Hay algunos católicos que tuvieron el juicio particular de Dios.
Y están entre nosotros para contarnos de qué se trata.
A ellos les han dado una segunda oportunidad.
Los casos más notorios son los de Gloria Polo, Marino Restrepo y el Padre Steven Sheiers.
Desde su vuelta a la vida, luego de la experiencia cercana a la muerte, han desplegado una intensa actividad evangelizadora.
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Nos están tratando de sensibilizar sobre lo que vieron y oyeron sobre cómo se nos juzgará.
En este artículo traemos el caso de la experiencia cercana a la muerte del Padre Steven Sheiers.
LOS CASOS CATÓLICOS MÁS CONOCIDOS DE JUICIOS PARTICULARES
Hay casos emblemáticos de personas que sufrieron una experiencia cercana a la muerte y una iluminación de la conciencia, donde Jesús les hizo un juicio de su vida.
Uno es el de Gloria Polo.
Una dentista católica que vivía en Colombia, que fue alcanzada y quemada por un rayo.
Durante su experiencia fue llevada a un tribunal donde se le dio una idea de cómo las opciones de su vida la habían llevado a la perdición.
Gloria se había entregado al materialismo y a la despreocupación por los demás.
En sus relatos detalla cómo la Justicia Divina ve la castidad, la pureza, la anticoncepción y el aborto entre otras cuestiones morales.
Gloria cambió radicalmente su vida y ahora se dedica a dar testimonio de su experiencia, lo que vio y su misión.
Otro es Marino Restrepo un productor de Hollywood que fue secuestrado por los rebeldes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Columbia) y permaneció cautivo durante seis meses.
Durante su calvario, Marino tuvo una experiencia mística parecida a una experiencia cercana a la muerte.
Fue enfrentado a Jesús quien le mostró todos sus pecados de impureza, egoísmo y creencias de la nueva era.
En una revisión de su vida.
Después de la liberación, Restrepo inmediatamente fue a la Confesión, regresó a la Iglesia Católica y reformó su vida.
Hoy es conferencista sobre su experiencia y ha realizado docenas de videos con distintos tipos de mensajes evangelizadores.
El tercero sobre el que queremos hablar más en detalle, se trata del Padre Steven Sheiers que luego de un accidente automovilístico tuvo una experiencia cercana a la muerte.
Después de morir volvió a la vida y testificó que había escuchado una conversación entre Jesús y su madre.
Donde fue juzgado no digno de entrar en el Reino de los Cielos, porque él había sido un sacerdote para sí mismo.
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Sin embargo, Nuestra Señora intercedió por él.
Ella pidió que Su Hijo le diera más años en la tierra y más gracias para remediar su vida.
Al final, Jesús le dijo a María: “Madre, él es todo tuyo”.
EL ACCIDENTE DEL PADRE STEVEN SHEIERS
El padre Steven Scheier debió haber muerto el 18 de octubre de 1985, en una colisión, mientras viajaba de regreso a su parroquia en la diócesis de Wichita.
En el accidente automovilístico sufrió una conmoción cerebral grave y vértebras fracturadas del cuello.
Los médicos le dieron poca oportunidad de sobrevivir porque su estado hacía imposible operarlo.
Sin embargo se salvó y el 2 de diciembre lo dieron de alta pero con la advertencia que probablemente quedaría paralizado del cuello hacia abajo y usando un respirador permanentemente.
Gracias a Dios eso no sucedió y pudo volver a su parroquia y celebrar misa.
De regreso en su parroquia cuando celebró misa correspondía leer el Evangelio de Lucas 13: 6-9.
Se trata cuando Jesús cuenta la parábola en que el Dueño de un viñedo ordena al viñador cortar una higuera que no daba fruto desde hacía tres años.
El viñador intercede ante el Dueño de la viña y le propone abonarla y cuidarla durante un año más para ver si da fruto, o si no, luego cortarla.
“Jesús les dijo esta parábola:
Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’.
Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’”.
Al leer el pasaje sintió como si como si recordara una conversación.
Además, la página del leccionario se le iluminó, se agrandó y como que vino hacia él.
Terminó la Misa como pudo y de inmediato fue a la rectoría, para intentar recordar por qué este evangelio le produjo esos recuerdos y esos hechos sobrenaturales.
¿De qué se trataba?
EL JUICIO DE DIOS
Cuando estaba en el proceso de serenarse y hacer memoria comenzó a recordar un hecho ocurrido instantes después del accidente y que le había quedado oculto en la memoria.
En aquél momento no vio a nadie pero voces que llegaron a su mente
Ahora las recordó e incluso les puso imágenes.
Recordó que se encontraba en la presencia de Dios.
Ante el amor que derramaba Jesús, recordó que sentía con claridad su ser pecador.
Entonces Jesús le dijo: “Te amo, acércate”.
Sintió que se enfrentaba a su juicio particular.
