Cómo usar y bendecir Agua Bendita para protegernos.

El agua bendita es un factor de protección que debemos tener presente siempre, especialmente en estos momentos en que nos acechan tantos peligros.

Pero su poder no radica en el agua en sí misma, sino que está en otro lado.

Y además a veces los fieles se encuentran que no pueden acceder a fuentes de agua bendita de las Iglesias, porque están cerradas, o a veces porque el sacerdote no quiere bendecir el agua porque no cree en eso.

Aquí hablaremos sobre dónde reside el poder del agua bendita y cómo puedes suplantar al sacerdote si no consigues agua bendita.      

El asombroso poder del agua bendita, que ahuyenta al demonio, sana y protege al que lo usa, no radica en el agua sino en la confianza depositada en Jesucristo.

Y es que esta agua, recuerda nuestro bautismo, cosa que desagrada al demonio, porque es una manera de quitarle el poder sobre nosotros.

Pero también es un recordatorio del dolor que padeció Nuestro Señor en el huerto de los Olivos, cuando sudó lágrimas de sangre.

Y del agua que salió de Jesucristo cuando el lancero le perforó el costado en la cruz.

Ese sudor y el agua del costado, es el referente del agua bendita, que nos purifica, sana, protege y nos ayuda a orar con mayor devoción.

Así los primeros cristianos entendían que el agua que se vertían era una señal de purificación y de recuerdo de Jesús.

Para algunas tradiciones el concepto de agua bendita fue introducido por el apóstol San Mateo.

Si bien fue durante el pontificado de Alejandro I, en el segundo siglo, que quedó ya establecido su uso.

Al agua bendita la llaman de diferentes maneras por el uso que se le ha dado, o bien por el momento en el que se bendice.

Por ello conocemos nombres como: agua santificada, agua litúrgica, agua de Pascua, agua de Epifanía, agua de Bautismo.

Aunque el nombre genérico y más popular es agua bendita.

Aparte existe el agua exorcizada que es agua bendecida a la cual se le agrega sal. 

Y se le llama exorcizada porque tiene más poder para expulsar a los demonios.

A partir de la bendición, la propiedad de esos elementos se convierten en un vehículo de Dios y para Dios, y por esa razón el demonio le huye.

Y también está el agua de apariciones, donde normalmente la Virgen deja fuentes para que puedan haber curaciones, conversiones y aumento de fe.

El agua bendita es un sacramental, es decir que distribuye gracia dependiendo de cuanta fe depositemos en ella.

Un sacramento tiene por sí mismo la gracia de Dios, en cambio el sacramental otorga la gracia dependiendo de la fe que tú deposites en Dios, a través de ese instrumento. 

Es como cuando Jesús realizaba milagros, donde la gente creía, el milagro se obraba, pero donde no creía, Jesús no los podía realizar

No porque Él no tuviera el poder, sino porque las personas no creían.

Donde no hay fe, no se puede hacer nada.

Por lo tanto, atención, el agua bendita no es un artilugio mágico, debe haber detrás un compromiso con Dios, es decir confianza plena en Él.

San Epifanio relata el caso de un hombre, un laico, que bendice el agua.

Luego haciendo la señal de la cruz y rociando con esta agua venció a la brujería del lugar.

Esto es un detalle interesante porque para San Epifanio este hombre no era un santo, ni era un sacerdote, ni obispo.

O sea que no reunía, digámoslo así, las características tradicionales para activar el poder del agua bendecida.

Por lo tanto, queda claro entonces que los sacramentales funcionan de acuerdo a la confianza que la persona tiene en la acción y en Dios.

Y nos muestra que el agua bendita puede ser bendecida por cualquier cristiano, siempre teniendo en cuenta que la gracia no la trasmite él sino Dios.

Por lo tanto la potencia del efecto de esa agua depende de nuestra relación con Jesús.

Una de las oraciones recitadas desde antiguo para bendecir el agua y el aceite, que puede ser usada por un laico, es esta:

«Bendecimos estas criaturas en el nombre de Jesucristo, tu único Hijo.

Invocamos sobre esta agua y este aceite el Nombre de Aquel que sufrió, que fue crucificado, que resucitó de entre los muertos y que está sentado a la derecha del Padre. 

Concede a estas criaturas el poder sanar.

