Diversos santos, místicos y videntes han sido informados con visiones del cielo sobre el final de los tiempos.

Un período en que Dios purificará la Tierra para instaurar su Reino previo a su Segunda Venida.

Parecería que hemos entrado ya en el período de purificación, que se irá acrecentado en el futuro.

Y en este video hablaremos de la mística Marie des Vallées, que ya en el siglo XVII recibió visiones sobre cómo sería el período de purificación y qué características tendrá el Reino de Dios que luego se establecerá en la Tierra.    

Aquí hablaremos sobre lo que le mostraron Jesús y la Virgen María para que informe a la humanidad y lo que le pidieron.

Marie des Vallées, María de los Valles, fue una extraordinaria mística de Normandía, Francia, que vivió en el siglo XVII y recibió numerosos mensajes sobre cómo sería la tercera purificación de la tierra, que está en curso.

Su vida se conoce por San Juan Eudes, contemporáneo de ella, y su director espiritual.

Sus visiones del Sagrado Corazón de Jesús decidieron a San Juan Eudes a establecer y propagar el culto del Divino Corazón, por lo que se lo conoce hoy a este santo.

Considerada como Sor Marie aunque no era monja, estaba muy estigmatizada con las heridas de la pasión de Jesucristo.

Y los lienzos que enjugaban su sangre eran distribuidos como reliquias, por el propio San Juan Eudes.

Se le atribuyen numerosos milagros curativos a través de su intercesión

Incluso en vida, la gente venía de lejos para encomendarse a ella y obtener sus oraciones y consejos.

Ella había predicho la hora de su muerte con mucha antelación. 

Y después de prepararse durante tres meses, se durmió a los 66 años, el 25 de febrero de 1656, después de 47 años de sufrimientos inexpresables.

Porque vivió graves problemas familiares en su infancia y adolescencia.

Luego un pretendiente le realizó un hechizo por despecho, lo que resultó en una posesión que duró muchos años, con el mismo obispo actuando de exorcista pero infructuosamente.

Y posteriormente comprendió que debía ofrecerse como alma víctima por la conversión de los pecadores, viviendo incluso los dolores que padecen quienes están en el infierno. 

Su cuerpo está conservado en la Catedral de Coutances, su pueblo, donde se le llamaba también la santa de Coutances.

Ella vivió en una época marcada por la corrupción, la indiferencia, el cinismo de los eclesiásticos, la espantosa miseria de un pueblo sufriente e indefenso, por el auge del paganismo, así como por el dominio de la brujería y la magia negra.

La Virgen María en sus apariciones la hacía rezar oraciones para acortar el tiempo en el que los malos pastores debían reinar en la Iglesia, según lo dispuesto por Dios.

Y en una oportunidad Nuestro Señor le dijo, 

«Mi esposa [la Iglesia] se ha cubierto de lepra. Que vaya a lavarse siete veces en el Jordán», significando que debía sanar de los siete pecados capitales haciendo penitencia.

En otra oportunidad mientras estaba en misa se le mostró a Jesucristo crucificado en el Calvario, con las cinco llagas sangrantes.

Y cuando ella le nombró como «Rey del cielo y de la tierra», él la interrumpió abruptamente y le dijo,

«No, de la tierra no, es el pecado el que reina allí.

Pero ahuyentaré y destruiré pronto este monstruo y Yo reinaré en todo el universo».

Y agregó,

«Llegará el tiempo, después de una crisis universal que está por venir, donde sólo habrá justicia en la tierra, y el pecado será desterrado».

Nuestro Señor le anunció el juicio del mundo por fuego, que será un diluvio de fuego enviado para destruir el pecado, ojo que no es en sentido textual que caerá fuego desde el cielo. 

Esto significa que el Espíritu Santo traerá un diluvio fogoso del amor divino a la tierra.

Y le explicó que en la tierra ya hubo tres diluvios para destruir el pecado.

El primer diluvio fue el del Padre Eterno, que fue un diluvio de agua, en que la civilización se recompuso a través del Arca de Noé. 

El segundo es el del Hijo, que fue un diluvio de sangre, donde Jesucristo murió en la cruz para amigarnos por Dios y perdonar los pecados de la humanidad.

Y el tercero es el del Espíritu Santo, que será un diluvio de fuego que buscará hacer penetrar la gracia del amor en los corazones.

Pero agregó que será triste al igual que los demás, porque encontrará mucha resistencia, con una cantidad de madera verde que será difícil de quemar.

