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¡Comenzó la Cuenta Atrás! Las Señales Inconfundibles del Triunfo del Inmaculado Corazón

Las Apariciones Marianas de los últimos 500 años revelan la Batalla Final contra el mal.

¡Bienvenidos queridos hermanos!

A los que siguen diariamente el trabajo de este equipo y a los que se incorporan ahora.

Hoy queremos hablar sobre cómo la Virgen María nos ha informado y guiado en estos últimos 500 años, en que se está produciendo la batalla de Dios contra el maligno.

Es imposible comprender esta batalla, y el proceso que Dios está llevando a cabo para que el mundo vuelva a Él, sin tomar en cuenta el cordón umbilical de las apariciones marianas.

Es un proceso que comenzó con la evangelización del nuevo mundo, cuando Nuestra Señora bajó a México en 1531, como la Virgen de Guadalupe.

Y tal como están las cosas, posiblemente esta batalla se cierre en su 500 aniversario.

Aquí hablaremos sobre lo que la Santísima Virgen nos ha informado de la batalla con el maligno en los últimos 5 siglos, y cómo este período culminará con un mundo renovado en poco tiempo.

Santos, místicos y padres de la Iglesia han hablado de un ciclo de 2000 años desde Adán hasta Moisés, otros 2000 años desde Moisés hasta Jesús.

Y luego otros 2000 desde Jesús hasta nuestra época, que se cumplen justo luego de esta década.

Dónde estaríamos entrando en el séptimo milenio.

Y San Pedro dijo que para Dios 1000 años son como 1 día. 

En la creación hubo seis días y luego, en el séptimo día Dios descansó. 

Por lo tanto, estaríamos invitados a descansar ese sábado del séptimo milenio con Dios.

Que ha sido referido como la era de la paz en Fátima, la era del reino de la divina voluntad por la sierva de Dios Luisa Piccarreta, o la nueva primavera según San Juan Pablo II.

Pero para eso el mundo debe ser purificado de la cizaña del maligno, que ha intentado torcer la civilización cristiana. ?

Durante los primeros 1500 años de este último ciclo de 2000 años, las naciones estuvieron progresivamente bajo Jesucristo, y la Iglesia Católica era la única y verdadera Iglesia de Jesús.

Pero luego llegó la Reforma Protestante y millones dejaron la fe católica. 

Y comenzó la planeada deconstrucción de la cristiandad por los poderes luciferinos, preparando al mundo para una era post-cristiana.

Pero Dios nos dijo en Génesis 3:15 que Él pondría enemistad entre satanás y la mujer, entre su descendencia y la de ella, y que Ella aplastaría su cabeza.

Y entonces las apariciones marianas han ido advirtiéndonos de lo que sucedería en esta batalla y guiándonos. 

Una fecha decisiva fue el 9 de diciembre de 1531 cuando Nuestra Señora se apareció en México. 

Unos años antes el único imperio verdaderamente cristiano había llegado a América, y estaba luchando contra los sacrificios, el paganismo, la idolatría, de una cultura de la muerte como la de los aztecas.

Pero no había logrado éxito en la evangelización hasta que apareció Nuestra Señora.

De modo que, mientras la Revolución Protestante estaba ocurriendo en Europa, la Nueva España, o sea las Américas, se estaban convirtiendo gracias a Nuestra Señora de Guadalupe.

Entonces tenemos el punto de partida de 1531, donde María aparece y se pone al frente de la batalla para la recristianización del mundo.

Y ahora, nos estamos acercando al 500 aniversario de esa intervención, en 2031, donde sería el fin del ciclo de los 2000 años. 

A partir de 1531 Nuestra Señora nos fue informando y guiando muy ostensiblemente. 

Entre 1594 y 1634 Nuestra Señora del Buen Suceso, en Ecuador, nos dio una línea de tiempo para observar la batalla en marcha. 

Nos advirtió que satanás reinaría a través de las sectas masónicas, un siglo antes de que se crearan.

Y se enfocarían principalmente en los niños para sostener la corrupción general. 

El sacramento del matrimonio sería atacado y profanado. 

Y las órdenes sagradas serían ridiculizadas, oprimidas y despreciadas. 

Y apuntó hacia mediados del siglo XX, donde dijo que estallarían las pasiones y ocurriría una corrupción total de las costumbres y decadencia de la moral. 

En los años ’60 se produjo la revolución sexual, las drogas, el rock and roll.

Y también el Concilio Vaticano II, después del cual muchos sacerdotes y monjas colgaron sus hábitos, y se redujo rápidamente la concurrencia a misa.

Luego Nuestra Señora apareció en La Salette en 1846.

Y nos habló de la apostasía dentro de la Iglesia: muchos sacerdotes irían por el mal camino, y Roma perdería la fe y se convertiría en la sede del anticristo.

Pero antes, en 1830, nos había dado la Medalla Milagrosa para nuestra protección. 

Con todo esto la Iglesia tomó conciencia de la misión que tenía la Santísima Virgen, y el Papa Pío IX promulgó el dogma de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1854. 

Y 4 años después la Virgen se apareció a Bernardita Soubirous en Lourdes, en 1858, confirmando quién es ella, cuando le dijo «Yo soy la Inmaculada Concepción». 

Destacando que estamos en una nueva era con María.

Y luego, el 8 de diciembre de 1870, a San José se le dio el título de protector de la Iglesia Universal.

Dos décadas después, en 1884, el Papa León XIII tuvo una visión de un siglo de mayor poder otorgado por Jesús al maligno, que lo desafió que podía destruir la Iglesia. 