Nuestro Señor le pasó toda su vida, mostrándole los pecados inconfesados ??e imperdonables desde su última confesión.
El padre Scheier sólo le salía responder: “Sí, Señor”.
Aunque era sacerdote, ciertamente no era muy espiritual y prácticamente no tenía vida de oración.
El juicio fue la condena al Infierno, a lo que el padre Scheier estuvo de acuerdo.
Dijo que el Señor no estaba haciendo otra cosa que aceptar la elección previa de él.
Pero entonces oyó la voz de una mujer suplicándole al Señor que perdonara su alma.
Reconoció a la Santísima Virgen.
Entonces oyó a Jesús decir:
“Madre, ha sido sacerdote durante 12 años para sí mismo y no para mí; que obtenga el castigo que se merece”.
Pero Nuestra Señora respondió:
“Pero Hijo, ¿qué pasaría si le damos fuerzas y gracias especiales y luego vemos si él da frutos? Si no, será hecha tu voluntad”.
A lo que Jesús le respondió: “Madre, él es todo tuyo”.
EL PADRE STEVEN REFLEXIONA SOBRE LA INTERVENCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
El padre Steven dice que algunos le dijeron cuando lo contó:
“Pero padre, debes haber tenido una dedicación especial a la Santísima Madre para que esto sucediera. No es de extrañar que ella intercediera por ti.”
Sin embargo él contesta que no.
Esta era una acusación contra él como sacerdote.
Porque respecto a su creencia en los ángeles, los santos, la Santísima Madre, creyó en ellos pero con su cabeza, con su intelecto no con su Corazón.
“Los ángeles y los santos eran para mí como compañeros de juegos imaginarios.
Yo creía en ellos, pero no eran reales. Descubrí por este accidente lo real que son”.
Y agrega que lo que le sucedió a él en el juicio es lo que a cualquiera de nosotros en el mismo lugar sufriría: la experiencia de la Divina Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo y su Madre que intercedió por él.
Él recuerda su devoción por María cuando niño:
“Por lo que puedo recordar en mi niñez temprana, tuve una devoción especial a nuestra Madre Bendita.
Siempre fue importante para mí, y lo sigue siendo, a pesar de que me alejé de mi propio camino por un tiempo.
Pero Ella no lo olvidó y fue a mi favor”.
Y agrega que:
“La devoción temprana a nuestra Santísima Virgen desempeñó un papel importante en mi vocación al sacerdocio.
Siempre confié en ella para todo, sobre todo al llegar al seminario y a mis estudios.
La Santísima Madre es como nuestro abogado.
Ella es la más cercana a Dios como madre de su Hijo y esposa del Espíritu Santo.
No creo que sepamos hasta que lleguemos al Cielo lo poderosa que es.
La Santísima Madre nos ruega: ‘Por favor ora.’
¿Qué reina suplica a sus súbditos? Ella es la humildad personificada.”
Además recuerda que en Su mente y Sus palabras, los sacerdotes son especiales.
Quiere que sean semejantes a su Hijo, que es la persona más humilde que vino sobre la tierra.
La única cosa que Dios no representa es la arrogancia y pensar más en nosotros mismos que en lo que somos.
Y trae a colación lo que dijo San Bernardo, que incluso aquí en la tierra Jesús no podía decirle ‘No’ a ella.
Y eso es porque Su voluntad y la de Ella son una.
¿No es alguien como Ella que queremos de nuestro lado?
Y al respecto, el Padre Steven se queja de que la mayoría no está prestando atención a las locuciones o apariciones de la Santísima Virgen María.
Que está marcando para nosotros un plan detallado sobre cómo llegar al cielo.
Y lo preocupada que está no es una sorpresa, porque somos sus hijos, y ella nos ama más que a nuestras propias madres.
Ella está repitiendo lo que dijo en la fiesta de bodas de Caná en Galilea, donde dijo a los sirvientes: “Hagan lo que Él les diga”.
Y concluye el Padre Steven:
“Eso es lo que ha dicho en todas las apariciones y locuciones durante siglos. ‘Hagan lo que Él les diga’.
No ha dicho nada nuevo. Lo que ha hecho es lo que el Espíritu Santo está haciendo en nuestro tiempo.
Nos está recordando lo que Jesús dijo que deberíamos hacer.
El Espíritu Santo y nuestra abogada, la Santísima Madre, tienen el mismo trabajo”.
La experiencia cercana a la muerte que tuvo y el juicio particular le han servido para mirar su trabajo con otra perspectiva.
LAS LECCIONES QUE APRENDIÓ
Del accidente dice que aprendió tres cosas:
La primera es que el infierno existe.
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La segunda es que los sacerdotes también están expuestos al infierno.
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Y la tercera es que muchas cosas están empeorando en la Iglesia y los sacerdotes tienen responsabilidad.
Al respecto reflexiona:
“En esta época, mucha gente tiende a descartar el hecho de que Dios es justo.
