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Qué decía la carta de Jesucristo, cómo es la devoción y cuales las promesas.

La incredulidad ha caído como un manto sobre la tierra.

Y muchas veces toma la forma, entre los católicos, de desdeñar las manifestaciones sobrenaturales.

Lo vemos permanentemente con el tratamiento que los ministros de la Iglesia dan a las apariciones marianas, por ejemplo.

Y esto hace que las manifestaciones sobrenaturales permanezcan escondidas y se las trague la historia.

Aún aquellas que han sido aprobadas por Papas y sucedidas no hace mucho tiempo antes, de esta revolución de incredulidad.

Aquí hablaremos sobre una Carta de Jesucristo, aprobada por León XIII, donde dicta la devoción a su Preciosa Sangre, junto con promesas a los que cumplan la devoción.

Y también contaremos algunos milagros que sucedieron sobre esta carta.

Desde la época de los Apóstoles, la Preciosa Sangre del Señor ha sido símbolo de la Redención.

Y aunque la devoción particular a la Sangre del Señor se debe, sobre todo, a la iniciativa de San Gaspar del Búfalo del siglo XVIII, ya desde mucho antes se la practicaba en varias Iglesias.

Y formalmente en 1849 fue instituida por el papa Pío IX la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor. 

Y en el año 1960 Juan XXIII introdujo en las letanías de la bendición eucarística la alabanza: Bendita sea su Preciosísima Sangre.

Pero hay un hecho sobrenatural, convalidado por León XIII en 1890, que ha sido pasado por alto, incluso dentro del Vaticano, que en realidad no se caracteriza por ver con buenos ojos los hechos sobrenaturales.

Desde siglos antes, Santa Isabel de Hungría, Santa Brígida y Santa Matilde quisieron saber más acerca de la Pasión de Jesús, así que oraron fervientemente por una revelación.

Y respondiendo a sus oraciones, Jesús reveló innumerables detalles con respecto a su Pasión, incluyendo que perdió 28,430 gotas de sangre.

Las palabras que Jesús dijo a estas santas se escribieron en forma de carta. 

Y ésta ahora se conserva en una caja de plata en el Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén. 

El Papa León XIII aprobó esta carta, sus promesas e indulgencias en 1890 como verdaderas, la que se perdió de la memoria colectiva de la Iglesia y vale la pena rescatarla, en momentos en que la falta de fe nos ataca a todos.

Y es buena también para nuestra época por las promesas que nos hace.

La carta dice

Santa Isabel, Reina de Hungría, con Santa Matilde y Santa Brígida, queriendo saber algo de la Pasión de Jesucristo, ofrecieron oraciones fervientes y especiales, ante las cuales se les apareció Nuestro Señor Jesucristo, que les habló de la siguiente manera:  

Yo descendí del Cielo a la Tierra para convertiros. 

En tiempos antiguos la gente era religiosa y sus cosechas eran abundantes; en la actualidad, por el contrario, son escasas.

Si quieren obtener una cosecha abundante, no deben trabajar el domingo, porque el domingo deben ir a la iglesia y orar a Dios para que perdone sus pecados. 

Seis días os ha dado para trabajar y uno para el descanso y la devoción y para ofrecer vuestra ayuda a los pobres y asistir a la Iglesia.

Esas personas que pelean contra Mi religión y calumnian esta Sagrada Carta, serán desamparadas por Mí.

Por el contrario, aquellas personas que lleven consigo una copia de esta carta, estarán libres de muerte por ahogamiento y de muerte súbita. 

Estarán libres de toda enfermedad contagiosa y de rayos; no morirán sin confesión, serán libres de sus enemigos y de la mano de la autoridad injusta, y de todos sus calumniadores y falsos testigos.

Las mujeres en peligro por el parto lo harán, manteniendo esta oración sobre ellas e inmediatamente superarán la dificultad. 

En las casas donde se guarda esta Oración, nada malo sucederá nunca.

Y cuarenta días antes de la muerte de una persona que tiene esta Oración sobre él o ella, la Santísima Virgen se le aparecerá. 

Así dice San Gregorio.

A todos aquellos fieles que reciten durante 3 años, cada día, dos Padrenuestros, dos Avemarías y dos Glorias, en honor de las gotas de sangre que perdí, le concederé las cinco gracias siguientes:

1 La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.

2 Estará libre de las penas del Purgatorio.

3 Si debiera morir antes de completar los 3 años señalados, para él será igual que si los hubiera completado.

4 A la hora de su muerte, será como si hubiese derramado toda su sangre por la Santa Fé.

5 Yo mismo, descenderé del cielo a llevar su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta generación.

También se dice que los Padrenuestros, Glorias y Avemarías pueden ser recitados en beneficio de cualquier alma.

