Sin Ella, la gracia de la vida eterna no hubiera llegado a nosotros.

Y no contaríamos con un auxilio que baja del cielo permanentemente para guiarnos.

Sobre Ella Dios depositó su amor para ser derramado a la humanidad.

¿Cómo es esto?

Nuestra vida en la Tierra es cortísima y precaria.
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Si nos quedamos sólo con esto, deberíamos pensar que alguien se burló de nosotros.
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Nos creó con auto conciencia y aspiraciones que luego se truncan, si al final de la vida terrena no hay algo más.
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Pero si hay algo más después, algo maravilloso como promete el cristianismo, la cosa cambia.
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Dejamos de pensar en nuestro creador como un burlón y lo empezamos a ver como un ser extremadamente generoso.
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Porque nos promete la vida eterna junto a Él y con toda clase de dones, si es que pasamos la prueba de la Tierra.

Y si prestamos la atención a cómo Dios ideó este plan, veremos que Él creó un ser humano sobre quien puso la carga de desarrollar este plan.

La Santísima Virgen María fue el vehículo humano para que Dios se hiciera presente – a través de su Hijo – en la Historia humana.

Engendró a nuestro redentor, lo educó y lo largó al mundo para predicar, y también para expiar nuestros pecados.

Una vez terminada su vida en la tierra nos mostró que los seres humanos tienen un lugar en el cielo, con su Asunción.

Y luego, ha estado bajando continuamente a la Tierra para guiarnos, siguiendo las órdenes de Su hijo.

   

HAY MUCHÍSIMAS RAZONES…

Hay muchísimas razones por la que debemos agradecer y honrar a la Santísima Virgen María.

Recordemos algunas.

De todas las personas creadas Dios eligió a María para llevar a Su Hijo.

Gracias al SÍ de María las puertas del cielo se abrieron para nosotros.

Jesús nos dio a María como nuestra madre espiritual.

Al honrar a María estamos imitando a Jesús quién honró a Su madre por toda la eternidad.

María nos protege del maligno y no ayuda a derrotarlo.

Dios la honrado por sobre todas las criaturas

María es un ejemplo de obediencia, ha vivido sin pecado y está llena de gracia.

Es nuestra mejor guía para Cristo.

Es un privilegio que María ore por nosotros y quiénes la honran pueden pedir ese privilegio.

Ella estará al lado de nosotros en nuestra muerte como lo estuvo con Jesús, sólo debes dedicarte a ella.

El plan de Jesús para nuestra redención dependía totalmente la participación de la Santísima Virgen.

Nosotros recibimos las gracias necesarias para nuestra salvación pero necesitamos además gracias especiales para perseverar.

La devoción a Nuestra Señora es fundamental para obtener las gracias necesarias para seguir constantes en gracia de Dios.

Y sin una intercesora con los méritos de Nuestra Señora sería imposible permanecer en estado de Gracia

Ella es la mediadora de todas las gracias.

El Santo más importante en el cielo.

María nos ha dejado una de las principales armas para llegar al cielo y obtener sus gracias en la tierra, estamos hablando del Santo Rosario.

Una oración a María bien dicha llena el corazón de Nuestra Señora de alegría.

Es como una mina de oro que nunca se agota.

San Jerónimo llegar a decir que “las verdades contenidas en el Ave María son tan sublimes y tan maravillosas que ningún hombre o ángel podría entenderlas por completo”.

Nuestro Dios le dio a su Santísima Madre toda la dignidad la grandeza y la santidad necesarias para hacerla el ser humano más perfecto.

Y en ese proceso le dio toda la dulzura el amor la ternura y el afecto necesarios para hacerla nuestra madre amorosa.

María es realmente nuestra madre y debemos recurrir a Ella cada vez que estemos en problemas, con total confianza como hace un niño con su madre.

Pidamos que cuando comparezcamos ante el tribunal de Dios Jesús nos diga “Mi madre me ha hablado de ti”.

