Noticia de Interés
Mientras en el ejército norteamericano está cada vez más prohibido hablar de Dios y quienes lo hacen reciben golpizas de sus compañeros o sumarios oficiales, en el ejército ruso sucede lo inverso.
Es como si la historia de la guerra fría se hubiera puesto patas para arriba: los que hasta hace 30 años no creían en Dios ahora creen y los que hace tres décadas creían en Dios han abandonado esa creencia.
Recordemos que el 1 de noviembre 1981, recién comenzadas las apariciones de Medjugorje, la Virgen María dijo a los seis jóvenes videntes:
“Rusia llegará a glorificar más a Dios. Occidente ha hecho progresar la civilización, pero sin Dios, y actúa como si fueran su propio creador”.
En occidente no nos damos cuenta lo que está sucediendo quizás debido a la agresiva satanización que hace de EE.UU. sobre Rusia y por la tensa relación histórica entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Una verdadera guerra espiritual parece que se da entre EE.UU. y Rusia, y por eso se justifica que los rusos estén desarrollando armas de combate para luchar en ella, de la misma forma en que parece que EE.UU. esta perfeccionando el arma del laicismo.
Ahora el ejército ruso ha presentado una nueva arma de combate junto agregada a su sofisticado poder de fuego militar, para combatir más eficazmente lo que Rusia y Putin sostienen que es el la principal debilidad de occidente: vivir sin Dios
Los militares rusos han puesto en marcha una forma innovadora para proporcionar servicios de oración en el campo de batalla según la prensa rusa Russia Today; han desarrollado una capilla voladora única en el mundo.
Estas capillas son transportadas por aviones y se lanzan en paracaídas en zonas de combate, junto con los sacerdotes ortodoxos rusos y de hecho forman parte de la Fuerza Aérea de Rusia.
La capilla ortodoxa es un módulo que se parece a una cabaña ejército estándar, excepto que externamente presenta iconos dorados de Jesús y de la Virgen María y la distintiva torre cúpula de cebolla en lo alto de la construcción.
La capilla vuela en forma de kit y después se monta en el suelo en un tráiler para transportar vehículos blindados y otros equipos militares pesados
La mini iglesia tiene una serie de elementos de alta tecnología, además de una fuente de energía diesel, aire acondicionado y nevera.
En el interior de la capilla se pueden encontrar cruces, campanas e iconos, así como un mini teatro.
La lógica que está detrás de esto es fortificar los espíritus de los soldados rusos a través de los servicios religiosos, además seguramente, es una forma del gobierno de Putin de demostrar por donde pasa una diferencia fundamental entre Rusia y Occidente hoy.
Sin embargo si bien algunos sugieren que la iglesia podría ser utilizada con el fin de elevar el espíritu de los soldados, otros tienen la atrevida suposición de que el objetivo del proyecto es desmoralizar totalmente al enemigo con la increíble escena de una gran cantidad de sacerdotes bajando en paracaídas desde el cielo para auxiliar a las tropas.
Ahora los sacerdotes que sirven en el ejército ruso tendrán que aprender conceptos básicos de entrenamiento militar para manejar este dispositivo extraordinario.
Los capellanes de la Fuerza Aérea de Rusia tendrán que participar en ejercicios militares con sus compañeros del ejército, y no sólo practicar saltos en paracaídas, sino también estudiar ingeniería de construcción y mantenimiento para operar esta nueva arma de combate.
El desarrollo de esta capilla voladora se suma a la disposición de capillas en buques y submarinos rusos desde hace un buen tiempo.
De acuerdo con informes de medios rusos la iniciativa no ha pasado sin controversia dentro de la política local rusa, y el debate continúa sobre el aumento de los gastos militares y la separación de Iglesia y Estado.
RUSIA BASA SU IDENTIDAD NACIONAL Y CULTURAL EN LOS VALORES RELIGIOSOS
La realidad tiene extraños giros. El régimen que sucedió a la Unión Soviética, que había esparcido sus errores por el mundo (aborto, ideología de género, combate a la familia), hoy es la voz mas fuerte que se levanta en el mundo para defender los valores religiosos y tradicionales. Mientras que EE.UU. y Europa, los antiguos paladines de la libertad, han derivado hacia la doctrina de lo políticamente correcto, que les lleva a promover esos mismos valores que antes manejaba la Unión Soviética, teniendo a la homosexualidad como mascarón de proa.
