Como se apareció, ante quienes y como se investigó y cómo se aprobó.
Cuando el Señor se manifiesta, o sea que aparece ante nuestros ojos, es todo un gran acontecimiento que contiene un mensaje.
Pero cuando aparece con el aspecto del Niño Jesús, el asombro es mayor porque Jesús ya creció, aunque sabemos que Él puede tomar la forma que desee.
Y el asombro es aún mayor cuando esta manifestación sucede más de una vez en el mismo lugar.
Y cuando esa aparición del Niño Jesús se repite en el mismo lugar, sucede dentro de una hostia consagrada y lo ve una multitud de personas de un pueblo, el asombro es muchísimo mayor, porque nunca ha sucedido.
Aquí hablaremos sobre el milagro eucarístico, en el que la multitud y los sacerdotes vieron la figura del Niño Jesús en una hostia consagrada, en forma repetida.
Desde el principio del cristianismo Jesús en persona se ha presentado con milagros para certificar su existencia, su divinidad y su presencia real en las hostias consagradas.
La Iglesia sostiene que un sacerdote ordenado siguiendo la línea apostólica, hace que Jesucristo se presente realmente en el pan y el vino, cuando realiza su consagración en la misa.
Esta transubstanciación no se puede ver con los ojos físicos, y por eso algunos dudan de que suceda y lo toman sólo como un símbolo.
Por eso el Señor ha producido cientos de milagros con fines didácticos, para demostrar que esto es así, que Él está presente realmente en la hostia consagrada en los milagros eucarísticos.
Han sucedido decenas de milagros eucarísticos.
Algunos han sido estudiados científicamente porque dejaron huellas permanentes.
Como el caso de las hostias sangrantes, donde se pudo constatar que el líquido que presentaban se trataba de sangre humana, tipo ab+, y parte del tejido del músculo del corazón.
Mientras otros milagros eucarísticos han sido hechos sobrenaturales que sucedieron con las hostias.
En algunos casos han sido apariciones sobrenaturales de figuras en el interior de la hostia consagrada.
Y dentro de estos milagros eucarísticos, que no dejan una huella permanente, están los que muestran la imagen del Niño Jesús.
O sea que quien se manifiesta sensorialmente en la hostia consagrada no es el Jesús adulto, sino Él mismo, pero en su niñez.
Hay famosos casos, como el milagro eucarístico del siglo III en el desierto de Egipto, en el que un monje dudaba de la transubstanciación, y una vez, cuando el sacerdote levantó el pan eucarístico, vieron a un ángel con una espada que vertía la sangre del niño en el cáliz.
Otro es el milagro eucarístico de Moncada, España, que sucedió en 1392 cuando un sacerdote estaba atormentado con la duda de si su ordenación sacerdotal era válida, porque había sido ordenado por un Obispo que dependía del antipapa Clemente VII.
Entonces el día de Navidad del año 1392, sucedió que Inés, la hija de 5 años de una mujer noble, se negaba a salir de la iglesia, porque quería jugar con el niño que el párroco había tenido en sus manos durante la consagración.
Entonces, luego de misa, el sacerdote hizo el experimento de mostrar a la niña una hostia consagrada y otra sin consagrar, y resultó que la niña veía al Niño Jesús sólo en la hostia consagrada y no en la sin consagrar.
Con el paso de los años esta niña se convertiría en ermitaña y hoy se ha abierto su proceso de beatificación.
Y muchos tiempo después, en 1903, en San Martín de Manzaneda, también España, sucedió otro milagro eucarístico que fue anunciado por una niña, pero que vieron todos los presentes en la misa.
Vieron sobre el altar un niño hermosísimo de entre 7 a 8 años, en lugar de la hostia consagrada, vestido de túnica blanca y con los brazos extendidos.
El celebrante afirmó que el niño tenía los brazos clavados en una cruz, con el pecho abierto del que asomaba la herida en el costado.
Prosiguió con la misa lleno de temor y no se animaba a tomar la hostia, y fue la propia hostia que se movió hasta el mismo copón.
Y en este video nos queremos detener en un milagro eucarístico con el Niño Jesús que sucedió 2 veces, en Eten, Perú, en 1649, y que ha sido certificado por las autoridades civiles y eclesiásticas del momento, y todo ha quedado documentado.
El pueblo de Eten ya no está en el lugar de entonces, porque en el año 1660 hubo un maremoto que destruyó el pequeño pueblo y obligó a trasladarse al Eten actual.
Pero sin embargo los etenanos lograron reconstruir con esfuerzo la antigua Iglesia de Santa María Magdalena y una Capilla, y también hicieron una imagen del Niño Jesús tal como relata la historia, que se celebra los 2 de junio.
Este milagro eucarístico de Eten se dio como secuela de un sacrilegio que se había producido en la ciudad de Quito, en la madrugada del 19 de enero de 1649.
En el cual unos malhechores desfondaron el Sagrario y se llevaron el copón de plata, maltratando las hostias consagradas y dejándolas regadas en el piso, algunas de ellas rotas y otras sin poder ser encontradas.
El 2 de junio de 1649 se realizó un desagravio en el pequeño pueblo de Eten, en Perú, con una solemne exposición del Santísimo Sacramento, durante las vísperas de la fiesta de Corpus Christi.