Luego aparece en la carta la cantidad de flagelaciones que sufrió Nuestro Señor muy detalladamente, que por razones de espacio lo reproducimos en un artículo de nuestro sitio web y te dejo el link en la descripción de este video.

Comienza diciendo 

Hágase saber que el número de soldados armados era de 150.

Los que me arrastraron mientras estaba atado fueron 23.

Los ejecutores de la justicia fueron 83.

Los golpes recibidos en mi cabeza fueron 150.

Los de mi estómago, 108.

Y así sigue con la larga lista de las flagelaciones. 

También una segunda copia similar de esta Carta se ha encontrado en un lugar llamado «Pursuit», a tres leguas de Marsella, escrita en letras de oro y que se cree que es de origen sobrenatural. 

Fue encontrada por un niño de 7 años de la misma localidad. 

Y hay un apéndice que dice que serán malditos los que trabajen los domingos, porque es un día sagrado para descansar y asistir a misa.

También serán maldecidos quienes no crean que esa carta está escrita por hechura divina y dictada por la Sagrada Boca de Cristo, y que la mantengan oculta a otras personas. 

Y que aquellos que la copien, la lean o induzcan a otros a leerla, estarán libres de todas las tentaciones.

También hay una serie de milagros posteriores relacionados con la carta.

En el momento de un terrible terremoto en el norte de Italia y en Francia, una niña de Niza llamada Nathaline quedó atrapada debajo de una casa derrumbada y permaneció 3 días enterrada viva. 

Cuando se la desenterró, se encontró una copia de esta Carta en ella. 

Era analfabeta y sin educación. 

Cuando la encontraron dormía, sin haber sido tocada por la devastación del terremoto.

Otro. El 12 de marzo de 1821, muchos emigrantes de S. Giovanni Incarico, en la Provincia de Caserta (Italia) zarparon hacia América en busca de trabajo. 

Durante el viaje se vieron atrapados en una terrible tormenta, que hizo que su barco chocara con un barco de guerra. 

Esto hizo que se hundiera. 

El hecho ocurrió el día 19, día de San José. 

De las 667 personas a bordo, solo 9 se salvaron. 

Todos ellos tenían en su poder una copia de esta Carta de Cristo. 

Los sobrevivientes fueron encontrados casi desnudos, vistiendo solo sus chalecos, en los bolsillos de los cuales se encontraron las Cartas, secas y ni siquiera arrugadas.

Dos de los sobrevivientes del mismo pueblo, llamados Luigi Ceccaccio y Francesco Nero, proporcionaron pruebas amplias y sustanciales del evento milagroso.

Otros más. Cierto capitán español que viajaba por tierra cerca de Barcelona, vio una cabeza cercenada del cuerpo, la cual le dijo así: 

«Como va rumbo a Barcelona, buen hombre, por el amor de Dios envíe aquí un sacerdote para que me confiese. 

Ya hace tres días que he sido atacado por ladrones, y no puedo morir sin confesarme primero». 

El Capitán trajo al Confesor al lugar, la cabeza viva confesó y luego expiró. 

En el cuerpo del que se había cortado la cabeza, se encontró la Carta. 

En aquella ocasión el milagro fue aprobado por varios Tribunales de la Santa Inquisición y por la Reina de España. 

Y otro milagro de la Sagrada Carta de Jesucristo fue revelado en la Isla de Iri, también en Italia. 

Un hombre dormía plácidamente en su cama, cuando una mano misteriosa lo sacudió bruscamente y una voz tronó: «Levántate a toda prisa, y sálvate, en un rincón de la casa» 

Cumpliendo con prontitud la advertencia divina, el hombre se levantó y llegó, pálido y tembloroso, a un rincón remoto, justo a tiempo para ver que el suelo sobre el que se había acostado en la cama, se hundía en un profundo abismo. 

Esta Carta lo salvó.

En resumen, esta devoción a la preciosa sangre que perdió Jesucristo durante su pasión fue dictada por Él mismo, incluyendo las promesas, y fue aprobada formalmente por León XIII en 1890.

Se debe recitar por 3 años dos Padrenuestros, dos Avemarías y dos Glorias, en honor de las gotas de sangre que perdió en su pasión.