Y escribió la oración a San Miguel Arcángel, que debía ser recitada después de cada Misa, lo que ocurrió hasta el Concilio Vaticano II.

Y 33 años después Nuestra Señora apareció en Fátima donde profetizó muchas cosas.

Señaló la santa ira de Dios contra la humanidad, que lo estaba abandonando.

Los ángeles querían incendiar el mundo por su alejamiento de Dios, pero Nuestra Señora paraba el castigo e intercedía.

Y los ángeles pedían penitencia.

Alertó sobre el peligro del comunismo que se iba a instalar en Rusia.

Sobre una división de la Iglesia, con un papa vestido de blanco y un verdadero Papa, que sería martirizado, junto con parte del pueblo fiel, en medio de una guerra. 

Dijo que Rusia esparciría sus errores por el mundo si Rusia no se consagraba al Inmaculado Corazón de María.

Lo cual el Papa no hizo a tiempo.

Dejó un tercer secreto que debía ser dado a luz pública en 1960, con el argumento de que entonces sería más claro.

Y allí habló sobre una gran apostasía.

Sin embargo dijo que al final Su Inmaculado Corazón triunfará, Rusia se convertirá y habrá paz.

Pero antes Rusia sería el instrumento de castigo a las naciones apóstatas.

En la década de 1960 se produjeron, además del Concilio Vaticano II, las apariciones en Garabandal.

Allí dijo que muchos cardenales, obispos y sacerdotes iban por el camino de la perdición y llevaban a muchas almas con ellos. 

Y que Dios intervendría con el Gran Aviso o iluminación de Conciencia y un Gran Milagro.

Pero que vendría un Castigo si el mundo no volvía a Él.

Y en Medjugorje dijo: «He venido aquí por última vez para pedirles que regresen a Dios. Lo que comencé en Fátima lo cumpliré aquí en Medjugorje. Mi Inmaculado Corazón triunfará». 

Hoy estamos cerca de la intervención decisiva de Dios, porque Conchita de Garabandal ha sido encomendada a anunciar el Milagro 8 días antes y es septuagenaria.

Y además se está armando el escenario de una Gran Guerra, en medio de la cual vendrá el Gran Aviso.

De modo que lo que comenzó en México con la guadalupana, posiblemente finalice 500 años después, con un mundo purificado y vuelto a Dios. 

Bueeeno, hasta aquí lo queríamos contar sobre cómo la Santísma Virgen nos ha informado y guiado, en estos últimos 5 siglos de batalla con el maligno, que culminarían con una purificación del mundo.

Y me gustaría preguntarte si crees que el proceso de purificación del mundo por Dios será de aquí al 2031 o piensas que será más adelante.

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Cuál es el Plan del Cielo para que la Inmaculada Aplaste la cabeza del Demonio [con nuestra ayuda]

El Plan comenzó con la declaración del Dogma de la Inmaculada Concepción.

El cielo sabía que la Iglesia y el mundo iban a pasar una serie de tribulaciones, antes de purificarlos.

Y que los seres humanos debíamos tener una guía para resistir en este período.

Y por eso lanzó un plan que comenzó con el reconocimiento popular de la Inmaculada Concepción de María, que precedería al reconocimiento del Dogma por la Iglesia.

Y que poco a poco a través de revelaciones sucesivas, instalaría a la Santísima Virgen presidiendo la batalla contra el maligno en el Final de los Tiempos y lo vencería.

Aquí hablaremos sobre el plan del cielo, que comenzó con el reconocimiento de la Inmaculada Concepción de María, y que culminará en una era de Paz como nunca hubo en la Tierra. 

La doctrina de la Inmaculada Concepción de María pertenece al depósito de la fe cristiana desde el origen del cristianismo, como parte integrante de la revelación.

En las diversas Iglesias orientales se celebraba, ya desde el siglo VII, la fiesta de la Concepción de María el día 8 de diciembre. 

La fecha fue escogida en relación a la fiesta más antigua de la Natividad de María, el 8 de septiembre, fecha a la que precede en nueve meses, que son los 9 meses desde la concepción hasta el nacimiento de un bebé. 

Inicialmente, a la fiesta de la Inmaculada Concepción se le había dado el nombre de Concepción de Santa Ana, la madre de la Santísima Virgen.

Y hubo manifestaciones del cielo para que esa fiesta se impusiera en occidente, aún siglos antes de que Pio IX proclamara el dogma de la Inmaculada Concepción en 1854.

En el año 1066 el piadoso Helsyn, abad de la abadía de Ramsey, partió en misión de paz a Dinamarca en nombre de Guillermo, duque de Normandía.

La misión tuvo éxito y como el demonio se vio frustrado en provocar la guerra entre los pueblos, determinó agitar las aguas del mar.

Y a su regreso a Gran Bretaña, el abad se vio atrapado en una extraña tormenta que amenazaba con hundir el barco.

Cuando la esperanza humana se desvanecía, él y su séquito invocaron la protección de la Virgen María.

Y Ella no tardó en responder, enviando un ángel que les dijo,

«La Virgen Celestial ha escuchado tu súplica. Está dispuesta a responderla, pero te pide que a tu regreso a la Abadía de Ramsey, comiences a celebrar solemnemente la Fiesta de la Inmaculada Concepción el día 8 de diciembre. No temas, porque ella calmará las aguas y tú serás salvo».

El abad accedió a esta orden de Nuestra Señora, la tormenta amainó milagrosamente y continuaron a salvo hasta la orilla, como Ella había prometido.

