El humilde arcángel, que derrotó al príncipe de los serafines, es más importante en el plan de Dios de lo que creemos.

Habitualmente recordamos a San Miguel Arcángel en su batalla con satanás y nos quedamos ahí.

Pero San Miguel sigue su lucha en la Tierra contra el maligno, que luego la emprendió contra los hombres.

Y además tiene otras funciones relacionadas con la conversión de las almas, con el pasaje a la otra vida y con el juicio a las almas.

En este artículo repasamos las funciones que cumple San Miguel Arcángel.

 

SAN MIGUEL PROTECTOR DE LA SEGUNDA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

San Miguel Arcángel fue encargado de custodiar a la segunda persona de la Santísima Trinidad durante su vida en la Tierra.

Y luego que Jesús ascendió a los cielos, el Arcángel fue el encargado de custodiar su cuerpo en lo sagrarios de todo el mundo permanentemente.

Varios Santos han dicho que San Miguel acompaña a cada fragmento del cuerpo de Cristo.

Cuando se lo expone en los altares, cuando se lo saca del sagrario para que comulguen los enfermos, cuando se lo saca en procesión, etc.

Incluso custodia a los sucesores de Pedro, específicamente al Papa y los Obispos.

En todos estos casos San Miguel Arcángel está en vigilia permanente.

San Miguel Arcángel también es la última oportunidad que las almas tienen para salvarse.

 

SAN MIGUEL EN LA CONVERSIÓN FINAL DE LAS ALMAS

En un texto apócrifo llamado el Apocalipsis de Pablo se lee lo siguiente,

«Si alguien es impuro o profano, pero se arrepiente, una vez que ha dejado atrás su cuerpo, se lo lleva primero a adorar a Dios.

Y luego, por orden del Señor, se lo entrega al Ángel Miguel, quien bautiza en el río y luego lo lleva a la ciudad de Dios».

De modo que es una creencia católica que el Arcángel Miguel aparece momentos antes de la muerte a aquellos impenitentes para darles la última oportunidad de salvación.

El arcángel opera en este momento junto con los ángeles guardianes de los moribundos alentándoles a confiar en Dios.

Richard Webster en Comunicándose con el Arcángel Miguel para Orientación y Protección, dice,

«Cuando alguien se está muriendo, Miguel aparece y le da a cada alma la oportunidad de redimirse, frustrando a satanás y sus ayudantes».

Y Wyatt North en La vida y las oraciones a San Miguel Arcángel dice,

«Sabemos que es San Miguel quien acompaña a los fieles en su hora final y en su propio día de juicio, intercediendo en nuestro nombre ante Cristo».

Por esta razón es que San Miguel es el patrón de los moribundos y el aliento de estos en su último suspiro para que confíen en Dios.

Es un motivo más para aumentar la devoción al príncipe de los arcángeles, porque es el guía segura a la eternidad en la hora de la muerte.

Debido a que en los últimos instantes el maligno ataca con fuerza suprema para no perder un alma, y la invocación a San Miguel nos protege de estas insidias.

No sabemos cuándo es nuestro momento de partir y por eso mismo debemos confiar permanentemente en la presencia de San Miguel al lado nuestro.

Por eso Anthony Destefano dice en El mundo invisible: Entendiendo a los ángeles, los demonios y las realidades espirituales que nos rodean, que nadie está solo en el momento de su muerte.

Y aunque los ángeles sean espíritus puros,

«De alguna manera misteriosa podrás verlos, conocerlos, comunicarte con ellos y reconocer el papel que han desempeñado en tu vida».

Hay muchos testimonios de Santos que han tenido visiones de San Miguel escoltando a las almas al cielo o al purgatorio.

Pero la misión de San Miguel Arcángel no es solamente escolta desde la Tierra hasta el cielo o el purgatorio, sino que también escolta a las almas desde el purgatorio al cielo.

En un caso, un monje ofreció una misa pidiendo a San Miguel Arcángel por un amigo fallecido.

Tuvo una visión de San Miguel escoltando a su amigo desde el purgatorio hasta el cielo.

