Por qué crearon una Leyenda Negra sobre la Conquista de América [y quienes lo hicieron]

Las diferencias entre católicos y protestantes en sus colonizaciones.

Hoy el continente americano es donde hay más católicos en el mundo, a pesar de no ser el continente más poblado.

¿Por qué es esto? 

Primero porque Europa ha perdido la fe.

Y segundo porque América fue colonizada por España, en un tiempo en que España se concebía con la misión de conquistar el mundo para Cristo.

Si hoy América no hubiera sido colonizada por España, que puso todos sus recursos al servicio de la evangelización, tal vez hubiéramos corrido la suerte de la India, que fue colonizada por los protestantes y el cristianismo nunca prendió masivamente.

Aquí hablaremos sobre cómo España era en el momento del descubrimiento de América el único país consistentemente católico y con espíritu evangelizador, y cómo puso todos sus recursos al servicio de la evangelización de América, en medio de los grandes problemas que supone una empresa de tal calibre. 

El descubrimiento de América y la evangelización del continente por parte España, ha sido objeto de una leyenda negra que ha penetrado aún entre los católicos y que se ha dado en dos etapas.

La primera, tuvo como propulsores a los protestantes y a los masones, y sucedió del siglo XVI en adelante.

Quienes lanzaron esta campaña para erradicar el catolicismo, poner como centro de la conquista de América el afán comercial, y ocultar los crímenes de las naciones protestantes contra los indígenas, que hoy se ven claramente.

Porque en América del Norte, donde el protestantismo lideró la conquista, casi no se ven indígenas, los hicieron desaparecer, en cambio en el sur hay hoy cantidad de poblaciones indígenas, que se puede apreciar caminando por ejemplo por las calles de Perú, Bolivia, Ecuador.

Y la segunda leyenda negra sucedió en el siglo XX a partir de los movimientos de izquierda, que propulsaron el indigenismo.

Quienes presentaron la gesta evangelizadora española como una explotación de una potencia extranjera poderosa a los pueblos autóctonos, que según plantean, casi practicaban un idílico comunismo primitivo.

Sin embargo, no consideran que había grandes imperios en América antes de la llegada de los españoles, que tenían sojuzgados por la fuerza a otros pueblos indígenas, caso de los Incas y los Aztecas.

Lamentablemente muchos católicos han comprado estas dos versiones de la leyenda negra, influidos por los medios de comunicación.

Y retratan a la España del descubrimiento y la conquista como inquisitorial ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos.

Cuando en realidad España pasaba en ese momento, por lo que se llamó el siglo de oro español, que coincidió con el descubrimiento de América y llegó hasta mediados del siglo XVII.

Y produjo gran cantidad de sabios, poetas, escritores y santos de renombre universal.

El descubrimiento de América y su conquista se desarrolla entre los siglos XV y XVI y ocurre en un momento muy especial de España.

Recién España salía de la reconquista de su territorio debido a la invasión musulmana, lo cual reforzó su fe católica.

Mientras que en el resto de Europa, la cristiandad de la Edad Media se estaba extinguiendo, dando pie a su destrucción, que se profundizó a partir de la Reforma Protestante de Lutero.

La cultura, la economía, el conocimiento y la sociedad toda habían dejado de tener como referente a Dios, quedando sólo un barniz de ello.

Pero España iba contra corriente europea.

Los Reyes Católicos solicitaron al Papa la institución en España del Tribunal de la Santa Inquisición, para conservar la verdadera fe.

Y con esto quedó protegida de la invasión protestante que conmovió al resto de Europa y erosionó la fe.

En aquellas décadas surgieron del suelo español nuevas congregaciones religiosas, especialmente la Compañía de Jesús, con cuya participación España se pondría a la cabeza del movimiento de la contrarreforma, llegando a ser el alma del Concilio de Trento.

La sociedad española había seguido estando organizada de cara a Dios, todos mirando hacia un mismo fin: la Iglesia y el Estado, la educación y las artes, las leyes y las costumbres.

Mientras que en la propia Iglesia central comenzaban a ingresar las ideas liberales del renacimiento.

La liberación de la España sojuzgada por el Islam durante ocho siglos, había hecho surgir la idea de un gran destino universal, impregnando un espíritu de misión y menosprecio por los bienes materiales.

Y la conquista y evangelización de América fue la continuidad natural de la Reconquista de su territorio concluida con la toma de Granada.

Tanto el espíritu de la reconquista de España para Cristo, como la misión de Colón en los nuevos territorios, tenían el mandato de la evangelización, a la cual los Reyes Católicos se sentían obligados.

Colón se concebía como su nombre «Cristóforo», que significa «el que lleva a Cristo», y por eso le dio el carácter misional a su descubrimiento, para la ampliación del occidente cristiano.

Fue el afán de conversión y místico el que inspiró principalmente a España a la conquista de América.

