Aunque Putin se declara protector universal de los cristianos.
Una de las cosas que ha llamado la atención en los sucesos de Ucrania y Crimea son las denuncias de las iglesias en comunión con Roma sobre la persecución rusa, a pesar de que el presidente Putin ha hecho campaña para construirse una imagen de protector de los cristianos, frente a un occidente laicista. En cambio el Patriarcado Ruso de Moscú no solo se ha alineado con la poítica rusa, sino que ha sido un soporte de ésta. Y en esta diferencia está la explicación.
El politólogo y autor católico Geroge Weigel ha interpretado la situación como el resurgimiento del poder ruso imperial, que ha tenido una alianza histórica con la Iglesia Ortodoxa Rusa, cualquiera que fueran los poderes zaristas de turno a través de la historia.
Sin embargo, y para equilibrar la interpretación, también hay que decir que la Iglesia Católica romana ha sido un soporte fiel a occidente, en especial podemos ver el papel que jugó Juan Pablo II en la caída del Muro de Berlín.
De modo que acá estamos frente a alineamientos políticos históricos que separan a los cristianos. A pesar de que occidente tenga actualmente una política de maltrato hacia el catolicismo, las viejas alianzas siguen funcionando, y quizás la próxima visita de Obama a Francisco pueda retocar en algo la persecución de los católicos en occidente, en virtud de la amenaza creciente de Rusia.
CATÓLICOS UCRANIANOS EN SITUACIÓN DE TOTAL PERSECUCIÓN EN CRIMEA
Sacerdotes en Crimea han sido acusados ??de ser «agentes del Vaticano» y de servir en el ‘Ejército SS’ por los partidarios de la unión con Rusia.
Desde que el presidente de Rusia firmó el proyecto de ley para anexar Crimea, la Iglesia greco-católica de Ucrania en la península (en comunión con Roma) ha experimentado lo que un oficial de la Iglesia llama «persecución total.»
«En este momento toda la vida católica griega ucraniana en Crimea está paralizada» dijo a ACI Prensa el 18 de marzo del Padre Volodymyr Zhdan, canciller de la eparquía Stryi en el oeste de Ucrania.
En referencia a los secuestros de tres sacerdotes católicos griegos de Ucrania en Crimea por las fuerzas pro-rusas, el padre Zhdan destacó que uno de esos casos se podría llamar un error, pero que «múltiples secuestros no son un accidente.»
Además de las detenciones en Crimea, varios otros problemas en las iglesia católica griega de Ucrania en todo el país se han reportado en los últimos días.
De acuerdo con el Servicio de Información Religiosa de Ucrania, un cable eléctrico importante de 130 pies fue robado de una pequeña capilla en la región de Kherson en el norte de Crimea el fin de semana. El 15 de marzo, una parroquia en Kolomyya fue destrozada, y otra en Dora fue quemada, según se informa en un incendio provocado. Ambas parroquias dañadas se encuentran en la región de Ivano-Frankivsk, en la frontera con Rumania, en el oeste de Ucrania.
En Crimea, el clero ha recibido amenazas telefónicas y mensajes. En la casa de un sacerdote detenido, fue dejada una nota que decía que esto debería ser «una lección para todos los agentes del Vaticano».
«Esto no es nuevo», dijo el Obispo Vasyl Ivasyuk, quien se desempeñó como exarca de Odesa-Krym del 2003 al 2014.
«Durante la época soviética, siempre nos acusa de ser agentes del Vaticano. Por supuesto que no todas las personas en Crimea piensan que somos espías, pero existe un grupo de pro-ruso muy activo allí que lo hace».
La Iglesia católica griega ucraniana fue duramente perseguida durante la era soviética, se consideró ilegal y operó por completo en la clandestinidad hasta 1989.
«La Iglesia salió de los subterráneos 25 años atrás, después de haber sido la iglesia ilegal más grande en el mundo durante 45 años antes», dijo el Obispo Boris Gudziak, eparca de París.
«La UGCC fue el mayor cuerpo social de oposición a la ideología soviética y el sistema totalitario. Era completamente ilegal, pero en las catacumbas era espiritualmente libre, porque no estaba colaborando».
