Bergoglio fue un converso a los carismáticos en Argentina.
Entre el 1 y 2 de junio se realizará en el Estadio Olímpico de Roma la 37ª Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica, que acogerá más de 50 mil personas llegadas de 52 países, con la presencia del Papa Francisco.
Hay que recordar que el cardenal Jorge Mario Bergoglio ya estaba nombrado por la Conferencia Episcopal Argentina como asistente espiritual de la Renovación Carismática en la Argentina, a hacerse efectivo a su vuelta del Cónclave, cosa que no sucedió porque se quedó en Roma como Francisco.
La presencia de Francisco es un hecho trascendente, porque por primera vez en la historia, un Pontífice visitará este lugar y lo hará para encontrarse con los miembros del movimiento Renovación Carismática Católica. El papa Francisco llegará al Estadio a las 17 horas y asistirá a un tiempo de alabanza, testimonios, oración, diálogo y escucha. El encuentro, tiene lugar el por lema «¡Convertíos! ¡Creed! ¡Recibid el Espíritu Santo!»
El evento contará con la presencia del cardenal Angelo Comastri, vicario del Papa para la Ciudad del Vaticano; del cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos; del cardenal Agostino Vallini, vicario del Papa para la diócesis de Roma; y del padre Raniero Cantalamesa O.F.M., predicador de la Casa Pontificia.
Además, participarán Patti Gallagher Mansfield y Ralph Martin, ambos son testigos de los orígenes de la RCC. Acude a la Asamblea también Sor Briege McKenna O.S.C., sanada milagrosamente en una celebración eucarística cuando tenía 24 años y conocida ahora por su carisma de intercesión para la sanación. Les acompañarán también Gilberto Gomes Barbosa, presidente de la Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities y Michelle Moran, presidente del International Catholic Charismatic Renewal Service
VOLVER AL ESPÍRITU SANTO
En la rueda de prensa de presentación del evento realizada esta semana, monseñor Filippo Iannone, vicegerente de la diócesis de Roma, ha observado que será una ocasión en la que se vivirá una «experiencia pentecostal» y las personas de distintos idiomas se entenderán porque «todos hablarán el mismo lenguaje: el de la fe».
Por otro lado, el presidente de la Renovación Carismática Católica (RCC) en Italia, Salvatore Martínez ha anunciado que en este encuentro habrá también responsables de otros movimientos y comunidades eclesiales para compartir este espíritu. Así como delegaciones ecuménicas –evangélicos y pentecostales– realmente interesados en ver qué está sucediendo en la Iglesia Católica.
Además, Martínez ha observado que leer la exhortación apostólica de Francisco, Evangelii Gaudium, para un laico comprometido
«significa mirar a nuestro pasado y dar gracias a Dios por este camino que hemos recorrido en la difícil y ardua realización de este perfil espiritual carismático de la Iglesia».
A continuación, ha recordado que en la RCC,
«no tenemos nada nuevo que aportar a la Iglesia, en sí este evento no trae novedades. La palabra renovación lo dice, se trata de restablecer, redefinir, cuál es la existencia fisiológica de la Iglesia, del Evangelio, de la fe, de nuestras praxis litúrgicas y extra-litúrgicas».
Y añade que
«esto es el Espíritu Santo, volver al Espíritu Santo y darle una evidencia pública como en el día de Pentecostés. Significa transferir esta Asamblea de un Cenáculo a una plaza».
Por tanto, ha indicado el presidente de la RCC en Italia, la llamada de este encuentro es «convertirse, creer y recibir el Espíritu Santo». Y por eso ha manifestado su deseo de que todos, creyentes y no creyentes, se puedan preguntar ante un evento así «¿qué está sucediendo?, ¿qué podemos hacer?»
BERGOGLIO, UN REFRACTARIO A LA RCC, ACABÓ POR VERLA UNA ‘CORRIENTE DE GRACIA’
Pino Scafuro, coordinador de la RCC de Buenos Aires y vicepresidente de la Fraternidad Mundial de Comunidades de la Renovación Carismática, habla sobre la conversión de Jorge Mario Bergoglio.
El mismo Francisco contó que al principio pensaba que en la Renovación «confunden una celebración con una escuela de samba» pero ha afirmado que se «convirtió» cuando vio el bien que hacían.
¿Podría hablarnos de la realidad actual de la Renovación Carismática en Argentina?
— Pino Scafuro: La Renovación Carismática en Argentina ha sido reconocida primero por el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio y luego por la Conferencia Episcopal Argentina como una “corriente de gracia”, compuesta por múltiples expresiones suscitadas por el Espíritu Santo: grupos de oración, comunidades de alianza, comunidades religiosas, comunidades ecuménicas, etc.
Esta concepción amplia le otorga un excepcional espacio para la creatividad y el despliegue de carismas, buscando más formas de anunciar a Jesucristo.
Queremos seguir manteniendo esa gracia inicial de la unidad en la diversidad, que es obra del Espíritu Santo, como siempre remarcó.
¿Cómo fue el primer contacto del cardenal Bergoglio con la RCC en Argentina?
— Pino Scafuro: La corriente carismática católica comenzó hace más de cuarenta años en Argentina. Las primeras comunidades de oración fueron iniciadas por religiosos trinitarios y jesuitas. En aquel entonces, era una espiritualidad desconocida en la Iglesia, que crecía veloz y espontáneamente, a veces con falencias propias de una experiencia nueva, para quienes participaban y para quienes debían vigilarla.