Desde aquel día, la Fiesta comenzó a celebrarse primero en la Abadía de Ramsey, y poco después, al difundirse la noticia de la petición de Nuestra Señora y su milagro, en todos los Monasterios Benedictinos de Inglaterra.

Y no pasó mucho tiempo hasta que el entusiasmo por esta fiesta llegara hasta San Anselmo, monje de la Orden de San Benito y Obispo de Canterbury, quien difundió la devoción por toda la Isla.

Otro episodio en el desarrollo de la devoción lo encontramos en la conquista de América.

Era una costumbre piadosa de los exploradores y conquistadores españoles del Nuevo Mundo reconocer a la Virgen como «capitana». 

El nombre oficial del buque insignia de la primera expedición de Colón que culminó con la llegada a América era La Gallega, porque fue construida en Pontevedra.

Pero para tener un nombre digno de la gran empresa que se emprendía, Colón ordenó que en adelante se llamará Santa María de la Inmaculada Concepción.

Este fue el más grande de los tres barcos que zarparon hacia América, y en el que navegó Colón, que se conoce con el nombre de Santa María.

La expedición colombina partió del Puerto de Palos en vísperas de la Virgen de las Nieves y la primera tierra de América fue avistada el 11 de octubre de 1492, vísperas de la Virgen del Pilar, según anotó Colón los descubrimientos en su diario.

Inmediatamente después de avistar tierra, Colón ordenó a toda la tripulación rezar el Salve Regina. 

A la mañana siguiente descubrieron la primera isla que consagró a Jesucristo llamándola San Salvador.

Y al día siguiente encontraron otra isla, que Colón dedicó a Nuestra Señora, escribiendo en su diario, «a esta isla le di el nombre de Santa María de la Concepción».

También Sor María de Jesús de Ágreda, defendió desde su monasterio concepcionista de Ágreda, con todos los medios a su alcance este privilegio mariano de la Inmaculada Concepción, hasta admitirlo como Dogma, incluso teniendo en cuenta la opinión en contra de muchos teólogos de su época.

E implicó personalmente al mismo monarca Felipe IV, con quien le unía una profunda amistad y del que era consejera especial.

En una carta fechada en 1660 Sor María de Ágreda le ruega que intervenga para que Roma defina el privilegio de María Inmaculada, asegurándole que la Concepción Inmaculada de María es verdad, por la que está dispuesta a dar la vida, aunque la Iglesia no lo haya definido aún.

Finalmente el dogma de que María fue concebida sin mancha de pecado original fue proclamada por Pío IX el 8 de diciembre de 1854 diciendo, «la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue preservada inmune de toda mancha de culpa original por singular privilegio y gracia de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano».

Y paralelamente se había desarrollado también entre los cristianos desde los primeros siglos la devoción al Inmaculado Corazón de María, propio de una concepción inmaculada.

San Gregorio Taumaturgo, Padre de la Iglesia del siglo III ya hablaba de esta devoción.

Y en el siglo XVII, el sacerdote francés san Juan Eudes escribió las primeras obras sobre el Corazón de María.  

El concepto básico de esta devoción es que Dios comenzó la obra de nuestra redención en el Corazón de María, a través de Su Sí a la encarnación.

Los latidos del Corazón de Cristo son los del Corazón de María, fue de María que Cristo recibió el Cuerpo y la Sangre que deben ser derramados y ofrecidos para la salvación del mundo, por lo tanto, María, hecha una con Cristo, es la corredentora de la raza humana.

Por lo tanto, Su Corazón Inmaculado debe ser para nosotros un refugio y el camino que conduce a Dios.

Y la devoción al Inmaculado Corazón de María debe establecerse en el mundo por medio de una verdadera consagración, a través de la conversión y la entrega.

Y 30 años después de la promulgación del dogma de la Inmaculada Concepción, el 13 de octubre de 1884, se le da al Papa León XIII la visión de un ataque de los demonios sobre el Vaticano y el mundo, permitido por Jesucristo.

Porque el demonio lo desafío de que podía destruir la Iglesia y Jesucristo aceptó el reto dándole de 75 a 100 años de más poder en la Tierra.

Y 33 años después Nuestra Señora baja a Fátima a decir cómo podríamos repeler el ataque que ya estaba creciendo. 

En la aparición del 13 de junio de 1917 Nuestra Señora le dice a Sor Lucía, que Jesús desea establecer la devoción a Su Inmaculado Corazón en el mundo entero.

Y en la aparición del 13 de julio le muestra el infierno a los pastorcitos y les dice, «habeis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón».

Pidió que el Papa consagrara Rusia a Su Corazón Inmaculado para que venga la paz, de lo contrario difundirá sus errores por todo el mundo, causando guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir y varias naciones serán aniquiladas.

Pero dice que «al final, Mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre Me consagrará a Rusia, y ella se convertirá, y se otorgará un período de paz al mundo».

Está profecía de la Santísima Virgen augura grandes tribulaciones a la Iglesia y al mundo, como consecuencia de un poder mayor de los demonios, lo cual ya estamos experimentando cada vez más claramente.

La parte del tercer secreto de Fátima aún no revelado por la Iglesia, diría que la Iglesia sufrirá una gran apostasía entre muchos de Sus miembros, será perseguida como nunca antes y llevada a ocultarse, y Roma misma posiblemente pueda ser devastada.

Y en el mundo habrá una guerra, que puede ser mundial, y cataclismos naturales.