Que todas las fiebres, todo mal espíritu y toda dolencia huyan de quien tome esta bebida o sea ungido con ella.

Y que sea un remedio en el Nombre de Jesucristo, tú único Hijo».

De cualquier forma hay que considerar que el agua bendecida por las manos de un sacerdote tiene el poder de toda la Iglesia detrás, lo que puede ser más persuasivo para gente que siente que su fe es frágil.

Tanto el agua como la sal han sido utilizadas por los cristianos para incluirlas ya benditas en las comidas.

Pero también se acostumbra bendecir el pan de San Antonio de Padua, el pan bendito de la Virgen de Candelaria, como otras comidas, cuyo objeto es pedirle al santo que la comida nos caiga bien, y obtener del Cielo su providencia para que nunca nos falte el alimento diario.

Multitud de santos han dado fe de este sacramental.

En los exorcismos es una gran arma contra el demonio.

Un exorcista relata el caso de una posesión en la que el sacerdote invocando la ayuda de Dios le dio a beber más de 3 litros de agua bendita.

Y el poseído después de tanta agua fue liberado.

Otro caso es el de un exorcista que estaba intentando desalojar demonios de alto rango, en un caso bastante difícil.

Incluso uno de los sacerdotes que ayudaban en el exorcismo fue atacado a través de problemas con el agua de su casa.

Los plomeros habían ido a la casa y por más que buscaban no encontraban el problema.

No es que estuvieran trabajando a ciegas, es que no había nada malo en las tuberías.

Simplemente no se explicaban porque no funcionaba.

Los plomeros le aseguraban a este padre que todo estaba bien.

¿Pero por qué no estaba funcionando?

Así que al padre, se le ocurrió contárselo al exorcista principal del caso.

Y le sugirió que intentara arrojar agua bendita en los caños.

El padre lo hizo y todo empezó a funcionar inmediatamente.

Los efectos del agua bendita van más allá de los exorcismos, en los que ayuda a expulsar al demonio y frustra todos sus trucos.

Los otros efectos son:

El agua bendita borra los pecados veniales.

Remite los dolores temporales debidos al pecado.

Mantiene alejadas las epidemias y las plagas.

Y nos ayuda a concentrarnos en la oración y demás devociones.

Pero es necesario entender que el alma tiene que estar en estado de gracia y no tener pecado mortal para lograr sus efectos.

Por ejemplo, la confianza en Jesús y la aspersión del agua bendita se puede ver en el siguiente episodio:

Una madre estaba preocupada por su hija que se iba a llevar el auto a la universidad, y quiso rogar a la Virgen para que la iluminara.

Las madres tienen ese sentimiento de que algo malo va a pasar, son esas premoniciones.

Mientras el marido y su hija le decían que no se preocupara.

Entonces antes de darle el auto, hizo una oración, tomó el agua bendita y rocío el automóvil por dentro y por fuera, pidiendo que Dios protegiera a su hija.

Un mes después de haber rociado el auto, la joven venía de regreso junto con sus amigos de la universidad.

Y de repente otro automóvil empezó a acelerar, cambiando rápido de un carril a otro.

Eran demasiado rápido los movimientos que realizaba, hasta que cortó el camino del auto de ésta joven y le hizo perder el control.

El auto se salió de la carretera, dio vueltas y terminó detenido por unos árboles.

Estaba demolido por completo. Tanto que la única forma de salir fue por la puerta trasera.

El policía estatal cuando vio el auto destrozado dijo que esperaba encontrar heridos graves y la muerte de los jóvenes.

Pero increíblemente los tres estaban bien.

Y a partir de eso la jóven recuerda que las oraciones son escuchadas, y cada vez que sale de su casa se bendice, tomando agua bendita de una pequeña pila, que está en la puerta de su casa.

Así que usa agua bendita con frecuencia y recuerda que la confianza debe estar puesta en Jesús.

Una buena idea para recordarte lo que significa podría ser colocar una imagen de Jesús en el huerto, enfrente de una pequeña pila y rodearlo de plantas.

Así siempre recordaras que por los méritos de la agonía del Señor en el Getsemaní, Jesús te cuida y te protege, si tú a la vez le pides con mucha fé, que te bendiga y te acompañe.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre dónde reside el poder del agua bendita y cómo puede ser bendecida por un laico en casos especiales.

Y me gustaría preguntarte si usas agua bendita y en qué la usas.  

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