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Material para que los medios redoblen la campaña contra la Iglesia.
Con un lenguaje duro, el Comité contra la Tortura de la ONU, acusó este viernes al Vaticano de no actuar diligentemente para impedir abusos sexuales de sacerdotes, investigarlos o denunciarlos, en un informe que pronto se olvidará, pero cuyo contenido de “luces explosivas de colores” es otro jalón más para que los medios de comunicación lo recojan y vuelvan en su campaña de desprestigio contra la Iglesia.

Comite de la ONU contra la Tortura Claudio Grossman

El Comité de la ONU contra la tortura instó el viernes pasado al Vaticano a hacer más para luchar contra los actos de pedofilia cometidos por miembros del clero, al mismo tiempo que destacó los esfuerzos realizados por la Santa Sede en este tema. En una primera reacción en Roma, el Vaticano declaró haber «tomado nota» de las observaciones y aseguró que serán «consideradas seriamente».

En su informe no vinculante, el Comité de la ONU concluye que la Iglesia católica no impidió, ni denunció ni investigó muchos de los escándalos que se producían, y pide un cambio en su legislación estatal e internacional.

«Nosotros no decimos que el Vaticano es responsable de todas y cada una de las violaciones cometidas por cualquier cura. Pero sí decimos que la Santa Sede ha violado la Convención en los casos en que fue informada de abusos e ignoró las acusaciones, y eso, que nosotros sepamos, ha pasado al menos unas cincuenta veces», expresó en rueda de prensa la relatora del caso, Felice Gaer.

ESTABLECEN RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL VATICANO

La principal conclusión del Comité es que la responsabilidad del Vaticano en los casos de abusos sexuales no se limita a su territorio, sino que abarca los abusos cometidos en otros Estados siempre y cuando «ejerza efectivo control» sobre el perpetrador.

«Efectivo control significa que el Vaticano supiera del caso, fuera informado y no actuara. O fuera informado y ordenase trasladar al abusador en lugar de perseguirlo y castigarlo», explicó Gaer.

«El Estado parte es responsable por los actos y omisiones de sus funcionarios y otros que actúen oficialmente o en nombre del Estado. Esta responsabilidad se extiende a las acciones u omisiones de los funcionarios del Estado parte desplegados en operaciones en el extranjero», concretó el Comité en el informe.

Esta conclusión difiere de la interpretación del Vaticano de que carece de jurisdicción penal y de responsabilidad por los delitos cometidos por sus sacerdotes en otros países. Para el Comité de la ONU, esa «interpretación» del Vaticano «no es congruente» con la Convención.

En su opinión un Estado, en este caso el Vaticano, tiene la obligación de evitar que un abuso se cometa, y de investigar lo sucedido, perseguir a los culpables y resarcir a las víctimas.

RECOMENDACIONES CONCRETAS DEL COMITÉ

El Comité pidió al Vaticano que suspenda de sus funciones a cualquier sacerdote acusado de haber cometido abusos sexuales mientras que la Congregación para la Doctrina de la Fe lleve a cabo su investigación, y a no transferir a estas personas a otra diócesis para evitar tener que castigarlos.

Desde el año 2001, la Congregación para la Doctrina de la Fe se encarga de investigar los delitos graves, sobre todo aquellos por pedofilia de los curas, por decreto de Juan Pablo II.

Asimismo, el Comité de la ONU pidió una «investigación rápida e imparcial» sobre monseñor Josef Wesolowski, de nacionalidad polaca, ex nuncio apostólico en República Dominicana, para que de ser necesario sea juzgado o extraditado.

Wesolowski está acusado de abuso sexual contra menores y está en curso una investigación, indicó la Santa Sede al Comité, que señala haber «apreciado esta confirmación».

Por otra parte, el Comité saludó la creación de una Comisión para la Protección de los Menores, constituida por el papa Francisco en diciembre.

LA VERDAD DE LA SITUACIÓN

La Santa Sede ha emitido un comunicado diciendo que las observaciones contienen varios elementos positivos, así como algunos pocos puntos que requieren una mayor clarificación y elucidación.

El tono es

‘Gracias por sus sugerencias, no estamos de acuerdo con ustedes, y no creemos que incluso tengan la autoridad para decir lo que han dicho, pero gracias’.

El comité está aludiendo al hecho de que todo sacerdote católico jura fidelidad al Papa, sin decir mucho más. Pero el comité está deliberadamente pasando por alto el hecho de que una vez fuera de las murallas de la Ciudad del Vaticano el Papa no tiene ninguna jurisdicción obligatoria sobre nadie. Sólo los países donde los sacerdotes residen y operan tienen jurisdicción penal y civil sobre los sacerdotes.  Fuera del Vaticano el Papa sólo puede ejercer el control en cuestiones espirituales que involucran el clero y los laicos. Se trata de una jurisdicción voluntaria y espiritual.

Este simple hecho, también conocido como la separación de la Iglesia y el Estado se les pierde a los «expertos» de la ONU, ya que les privaría de una vía para atacar a la Iglesia.  Es más, el comité está tratando de pintar la separación de la Iglesia y el Estado como un intento deshonesto de la Santa Sede para evitar la responsabilidad.

Toda esta farsa fue un ataque político y no tenía nada que ver con los derechos humanos.  Ni siquiera con las relaciones Iglesia-Estado. Se trata de la postura moral de la Santa Sede sobre el aborto, la anticoncepción y la homosexualidad.  Los expertos de los comités de la ONU y burócratas de la ONU están trabajando activamente para socavar la posición moral de la Santa Sede, y están resucitando el escándalo sexual de abuso infantil que sacudió a la Iglesia Católica hace una década.

Fuentes: Agencias, Valores Religiosos, Turtle Bay and Beyond, Signos de estos Tiempos

 

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