En otro caso, se habla de otro sacerdote que pidió en la misa por la escolta de San Miguel Arcángel a las almas de varios fallecidos.

Y también pudo ver cómo San Miguel sacó del purgatorio a varias almas y las condujo hacia el cielo.

Por eso en las misas de réquiem se dicen estas oraciones,

«Que el abanderado, San Miguel los guíe a la luz sagrada»

Y también se decía esta oración de intercesión,

«Que sea recibido por San Miguel, el arcángel de Dios que ha merecido ocupar el primer lugar entre la hueste celestial.

Que los santos ángeles de Dios vengan a su encuentro y lo guíen a la ciudad celestial, Jerusalén.

Que sea recibido por el bendito apóstol, Pedro, a quien Dios le ha confiado las llaves del reino de los cielos.»

También hay casos de testimonios de la aparición de San Miguel a agonizantes.

San Alfonso María de Ligorio cuenta un caso de un pecador impenitente que se negaba a convertirse de su vida pecaminosa.

Pero aún tenía cierta devoción por el Arcángel.

Entonces Dios permitió que San Miguel lo visitara en su lecho de muerte.

Y fue entonces cuando milagrosamente aparecieron dos sacerdotes a tiempo para escuchar la confesión y practicarle los últimos ritos.

También está el caso de un monje cisterciense que murió y su alma se apareció a un amigo sacerdote para pedirle que solicitara la intercesión de San Miguel Arcángel en una misa por su alma.

Cuando el sacerdote lo pidió, éste y otros fieles en la misa tuvieron una visión del Arcángel llevando al monje hasta el cielo.

Se cuenta además el caso de otro sacerdote estaba realizando una misa por fallecidos y cuando dijo estas palabras «Que el Príncipe de los Ángeles, San Miguel, los guíe a la gloria del Cielo», vio al arcángel bajar al purgatorio liberar a las almas por las que se pedían y conducirlas al cielo.

 

LA MISIÓN DE ESCOLTAR A ADÁN

Una de las misiones más delicadas que tuvo al arcángel fue escoltar a Adán por mandato de Dios.

Un texto apócrifo del judaísmo describe como Yahveh le pidió a Miguel que acompañara el alma de Adán cuando murió.

En este texto muestra como los ángeles oraron a Dios para que tuviera misericordia por Adán, porque fue obra de sus manos y hecho a su imagen y semejanza.

Entonces Yahveh decide encargárselo a San Miguel,

«El Padre de todos, sentado en su santo trono, extendió su mano, tomó a Adán y lo entregó al arcángel Miguel, diciendo:

‘Llévalo al paraíso, hasta el tercer cielo, y déjalo allí hasta el temible día del mundo…’.

Entonces Miguel tomó a Adán y lo dejó donde Yahveh le dijo».

 

SU MISIÓN EN LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

En el texto medieval del dominico Jacobo de la Vorágine, llamado la Leyenda Dorada o la Leyenda Áurea, un verdadero best-seller de la época, se menciona la participación de San Miguel Arcángel en la asunción de la Santísima Virgen a los cielos.

Éste se le aparece a la Virgen y le dice que su muerte está cercana.

«María, levántate; te traigo esta rama de un árbol del paraíso, para que cuando mueras la lleven delante de tu cuerpo, porque vengo a anunciarte que tu Hijo te aguarda«.

El texto muestra a los apóstoles reunidos alrededor de María.

Entonces el Arcángel presenta el alma de María a Nuestro Señor y aparece Jesucristo con un cortejo de serafines y le dice,

«Ven, amada mía, yo te colocaré sobre un trono resplandeciente, porque he deseado tu belleza».

Y así es asunta al cielo.

Pero además de tratar de convertir a los moribundos en el último instante, de escoltar a las almas desde la Tierra al purgatorio o al cielo, y de trasladar a las almas del purgatorio hasta el cielo, San Miguel actúa como el “pesador de los frutos” de las almas.