La sociedad española veía en la conquista la posibilidad de llevar a Dios a las criaturas paganas que había descubierto, bautizándolas y haciéndolas entrar en su cultura, donde todo apuntaba a Cristo.

Este propósito no se hubiera alcanzado sin una verdadera compenetración del poder temporal y el espiritual, como sucedió en esos siglos.

Para hacerse una idea de lo que sucedió basta con comparar lo que pasó con la evangelización de la India y de otros territorios en los que participaron potencias liberales y protestantes.

Hoy la India no se convirtió para Cristo a pesar que la potencia que la conquistó fue nominalmente cristiana.

Los esfuerzos evangelizadores, por ejemplo de Francisco Javier, no dieron los frutos que dieron en América, porque le faltó el apoyo de un gobierno como el español, o sea el apoyo del poder temporal.

En cambio toda España fue evangelizadora de América en el siglo XVI, los reyes, los sacerdotes, los soldados.

 

Esta conquista española resplandece cuando se la compara con la colonización británica.

Porque la colonización inglesa fue siempre costera, instalando factorías junto al mar, mientras que la española fue preferentemente mediterránea. 

Basta ver en el mapa la ubicación de sus ciudades más importantes de la colonia americana y compararla con el mapa político de la India, por ejemplo. 

Sólo España penetró las selvas y atravesó las montañas buscando anunciar la buena nueva. 

Mientras la colonización inglesa estuvo orientada en vista de posibles negocios.

Desde el primer momento los barcos españoles llevaban religiosos en sus expediciones, lo que sucedió solo tardíamente entre los británicos.

Por otra parte hubo un claro influjo de las ideas calvinistas entre los anglosajones, con su exaltación del trabajo y del beneficio. 

Donde la obtención de riquezas comienza a ser un fin, y un signo de predilección divina, mientras que la pobreza es considerada como un signo de fracaso, de castigo divino y hasta de predestinación. 

Por eso no hay que extrañarse que el desarrollo económico haya sido mayor en los países protestantes que en los católicos.

Y que las zonas en que evangelizaron los españoles sean más consistentemente cristianas aún hoy. 

La Iglesia Católica nunca consideró la economía como algo ajeno a la moral y a los valores religiosos.

Pero la reforma protestante puso foco en la obtención de ganancias. 

Por eso, el fin primario de la conquista de nuevos territorios, por parte de los protestantes, sería crear y acumular riquezas.

En cambio en la España de la contrarreforma la conquista de América no fue así.

El estado español tenía como fin central en América la conversión y adoctrinamiento de los indígenas.

Aunque desde luego la corona obtuvo grandes ganancias de los territorios conquistados, pero muchos de ellos fueron para pagar el proceso de evangelización y los servicios de educación, salud, etc. que se fueron instalando en las colonias.

Y la relativa pobreza de España respecto a las potencias anglosajonas conquistadoras hoy, es un indicador de esa orientación española.

Sin embargo una empresa como la conquista y evangelización de todo un continente requiere muchos recursos humanos.

Y no pocos españoles «fueron a hacer la América» para hacerse ricos y rápido, lo que llevó a grandes conflictos con la Iglesia y con los sacerdotes que evangelizaban.

Porque su afán era la simple explotación de los indígenas, a veces ante la vista gorda, cuando no la cooperación, de las autoridades civiles españolas en la propia colonia.

Hubo bandidos, estafadores, mercaderes inescrupulosos, explotadores, mientras otros querían llevar adelante el espíritu evangelizador español.

La realidad posterior es que el espíritu evangelizador español no duró más que 2 o 3 siglos.

La España del siglo XVIII ya no era la de los Reyes Católicos.

Con la introducción de la casa de Borbón, a comienzos del siglo XVIII, el espíritu fue otro.

En los barcos españoles viajaban ahora los libros de la enciclopedia francesa en vez de las lecturas místicas católicas. 

Había sucedido un cambio dramático, pasando de la orientación hacia Dios a la introducción de un nuevo humanismo, según el cual el hombre es la medida de todas las cosas.

Donde se empezó a considerar que lo bueno es lo que al hombre le parece bueno y le satisface, independientemente si está anclado en la verdad última o no.

Los borbones propiciaban, un nuevo proyecto basado en los negocios y la explotación de los recursos. 

Y por tanto las Indias dejaron de ser el escenario de un gran intento de evangelización para convertirse en un negocio económico.

Al tiempo que comenzaron a gobernar el estado aristócratas masones, orientados por el lucro y por convertir a España en un país laico, hasta hoy.

Mientras las revoluciones independentistas que se sucedieron en América fueron de cuño masón, al punto que muy pocos de los héroes de la independencia fueron cristianos.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el hecho que hoy América Central y del Sur son cristianas, porque la España que las colonizó tuvo como prioridad la evangelización, y no la de hacer negocios como la colonización protestante.

Y me gustaría preguntarte si notas que el espíritu cristiano está decayendo en tu país respecto a la década anterior o se mantiene más o menos igual.

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