Pero también la profecía augura el triunfo del Inmaculado Corazón de María y un período de paz en el mundo posteriormente.

De modo que hemos visto que toda esta protección del Cielo a los buenos partió de reconocer la Inmaculada Concepción de María, que fue concebida toda pulcra para presidir la lucha contra el demonio en la Tierra.

Debemos reconocer que Su Corazón está unido al de Su hijo, por lo tanto su prédica nos lleva a Jesucristo, y oírla a Ella es como oír a Jesucristo.

Y que la consagración al Inmaculado Corazón de Aquella que fue concebida sin pecado, es nuestra seguridad en el tiempo de la tribulación y la esperanza de una era de paz. 

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la secuencia que generó el Cielo para que identifiquemos a la Santísima Virgen como nuestra guía en los tiempos de la tribulación y la sigamos, porque Ella no tiene pecado desde su concepción y su corazón está unido al de Su hijo.

Y me gustaría preguntarte si crees que cuando habla la Virgen María en las apariciones está reflejando a Su hijo Jesucristo o maneja ideas propias a veces alejadas de Él.

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00 Todas las Advocaciones 11 Noviembre A la Inmaculada Concepción ADVOCACIONES Y APARICIONES DEVOCIONES Y ORACIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Movil Noticias 2018 - julio - diciembre

Novena a la Inmaculada Concepción [comienza el 29 de noviembre]

El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX instituyó el dogma y la fiesta de la Inmaculada Concepción de María.

Declarando que ésta

“fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios”.

Cada año la Novena es, por tanto, una nueva oportunidad que nos brinda la Iglesia para que redescubramos la belleza que se esconde en su persona.

Que pensemos en María como alguien que nunca le ha negado nada a Dios

En alguien cuya unión con Dios es plenamente limpia, en alguien que posee todas las riquezas del amor y ninguna de las sombras del egoísmo o la traición.

 

DIA PRIMERO (29 de Noviembre)

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
La vida de la Santísima Virgen es como un maravilloso brillante que hay que mirarlo y volverlo a mirar. Mirarlo y volverlo a mirar para nuestra alegría. «Al ver la Estrella se alegraron sobremanera». Mirarla, porque es nuestra Estrella, que encaminará nuestros pasos hacia el Señor. Mirarla para invocarla. Mirarla para aprender, para recuperar fuerzas. Para conocerla, nos reunimos estos días.
A todos los que nos alegramos de sentirnos hijos de la Virgen Madre, nos conceda el Señor perpetuar nuestro gozo.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS : FE VIVIENTE
Hoy irrumpe María en la historia de la salvación. Oigamos una vez más con un profundo cariño el diálogo de San Gabriel con la Señora.

LECTURA: San Lucas, 1, 26-38.
La Anunciación. 26 A1 sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llama Nazaret, 27a una virgen desposada con un varón llamado José, de la casa de David; y el nombre de virgen era María. 28Entrando junto a ella, le dijo:
“Salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. 29A estas palabras, María se turbó, y se preguntaba qué significaría tal saludo. 30Y le dijo el ángel: “Deja de temer María, porque has encontrado gracia ante Dios. 31Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. 32Será grande y llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 33reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin”. 34María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, pues no conozco varón?” 35Y el ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño que nazca será santo y llamado Hijo de Dios. 36He aquí que Isabel, tu parienta, ha concebido también un hijo en su ancianidad; y la que se llamaba estéril está ya en el sexto mes. “Porque nada hay imposible para Dios”. 38Dijo entonces María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel la dejó.

Hay que mirar a la Virgen para afianzar nuestra fe. Ella cree: Vida de fe. Fe con obras. Es fiel. Responde a la llamada. Confía plenamente, con sencillez, con humildad. Hay que pedirle que aumente nuestra fe. «Beata quae credidisti»! Bienaventurada tú que has creído!

ACLAMACIONES
D. — Para que aumente nuestra fe.
R. — Intercede, Madre, ante el Señor.
D. — Para que nuestra vida responda a nuestras creencias.
R. — Intercede…
D. — Para que gocemos la alegría de la fe.
R. — Intercede…
D. — Para que superemos con espíritu de fe las dificultades de la vida.
R. — Intercede…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA SEGUNDO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
El segundo recuerdo que la Virgen confió a San Lucas fue el de su visita a su prima Santa Isabel. María parte sola y de prisa con afán de servir. Va a santificar al Bautista. A cuantos servimos al Señor con alegría, nos conceda la gracia y la paz.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: ESPÍRITU DE SERVICIO
Contemplemos la escena del servicio de la Virgen y la santificación del Bautista.

LECTURA: San Lucas, 1, 39-56.
La Visitación. 39 María, por su parte, en aquellos días se puso en camino, y fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. 40Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Cuando Isabel oyó el saludo de María, el infante saltó en su seno e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. 42Y dijo a grandes voces: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre 43 ¿Y cómo es que la madre de mi Señor viene a mi? 44Porque he aquí que tan pronto como tu saludo sonó en mis oídos, el infante saltó de alegría en mi seno 45 Bienaventurada la que ha creído que se cumplirán las cosas que se le han dicho de parte del Señor!”. El “Magníficat”. 46Y dijo María: “Mi alma glorifica al Señor, 47y mi espíritu se regocija en Dios mi salvador, 48porque ha mirado la humilde condición de su sierva. Porque desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones. 49Porque me ha hecho cosas grandes el Omnipotente. Es Santo su nombre. 50Su misericordia va de generación en generación para los que lo temen. 51Ha empleado la fuerza de su brazo; ha confundido a los engreídos en el pensamiento de sus corazones. 52Ha derribado a los poderosos de sus tronos, y ha levantado a los humildes. “Ha colmado de bienes a los hambrientos y ha enviado a los ricos con las manos vacías. 54Ha recibido a su siervo Israel, acordándose de si misericordia, 55“como había dicho a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia para siempre”. 56María estuvo con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.

