Como se utilizó el caso de Beatriz.
La joven salvadoreña “Beatriz” (nombre ficticio), que padece lupus, dio a luz por cesárea a una niña, que falleció poco después, como habían pronosticado los médicos, debido a su anencefalia. La bebé nació viva, en la semana 27 de gestación, pero ha fallecido entre 3 y 5 horas después.
Pero lo que mostró este caso vividamente es la manipulación que hicieron las organizaciones pro aborto, organizaciones internacionales y los medios de comunicación de sistema, que se basaron en repetir la mentira de que la vida de la paciente corría riesgo, cuando los médicos del Instituto de Medicina Legal de El Salvador habían dicho que no había peligro para la vida de Beatriz; en el intento de presionar para introducir el aborto en la legislación salvadoreña.
EL MISMO ESQUEMA, USANDO LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEL SISTEMA
Pocos meses después de la historia de Savita Halappanavar, cuya muerte ha sido explotada por los abortistas irlandeses y en todo el mundo para empezar a discutir los cambios permisivos a la ley que regula el aborto en Irlanda, el de El Salvador había amenazado con convertirse en un caso similar.
El esquema de propaganda del aborto es siempre el mismo: explotar un caso particular, distorsionar la verdad de los hechos, introducir el aborto como un derecho, presentarse como aquellos que se preocupan por la salud de la mujer.
Beatriz, un apodo para la protagonista el veintidós años, padece de lupus sistémico y estaba embarazada de una niña anencefálico, la mujer, que dio a luz en la vigésima séptima semana de embarazo, había que se le permitiera proceder a un aborto terapéutico, lo cual fue rechazado
UNA OPORTUNIDAD DEMASIADO BUENA PARA DEJARLA PASAR
Amnistía Internacional – cuyo compromiso pro-aborto es ahora conocido – siguió de cerca la evolución del embarazo Beatriz. A mediados de abril, en un comunicado, llamó con gran estruendo: al “tratamiento para salvarle la vida”, que es el aborto.
La espera a la que se ve obligada es “cruel e inhumana” decía, y se la tomaba contra el Código Penal de El Salvador y el Gobierno del pequeño estado centroamericano, por ser culpables de no permitir el aborto. Decían que no era posible dudar, ya que “el doctor dice que Beatriz podría morir.” Un diagnóstico un poco vago y mal documentado, usado por Amnistía Internacional, pero lo suficiente, como para crear la trama deseada: una mujer en peligro de muerte, un embarazo difícil, un legislación poco permisiva del aborto, el bien por una parte (el aborto), los chicos malos en el otro (los pro vida).
Del brazo de Amnistía Internacional viajaba la IPPF (International Planned Parenthood Federation), que hace a través la planificación familiar, de la anticoncepción y el aborto, su razón de ser. De hecho, la IPPF se ha unido a la petición, dirigida al Presidente y la Corte Suprema de El Salvador, pidiendo el aborto inmediato para Beatriz. Las demandas de la IPPF, como la petición, se referían insistentemente al “tratamiento que salva vidas“, para subrayar implícitamente que los que se oponen al aborto no se preocupan por la salud de la mujer.
Según la página web de la IPPF, muchos activistas pidieron a las autoridades intervenir para que no ocurra que la mujer muera o sea arrestada “por la falta de reconocimiento de los derechos humanos más básicos.”
Y la ONU tampoco quiso dejar pasar la oportunidad. Un equipo de expertos habló el 26 de abril en los siguientes términos:
“Este caso ilustra la necesidad urgente de llevar a cabo un diálogo internacional sobre la legislación relativa al aborto, para considerar la introducción de excepciones a las prohibiciones generales, sobre todo en los casos de aborto terapéutico y los embarazos producto de violación o incesto”.
Entre los que redactaron el documento de las Naciones Unidas también se incluye a Juan E. Méndez, ya conocido por haber elaborado un informe oficial de la ONU, que declaró que oponerse al aborto significa torturar a las mujeres.
LA SUPREMA CORTE DE EL SALVADOR DICE NO
Pero para arruinar los planes del aborto llegó, sin embargo, la decisión de la Corte Suprema de Justicia, el 29 de mayo, que finalmente dijo que no a la muerte de la hija que llevaba Beatriz.
El Tribunal se basó en las conclusiones del Instituto de Medicina Legal (ILM), en un informe que mostró que la mujer estaba clínicamente estable y no estaba sujeta a un riesgo inminente de morir. La salud de Beatriz, de acuerdo con lo establecido el Tribunal Supremo, no se vería amenazada por la continuación del embarazo y la garantía de su supervivencia podría verse asegurada por el seguimiento médico constante al que está sometida.
