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Encinacorba nació como un territorio concedido a la Orden del Temple (Templarios).

Y luego de su exterminio pasó a manos de la Orden de San Juan de Jerusalén.

La que pone como cabecera de su encomienda a Encinacorba.

virgen y niño encinacorba

Alrededor de 1522 el comendador de Encinacorba viajaba en un barco y se desató una feroz tormenta.
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Pasajeros y tripulantes pidieron la intercesión de una imagen de Nuestra Señora que viajaba.
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Inmediatamente se realiza el prodigio y cesa la tormenta.

En virtud de esto la imagen es sorteada entre los pasajeros ganándola el comendador.
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Quien la lleva a Encinacorba, donde es venerada como Virgen del Mar de Encinacorba.

Las fiestas patronales en honor a la Virgen del Mar de Encinacorba, duran una semana, comenzando el miércoles por la noche hasta el lunes siguiente de la primera semana de agosto.

El famoso “dance”, representación de baile y teatro popular, se realiza con una periodicidad irregular de entre 6 y 8 años

Encinacorba es un municipio de España, se encuentra en la comarca del Campo de Cariñena, en la provincia de Zaragoza (Aragón).

Situada en un llano, a la orilla izquierda del río Huerva, al pie de la sierra de Algairén. Perteneció a la orden de los Templarios, y a la disolución de ésta pasó a la orden a la de San Juan.

En su núcleo hay notables edificios de tipo aragonés estilo renacentista, en ladrillo con tres plantas, entrada bajo arco de medio punto dovelado, balcones en la planta noble y galerías de arco de medio punto bajo alero, con el ático.

También aparece una fuente del siglo XVI de sillería con un muro de piedra y templete.

La iglesia parroquial de Santa María se asienta sobre el castillo; es obra gótico-renacentista del siglo XVI en ladrillo.

 

HISTORIA DE ENCINACORBA

Tras su reconquista por Alfonso I el Batallador en época próxima a la célebre batalla de Cutanda (1120), que trae como consecuencia inmediata el retroceso de las fronteras árabes en una dilatada zona, el territorio despoblado de Encinacorba es concedido a la naciente Orden del Temple.

Fundada por Jugo de Paganis en el mismo año en que se conquista la ciudad de Zaragoza.

Lo cierto es que el cronista aragonés don Jerónimo Borao nos afirma que la primitiva Carta de población de Encinacorba data del año 1125.

Y que fue concedida por los Caballeros templarios a sus vecinos y vasallos, los cuales fundan la localidad cristiana en el terreno denominado Media-villa, y cerca de una encina torcida que atalaya el desolado paisaje.

virgen del mar encina corba entera

La presencia de este solitario y robusto vegetal no sólo condiciona la elección del asiento de la localidad.

Sino que se perpetúa su recuerdo imponiendo a la nueva villa el nombre de “Encinacorba”, con el que será conocida en adelante.

La Encinacorba templaria seguirá cerca de dos siglos dependiendo de la autoridad suprema de los XXII sucesivos Maestres generales de la Orden, el último de los cuales fue Jacobo de Nolay, muerto en la hoguera por mandato de Felipe IV de Francia en 1314.

Dos años antes se había disuelto legalmente el Temple por la Bula del Papa Clemente V, publicada en Viena el 22 de marzo de 1312.

A consecuencia del decreto pontificio, los bienes que los templarios poseían en Aragón fueron entregados por Jaime II a la Orden de San Juan de Jerusalén, la cual convierte a Encinacorba en cabeza de la Encomienda de su nombre.

Aunque enclavada dentro del territorio de la Comunidad de Daroca, figurará como lugar exento de la jurisdicción de la misma, al igual que Nombrevilla, por pertenecer una y otra a la dominicatura Sanjuanista.

Fue precisamente, a uno de sus Comendadores, don Jorge de Sena, a quien debió Encinacorba la posesión de su preciada Imagen de Nuestra Señora Del Mar, preciosa escultura tallada en ágata.

Parece ser que pocos años antes de que la isla de Rodas cayese en poder de los turcos – los cuales desalojaron a los Sanjuanistas en 1522 – volvía de dicha isla hacia España el Comendador de Encinacorba en una pequeña nave, acompañado de otros caballeros de la Orden.

Durante su periplo mediterráneo aconteció que una gran tempestad puso al barco en grave aprieto, salvándose del naufragio merced a la protección de una imagen de la Virgen.
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Que sobrenadando entre las tumultuosas olas lo condujo milagrosamente a puerto.
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Sorteada luego la imagen entre los viajeros por ella salvados, correspondió al de Encinacorba, que la llevó fervoroso a la capital de su Encomienda, donde se inició el más entusiasta culto.