María por su «Fiat» ha quedado constituida Madre de Dios y se define Ella misma: «ancilla Dómini». Servir es entregarse. Salir de sí mismo. Desgastarse totalmente. Se sirve a Dios sirviendo a los hombres por El. ¡Qué fuerte llamada la de la Virgen a todos sus hijos: servir, ser útiles! Santificar sirviendo. Te «necesita» Cristo en su Iglesia. Ayuda y sirve «como la Iglesia quiere ser servida». No te puedes quedar esperando una llamada solemne a cosas grandes. Tienes la llamada a servir siempre en «lo pequeño».

ACLAMACIONES
D. — Para que aprendamos el valor de nuestro servicio.
R. — Intercede, Madre, ante el Señor.
D. — Para que santifiquemos siempre a través de nuestro servicio.
R. — Intercede…
D. — Para que comprendamos la necesidad y la urgencia de ser útiles a la Iglesia.
R. — Intercede…
D. — Para que nos acompañe siempre la humildad al desempeñar nuestros pequeños servicios.
R. — Intercede…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservast
e de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA TERCERO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
Una escena más de la vida fecunda de la Virgen, conservada por su contemplación y su entrega fidelísima al Evangelio. Una narración toda ella tensa de emociones. Muchas páginas de virtudes heroicamente vividas por la Señora. Vamos a tratar de fijarnos en alguna para aprender nosotros a vivirla cada día. A cuantos hemos visto la gloria del Señor en la mayor pobreza, nos conceda la paz y la gracia para siempre.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: POBREZA
La escena del nacimiento del Salvador es una exposición de abundantes ejemplos que tenemos que imitar.

LECTURA: San Lucas, 2, 1-6.
Nacimiento de Jesús y visita de los pastores. 1 Por aquellos días salió un edicto de César Augusto para que se censara todo el mundo. 2Este es el primer censo hecho siendo Cirino gobernador de Siria. 3Todos iban a inscribirse cada uno a su ciudad. 4Subió también José desde la ciudad de Nazaret de Galilea a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y patria de David, 5para inscribirse con María, su mujer, que estaba encinta. 6Mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo del parto.

Sigamos al fondo de este huerto cerrado» para recrearnos en la contemplación de una virtud: la pobreza. Suavidad y delicadeza de tonos para dar una fuerte lección. “El, que siendo rico se hizo pobre…” (San Pablo). Enseñarnos que en el apego a las cosas no está la felicidad. La Virgen vive la conjunción de la pobreza y la dicha. Desprendimiento. Austeridad. Limpieza. Atención a los pobres con nuestro desprendimiento. No crearse necesidades.

ACLAMACIONES
D. — Para que aprendamos la bienaventuranza de la pobreza.
R. — Pedimos, Madre, tu ayuda.
D. — Para que tengamos generosidad a la hora de desprendernos de las cosas.
R. — Pedimos…
D. — Para que sepamos alegrarnos cuando experimentemos las consecuencias de la pobreza.
R. — Pedimos…
D. — Para que los pobres encuentren la generosidad de los desprendidos.
R. — Pedimos…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA CUARTO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
María es el gran Camino para encontrar con toda seguridad y fácilmente a Jesús. Su Santidad Pablo VI nos lo dice bellamente en la Encíclica ‘Mense maio»: Porque María es siempre camino que conduce a Cristo. Todo encuentro con Ella no puede menos de terminar en un encuentro con Cristo mismo. ¿Y qué otra cosa significa el continuo recurso a María, sino buscar entre sus brazos, en Ella, por Ella y con Ella a Cristo nuestro Salvador?» A todos los congregados junto a la Virgen Madre para encontrarnos con Cristo Jesús, la paz y el gozo para siempre.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: MEDIACIÓN DE MARIA
Procuremos buscar a María para acercarnos más a Jesús.

LECTURA: San Lucas, 2, 8-20. San Mateo, 2, 1-12.
8Había en la misma región unos pastores acampados al raso y cuidando sus rebaños. 9Se les presentó un ángel del Señor, y la Gloria del Señor los rodeó de luz; y ellos se llenaron de miedo. 10El ángel les dijo: “No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo. 11Les ha nacido un Salvador, que es el Cristo Señor, en la ciudad de David. 12Esto les servirá de señal: Encontrarán un niño envuelto en pañales reclinado en un pesebre”. 13 En seguida se juntó al ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios, diciendo: l4 ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que El ama”. 15Cuando los ángeles les dejaron y se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: “Vamos a Belén y Veamos ese acontecimiento que el Señor nos ha anunciado”. 16Fueron de prisa y encontraron a María, a José ya! niño reclinado en el pesebre. 17Y habiéndolo visto, manifestaron lo que se les había dicho acerca de este niño. 18Todos los que lo oían, se admiraban de lo que decían los pastores. 19Maria, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20Los pastores volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído, según se les había dicho.

