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Como escudo contra la guerra y desastres.
El sábado, 8 de junio obispos y sacerdotes católicos consagran las Filipinas a la Santísima Virgen María. Simultáneamente a las 10 horas, todas las diócesis católicas, parroquias, escuelas e instituciones afirmarán a los filipinos como «Bayang sumisinta kay Maria (gente que realmente ama a María).»

 

virgen maria filipinas

 

Serán elevadas peticiones a la Madre de Dios, para proteger la tierra de los desastres naturales y hechos por el hombre, y el mal.

Este acontecimiento se inscribe en la fiesta del Corazón Inmaculado de María. La jerarquía católica exhorta a las familias a participar. La consagración es parte de una novena de nueve años, que se inició el año pasado, para festejar en 2021 los 500 años de la introducción del cristianismo en el archipiélago.

Esto sigue a Juan Pablo II, que en Roma el 25 de marzo 1984 ante la imagen de Nuestra Señora de Fátima, consagró todos los pueblos a la Inmaculada Madre. Obispos de todo el mundo se unieron en sus diócesis.

Habiendo surgido del debate divisivo sobre la Ley de Salud Reproductiva, algunos católicos no creen que lo del Sábado sea un asunto político. Con razón. Muchos obispos hicieron un tema de la nueva ley en las elecciones legislativas del mes pasado. También, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas menciona «la amenaza de más proyectos de ley en el Congreso para legalizar prácticas… contrarias a la ley divina», como telón de fondo para la ocasión.

Sin embargo, otros católicos tienen la esperanza de que la consagración llevaría a la consolidación. Para la CBCP también apunta a los problemas y preocupaciones comunes, como

«las dos Coreas, Sabah, y el Mar del Oeste de Filipinas». Así como «el repunte económico, la mejora de la gobernanza, cuidado de la salud, lucha contra la pobreza, la educación, lucha contra la corrupción, el resurgimiento de la esperanza».

Los filipinos necesitan fortalecer la oración contra lo que llaman los obispos «sombras oscuras». Para exorcizar:

«los conflictos en Mindanao y la rebelión comunista de décadas de antigüedad, el desempleo persistente, la diáspora de trabajadores en el extranjero, y la ruina ambiental»

La creencia es que la consagración a la Madre María hace maravillas. Los obispos de Portugal lo hicieron en 1931 y 1938 por la sugerencia de la Hermana Lucía de Fátima. Se supone que condujo a la renovación económica, cultural y espiritual del país, y libró a la tierra de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. Católicos filipinos imaginar la misma conversión en las Filipinas.

Fuentes: Philstar, Signos de estos Tiempos

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