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Colocada primeramente en el altar mayor de la iglesia parroquial de la villa, los devotos de Ntra Sra. Del Mar – advocación que recibió en memoria de su aparición- construyeron después una suntuosa capilla.
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Que se convirtió en el polo de la atracción religiosa y mariana de los encinacorbenses.

Una de las familias de mayor arraigo en la villa fue la de los Azagra, linaje oriundo de la Casa de los Señores de Albarracín.

Cuyo fundador fue don Pedro Ruiz de Azagra, quien en el año 1165 se convierte en soberano independiente de dicho Estado en virtud de donación del emir Ben Mardenis de Valencia, según unos, o por liberal magnanimidad de Aben Lobo, Rey de Murcia, según otros.

Afincada una de las ramas de esta estirpe en Encinacorba, se distingue por su especial devoción a Nuestra Señora Del Mar.

Uno de los más destacados representantes de esta ilustre familia fue don Pedro Antonio Ruiz de Azagra, que ostentó el cargo de Procurador General de la Ciudad y Comunidad de Daroca a principios del siglo XVIII.

No desmintió este Azagra de Encinacorba la predilección mariana de sus antepasados, pues que con ocasión de su estancia en la Corte se trajo a su villa natal, para ofrecerla a Santa María del Mar, una valiosa joya.

Consistente en un frontal ricamente adornado de primorosos relieves de bronce, y que había pertenecido a Moctezuma II, último Emperador azteca de Méjico.

A quien venció como es sabido, Hernán Cortés, que si por su nacimiento fue extremeño de origen, por su cepa familiar pertenecía al linaje aragonés de este apellido y casta.

 

RELATO DEL PADRE FACI DEL PRODIGIO

Por los años de 1515 o siguientes hasta el de 1522 (en que se perdió la isla de Rodas) venían siete caballeros de la religión de San Juan a España, embarcados.

Padecieron una tempestad horrible, en que perdieron todas las esperanzas de salir a tierra por auxilio humano, en necesidad tan urgente acudieron devotos a aquella, que es Estrella del Mar, María santísima cuyo patrocinio lograron luego.

No sabiendo esta Reina Soberana dilatar el favor, a quien la invoca humilde, apareció (¡oh prodigio de la mayor piedad!) sobre las aguas la santa Imagen de Nuestra Señora y luego cesó la tempestad.

capilla de la virgen del mar

No contenta Nuestra Señora con este soberano beneficio, les guió, andando sobre las aguas, hasta llegar al puerto deseado: aquí humana, tan divina Margarita, se dejó coger de los caballeros que, agradecidos la veneraron y dieron las gracias por tan raro favor.

Entre los caballeros estaba Jorge de Sena, comendador de Encinacorba e hijo de la ciudad de Huesca, al cual en las siete veces que se sorteó la imagen le tocó.

Después de que las suertes, siete veces echadas, le demostraran que la imagen no estaba destinada para Huesca, decidió dejarla en Encinacorba.

La Virgen lleva en la mano derecha un cuaderno, que sostiene abierto con dos dedos.
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Y con la izquierda sostiene a su hijo, que se presenta hacia el fiel con las piernas en la postura que sería lógico estuviera en la realidad: la izquierda flexionada y adelantada y la derecha recta y caída hacia atrás.

El Niño sostiene en su mano un pajarillo al “que comprime y éste se vuelve como para picarle” mientras Jesús le ofrece un dedo de su mano izquierda para que le pique “con ademán muy gracioso”, según dice Faci.

La Virgen se cubre con el manto (funcionando como manto-velo) y deja asomar la ondulada cabellera que enmarca la cara, un rostro con facciones de aspecto carnoso con respingona nariz, abombada frente, mejillas redondeadas.

Las manos de María son largas y de dedos refinados y su mirada meditativa.

La túnica ceñida al cuerpo asoma en la parte inferior en líneas verticales que se muestran por debajo del manto, que cobra absoluto protagonismo y mantiene aires familiares con algunos trabajos realizados en tierras de Navarra.”

 

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DEL MAR (ENCINACORBA)

En la parte alta del pueblo se levanta la iglesia parroquial de Santa María, edificada dentro del solar que ocupaba el castillo hospitalario, del que solamente restan pequeños vestigios, entre ellos la base de la torre-campanario.

La fábrica actual del templo se puede fechar en el siglo XVI, concretamente Carlos Lasierra data su construcción en el primer tercio de este siglo.