En aquel entonces, el joven padre Jorge Mario Bergoglio era el provincial de los jesuitas y le tocó pedir prudencia a sus animadores.
En una ocasión, el Santo Padre Francisco dijo, hablando sobre RCC, que «a finales de los 70, inicios de los 80, yo no los podía ver, y que había dicho: ‘éstos confunden una celebración con una escuela de samba'». Pero que después se arrepintió porque «lo conocí mejor, es verdad que el movimiento tiene buenos asesores y ha ido en un buen camino».
¿Cómo era la relación del cardenal Bergoglio con la RCC en Argentina?
— Pino Scafuro: Luego del período al que hice referencia antes, en la década del 90, siendo el ya obispo auxiliar y luego arzobispo de Buenos Aires, comenzamos a tener una relación cada vez más estrecha y paternal.
Fue aprobando, apoyando y participando en muchas actividades nuestras, las que cada vez tenían mayor proyección. Los programas de formación, retiros, eventos de evangelización y los encuentros que fomentamos de unidad de los cristianos e interreligiosos, entre otros.
Ese acompañamiento y apoyo, muchas veces, tenía un énfasis que nos sorprendía.
También lo repitió, como Papa, en la conferencia de prensa del avión de regreso de Río de Janeiro, cuando dijo:
“En Buenos Aires, yo me reunía frecuentemente y una vez al año celebraba la misa con todos ellos en la catedral. Les he apoyado siempre, cuando me he convertido, cuando he visto el bien que hacían. Pero ¿cómo se puede sostener un movimiento que es tan libre? También la Iglesia es libre. El Espíritu Santo hace lo que quiere. Además, Él hace el trabajo de la armonía…” En esta respuesta el Santo Padre expresa su reconocimiento de la naturaleza de la Renovación Carismática “un movimiento que es tan libre…” Esto nos llena de alegría.
¿Ha tenido ocasión de comunicarse con él después de haber sido elegido Sucesor de Pedro?
— Pino Scafuro: Sí, pude saludarlo brevemente en Roma. Lo encontré muy animado y al tanto de los detalles, como siempre.
¿Cómo definiría al cardenal que usted conoció?
— Pino Scafuro: Como un obispo siempre a disposición de sus sacerdotes, de los laicos y de quienes solicitaban su consejo o ayuda, especialmente de los pobres. Los pobres y los excluidos han sido siempre su prioridad. Un pastor según el Evangelio. Un hombre lucido y realista, un hombre de oración y un digno hijo de san Ignacio de Loyola. Sabio y sencillo. Escucha con atención a todos, pero luego toma decisiones de forma libre y firme.
El papa Francisco acudirá al Estadio Olímpico de Roma el día 1 de junio para el encuentro italiano de la Renovación, ¿qué supondrá este gesto del Papa para la RCC en concreto y para la vida de los movimientos en general?
— Pino Scafuro: Será un encuentro internacional de la Renovación Carismática Católica en sus múltiples expresiones. Un gesto más del Santo Padre de su cercanía a la Renovación Carismática de los tantos que ya dio en Buenos Aires. De hecho, ya estaba nombrado por la Conferencia Episcopal como asistente espiritual de la Renovación Carismática en la Argentina, a hacerse efectivo a su vuelta del Cónclave… cosa que no sucedió, como todos sabemos.
Sobre los movimientos, también dice en la conferencia de prensa en el avión: “Creo que los movimientos son necesarios. Los movimientos son una gracia del Espíritu”. Este encuentro será de gran bendición.
Hace más de un año inició el pontificado de Francisco, y sigue sorprendiendo con sus gestos, sus palabras, ¿quienes ya le conocían también se sorprenden?
— Pino Scafuro: No, no nos sorprende. ¡El no cambió! Estamos acostumbrados a sus gestos y a sus palabras porque así era como arzobispo de Buenos Aires.
¿Hay algún episodio de la relación de Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires con la RCC que recuerde de forma especial?
— Pino Scafuro: Sí, a nivel institucional, que haya ha reconocido a la Renovación Carismática como una “corriente de gracia”. Esto significa que no reconoce fundador humano. Fue suscitada por el Espíritu Santo. Y esta realidad nos compromete a vivir en la libertad del Espíritu, “que hace la armonía”, como lo expresa el Papa Francisco.
Pero además, nos conmovió su involucramiento personal en las distintas situaciones, a veces complejas, que se planteaban en la RCC, para ayudarla a crecer y fructificar. A nivel del contacto humano, es de destacar su proximidad y sin dejar de lado la profundidad, exhibe buen humor.
En una de las oportunidades de las que concurrió a la Escuela de Formación de la Renovación Carismática de Buenos Aires, Bergoglio habló de la Iglesia como su “esposa”. Entonces yo le pregunté públicamente, frente a cientos de personas: «¿Cómo se lleva con su esposa?» Él me respondió: «Muy bien, pero quiero aclararles que tengo un beneficio a mi favor ¡No tengo suegra!».
Luego de cada evento en los que participaba con nosotros, se ocupaba de saludar uno a uno a los asistentes. La situación era de gran fricción entre la muchedumbre y ciertamente corría riesgos de desestabilizarse con los empujones de la gente que quería saludarle o pedirle su bendición.
En una oportunidad le dije: «¡Padre salude desde arriba del escalón para estar más resguardado!» Y luego él me dijo: «Me gusta estar al mismo nivel de la gente, no desde arriba». No volví a recomendárselo y esa situación me hace entender su actual contacto tan cercano con la gente, siendo obispo de Roma.
Fuentes: Zenit, Signos de estos Tiempos