Cómo detectarlo, sus movimientos, lo que dice y hace.
San Pablo y San Juan en sus cartas y el evangelio, hablan de numerosos anticristos actuando en la historia, y no de un gran anticristo escatológico que aparecerá al final de la historia, como lo maneja el Apocalipsis.
Estos anticristos están también dentro de la Iglesia según San Juan, y por eso es necesario conocerlos.
Aquí hablaremos sobre las evidencias que tenemos de los anticristos actuando dentro de la Iglesia y cuáles son las cosas que están haciendo en este momento para combatir a Jesucristo desde adentro.
La primera carta de Juan habla de que los anticristos ya están aquí, dice,
«Habéis oído que iba a venir un anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo cual sabemos que ha llegado la última hora».
Y en los versículos siguientes dice algo que muchos católicos pasan por alto, dice de estos anticristos,
«Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros».
O sea que son una parte física de la Iglesia pero no comparten totalmente la espiritualidad de Cristo.
Y esto lo vemos cada vez con más frecuencia dentro de la Iglesia, con personas que se dicen católicos, pero que no comparten la moral bíblica respecto a la vida, a la sexualidad, al pecado, etc.
Y para el apóstol Juan el crecimiento de estas manifestaciones es señal de que estamos en la última hora, que podríamos traducir como el Final de los Tiempos.
Esto fue tomado por Benedicto XVI, quien dijo en el 2015, “uno ve cómo el poder del anticristo se está expandiendo, y se debe orar para que el Señor nos dé pastores fuertes, que defiendan a su Iglesia en esta hora del mayor poder del mal”.
Antes, en su obra «La Sal de la Tierra», publicada en 1997, sugirió que el mal está presente en la Iglesia.
Y en una entrevista realizada en 2010, habló sobre la necesidad de la Iglesia de enfrentar el mal, incluyendo el mal que está presente dentro de la propia institución.
Y destacó la importancia de la oración y la penitencia como medios para purificar la Iglesia.
Cuando aún era un joven teólogo, Joseph Ratzinger estudió el pensamiento de Tyconius, un teólogo del siglo IV, quien decía que el cuerpo de la Iglesia se divide en una iglesia oscura y una iglesia justa.
Los dos cuerpos de la Iglesia están inseparablemente mezclados, pero se dividirán al final de la historia.
El futuro Papa escribió en 1956, que la Iglesia es tanto la Iglesia de Cristo como la Iglesia del anticristo hasta el Juicio Final , hasta la gran separación, que será introducida al final de la historia.
Esto quiere decir que en la Iglesia hay personas que actúan con la agenda del maligno, y son anticristos en el sentido que le da San Juan al término y quieren desviar a la Iglesia.?
San Pablo dice que en el Final de los Tiempos estos personajes, que renegarán de la fe, serán cada vez más notorios, dice en 1Timoteo 4:1 y «darán oídos a espíritus seductores y a enseñanzas diabólicas».
Por lo tanto, en la medida que nos acercamos a una intervención decisiva del Cielo para purificar la Tierra, veremos en la Iglesia cada vez más claro, a personas que dedican sus vidas por completo a las enseñanzas del Señor y por otro lado a personas que los imitan pero proponen que se cambien las enseñanzas de Cristo.
Este drama está expresado en la parábola de la cizaña y el trigo, Mateo 13,24, donde los buenos fieles le dirán al Señor que arranque la cizaña que ahoga al trigo, pero el Señor responde que no, porque se corre el riesgo de arrancar también al trigo.
Y les dice que los dejen hasta la siega, que no es más que el juicio final, donde habrá la gran separación entre buenos y malos.
De modo que mientras Cristo siembra la buena semilla, satanás siembra la cizaña.
Y mientras el Señor convierte a los buenos que están dentro de la Iglesia, al mismo tiempo satanás desconvierte a otros que también están dentro de la Iglesia.
Hay dos influencias opuestas que obran continuamente en los miembros de la iglesia.
Pero el misterio es que a pesar de esta lucha interna, el Señor se las ingenia para que la Iglesia sea un elemento evangelizador en el mundo; en algunas épocas más y en otras menos, pero siempre con signo positivo.
A algunos les cuesta comprender que la Iglesia es un instrumento para convertir a la gente, incluso a los que son sus propios miembros.
Y que también hay un anticristianismo dentro de las propias filas de los cristianos, que lo producen los miembros de la Iglesia que quieren cambiar el cristianismo desde dentro.
Ellos quieren ofrecer al mundo una «nueva religiosidad».
Pero el escollo es el mismo Jesucristo, su palabra.
Por lo tanto, la religión anticristiana que actúa dentro de la Iglesia, quiere eliminar a este «molesto» Jesucristo como el único que conoce a Dios, y que dice lo que está bien y está mal.
Porque ellos pretenden interpretar mejor que Jesucristo lo que quiere Dios Padre, al punto que son capaces de decir que algunas cosas que dijo Jesucristo y están en la Biblia, ya no corren hoy, porque el mundo ha cambiado.
Y se proponen como los verdaderos intérpretes de lo que quiere Dios Padre para nuestra época.
Por lo tanto, el anticristianismo moderno es un movimiento que defiende que Cristo no está solo como fuente para conocer el bien y el mal.
Niegan la afirmación de Cristo de que es el único que conoce a Dios y puede traer las noticias de Dios.
Quieren sustituir, transformar y renovar el cristianismo desde dentro, en una negación consciente de las creencias que han formado el credo desde los primeros concilios: Creo en Dios Padre Todopoderoso y en Jesucristo, su Hijo unigénito, nuestro Señor…
Este anticristianismo interno conserva los nombres y semejanzas del cristianismo fiel.
Pero no son señales de lo alto, ni de los poderes del cielo, sino señales de lo bajo, de los poderes del mal.
Estos anticristos dentro de la Iglesia ven la religión como un fenómeno de los hombres, en lugar de un acto sobrenatural de intervención divina en el mundo.
Enfatizan la dimensión social y política del cristianismo, la lucha por la justicia social y la igualdad, en lugar de la salvación personal y la vida después de la muerte.
Ven la verdad como un proceso de búsqueda y evolución, en lugar de una revelación divina fija e inmutable.
Y ven a la religión como algo que se adapta a las necesidades y la comprensión de la humanidad en un momento dado, y no como un conjunto de verdades eternas y absolutas.?
Y como ellos no tienen la suficiente legitimidad para llevar al pueblo católico hacia esta cosmovisión, presentan a Jesús de una manera distinta de lo que fue, mientras caminó sobre la Tierra.
Lo presentan como un tipo acogedor e inclusivo, que recibe con los brazos abiertos a los pecadores sin exigirles nada.
Porque para ellos el pecado no es una ofensa a Dios ni una transgresión de su ley divina.
Y leen mal las escrituras, porque Jesús amó a los pecadores pero no toleró el pecado.
Los pecadores acudían a Él porque los amaba, pero nunca aprobó su pecado en lo más mínimo.
Por ejemplo, le dijo a la mujer en Juan 8: “Vete y no peques más”.
Se ajustó con amor a las necesidades de los demás; sin embargo, sólo Él decidió lo que contaba como una necesidad real.
Si a alguien le gustaba Su enseñanza, genial, y si no, entonces lo dejaba marchar.
Nunca lo ves preguntando cómo podría ser mejor aceptado.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la actividad de los anticristos actuando dentro de la Iglesia.
Y me gustaría preguntarte qué actividades crees que están haciendo los anticristos que actúan dentro de la Iglesia hoy.
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