La predicación musulmana del odio es advertida por un Imán.
En medio de nuevos ataques jihadistas a Europa, hay ciertos sectores musulmanes que intentan abrirle los ojos a sus fieles sobre el odio que están sembrando.
En contenido de este artículo se ha subsumido en este otro artículo.
Este artículo tiene dos facetas: una, la de la provocación por medio de dibujos blasfemos contra una fe. Yo he visto en la web, un dibujo terrible en el que se representa a las Tres Personas de la Santìsima Trinidad, de forma aborrecible. Eso genera violencia en un corazón creyente, porque se insulta a quien uno ama más que a su propia vida. Pero, los católicos, lo único que hacemos es horrorizarnos y rezar por aquellos que cometen semejante sacrilegio. Ni se nos ocurriría otra cosa, siendo como queremos ser, seguidores de Cristo.
La otra faceta, está unida con la primera, porque, según los estudiosos del Corán, e incluso de musulmanes convertidos al catolicismo, el Corán tiene un doble discurso. En los primeros tiempos de Mahoma, él escribía sobre el amor y el respeto hacia los demás no creyentes en el Islam. Pero, a medida que avanzaba su vida, Mahoma fue cambiando el discurso, sus valores fueron perdiendo fuerza y comenzó la incitación a la violencia. O sea que, un musulmán puede ser pacífico y otro puede ser violento y ambos ser fieles a alguna parte del Corán.
Nosotros, los pacíficos, nos quedamos atónitos de ver como la violencia se expande como un reguero de pólvora en una competición deportiva. Comienza uno y al segundo son cientos y después son miles los que saltan y gritan contra el otro cuadro, contra la policía, etc., etc. No nos puede sorprender del todo, entonces, que los fanáticos de una idea, tomen por asalto y quieran destruir todo lo que se les pone enfrente. Pero, claro, eso no justifica nunca que la denominada «libertad de expresión» llegue al punto de herir la sensibilidad de otras personas.
Una tribu de indios creía que el mundo es «una morada compartida», como bien dice Galeano. Pero parece que la palabra «compartir» nos provoca alergia. Bendiciones.