Todos: Por la Señal…
Se inicia con la oraciones tradicionales.
PRIMERA MEDITACIÓN
1. NUESTRO ANHELO DE INFINITO
Todos nosotros hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Hay en nosotros una huella imborrable, que tiende hacia el encuentro con lo divino. Por eso, de diversas maneras, todos experimentamos la necesidad de una relación personal con Dios.
Nuestro ser más profundo clama por un encuentro cercano y personal con el Señor Jesús, el Señor de la Vida.
Canto apropiado.
Un Padre Nuestro…y diez Ave Marías
SEGUNDA MEDITACIÓN
2. LA ORACIÓN ES TAN NECESARIA COMO LA RESPIRACIÓN
La vida de oración constituye una dimensión fundamental de la vida cristiana. Sin oración, nuestra existencia humana está muerta, pues le falta la fuente misma de la vida interior. Así como cada uno de nosotros necesita de la respiración para poder vivir, así también necesitamos de la oración. ¡Quien deja de respirar se muere!
Es en la oración donde alimentamos nuestro interior y nos encontramos con el Señor Jesús y lo conocemos. Allí nos fortalecemos para la vida cotidiana.
Un Padre Nuestro…y diez Ave Marías
TERCERA MEDITACIÓN
3. ORACIÓN PARA LA VIDA Y EL APOSTOLADO.
VIDA Y APOSTOLADO HECHOS ORACIÓN
Este lema resalta la importancia de la oración para nuestra vida y el apostolado. Para ser personas de acción debemos ser ante todo personas de oración.
«Velad y orad para que no entréis en tentación; que el espíritu está pronto pero la carne es débil» nos dice el Señor advirtiéndonos de la necesidad de la oración.
Quien no reza no vive reconciliado y por lo tanto no puede transmitir a Cristo en su apostolado. Si no existe oración, nuestro apostolado será estéril.
Un Padre Nuestro…y diez Ave Marías
CUARTA MEDITACIÓN
4. EN LA ESPIRITUALIDAD DE LO COTIDIANO
Es cierto que debemos tener momentos intensos y fuertes de oración durante el día, pero no debemos olvidar que toda nuestra vida debe ser oración. Es necesario que vivamos en permanente presencia de Dios, pues nos lleva a tener un espíritu de oración constante en medio de las ocupaciones diarias. Cada labor cotidiana es ocasión de hacer un ofrecimiento al Señor, de modo que podamos convertir nuestra vida en un gesto litúrgico, a ejemplo de María.
Un Padre Nuestro…y diez Ave Marías
QUINTA MEDITACIÓN
5. MARÍA, MODELO DE ORACIÓN
Son muchos los momentos de la vida de María que nos la presentan como Mujer orante, silente, siempre a la escucha, viviendo en presencia de Dios. Recordemos las palabras del Evangelio: «Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón». Se abre a la escucha de la Palabra. Cuando no la comprende y queda sorprendida, no la rechaza; la medita y la guarda.
Su modélica vida de oración, que es expresión de un corazón reconciliado, ilumina nuestro peregrinar de fe.
Canto apropiado.
Un Padre Nuestro…y diez Ave Marías
Acudamos a nuestra Madre, y dejémonos educar por Ella, para que aprendamos de Ella a nutrirnos siempre de la fuente de la Vida, del mismo Señor Jesús, en el encuentro con ÉL.
La Salve.
En el nombre del Padre…