El fraile franciscano, Jerónimo de Silva Manrique estaba de rodillas frente a la custodia en el altar, que contenía el Santísimo Sacramento o sea la hostia consagrada, cuando vio un niño dentro de la hostia a manera de una lámina pintada.
Se le podía ver de medio cuerpo hacia arriba, con una vestimenta morada y un cabello rubio ondulado.
También todos los presentes vieron al hermoso Niño, y luego observaron que se movía en la hostia, dirigiendo su dulce mirada hacia la multitud.
Inmediatamente el sacerdote mandó a llamar con gran prisa al ciudadano español Domingo Martínez y al alcalde de Eten Don Pablo Quinoncial, para que subieran al altar y verificaran de cerca al Niño en la hostia consagrada, los que corroboraron el hecho, siendo testigos del milagro.
Mientras que los presentes daban gritos de gozo y lloraban postrados adorando al Señor.
A continuación el sacristán gritó «¡milagro, milagro!», el pueblo lo repitió y las campanas de la iglesia repicaron.
Todo esto fue investigado por el obispado, que le hizo llegar 7 preguntas a cada uno de los presentes para esclarecer los hechos.
Y el 22 de julio de 1649, 50 días después del primer milagro, sucedió el segundo milagro, en la fiesta de santa Maria Magdalena, la patrona del pueblo, que se celebra el 21 y 22 de julio.
Fue invitado el Padre del Convento de San Francisco de Chiclayo, Fray Marcos López, para hacerse cargo del oficio religioso de las vísperas, en compañía de los padres Jerónimo de Silva Manrique, Fray Tomás de Reluz y fray Antonio Crespo, todos de la orden franciscana.
El día 21, teniendo presente el acontecimiento de la aparición del Niño Jesús en la Hostia Consagrada, en la noche de la Víspera de Corpus Christi del 2 de junio, dispuso la exposición del santísimo, ante la eventualidad de que sucediera otro milagro, pero no sucedió nada.
Pero al día siguiente, 22 de julio, en el momento que el coro cantaba, alzó los ojos a la custodia encima del altar y vio una sombra confusa, como un cuerpo de un niño, en la Hostia Consagrada.
Le hizo señas con los ojos al padre Silva Manrique para preguntarle si veía la sombra y este le indicó que efectivamente la veía.
Luego el padre Marcos López bajó la custodia e inició la procesión llevándola entre sus manos, sin que ya nada se viera.
Pero al detenerse para que la multitud adorara al Santísimo Sacramento, vio detrás de la hostia consagrada la misma sombra, aunque más oscura, la cual permaneció hasta que salió de la Iglesia.
Siguió la procesión hasta el primer altar, donde quedó expuesto un rato Santísimo Sacramento, y allí la media luna en que la hostia estaba encajada en la custodia, se puso colorada por varios minutos.
Y luego no sucedió nada durante el recorrido de la procesión por las calles, ni tampoco cuando reservaron la hostia en el sagrario.
Pero después, como a las cinco de la tarde del mismo día, impulsados por sus cavilaciones sobre lo que habían visto, los padres acordaron reunirse para hacer adoración al Santísimo Sacramento.
Se reunieron encerrados en la Iglesia con sus estolas puestas y sacaron al Santísimo Sacramento del sagrario.
Lo pusieron encima del altar y ¡vaya sorpresa y prodigio!
Apareció en la hostia al mismo Niño Jesús ante los ojos de los cuatro sacerdotes, confirmándoles su real aparición, para luego de unos minutos desaparecer, e inmediatamente presentarse en la hostia tres corazones blancos unidos entre sí.
Luego interpretarían que los 3 corazones unidos había sido una manifestación de la Santísima Trinidad.
Los sacerdotes quedaron avergonzados de su ingrato proceder, al no dar a conocer en el momento esta nueva aparición del Niño Jesús, al pueblo presente.
Temían un fuerte reproche de la enorme masa de concurrentes a la fiesta.
Y pronto se dispusieron a confesar bajo juramento a los jueces eclesiásticos su portentosa visión y su falta.
Esta aparición fue aprobada por el obispo, pero desde hace poco han llevado la petición para que el Vaticano apruebe centralmente el Milagro Eucarístico de Eten.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el milagro eucarístico de Eten, el más documentado en los que se haya aparecido el Niño Jesús en la hostia consagrada.
Y me gustaría preguntarte si alguna vez has visto alguna sombra o figura dentro de una hostia consagrada o no.
MIRA ESTOS VIDEOS
LEE ESTOS ARTÍCULOS
Los Impresionantes Milagros Eucarísticos en que se Aparece el Niño Jesús https://forosdelavirgen.org/milagro-eucaristico-nino-jesus/
¿Qué Función cumplieron las Apariciones del Niño Jesús a Santos y Beatos? https://forosdelavirgen.org/nino-jesus/
Las Profecías del Niño Jesús en sus 6 grandes Apariciones a Monjas https://forosdelavirgen.org/nino-jesus-mon-jas/
El Milagroso Niño Jesús de Praga en Santa María de la Victoria, Rep. Checa https://forosdelavirgen.org/santa-maria-de-la-victoria-de-praga-y-el-nino-jesus-de-praga-republica-checa-14-de-enero/