Y hay una serie de milagros aprobados relacionados a ella.

Sin embargo para nuestra mentalidad contemporánea puede resultar como una devoción piadosa, pero vaya para aquellos que tengan dudas la información de que fue aprobada por un Papa que vivió solo hace algo más de 130 años.  

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la devoción a la preciosa sangre que derramó el Señor, que tiene carácter sobrenatural, porque la dictó Jesucristo y eso fue convalidado por un Papa.

Y me gustaría preguntarte si crees que la carta que fundamenta esta devoción puede ser verdaderamente de Jesucristo o te inclinas a pensar que se trata solo de una forma piadosa de presentar la devoción.

UNA CARTA DEL VERDADERO SALVADOR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Consagrar las gotas de sangre que Nuestro Señor perdió en su camino al Calvario.

Copia de una carta de la Oración se encuentra en el Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén, conservada en una caja de plata por Su Santidad y por los emperadores y emperatrices de la fe cristiana.

Santa Isabel, reina de Hungría, con Santa Matilde y Santa Brígida, con el deseo de saber algo de la Pasión de Jesucristo, ofrecieron oraciones fervientes y especiales, a las que se les apareció Nuestro Señor Jesucristo,  hablando con ellas en el siguiente manera:

Yo descendí del Cielo a la Tierra con el fin de convertirlos. En los viejos tiempos la gente era religiosa y sus cosechas eran abundantes, en la actualidad, por el contrario, son escasas.

Si desean cosechar una cosecha abundante  no tienen que trabajar el domingo,  el domingo hay que ir a la iglesia, y oren a Dios que les perdone sus pecados. Él les dio seis días para trabajar y otro para el descanso y la devoción a licitación y su ayuda a los pobres y ayudar a la Iglesia.

Esa gente que pelea contra mi religión y hace difamaciones de lo escrito en esta Carta Sagrada, será abandonado por Mí.

Por el contrario, aquellas personas que se llevan una copia de esta carta con ellos deberán estar libres de la muerte por ahogamiento y de la muerte súbita. Deberán estar libres de todas las enfermedades contagiosas y rayos, que no morirán sin confesión, y estará libre de sus enemigos y de la mano de la autoridad injusta, y de todos sus calumniadores y los testigos falsos.

Las mujeres en situación de peligro en el parto, al mantener esta Oración sobre ellas. inmediatamente superará la dificultad. En las casas donde se guarda esta Oración, ninguna cosa mala nunca va a pasar, y cuarenta días antes de la muerte de una persona que tiene esta Oración cerca de él o ella, la Santísima Virgen se aparece a él o a ella. Así dice San Gregorio.

A todos aquellos fieles que recen por 3 años, cada día, 2 Padrenuestros , GLORIAS y AVES , EN HONOR DE LAS GOTAS DE SANGRE que perdió, le concederá LAS SIGUIENTES 5 GRACIAS:

1. La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.

2. Usted será libre de las penas del Purgatorio.

3. Si usted fallece antes de cumplir dicha 3 años, para ti será el mismo que si se hubiera completado.

4. Será después de su muerte lo mismo que si se hubiera derramado toda su sangre por la santa fe.

5. Yo, descenderé del cielo para llevar a su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta generación.

Que se sepa que el número de soldados armados fueron 150, y los que me arrastraban mientras me dirigía al calvario eran 23.

Los ejecutores de la justicia fueron 83, y los golpes recibidos en la cabeza fueron 150, los del estómago, 108; patada en mis hombros, 80.

Fui conducido, atado con cuerdas por los pelos, 24 veces; las escupidas en la cara eran 180; Me golpearon en el cuerpo 6666 veces, golpeado nuevamente en la cabeza 110 veces, me empujaron a grandes pasos, y a las 12 en punto estaba levantado por el pelo; pinchado con espinas y tirado por la barba 23 veces, recibió 20 heridas en la cabeza, espinas de juncos marinos, 72; pinchazos de espinas en la cabeza, 110; espinas mortales en la frente, 3.

Yo estaba después azotado y vestido como un rey burlado; heridas en el cuerpo,

1000. Los soldados que me llevaron al Calvario fueron 608, y los que me miraban eran 3, y los que se burlaron de mí eran 1008; las gotas de sangre que perdí fueron 28.430.

Bendecida por SS Papa León XIII, en Roma 5 abril 1890

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One Comment

  • Jorge Iglesias dice:

    Se puede acceder al texto original de la carta? Si fuera posible me interesa conocerlo. Muchas Gracias