Un pastor halló lo que pensó era una linda muñequita.

Y decidió llevarla a su hija de regalo.

Pero cada vez que la lleva a su casa desaparecía y volvía a donde la encontró.

Cuando vieron que se trataba de una imagen de la Virgen María le levantaron una Ermita en ese lugar.

cara de virgen de los remedios de cartama

El nombre de los Remedios lo adquiere en 1579 como consecuencia de su intercesión en la epidemia de peste que sufría la región…

Cártama es un municipio situado en la provincia de Málaga, con una población cercana a los 20.000 habitantes.

Está situado a 17 km de Málaga y forma parte de su área metropolitana.

En la actualidad es una ciudad periférica de la capital, y su economía se basa en el cultivo de cítricos, una gran empresa cárnica y en una floreciente industria y comercio local favorecido por su situación de encrucijada de caminos.

La patrona del municipio es la Virgen de los Remedios, situada en la ermita del mismo nombre, con gran devoción entre los habitantes.

La ermita de Nuestra Señora de los Remedios, en Cártama, es un excelente ejemplo de imbricación social y religiosa que arranca en los momentos posteriores a la conquista cristiana (1485).

En que se sitúan los legendarios hechos del hallazgo de la Virgen en el lugar, que se consolida definitivamente cuando surge la advocación a Nuestra Señora de los Remedios, con motivo de la epidemia de 1579, y que llega hasta la actualidad en que la devoción permanece viva y con gran repercusión en la comarca.

nicho de la virgen de los remedios de cartama

 

HALLAZGO DE LA VIRGEN

Las tradiciones cuentan que la imagen de la virgen fue hallada por un pastor.

De padres a hijos viene contándose que un pastor de ovejas que vigilaba su ganado en los rugosos peñascos que se alzan ante el pueblo, halló un día una pequeña figurilla de delicada talla con un lindo rostro de muy suaves perfiles.

El pastor, se puso muy contento con el hallazgo pues creyó que era una preciosa muñeca y pensaba ofrecérsela a su hija como inesperado regalo, por lo que, junto a su escasa comida, le buscó un hueco en su zurrón esparteño.

Al llegar a su casa y buscar en el zurrón el regalo que había para la niña, no encontró la muñeca.
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Dudoso de sí mismo, pensó que sólo a motivo de olvido o pérdida era posible achacar el suceso y se culpó de descuidado.
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Amaneció otra vez y volvió el pastor al pastizal del cerro y, en el mismo lugar que el día anterior, grande fue su sorpresa, al volver a encontrar la graciosa escultura.
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La puso de nuevo en el rústico zurrón, que afirmó y aseguró con la correa.

Cuál no sería su admiración y asombro al comprobar aquella tarde en su hogar, que de nuevo faltaba la imagen que con tanto cuidado guardó en su zurrón.

Por tres veces se había repetido el increíble fenómeno y cuentan que el pastor, hombre de fe sencilla y cristiano viejo, extrañado ante el caso, pensó que era una llamada del cielo.

Consultó con el cura del municipio y otras personas piadosas el posible milagro sucedido, para que ellas, gentes de mayor saber, resolvieran el asunto tan grave muy por encima de la ciencia y recursos del humilde pastor.

Reconocida en el propio lugar de la insistente aparición la delicada figurilla, resultó ser una pequeña imagen de la Virgen María.
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Y todos estuvieron de acuerdo en que era una forma clara de que la Divina Señora había querido manifestar su voluntad de que en aquel monte rústico le fuera ofrecido culto y rendida devoción.
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Levantándose en su honor una ermita y dándole el patronato señorío del pueblo y su comarca.
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Cuenta la tradición secular, que la advocación y devoción primera de aquella imagen fue del Monte y posteriormente de los Remedios.

La actual advocación de los Remedios, nos remonta al último tercio del siglo XVI, en tiempo de una epidemia de peste devastadora.

El 23 de abril de 1579, se decidió por los habitantes del lugar procesionar la imagen de la Patrona, cesando aquella mortandad de entonces.

Agradecido el pueblo por el favor y remedio de aquel mal, acordó el Consejo Municipal, ante el notario eclesiástico y el obispo diocesano, “celebrar a partir de entonces y por siempre jamás, la función de acción de gracias cada 23 de abril.”

subidaa la ermita de la virgen de cartama

 

LA FESTIVIDAD DE LA VIRGEN

La festividad de Nuestra Señora de los Remedios se celebra en el mes de abril.
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El día 22 de este mes se baja de su ermita, a hombros de los cartameños, hacia la iglesia del pueblo (San Pedro Apóstol).
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En la cual permanecerá hasta el primer domingo de junio que volverá a su santuario.