 

SAN MIGUEL PESA LAS ALMAS DE LOS MUERTOS

San Miguel aparece en el juicio personal, previo a las intercesiones de Nuestra Señora y de los santos ante Dios, para medir objetivamente los frutos que esa alma dio en la Tierra.

Y esta es la razón porque las imágenes de San Miguel muchas veces tienen una balanza en sus manos y también el libro de la vida.

Esto lo explica claramente San Luis María Grignon de Monfort en el Secreto del Rosario, cuando cuenta de un caso,

«San Miguel puso todas sus penitencias y otras oraciones en un lado de la balanza y todos sus pecados e imperfecciones en el otro.

La bandeja de sus buenas obras fue superada por la de sus pecados e imperfecciones».

Esto pone al arcángel como la figura que sopesa las palabras y pensamientos de todos los seres humanos que han existido desde Adán, y que existirán hasta el juicio final.

Esta creencia no está dicha directamente en la Biblia pero ya en Proverbios 16: 11 se habla de la balanza del Señor.

Y en Mateo 16: 27 se dice que los ángeles acompañarán a Jesucristo en el día del juicio y que los hombres recibirán la recompensa de sus propias elecciones.

«Porque el Hijo del Hombre va a venir con sus ángeles en la gloria de su Padre, y luego pagará a cada persona de acuerdo con lo que ha hecho».

Entre sus múltiples actividades, Miguel tiene también la misión de ser guardián del purgatorio.

 

MIGUEL ES GUARDIÁN DEL PURGATORIO

Ya vimos antes que es quien escolta a las almas desde el purgatorio al cielo.

Esta es una actividad que también comparte con la Santísima Virgen, que libera almas del purgatorio los primeros sábados

San Roberto Bellarmino ha dicho,

«Desde la fundación del cristianismo se reconoce indiscutiblemente que las almas de los fieles difuntos son liberadas del Purgatorio por intercesión de San Miguel Arcángel«.

San Anselmo dijo,

«El Príncipe de la milicia celestial es todopoderoso en el Purgatorio, y puede ayudar a las pobres almas».

San Alfonso María de Ligorio ha expresado también,

«San Miguel ha recibido el cuidado de consolar y ayudar a las Almas en el Purgatorio«.

En general los místicos han agregado que San Miguel tiene las llaves del purgatorio para liberarlos hacia el cielo.

Y además que envía a sus ángeles para consolar a las pobres almas rociando las con la preciosa sangre de Nuestro Señor.

Pero San Miguel Arcángel no tiene solamente injerencia respecto al pasaje, sino también respecto a la conservación de la vida humana en la Tierra defendiéndola de los ataques malignos.

San Miguel Arcángel y Diego de San Lázaro Santuario de San Miguel del Milagro, Nativitas, Tlaxcala

 

DEFENDIENDO A LA IGLESIA Y A LA POBLACIÓN

El Monte Santangelo en Italia ha presenciado cuatro apariciones de San Miguel Arcángel a través de la historia.

En el año 490 se apareció al obispo Lorenzo Maiorano en la segunda aparición en este monte, dándole instrucciones de cómo defenderse contra los invasores paganos.

Y ahí la intervención del Arcángel fue una tormenta de arena que cegó a los atacantes y granizos de tamaño gigante que los obligaron a huir.

En 1656 también sucedió la aparición de San Miguel para combatir una plaga que estaba haciendo estragos en el Monte Santangelo.

El arcángel se le apareció al obispo Alfonso Puccinelli en medio de un destello de luz deslumbrante que pareció un terremoto.

Y le instruyó en cómo liberar a la población de esa plaga.

En reconocimiento de las varias apariciones se esculpió una estatua de San Miguel de 1,20 mts. de alto, que lo muestran aplastando al diablo, que tiene cara de mono, garras de león y cola de serpiente.

Esta estatua tiene una espada en su mano y los 29 de septiembre se la lleva en procesión por las calles del monte Santangelo en Gargano.

Otro hecho relevante sucede en el año 590, cuando llega una plaga a toda Italia, especialmente a Roma.