María siempre muestra a Jesús. Los ángeles la felicitan hablándole de Dios nacido de sus entrañas. También los pastores. Ella les muestra al Hijo de Dios hecho hombre. El camino más fácil, seguro y corto de encontrar a Jesús, es María. Tratarla filialmente. Buscarla cada día desde el primer momento. Buscarla: ‘La encontraréis en las humildes tradiciones familiares de las familias cristianas, en particular en el Rosario. En la historia de la salvación, en el Evangelio, así como en los tesoros de la liturgia que transmiten el gran patrimonio del pensamiento y de la oración de la Iglesia». (Pablo VI).

ACLAMACIONES
D. — Para que te busquemos cada día y cada hora de nuestra vida.
R. — Llévanos, Madre, al Señor.
D. — Para que gocemos de la presencia de Jesús.
R. — Llévanos…
D. — Para que sepamos cada día tratarte mejor y quererte más.
R. — Llévanos…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA QUINTO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
Hoy nos vamos a acercar a María para pedirle entender estas escenas: Circuncisión, Purificación de María, y Presentación del Niño. Santa Obediencia podríamos titular este tríptico sublime. Obediencia, pedida con urgencia por Su Santidad Pablo VI, y que supone una virtud de cimientos: HUMILDAD. Sobre los hijos de la Virgen que quieren aprender sus heroicas lecciones, descienda la gracia de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: HUMILDAD
Presenciemos en espíritu esta sencillez maravillosa que nos transmite San Lucas.

LECTURA: San Lucas, 2, 21-35.
Circuncisión de Jesús. 21 A los ocho días, cuando debían circuncidarlo, le pusieron el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel antes de ser concebido.
Presentación de Jesús en el Templo. 22 Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la Ley de Moisés, lo subieron a Jerusalén para ofrecerle al Señor, 23como está escrito en la Ley del Señor:
“Todo varón primogénito será consagrado al Señor”, 24y para ofrecer el sacrificio según lo ordenado en la Ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones. 25Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba en él. 26E1 Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin ver al Cristo del Señor. “Fue, pues, movido por el Espíritu al Templo y al entrar los padres con el niño Jesús, para cumplir lo establecido por la Ley acerca de El, 28 los recibió en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: El “Nunc dimittis”. 29”Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo ir en paz, según tu palabra, 30porque mis ojos han visto tu salvación, 31que tú has preparado ante la faz de todos los pueblos, 32luz para iluminar a los gentiles, y gloria de tu pueblo, Israel”. Profecía de Simeón. “Su padre y su madre estaban admirados de las cosas que decían de El. 34Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: “He aquí que este niño está destinado para ser caída y resurgimiento de muchos en Israel; será signo de contradicción, “y una espada atravesará tu alma, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones”.

El fondo y la raíz de todo es la virtud importantísima de la humildad. Las virtudes teologales, por su objeto, son más sublimes, pero la humildad es la causa de la gracia en nosotros y sin gracia nadie se salva. «Dios da su gracia a los humildes», «rechaza a los soberbios». «Se fijó en la humildad de su esclava». En el Evangelio constantemente se da a entender lo bien que acaban los humildes, lo mal que terminan los soberbios: «El que se humilla…. Eficaz para la vida apostólica. No se preocupa del lugar en que le sitúen Reconoce que de él no depende el fruto y entonces pide al Señor. Hace aportación de sus cualidades que son de Dios.

ACLAMACIONES
D. — Para que nos penetremos de la ejemplaridad de María en estas escenas.
R. — Intercede, Madre, ante el Señor.
D. — Para que cuidemos la virtud de la humildad como camino de nuevas gracias.
R. — Intercede…
D. — Para que vivamos la alegría de nuestro trabajo escondido.
R. — Intercede…
D. — Para que gocemos con la eficacia de nuestras humillaciones.
R. — Intercede…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA SEXTO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
Hoy nos corresponde contemplar a Nuestra Señora en uno de los momentos más patéticos de su vida y una de las lecciones más urgentes de vivir: la defensa de Cristo. A todos los que aman a Cristo y por defenderle en la vida de trabajo, de diversión y en la intimidad del hogar, sufren la persecución y el desprecio del mundo, el consuelo y la gracia para siempre. R.Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: COMPROMISO CRISTIANO
Detalles bellísimos los que nos revela San Mateo. Pongamos atentamente nuestro entendimiento para captar toda la doctrina, y nuestro corazón para sentir con Jesús, María y José.

LECTURA: San Mateo, 2, 13-15.
Huida a Egipto y muerte de los inocentes. 13 Después de que ellos se hubieron ido, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate toma al niño ya su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. 14E1 se levantó, tomó al niño y a su madre de noche, se fue a Egipto, 15y permaneció allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por medio del profeta.

¿Cómo se comporta la Virgen para defender a Jesús? No pierde el tiempo. No espera. Aquella misma noche. Con suma discreción. No se perdona ningún sacrificio. Jesús, en nuestra vida cristiana, se encuentra también perseguido. Hemos de defenderle en nosotros (vida de gracia). En la Iglesia. En los demás. La defensa de Dios nos acarreará el sacrificio y la renuncia a muchas cosas. A los mártires les costó ¡a sangre.

ACLAMACIONES
D. — Para que siempre estemos dispuestos a defender a Jesucristo.
R. — Madre, danos fortaleza.
D. — Para que sepamos defender ¡a gracia en nosotros.
R. — Madre…
D. — Para que seamos generosos y heroicos a la hora de defender a nuestros hermanos.
R. — Madre…
D. — Para que siempre sepamos defender a Nuestra Madre la Iglesia con obras y de verdad.
R. — Madre…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA SÉPTIMO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
Vamos a escuchar las primeras palabras de Jesús conservadas en el Evangelio. Son un diálogo con María y José para darles una doctrina recia. A los hijos de Dios reunidos para ocuparse en el templo de las cosas que son del Padre Celestial, la paz y el gozo del Señor.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: UNIDAD DE VIDA
Muy importantes lecciones para nuestra vida práctica, para formar nuestro criterio cristiano y deslindar los terrenos entre Dios y nuestras obligaciones humanas.