   

EL AMOR ETERNO DE DIOS POR MARÍA

Uno de los atributos de Dios es ser eterno, no estar atado al curso lineal del tiempo como sí lo estamos los seres humanos. Otro de sus atributos es ser Amor perfecto, la fuente de toda belleza, bondad y verdad.

Si meditamos sobre estas dos características de nuestro bello Dios no es difícil sentirnos sobrecogidos y atraídos hacia Él.

Desde la eternidad y para siempre nadie nos amará como el Señor (Juan 3,16) y esto es tan perfectamente cierto para nosotros como para nuestra querida Madre, la Siempre Virgen María.

Ella siendo su más perfecta creación es el reflejo más claro de los no-límites del amor de Dios para con el género humano. Bien lo decía san Luis de María de Monfort:

“Dios creó un depósito se todas las aguas y lo llamó mar, y creó un depósito de todas las gracias y la llamó María.”

Desde antes del tiempo nos amó y la amó (Romanos 8,29-30).

   

MARÍA EN EL PROTOEVANGELIO

¿Proto-evangelio? Este es un título que se le da en teología a la primera promesa de salvación en la Biblia, es ahí donde también se menciona como profecía por primera vez a nuestra Madre en las Sagradas Escrituras.

Miles de años antes de su nacimiento Dios ya la tenía en mente, desde la eternidad Él ya tenía un plan de amor para salvarnos del pecado y este plan incluía a María.

Luego de la caída del hombre por el pecado una promesa para la humanidad y una calamidad para nuestro enemigo fueron proclamadas por Dios.

El pasaje de esta promesa en cuestión es Génesis 3,13-15:

“Entonces el Señor Dios dijo a la mujer. -¿Qué es lo que has hecho? La mujer respondió. -La serpiente me engañó y comí.

El Señor Dios dijo a la serpiente. -Por haber hecho eso, maldita seas entre todos los animales y todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre el vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida.

Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te herirá en la cabeza, mientras tú le herirás en el talón”.

A partir de este este momento se declaró la guerra entre ambos, hasta que se cumpliera la victoria de la “la Mujer y su descendencia” contra “la serpiente”.

Eva, la madre de los vivientes (Génesis 3,20) es la “prefigura” que cayó en pecado de la madre de los creyentes (Juan 19,26-27) que no caería jamás en pecado (Lucas 1,28), María.

Así lo enseñaron varios padres de la Iglesia (los discípulos de los apóstoles hasta el siglo VIII), citaremos a uno:

«Como Eva fue seducida por el discurso de un ángel y tuvo que huir de Dios por transgredir su palabra; también María recibió las buenas noticias por medio del discurso de un ángel, para que sea Dios dentro de ella, siendo obediente a su palabra.

Y mientras que una desobedeció a Dios, la otra se acercó a Él por la obediencia; de aquella virgen Eva, la virgen María devino en abogada y, como por una virgen la raza humana fue atada a la muerte, por una virgen ha sido salvada, el balance se ha preservado -la desobediencia de una virgen por la obediencia de otra virgen-“

San Ireneo (Contra las herejías, 3, 19) (130 D.C.)

Es así como en la historia de la salvación se va perfilando la imagen de la Mujer prometida, que por medio de su virginal maternidad abrirá el paso a la victoria de Dios sobre las fuerzas del mal.

   

MARÍA EN EL VIEJO TESTAMENTO

La prefigura en Eva no es la única, varias mujeres valerosas y dignas del antiguo testamento muestran algunas características que apuntan a la plenitud que alcanzó nuestra Madre.

   

SARA

Dios hizo germinar de sus  dudas una fe inquebrantable permitiéndole concebir un hijo a la avanzada edad de 90 años. Este fue el primer nacimiento biológicamente imposible anunciado por un ángel (Génesis 18,10-15).