El despliegue del presidente ruso Putin en defensa de los valores tradicionales se puede explicar con la idea de San Pablo que donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (Ro 5:20).
¿Pero como se puede explicar la deriva de occidente hacia esos mismos valores que esparció la Unión Soviética?
Nuestra idea en borrador, es que las fuertes izquierdas occidentales, formadas principalmente por estratos inletectuales, se vieron influídas por dos hechos que les llevaron a una nueva estrategia de destrucción de la cultura occidental, que era su meta,: la revolución sexual de los años ’60 y la pérdida de un proyecto político con la caída del socialismo real en la década de los ’80. Esto les condujo a aliarse a los incipientes movimientos culturalmente protestatarios contra occidente: derechos civiles y homosexualidad; ideología de género, feminismo y aborto, y dejar en segundo plano las reivindicaciones tradicionales a favor del proletariado.
Esto es para discernir.
Pero lo que no es una elucubración es el posicionamiento de Rusia como ‘la voz de la moral y la religión’.
LAS MINORÍAS MERECEN RESPETO PERO TAMBIÉN LA MAYORÍA
Acá traemos una conferencia del jefe de Estado en el foro del Club Valdai, dedicado a la identidad rusa y dedica toda su alocución a la fe «tradicional» y la moral versus el modelo de Occidente de lo políticamente correcto:
«Las minorías deben ser respetadas, pero los derechos de la mayoría no se deben poner en tela de juicio».
Las personas,
«perderán su dignidad humana, sin los valores del cristianismo y las otras religiones del mundo, sin esos parámetros morales que tuvieron miles de años para ser definidos», dice el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
El Jefe de Estado hizo estas declaraciones en la sesión de clausura del Valdai Club, el foro internacional organizado por la agencia de noticias Ria Novosti, que reúne a políticos rusos, analistas y miembros de la sociedad civil en Rusia y en el extranjero.
«Creemos que es natural y apropiado defender esos valores – dijo el jefe del Kremlin – todas las minorías merecen respeto por su identidad propia, pero los derechos de la mayoría no deben ponerse en tela de juicio.»
UNA CRÍTICA A LA DOCTRINA DE LO POLÍTICAMENTE CORRECTO DE OCCIDENTE
Putin, que siempre se ha centrado en el papel de la Iglesia ortodoxa rusa y los «valores tradicionales» para consolidar el inmenso y multiétnico país en torno a una idea común, tuvo la precaución de distribuir la misma importancia a todas las comunidades y confesiones. Dijo que Rusia no puede seguir sin autodeterminación nacional y cultural, ya que en este caso no sería capaz de responder a los desafíos internos y externos.
«Los acontecimientos que suceden en el mundo representan un desafío mucho más grave para la identidad rusa – ha explicado – en cuestiones de morales y de política exterior. Hemos visto muchos países euro atlánticos embarcarse en el camino de la renuncia de sus raíces, incluyendo los valores cristianos, que están en la base de la civilización occidental«.
«Esto, agregó, implica la negación de los principios morales y de cada identidad nacional tradicional, cultural, religiosa y sexual«, en una referencia explícita, a las leyes que en Europa han legalizado las uniones del mismo sexo y contra lo cual Rusia se ha expresado en forma decidido, atrayendo la crítica internacional.
«Estan llevando a cabo políticas que ponen a las familias y a las relaciones entre personas del mismo sexo en la misma categoría, la fe en Dios y la de aatanás», denunció el jefe de Estado ruso.
«Los excesos de la corrección política ha llegado al punto en que ahora hay serias discusiones acerca de si se debe registrar oficialmente un partido que tenga la propaganda de la pedofilia entre sus objetivos».
HACIA LA DEGRADACIÓN
En su discurso también hizo hincapié en que en muchos países europeos:
las personas «tienen vergüenza y miedo de hablar de su religión, días santos se han suprimido o se cambian de nombre con nombres que ocultan la naturaleza de estas mismas fiestas, mientras que se hacen intentos agresivos para imponer este modelo en el resto del mundo«.
Rechazando las acusaciones de organizaciones internacionales y gobiernos, que han señalado la libertad política, tales como la ley ‘contra la propaganda gay’, Putin advierte:
«Ese es un camino directo a la degradación y el primitivismo, a la profundización de la crisis moral y demográfica«.
«¿Qué podría ser un mejor indicador de la crisis moral de una sociedad que la pérdida de su capacidad de auto-reproducción?», concluyó, expresando la misma posición del Patriarcado de Moscú.