LECTURA: San Lucas, 2, 40-52.
40El niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en El. Jesús entre los doctores. 41Sus padres iban cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. 42Cuando tuvo doce años subieron, como era su costumbre, para la fiesta; 43y pasados los días, al regresar ellos, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. 44Creyendo que iba en la comitiva, anduvieron una jornada, y lo buscaron entre los parientes y conocidos; 45a1 no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en busca suya. 46A los tres días lo encontraron en el Templo sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles. 47Todos los que le oían estaban admirados de su inteligencia y de sus respuestas. 48A1 verlo se quedaron maravillados, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué has hecho esto? He aquí que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. 49Les contestó: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?” 50Y ellos no comprendieron lo que les decía. Más sobre la vida oculta. 51Descendió Jesús con ellos, fue a Nazaret, y les estaba sumiso. Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. 52Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres.

Iban sus padres cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Piedad: Deberes con Dios «antes la obligación que la devoción», pero la primera obligación es el trato con Dios. Unidad de vida. Hay que revisar las leyes de Dios que regulan nuestra pie
dad (tres primeros Mandamientos de la Ley de Dios). Buscan a Jesús sin descanso y con sacrificio. No desmayan buscándole. Al tercer día lo encuentran en el TEMPLO. Así hemos de buscar siempre al Señor, aunque se esconda, aunque tengamos que buscarle con lágrimas. ¿Cómo se ocupan los padres de los hijos? ¿Rezan y se sacrifican por el bien espiritual? «Descendió con ellos a Nazaret»: vida escondida, laboriosa, obediente, contemplativa: «Su Madre conservaba todas estas cosas en su corazón».

ACLAMACIONES
D. — Para que busquemos siempre a Jesucristo sin descanso por la gracia.
R. — Madre, danos fortaleza.
D. — Para que le busquemos en el recogimiento y en la oración.
R. — Madre…
D. — Para que nos ocupemos primero de las cosas que son del Padre celestial.
R. — Madre…
D. — Para que amemos la vida escondida con Jesucristo en Dios.
R. — Madre…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA OCTAVO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
Es el Evangelista San Juan quien hoy nos va a llevar de la mano para asistir con Jesús, María y los Apóstoles a una escena familiar, entrañable. Pongamos atención al valor de la oración de María: OMNIPOTENCIA SUPLICANTE. – A todos los invitados por Dios al banquete de su misericordia y su Eucaristía, la paz y el gozo en el Señor.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: PRESENCIA EN EL MUNDO
Aprendamos siempre a saber «estar» en todo lugar. El cristiano tiene que estar presente en todas las actividades humanas.

LECTURA: San Juan, 2, 1-11.
La boda de Caná. 1Tres días después hubo una boda en Caná de Galilea, en la que se hallaba la madre de Jesús. 2Jesús, con sus discípulos, fue invitado también a la boda. 3Y faltando vino, dijo a Jesús su madre: “No tienen vino”. 4Jesús contestó: “¿A ti y a mí qué, mujer? Mi hora aún no ha llegado”. 5La madre dijo a los sirvientes: “Hagan lo que El les diga”. 6Había allí seis tinajas de piedra para las abluciones de los judíos, de dos o tres metretas cada una. 7Jesús les dijo: “Llenen de agua las tinajas”. Y las llenaron hasta los bordes. 8Añadió: “Saquen ahora y lleven al maestresala”. Y lo llevaron. 9Apenas el maestresala probó el agua cambiada en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al novio y le dijo: 10“Todos sirven primero el mejor vino y, cuando han bebido bastante, el peor. Tú has guardado el buen vino hasta ahora”. 11Así y en Caná de Galilea, dio Jesús principio a sus milagros, manifestó su gloria, y creyeron en El sus discípulos.

¿Qué hace María en Caná de Galilea? Participa en una fiesta social. El cristiano es un hombre que vive en el mundo. El hombre es social por naturaleza. El hecho de ser cristiano no lo aísla de la sociedad; vive en ella; tiene que relacionarse con los demás hombres. Cristo en la gran oración sacerdotal no pide al Padre que saque a los suyos del mundo, sino que se santifiquen en el mundo. María nos lo enseña a vivir en esta escena evangélica con discreción, naturalidad, sencillez. Una invitada más, sin insignia especial. Sin ser notada, pero actuando sin ruido. No hay que apoyarse en nuestra condición de católicos para influir; hay que vivir discretamente nuestra vida sobrenatural para ser eficaces. María hace oración en medio del banquete: «No tienen vino». Una oración de ocasión, sin alardes, sin gestos llamativos.