Con la bajada de la Virgen se da comienzo a las fiestas del pueblo, las cuales durarán unos cuatro o cinco días aproximadamente.

El gran día de la Patrona, sin duda, es el 23 de abril en el cual se celebra su festividad.

Consistiendo esta en procesionarla, en su trono por dos de las calles principales del pueblo (Calle Arriba y Calle de Enmedio), saliendo de la parroquia y volviendo a la misma.

Son los mismos habitantes del pueblo, mediante turnos, tanto de hombres como de mujeres, los que se encargan de llevarla a hombros.

Estas fiestas van acompañada de una feria de ganado de gran tradición histórica, donde se barajan y cierran tratos, se efectúan trueques, además de convertirse en un acto social de especial importancia, y ser punto de encuentro y referencia de los ganaderos de la provincia y la región.

El primer domingo de junio tiene lugar “la Subía”, día en que la Patrona vuelve a su Ermita, permaneciendo allí hasta el año siguiente.

En el año 2002 la Junta de Andalucía declaró las Fiestas en Honor de la Virgen de Ntra. Sra. de los Remedios como de Interés Turístico Nacional de Andalucía, y en el año 2004 la Excma. Diputación Provincial de Málaga, como de Singularidad turística.

ermita de cartama 

 

LA ERMITA

El emplazamiento de la Ermita, en la cumbre de una colina denominada Monte de la Virgen, la convierte en referencia cultural del paisaje y en su interior.
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Particularmente en la torre-camarín, hallamos una sobresaliente muestra del barroco andaluz que se ha relacionado con ejemplares de la categoría de los camarines de Nuestra Señora de la Victoria de Málaga y de la Virgen de los Remedios de Antequera.

Tras un largo recorrido por un serpenteante y empinado camino que se adapta a lo escarpado del terreno, se llega a la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios en la que conviven la sencillez y el carácter popular de su imagen externa con el recargamiento barroco de su ornamentación interna.

El primer espacio de congregación y de reposo después del ascenso, lo constituye un atrio de forma irregular al que se accede, superados tres escalones en rampa, a través de una reja de fundición.

En el lado norte de este atrio se dispone un mirador desde el que se percibe una amplia vista panorámica de la localidad de Cártama y de la Vega del Guadalhorce.

Atravesando un pórtico abierto en sus lados exentos por arcos de medio punto y cubierto por tejadillo a tres aguas, se halla el único acceso al interior: una portada con arco de medio punto entre pilastras que sostienen un entablamento interrumpido por el anagrama de María.

La Ermita posee una sola nave cubierta por bóveda de medio cañón y fajones con decoración sobrepuesta dorada y medallón central, que apoyan en pilastras cajeadas de capiteles dóricos sobre los que cuelgan escudos imperiales.

Cartelas de hojarasca dorada con invocaciones al nombre de María jalonan los muros de la nave.

Los tramos de bóveda entre fajones ostentan un florón central entre recuadros de molduras mixtilíneas con decoración en su interior.

Del florón más próximo al presbiterio cuelga un angelito sosteniendo una corona de laurel y un huevo de avestruz.

La bóveda semiesférica que cubre el espacio cuadrado del presbiterio descansa sobre pechinas en las que aparecen pinturas de los cuatro Evangelistas enmarcadas con adornos dorados.

El intradós de la bóveda se divide en ocho gajos por estrechas fajas a modo de nervios que incluyen hojarasca y rosetas doradas.

Entre las fajas quedan molduras mixtilíneas de forma triangular que encierran decoración dorada de acantos.

En los muros laterales cuelgan unos pinjantes rodeados de acantos en cuyo fondo aparecen emblemas marianos.

En el lateral derecho del presbiterio, mirando hacia el altar, se abre un hueco de paso a la sacristía y casa de la santera y se alcanza la escalera de ascenso al camarín.

El punto focal de la iglesia es el camarín-torre, adosado a la cabecera, donde se alberga la diminuta talla de Nuestra Señora de los Remedios sobre templete de plata.

En el camarín, de planta hexagonal, sus ángulos se resaltan por pilastras dobladas que quedan casi ocultas por macollas que derraman tallos con flores, acantos y frutos.

Mientras que los paños entre pilastras están presididos por una venera dorada de la que arrancan largas y carnosas hojas de acanto entrecruzadas, que parecen surgir de cuernos de la abundancia y se enrollan sobre sí mismas abriéndose en cascada en la base.

En la bóveda, la abultada decoración vegetal lo cubre todo en una distribución radial que converge en el medallón hexagonal de la clave.

Aunque la construcción del inmueble posiblemente se remonte al siglo XVI, será en los años finales del siglo XVII o primeros del XVIII cuando, con la construcción del camarín y la redecoración del interior, se alcance la fisonomía de pleno barroco que actualmente ostenta.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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