El Obispo Ivasyuk confirmó que
«Muchos en Crimea respetan a la UGCC por no tomar parte en las elecciones, y permanecer fuera de la política», dijo. «Nuestros sacerdotes no se postulan para un cargo político, y esto les ha concedido una especie de autoridad moral.»
EL SOPORTE DE LOS ORTODOXOS RUSOS A PUTIN
En una conversación acerca de la ortodoxia rusa hace como una docena de años, una famosa fuente, que sólo puede ser citado off-the-record, el Principal Oficial del Vaticano, le dijo a George Weigel: «Ellos sólo saben ser capellán del zar, sea quien sea».
Dice Weigel:
Tal aspereza reflejaba la profunda frustración por el Patriarcado Ortodoxo Ruso que continuaba la grosería de Moscú (algunos dirían, crueldad) a Juan Pablo II y su mala costumbre de arrojar arena en los engranajes del diálogo internacional ortodoxo-católico.
Y mi interlocutor seguramente sabía que había excepciones a la regla… Sin embargo, también hubo duras verdades en el comentario del Alto Oficial del Vaticano. La Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) ha sido esclavizada por el poder político durante siglos, y su historia del siglo XX fue particularmente infeliz.
Respecto a la releción con el poder soviético Weigel afirma:
Los bolcheviques odiaban a los sacerdotes piadosos, por lo que Lenin y sus sucesores aplastaron despiadadamente la auténtica vida religiosa Ortodoxa Rusa – la expresión de una gran tradición espiritual y teológica – donde pudieron, y la lista de los mártires de la IOR del comunismo es larga y noble. Después de Stalin rehabilitó a la IOR en su campaña para apuntalat el nacionalismo ruso después de la invasión alemana de junio de 1941, el liderazgo de la ortodoxia rusa, el Patriarcado de Moscú, se convirtió en una subsidiaria de propiedad total del régimen soviético, y en concreto de su policía secreta, la KGB. Los patriarcas de Moscú eran oficiales de alto rango de la KGB, el actual Patriarca Kirill, comenzó su carrera como representante de la IOR en el Consejo Mundial de Iglesias en 1971, cuando tenía veinticinco años de edad, un signo seguro de la afiliación a la KGB.
Weigel denucia el apoyo concreto de los principales de la ortodoxia rusa a los planes de restauración del imperio ruso:
En los últimos años, Kirill y su «ministro de exteriores», el Metropolita Hilarión, han sido portavoces de los esfuerzos del presidente ruso Vladimir Putin para reconstituir algo así como la antigua Unión Soviética en el nombre de un «espacio de la Rusia histórica», un ejercicio ruso que ha tenido una especial gravedad a su vez en Ucrania, a la vez, que han realizado una campaña de seducción en el Vaticano y entre los evangélicos protestantes estadounidenses, supuestamente al servicio de un frente unido contra la decadencia occidental y el secularismo.
Pero en las ironías de la historia (o los extraños caminos de la providencia divina) la crisis de Ucrania, en la que Kirill ha sido hipócrita y e Hilarion mentiroso, sólo podría iniciar una ruptura en este patrón histórico de la ortodoxia jugando de perro guardián del poder autoritario entre los eslavos orientales.
Eso es lo que explica la persecución contra la Iglesia católica Griega Ucraniana:
Cuando el pueblo de Ucrania se levantó contra el gobierno cleptocrático y despótico de Viktor Yanukovich el año pasado, las Iglesias ortodoxas ucranianas enfrentaron una elección dramática: solidaridad pastoral con la gente, o de pie junto al estado que reprimía brutalmente a los ciudadanos ucranianos reformistas. La Iglesia católica griega ucraniana (UGCC), la mayor de las Iglesias orientales católicas (bizantinas en la liturgia y la organización de la Iglesia, pero en plena comunión con el Obispo de Roma), no se enfrentó a este dilema; la UGCC fue durante mucho tiempo la caja de seguridad de la conciencia nacional ucraniana, y en el período post-soviético ha dedicado su vida pública a la construcción de la sociedad civil ucraniana.
Fuentes: First Things, NCRegister, Signos de estos Tiempos