Tal y como expone Gonzalo Borrás, la noticia que recoge Espés según la cual el 18 de julio de 1405 el arzobispo de Zaragoza concede licencia a los de Encinacorba para ampliar la iglesia parroquial y fabricar en ella una capilla y altar con su retablo de las santas Águeda y Polonia, no se corresponde con el actual edificio.

Las obras a que hace referencia Espés, si llegaron a realizarse, fueron totalmente enmascaradas por la posterior edificación mudéjar.

iglesia encinacorba

Al exterior destaca la fachada principal, ya que se conserva en su primitivo estado, incluida la capilla del lado recto del ábside que sobresale ligeramente.

El lado contrario o del Evangelio se encuentra totalmente adulterado en su parte baja por la ampliación de las capillas laterales en época barroca.

También la fachada de los pies se encuentra exenta, pudiendo observar desde ella perfectamente la decoración superior y la galería corrida de arcos de medio punto.

Volviendo a la fachada principal, se puede apreciar los dos niveles en que se distribuye: parte inferior correspondiente a las capillas entre los contrafuertes, solamente en el primer tramo en este lado ya que el segundo está ocupado por la parte baja de la torre, y parte superior donde son visibles los contrafuertes y la galería corrida de arcos.

Próxima a la torre se abre la portada, en sencillo arco apuntado realizado en ladrillo, al igual que las jambas.

Recorre la parte superior de este tramo una banda de esquinillas en forma de dientes de sierra sobre la que se desarrolla una franja a base de ladrillos taqueados que forman una doble fila de alargados rombos.

A la derecha de la puerta de entrada, y cortando esta faja, se abre un óculo que se decora al exterior con yeserías caladas. Partiendo de una estrella central de ocho puntas se desarrollan hacia el exterior círculos que se entrecruzan hasta rellenar todo el espacio.

La decoración se completa con una banda de esquinillas compuesta por cuatro hiladas dispuestas al tresbolillo.

Esta banda se prolonga en la capilla del ábside por encima de dos pequeños óculos que sirven de iluminación a su interior. Únicamente en este tramo se observan ménsulas en forma de pirámide invertida debajo de la cornisa que sustenta el tejado.

La Iglesia de Santa María de Encinacorba, se asienta sobre el antiguo Castillo de los sanjuanistas y del que sólo quedan restos de sus muros en la parte baja de la iglesia.
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Es una obra mudéjar renacentista del siglo XVI, construida en ladrillo.

Destaca en su exterior la galería aragonesa que remata el conjunto en arcos apuntados y bajo ella la faja ornamental a base de cruces de múltiples brazos formando rombos, que acentúan, juntamente con la torre y con la ornamentación de las yeserías caladas de los óculos, el carácter mudéjar del edificio.

La iglesia es de una sola nave, con el ábside poligonal de cinco lados, con capillas laterales en los lados rectos del presbiterio y con dos tramos en la nave, con capillas laterales. Presenta sacristías en la cabecera.

Todo va cubierto con bóvedas de crucería estrellada, como corresponde a la época.

Esta fábrica original fue modificada en las capillas del lado izquierdo de la nave, que en número de tres, una para el tramo recto del presbiterio y dos más, una para cada tramo de la nave, son ya de estilo barroco, ampliadas en profundidad y cubierta con cúpula sobre pechinas, habiéndose comenzado estas obras de reforma de la iglesia en el año 1649, para la capilla de la Virgen del Mar.

El coro bajo a los pies, que sustituyó a otro anterior en alto, pondría fin a estas obras de reforma, datando del año 1679.

Adosada a la iglesia aparece la torre- campanario, de planta cuadrada, se halla situada a los pies en el lado derecho de la iglesia y aprovechando para su parte inferior lo preexistente del Castillo, que se caracteriza por su aparejo de mampostería con encintados de ladrillo, diferente al resto de la fábrica.

Esta parte antigua de la torre tendría entrada en alto y vanos dobles en arco tumido, que aparecen cegados.

Reutilizada en el conjunto religioso, se le dota de nuevo cuerpo de campanas, abovedado con cañón apuntado y con paso en alto a terraza.

Esta torre aparece a partir del siglo XV, porque adecuaron el fuerte torreón para campanario, dejando amplios ventanales coronados por arcos de herradura, a mediados de siglo, añadieron sólo con ladrillo, un segundo cuerpo al improvisado campanario, cegando los huecos del primero aunque dejando aspilleras, y asumiendo las campanas en ocho ventanales góticos, de una traza y ejecución insuperables.

La torre tiene una decoración austera en el exterior de sus cuatro recios muros, con quebradas y calados.