Y San Miguel se aparece para combatir una plaga por intercesión de San Gregorio Magno, que había ascendido al trono papal por la muerte del Papa Pelagio, víctima de la plaga.

El papa Gregorio llama a una procesión por las calles de Roma portando un icono de Nuestra Señora.

Y al final de la Letanía de los Santos, el papa Gregorio vio en los cielos a San Miguel Arcángel con numerosos ángeles descendiendo sobre la Tierra, cantándole el Regina Coeli a la Santísima Virgen.

La escena concluyó en que San Miguel envaina su espada, y esto fue tomado por la población como el fin de la plaga.

Esto sucedió un 25 de abril y esa fecha se designó para una procesión anual de las grandes letanías, que aún subsiste.

Pero casualmente otro 25 de abril, pero de 1631 en este caso, se aparece el Arcángel en Tlaxcala México, a un indio convertido llamado Diego de San Lázaro.

Esto fue 100 años después que Nuestra Señora se le apareció al indio Juan Diego como Nuestra Señora de Guadalupe.

Y sucedió en la procesión de las grandes letanías que se había instaurado desde la época de San Gregorio Magno los 25 de abril.

San Miguel le dijo a Diego de San Lázaro en el primer encuentro,

«Debes saber que soy San Miguel Arcángel, y he venido a decirte que es la voluntad de Dios y la mía lo que les digas a los habitantes de este lugar, y de todas partes en el extranjero, que cerca de un valle entre dos cordilleras encontrarán un manantial milagroso de agua que curará a la gente de sus males.

Lo encontrarás debajo de una gran roca. No dudes de lo que te he dicho y no descuides lo que te he enviado a hacer».

La historia cuenta que Diego de San Lázaro tuvo dudas sobre la aparición y por eso San Miguel debió amonestarlo más de una vez.

Finalmente la plaga cedió. La historia de este suceso puedes leerla acá.

 

SAN MIGUEL EN LOS EXORCISMOS

San Miguel también es mencionado en su lucha exorcista contra el demonio.

En la historia real qué basó la película El Exorcista se menciona que una estatua de San Miguel Arcángel, de un metro de alto, fue llevada a la presencia del niño poseído por los Hermanos Alexianos.

Y el Arcángel habló por la boca del niño diciendo,

«¡Satán! Soy San Miguel y te ordeno a ti Satanás, y a los otros espíritus malignos que abandonen el cuerpo en el nombre Dominus [la palabra latina para ‘Señor’]. ¡Inmediatamente! ¡Ahora! ¡Ahora! ¡Ahora!»

Inmediatamente se oyó en el hospital una gran explosión y cuando el niño despertó estaba liberado.

Y recordó haber visto a San Miguel con una espada de fuego derrotando a satanás y los demás demonios.

En 1990 fue llevada una imagen de San Miguel Arcángel a una reunión en Roma de la Asociación Internacional de Exorcistas, y se la puso al lado del altar donde estaba expuesto el Santísimo Sacramento.

Al comienzo de la hora santa se oyó un terremoto sin consecuencias físicas, pero los exorcistas reunidos lo tomaron como un mensaje de San Miguel, porque muchas veces se manifestó con terremotos, como el caso real de la película El Exorcista.

 

SAN MIGUEL EN LA LUCHA CONTRA EL ANTICRISTO

Esta actividad exorcista de San Miguel está relacionada con la misión que cumplirá en la batalla final contra el anticristo.

Cuando suceda la gran tribulación y última persecución a la iglesia, San Miguel la defenderá junto con sus ángeles.

En esta batalla San Miguel derrotará nuevamente al demonio y esta vez lo arrojara definitivamente al infierno.

Cuando esto suceda sonará una trompeta que hará que los muertos revivan y se levanten.

Y ahí comenzará el juicio final, compareciendo cada persona en cuerpo y alma delante de Jesucristo.

Serán San Miguel y sus ángeles quienes separarán el trigo de la cizaña.

Y unos vivirán la vida eterna junto a Dios y otros irán a parar al infierno.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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