Esto no pasó desapercibido por san Pablo:

Por la fe, también Sara, que era estéril, recibió vigor para concebir, aun superada ya la edad oportuna, porque creyó que era digno de fe el que se lo había prometido. (Hebreos 11,11)

Siendo prefigura de la fe y obediencia de María, Sara es digna del título de madre de la mujeres buenas y valientes (1 Pedro 3,5-7).

   

BETSABÉ

Es la madre del rey Salomón, y es prefigura de la realeza de la Madre del verdadero Rey mesiánico, en donde sus voluntades no discrepan sino María como esclava del Señor no quiere más que dirigirnos a la Voluntad de su Hijo.

Betsabé se presentó al rey Salomón para hablarle en favor de Adonías. Al verla, el rey se levantó, se inclinó ante ella y se sentó sobre su trono. Hizo poner otro trono para la madre del rey, y ésta se sentó a su derecha.

Ella le dijo. -Voy a pedirte sólo algo pequeño, no me lo niegues. Le contestó el rey. -Pide, madre mía, que no te lo negaré. (1 Reyes 2,19-20)

En el modelo del ideal de la relación entre Betsabé y su hijo se ve como a través de la Mujer prometida llegará la salvación de su Hijo (Sirac 24,18):

Yo soy la madre del amor hermoso y del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad; en mí, toda esperanza de vida y de fuerza.

Venid a mí cuantos me anheláis, y saciaos de mis frutos, Que mi recuerdo es más dulce que la miel, y el poseerme, más dulce que el panal. Mi memoria durará por las generaciones de los siglos. (Sirac 24:24-28 – Biblia de Navarra)

   

JUDIT

De bellas facciones, alta educación, enorme piedad, celo religioso y pasión patriótica, Judit utiliza la astucia para cortar la cabeza del general invasor, Holofernes, logrando así la victoria para Israel.

Claramente esto hace eco en la promesa de la Mujer involucrada en herir la cabeza del enemigo.

Así mismo la bendición que recae sobre ella por tal hazaña es eco de la bendición eterna de María:

Ozías entonces dijo a Judit. -Bendita seas tú de parte de Dios altísimo, hija, por encima de todas las mujeres de la tierra, y bendito sea Dios, que creó los cielos y la tierra, que te ha guiado para herir en la cabeza al príncipe de nuestros enemigos. (Judit 13,18)

   

HIJA DE SION

San Juan Pablo II nos explica cómo los israelitas daban atributos humanos a Jerusalén:

La Biblia usa con frecuencia la expresión hija de Sión para referirse a los habitantes de la ciudad de Jerusalén…

Esta personalización en femenino hace más fácil la interpretación esponsal de las relaciones de amor entre Dios e Israel, señalado a menudo con los términos novia o esposa.”

También se le asociaba en ocasiones con el amor de una madre, características que María “encarnó” en su persona. Veamos algunos versículos bíblicos.

– Como doncella cortejada:

Grita de gozo y alégrate, hija de Sión, porque vengo a habitar dentro de ti –oráculo del Señor-.

Aquel día seguirán al Señor muchas naciones y serán pueblo mío. Yo habitaré en medio de ti, y sabrás que el Señor de los ejércitos a ti me envió. (Zacarías 2:14-15)

– Como madre que protege a sus hijos:

¡Clama, pues, al Señor, muralla de la hija de Sión; deja correr a torrentes tus lágrimas, durante día y noche; no te concedas tregua, no cese la niña de tu ojo!

¡En pie, lanza un grito en la noche, cuando comienza la ronda; como agua tu corazón derrama ante el rostro del Señor, alza tus manos hacia él por la vida de tus pequeñuelos! (Lamentaciones 2,18-19a)

Así María es prefigurada en Jerusalén porque el Mesías viene de ella y a su vez es prefigura de la Iglesia por darlo en una nueva alianza que va más allá de Israel.

   

LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Como hemos visto, María se encontraba en la mente de Dios desde la eternidad.
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Él desde siempre la pensó, y luego la creó buena como con Adán y Eva (Génesis 1,31), fue concebida en estado de gracia sin pecado original.