Amnistía Internacional calificó la decisión de la Corte de“vergonzosa y discriminatoria”, lo que violaría los “derechos humanos” de Beatriz.
Desde hacía dos meses, la joven salvadoreña, según la propaganda pro-aborto, estaba a punto de morir (en contradicción con las conclusiones del ILM). Pero ni la no ocurrencia de las profecías más perniciosas ni lo establecido por la Corte Suprema sobre la base de las pruebas médicas, pareció capaz de detener la pertinaz puesta en marcha para introducir el aborto legal, que hoy está prohibido.
La Ministra de Salud, María Isabel Rodríguez abrió la posibilidad de realizar una cesárea si su condición empeoraba, lo que finalmente sucedió, porque el hijo anterior de Beatriz había nacido por cesárea, y además especificó que Beatriz estaba en las manos de los mejores médicos en El Salvador.
TAMBIÉN INTERVINO LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
Sobre el caso finalmente intervino la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que fue informada de los resultados del Instituto de Medicina Legal ya utilizados por la Corte Suprema de El Salvador (“no existe un riesgo inminente de muerte”, “actualmente no existe una justificación médica para la interrupción del embarazo”).
La Corte Interamericana había solicitado que antes de 7 de junio, se tomaran todas las medidas necesarias para proteger la salud de la joven. En el texto de la resolución, también, cuando se habla del derecho a la vida de Beatriz, también se hace referencia en los artículos 4 y 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que se refiere a la protección de la vida humana “desde el momento de la concepción.”
Y FINALMENTE BEATRIZ DIO A LUZ PARA DECEPCIÓN DE LAS ORGANIZACIONES PRO ABORTO Y SUS CÓMPLICES
A las 2 de la mañana del 4 de junio, hora de El Salvador, se realizaba la cesárea a Beatriz en el Hospital de Maternidad, y cinco horas después, la niña, que como se diagnosticó era anencefálica y tenía graves deformaciones, moría de forma natural, tratada con la dignidad humana de cualquier otro pequeño paciente neonatal, sin ser abortada.
Tenía 500 gramos y 27 semanas de vida. Su hermano mayor había nacido también por cesárea con 26 semanas de vida, hace unos 18 meses. Su madre, Beatriz, fue llevada a la Unidad de Cuidados Intensivos.
Según una portavoz ligada a entidades pro-aborto, la madre, de 22 años, no se animó a ver a la bebé porque le producía mucha tristeza.
Beatriz presentaba contracciones desde la noche del domingo, explicó la ministra María Isabel Rodríguez. Por la mañana del lunes 3 se le hicieron evaluaciones y se determinó que “había que intervenirla lo más pronto posible puesto que por las contracciones podía sufrir rompimiento del útero”. La ministra añadió que se había planeado practicar la cesárea a Beatriz cuando comenzara la semana 27 de gestación de su hija, es decir, el martes.
PERO LOS PRO ABORTO QUIEREN SEGUIR CONFUNDIENDO
Algunos medios de comunicación, como El Mundo en España, juegan a la confusión y titulan «Logran interrumpir su embarazo», cuando es evidente que en las cifras de «interrupción voluntaria del embarazo» que cada año se publican en España no se incluyen las cesáreas, en las que se saca vivo al bebé y se le cuida.
Una cesárea salva bebés, una «interrupción de embarazo» es un término eufemístico para el aborto, que no salva, sino que mata al bebé.
LOS EXPERTOS DE LA ONU MIENTEN PARA SUMARSE A LA PRESIÓN
«El fallo de la CSJ expuso la salud física y mental de Beatriz a un grave riesgo que eventualmente podría amenazar su vida», han dicho los expertos de la ONU Anand Grover, Juan Méndez, Kamala Chandrakirana y Rashida Manjoo, faltando con ello a la verdad, ya que los expertos en salud del Instituto de Medicina Legal (IML) de El Salvador aseguraron que no había «una razón médica para suspender el embarazo» de la joven.
Además, los abortistas de la ONU han indicado que
«contravino claramente las obligaciones contraídas por El Salvador en materia de Derechos Humanos« a través de la firma del Convenio Internacional de Derechos Económico, Sociales y Culturales.
«Una absoluta prohibición del aborto, cuando el resultado es un grave riesgo a la vida y a la salud de las mujeres, constituye una violación de las obligaciones estatales de prevenir la tortura, y el trato inhumano, degradante o cruel«, han subrayado los asesores de Naciones Unidas, ignorando que no hay mayor tortura y riesgo para la vida que matar al no nacido.
Fuentes: La Nouva Bussola Quotidiana, Info Católica, Signos de estos Tiempos