O sea cantidad de personas que serán refractarias al amor y pretenderán seguir en el pecado.

¿Y cuándo será?

Nuestro Señor le dijo que tendrá lugar después de que venga una gran y terrible señal, pero no le explicó cuál será la señal. 

Así como los dos primeros diluvios fueron predichos mucho antes de que llegaran, este último está siendo avisado con anticipación, está en marcha y sólo Dios conoce el momento.

Está hablando por tanto de una tribulación que destruirá el mal que predomina en la tierra. 

Es la destrucción del pecado y la conversión general de las almas. 

Vendrá un tiempo en que Dios hará llover un diluvio de gracias sobre toda la tierra. 

Y el Señor le dijo,

«El pecado será segado y desvanecido por el Amor Divino».

Y las tres fuerzas que lo extenderán sobre la tierra son la fe, la esperanza y la iglesia militante.

Y el Señor le agregó,

«Llegará el tiempo, después de una crisis universal que está por venir, donde sólo habrá justicia en la tierra, y el pecado será desterrado».

O sea una Gran Tribulación que hará posible luego un Gran Jubileo.

Y será la Divina Misericordia la que llevará a cabo esta limpieza.

Y habrá grandes santos, más que en cualquier otra época, porque será el Amor divino quien los martilleará.

Quienes no mirarán la recompensa, sino solamente la gloria de Dios en su tarea de difundir el fuego del amor.

Y será la Santísima Virgen quien apoyará las fuerzas de estos fieles en estas terribles batallas.

Porque será una terrible batalla, con seres humanos, muchos de ellos poderosos en bienes materiales y poder, que tratarán de destruir este diluvio de amor. 

Y en este período Nuestro Señor promete a la Iglesia tres cosas singulares según Marie,

«La primera es un anillo de oro con una piedra magnética que atraerá el fuego del amor, para atraer a los corazones a la conversión.

Lo segundo es Su Corazón, que es Su pasión.

Y lo tercero será el conocimiento de las Escrituras con un significado que aún no ha conocido, sobre el final de los tiempos.     

Cuando la purificación avance, Dios dará a la Iglesia buenos pastores con los que será adornada y enriquecida. 

Para que trabajen para la conversión general, y esparzan por la tierra un verdadero asedio a las almas. 

Y un día, Marie vio la figura de una serpiente cuyo cuerpo hacía un triple giro y se mordía la cola, es decir que se estaba destruyendo a sí misma.

Y estos giros eran el pecado de los sacerdotes, el de los jefes de Estado y los del pueblo.

La tierra será arrojada a un horno para enderezarla y purificarla y después de todo esto vendrá el Reino de Dios sobre la Tierra.

El Reino de Dios será el opuesto al mundo actual. 

La tierra estará poblada de santos. 

Todas las obras de los hombres regenerados glorificarán a Dios. 

Se hará la paz entre los hombres. La gracia reinará perfectamente. Las virtudes habrán conquistado todos los vicios. 

Jesús le dijo 

«Allanaré los montes, los haré fecundos. De los valles fluirán leche y miel, y la tierra se inundará con cinco ríos que fluirán de mis llagas»   

Y Marie fue testigo de una visión de ríos, de diversa suciedad, transformándose en hermosas aguas cristalinas.   

Marie se había ofrecido como alma víctima para la realización de este tercer diluvio.

Sufrió años de posesión y ataques demoníacos, varios años con los tormentos del infierno y 33 años sin poder comulgar.

Sufriría siete tipos de extrañas fiebres que representan los siete pecados capitales durante 12 años.

Y no solo estaba sufriendo por las almas de su tiempo, sino también por aquellos que vivirían antes del comienzo del Gran Jubileo, es decir, en el tiempo de la Gran Tribulación que lo precederá.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar de las visiones que fueron dadas a Marie des Vallées en el siglo XVII, sobre el derramamiento del fuego del amor del Espíritu Santo para purificar la tierra, que significará una gran batalla para erradicar el pecado de la tierra y lograr la conversión de la humanidad.

Luego de lo cual vendrá el Reino de Dios sobre la tierra.

Como vemos es otra mística más a quien se le dieron visiones sobre la etapa del final de los tiempos, y que encaja perfectamente con las otras profecías de santos y místicos que hablan del aviso o iluminación de conciencia.

Y me gustaría preguntarte cómo te imaginas que será el derramamiento del amor del Espíritu Santo para purificar la tierra y cómo será la batalla contra el pecado. 

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