroquiaberja.com/hermandades/virgen-de-g%C3%A1dor/
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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