Así es como Dios teniendo en cuenta la caída del hombre la salvó de todo pecado, pero de manera anticipada al resto de creyentes en Cristo, por los mismos méritos de Cristo, esto para tener una mujer digna de ser su Madre.

Esto se lee en el evangelio de Lucas:

Y entrando, le dijo: «Alégrate [¡Salve!], llena de gracia, el Señor está contigo.»

Ella se turbó al oír estas palabras, y consideraba qué podía significar este saludo. (Lucas 1,28-29)

Ningún otro mortal había escuchado, ni escucharía, de parte de Dios algo semejante nunca.

Comenzando por el “alégrate”, este alégrate hace referencia a la “hija de Sion”, dentro de ella el Señor habitaría.

Así mismo en Griego este saludo está en modo imperativo, manifiesta una variación gramatical exclusiva para denotar exhortación, disuasión, mandato o ruego.

En la biblia esta palabra aparece así sólo cuatro veces más: Mateo 26,49 ; Mateo 27,29 ; Marcos 15,18 y Juan 19,3 . En todas estas oportunidades para burlarse de la autoridad o realeza de Cristo.

No es un saludo común y corriente, en imperativo se relaciona con la gran dignidad de la persona a la que se dirige.

San Jerónimo hizo bien en traducirlo como ¡Salve! (Ave – have), un saludo digno de un emperador romano.

Cornelio a Lapide, un célebre comentarista bíblico clásico nota algo más en esto:

A demás del “Chaire” en el texto original, el ángel saludaría a María en su lengua aramea, o mejor aún en hebreo (a la hija de Sion), diciendo: “Cha-ve” que significa “vida” como en “¡Viva Cristo Rey!” para saludar a María.

Así mismo Eva se escribe en hebreo: “Cha-va” que significa “viviente” por ser la madre de los vivientes (Génesis 3,20). Esto tiene sentido con los padres de la Iglesia que siempre han relacionado a María con la primera mujer.

La relación gramatical continúa de alguna manera hasta nuestra época si tenemos en cuenta que “Ave” es “Eva” al revés.

Avanzando en el saludo, vemos que el griego original del “llena de gracia” es kecharitomene, y es un verbo que significa: «Gracia permanente o perfección de Gracia» (Catholic Answers).

Y esta acción es usada en el tiempo «pasivo perfecto» lo cual denota la continuación de una acción ya completada. Se comprende que María nunca perdió la gracia santificante, nunca estuvo en contacto con el pecado.

Decían sobre esto los padres de la Iglesia:

“Esta Madre Virgen del Unigénito de Dios, es llamada María, digna de Dios, la inmaculada del Inmaculado, única del Único.” Origenes, Homilía 1 (244 d.C.)

Esta es la descripción clave: “digna de Dios”. El Señor desde siempre exige los más altos estándares de pureza para aquello que contendrá su presencia:

»Fabricarás un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, un codo y medio de ancho y uno y medio de alto. La revestirás de oro puro por dentro y por fuera, y pondrás alrededor de ella una moldura de oro. (Éxodo 25,10-11)

Los padres de la Iglesia también notaron esto, y predicaron la analogía de María con el Arca de la Alianza:

“¡Eres grandiosa Oh Arca de la Alianza, vestida con pureza en vez de oro! Eres tú el Arca donde encontramos la verdadera vasija del verdadero maná, que es, la carne en la cual reside la divinidad (Jesús).” San Atanasio, homilía sobre el papiro de Turín 71:216 (Antes del 373 a.C.)

Con este corto saludo podemos relacionar a María con la Fe en la promesa de “la Mujer” con ausencia de pecado y sobreabundancia de maternidad, realeza y victoria con su descendencia sobre la serpiente.

Todo esto concebido en la mente y el amor de Dios desde la eternidad. Concluimos este artículo con un avemaría en honor a Nuestra Madre:

Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén

Fuentes:


Informe Redactado por Marvin Marroquín
Estudios en arquitectura, filosofía, teología y apologética

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