Con sus trece metros de altura, la torre dominaba y protegía el complejo castillo-iglesia.

Posteriormente, se construyó el último cuerpo de la torre, con mínima decoración, representada por dos sutiles calados.

Siete ventanales, idénticos a los del segundo cuerpo, que asumieron definitivamente las campanas. La torre por dentro terminó en simple bóveda mudéjar.

 

EL DANCE DE ENCINACORBA

Las fiestas patronales en honor a la Virgen del Mar de Encinacorba, duran una semana, comenzando el miércoles por la noche hasta el lunes siguiente.

templo encinacorba de lejos fondo

Hay vacas, ronda, juegos, concursos de guiñote, disfraces, actividades infantiles, gymkhana, etc. Se hace fútbol-vaca también llamado en Encinacorba Puerta del Carmen.

El dance, representación de baile y teatro popular, se realiza con una periodicidad irregular de entre 6 y 8 años.

El “dance” de Encinacorba es un producto tardío de esta religiosidad popular, no en vano, nace ya a finales del siglo XIX y no se representara hasta entrado el siglo XX.

Define su función perfectamente Antonio Beltrán Martínez cuando señala:

El “dance” aragonés es una institución peculiar de nuestro folklore de carácter religioso, dedicado a solemnizar las fiestas en honor de los patronos de los pueblos con fusión o quizá mejor conglomeración de manifestaciones del teatro popular y de bailes de muy diverso estilo, con añadidura de otros elementos como los “dichos” que tanto pueden ser simples loas dedicadas a la Virgen o a los santos cuanto referirse a acontecimientos de la vida local, casi siempre acompañados de críticas…”

Se conoce el nombre del autor del Dance de Encinacorba. Se trata del Padre Dionisio Fierro Gasca quien, al parecer, lo dejó terminado en el año 1885.

En el año 1887, es decir, dos años después de componerse el Dance, nace la señora Valentina Gracia.

Esta señora recuerda haber visto representar el Dance en el año 1904, teniendo ella entonces la edad de 17 años.

Por lo tanto la señora Valentina (la tía Galletera) es la referencia oral más antigua que tenemos de su representación.

El Padre Dionisio Fierro murió en el año 1916.

Después de esta ocasión debió representarse en circunstancias excepcionales, se recuerda fehacientemente la que se hizo durante la construcción del ferrocarril 1929. Después de la Guerra Civil el régimen franquista gustó de potenciar el folklore y hubo varias representaciones entre los años cuarenta y ochenta..

PERSONAJES:* Peregrino.* Pobre.* Comendador, Don Jorge de Sena.* General Cristiano.* Mayoral.* Zagal.* Angel.* Diablo.* Regidor.* Paje.* Cuatro Soldados Cristianos.* Cuatro Soldados Turcos. Hombres, mujeres y niños, acompañando al Comendador cuando trae la Virgen del Mar.

 

GOZOS A LA VIRGEN DEL MAR

Pues sois el norte seguro
Y guía de caminar:
Del naufragio de la culpa
Líbranos, Virgen del Mar.
*
Cuando el cielo prevenía
A Encinacorba el consuelo,
No pensaba su desvelo
La gloria que le vendría;
Pues lo publica, oh María,
Vuestra capilla y altar:
Del naufragio, etc.
*
A fondo la nave se iba
De siete Comendadores,
Y con mortales sudores
Os invocó su fe viva;
Y en sus pechos bien se archiva
Un favor tan singular.
Del naufragio, etc.
*
Luego la nave se aferra
Como en un seguro puerto,
Y con un milagro cierto
Parecía el agua tierra;
Pues vuestro auxilio destierra
Susto, temor y pesar:
Del naufragio, etc.
*
Sobre las aguas se vio
Vuestra imagen soberana,
Y estrella de la mañana
Como norte los guió:
A salvamento llevó
A todos sin zozobrar:
Del naufragio, etc.
*
Como todos anhelaban
El tesoro celestial,
Fue pacto convencional
Que a las suertes se fiara:
Siete veces se declara
Don Jorge lo ha de llevar:
Del naufragio, etc.
*
Este a Huesca, patrio suelo
Quiso honrar con tal fineza
Y hacer con vuestra belleza
Que su tierra fuera cielo:
Con siete suertes su celo
Quiso esta dicha lograr:
Del naufragio, etc.
*
Todas las suertes seguidas
A Encinacorba cayeron,
Y para su gloria unieron
Las que vieron repartidas
Ya que fueron repetidas
Con honor tan singular:
Del naufragio, etc.

Fuentes:

 

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