Ellos piensan, y equivocadamente, que Dios es amor y que Él no castigaría a nadie por la eternidad.
Esto es una falacia.
Todos nosotros somos responsables de guardar los mandamientos de Dios y hacer uso del Sacramento de la Reconciliación para que nuestros pecados sean perdonados.
Si creemos que no pecamos, quizá debamos hacer un examen más completo de la conciencia.
Y otra de las verdades que aprendí en mi experiencia es el hecho de que Dios no envía a nadie al Cielo o al Infierno, nosotros elegimos eso, tomamos esa decisión nosotros”.
Y agrega:
“Mi prioridad debería haber sido salvar mi alma y la de los demás; lo que un sacerdote debe hacer, invertir en ese futuro, no invertir en la felicidad aquí en la tierra.
Mi misión es hacerles saber que el infierno existe y nosotros como sacerdotes somos responsables ante él.
Y que también existe su Divina Misericordia. Su amor supera a la justicia”.
Esto le lleva a reflexionar que la mención del infierno y el pecado es muy impopular hoy.
Estas son cosas que tienen que ser habladas porque son reales y son probablemente las cosas más importantes que podemos hablar.
Y trae a la memora la visita al cardenal William Baum en Roma, cuando ??él dijo:
“Tienes un problema en los Estados Unidos. La gente ya no va a confesarse.
La gente piensa que ellos no pecan.
Ya no hay colas para el confesionario.
A veces un sacerdote se sienta durante una hora sin escuchar una confesión.
Qué extraño para mí. Todo el mundo va a la Comunión los domingos y nadie va a la confesión”.
Además agrega que las comuniones son una cuestión de rutina, sin pensar en quién están recibiendo.
La idea de la presencia real está cada vez menos en la mente de los católicos.
LA RELIGIOSIDAD SE ESTÁ DESVANECIENDO
Su experiencia le ha hecho reflexionar más profundamente sobre las devociones.
Él dice que hay un remanente que se aferra a las tradiciones y a las doctrinas de la Iglesia, mientras la Iglesia está decreciendo en número.
“Las cosas no son relevantes como solían ser, como la confesión, las devociones, las novenas, las Horas Santas, la Bendición, la adoración perpetua y las oraciones por las almas en el purgatorio”.
Siente que la gente está siguiendo sus propias conciencias, y sus conciencias no están siendo dirigidas por la Iglesia en asuntos graves.
Y ha descubierto como pastor que la gente no quiere ningún consejo constructivo hoy.
El razonamiento de la gente es según él de este modo:
“Estoy bien, y estás aquí para complacerme y afirmar lo que digo o quiero.
Lo que hago o digo está bien porque soy una buena persona”.
Por eso llega a la conclusión de que:
“En este momento, decir la Verdad es pagar una consecuencia.
La consecuencia es que no va a gustar, y no nos van a hablar y evitar.
Ese es el martirio, en cierto modo, el martirio sin sangre.
Pero todos estamos llamados a ser mártires.
Él nunca nos prometió que seríamos populares siendo sus seguidores. Sólo nos prometió cruces.
Pero las cruces son soportables porque Él está allí y porque su Madre Bendita está allí para aligerarlas”.
Y sentencia que sólo en el sufrimiento llegamos a conocer los valores religiosos.
El sufrimiento parece que es lo único capaz de ponernos de rodillas.
Y hace una afirmación interesante:
“Creo que eso es lo que Dios está tratando de hacernos ahora, hasta el punto de hacernos caer de rodillas y permanecer allí.
Las Torres Gemelas fueron una llamada de despertador.
En Akita, la Santísima Madre dijo que ya no podía retener el brazo de su Hijo”.
Finalmente estos sucesos que conmovieron al padre Steven lo hizo reflexionar también sobre la oración.
“Las vigilias de oración tales como la novena y las horas sagradas, la bendición e incluso la adoración perpetua del Santísimo Sacramento han sido a menudo eliminadas de las actividades de las parroquias.
Parece como si estuviéramos proclamando: ‘La oración es inútil, tenemos que buscar una solución de los problemas”
Pero la oración era necesaria en el pasado, ¿por qué no ahora?”
El 11 de junio de 2013 el Padre Steven Scheier pasó a retiro por razones de salud. Hoy reside en un Hogar Sacerdotal en Bel Aire, Kansas.
Fuentes:
- http://www.ncregister.com/site/article/wake-up-call-changes-priest
- http://www.sign.org/articles/gods-merciful-judgement-a-priests-true-story
- http://caminocatolico.org/home/videos/35-videos-de-testimonios/17381-el-padre-steven-scheier-condenado-por-cristo-al-infierno-y-salvado-por-la-intercesion-de-la-virgen-maria-en-una-experiencia-cercana-a-la-muerte
- http://www.catholicstand.com/flip-side-heaven-real/
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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