ACLAMACIONES
D. — Para que aprendamos a participar con fruto en todas las actividades humanas.
R. — Imploramos, Madre, tu ayuda.
D. — Para que sepamos hacer mucho, sin ruido, pero con eficacia.
R. — Imploramos…
D. — Para que vivamos la confianza absoluta en tu OMNIPOTENCIA SUPLICANTE.
R. — Imploramos…
D. — Para que sepamos santificar nuestra profesión, negocios, diversión y vida de familia.
R. — Imploramos…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

 

DIA NOVENO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA
Es muy fácil centrar toda nuestra atención en la escena del Calvario. De pie, María, junto a la Cruz de Cristo, en compañía de otras personas: un hombre joven, Juan. Unas mujeres piadosas. Una pecadora penitente. Dos ladrones crucificados. Dos conversos de última hora: Dimas y Longinos. A todos los corredimidos por los Dolores de la Virgen, la misericordia de Dios Padre y de nuestro Redentor Jesucristo.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: AMOR A LA CRUZ
Proclamación solemne de la Maternidad de la Virgen sobre nosotros. Es un marco de universalidad, de apertura. «Mujer, he ahí a tu hijo». «Hijo, he ahí a tu Madre».

LECTURA: San Juan, 19, 25-27.
Jesús y su Madre. 25Estaban en pie junto a la cruz de Jesús su madre, María de Cleofás, hermana de su madre, y María Magdalena. 26Jesús, viendo a su madre y junto a Ella al discípulo que El amaba, dijo a su madre: “Mujer, he ahí a tu hijo”. 27Luego dijo al discípulo: “He ahí a tu madre”. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa.

Todos cobijados por la Cruz que tiene un signo de apertura infinita y eterna. Todos unidos en Cristo bajo su mirada. No hay almas de segunda clase. A todos busca y llama la Iglesia, porque todos son hijos de Dios. No puede haber en la Iglesia monopolios, ni sociedades limitadas, ni exclusivas. Los brazos de Cristo abiertos lo indican y la compañía que tiene la Virgen lo define solemnemente. La Virgen goza de la maravillosa variedad de los Hijos de Dios. La Iglesia es bendita por esa maravilla de la variedad en la unidad: No es cristiano rechazar lo que no nos va o no hemos tenido la humildad de conocer. Si la Iglesia, que es Cristo, aprueba, nosotros con los brazos abiertos. La Madre Iglesia es fecunda como la Sangre de Cristo. Amplitud y reciedumbre. Corredención. María no habla, no se le oye ni un gemido y corredime.

ACLAMACIONES
D. — Para que la salvación que nos conseguiste asociando tus dolores a los del Señor llegue a todas las almas.
R. — Intercede, Madre, por nosotros.
D. — Para que comprendamos y vivamos la apertura de la Cruz.
R. — Intercede…
D. — Para que busquemos nuestro puesto al lado de Cristo Crucificado.
R. — Intercede…
D. — Para que vivamos la audacia y la reciedumbre de la Cruz.
R. — Intercede…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.

OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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A la Inmaculada Concepción DEVOCIONES Y ORACIONES

Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción

“Hermosa como la luna, elegida como el sol, terrible como un ejército en orden de batalla”

Después de consultar muchos archivos y fuentes históricas, el Pe. Colin, biógrafo de San Alfonso María de Ligorio, concluyó que Frei Bernardino de Busti (1450-1513), el gran e ilustre predicador franciscano, fue el autor del Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción.

Oriundo de la familia de los Busti, de Milán, hizo en esta ciudad sus primeros estudios, terminando jurisprudencia en Pavía. En 1475 ingresó en la Orden de los Frailes Menores, en la cual se destacó por el ejemplo de sus virtudes y por el brillo de su inteligencia.

Filósofo y teólogo, versado también en el Derecho eclesiástico y civil, Fray Bernardino de Busti, se distinguió como apóstol y escritor particularmente mariano. La fecundidad de su espíritu produjo diversas obras, siendo la mayor y más difundida el «Mariale de singulis festivatis Beatae Virginae Mariae» realizada en 1492, citada frecuentemente por los autores eclesiásticos. Referente a la Inmaculada Concepción, publicó nueve sermones, además de su «Officium et Missa de Immaculata Conceptione».

Fray Bernardino murió, en olor de santidad, entre los años 1513 y 1515 (probablemente el día 8 de mayo de 1513), en el convento de Santa María della Misericordia, en Melegnano (Lombardía). No tardó mucho para que la devoción popular -vox populi Dei- lo proclamase bienaventurado(2).

DIFUSIÓN

A pesar de la virtuosa penumbra en que dejó que quedara su autor, el Pequeño Oficio se difundió enormemente por el orbe católico. Entre los que cooperaron para ello, se encuentra especialmente San Alfonso Rodríguez, S.J., natural de Segovia (España). Ardoroso devoto de la Santísima Virgen, este insigne jesuita recibió con júbilo el salterio mariano, que consideraba el más bello himno de alabanza a la Inmaculada Soberana.

Escribe San Alfonso Rodríguez de sí mismo, en tercera persona: «(Cierto día) este hombre daba gracias después de la comida, cuando se vio en presencia de la Santísima Virgen que lo favoreció con su trato íntimo y familiar. Recibió de Ella la orden de escribir las oraciones que acostumbraba a rezar. Teniendo recelo de que fuera una ilusión, fue tranquilizado por María, que nuevamente lo exhortó a obedecer para la gloria de Dios.

Las oraciones que desde hacía mucho acostumbraba a dirigir a la Virgen eran principalmente el Rosario, la Letanía de Nuestra Señora, el Oficio de su Santísima Concepción (que sabía de memoria), doce Salves y doce Ave-Marías para recordar cada hora la beatísima Concepción y alcanzar el auxilio de Jesús contra los ataques del pecado. Cuando cumplía estas prácticas de piedad, se sentía maravillosamente abrasado en devoción y amor; y disfrutaba de los más deliciosos coloquios con María» (Acta SS.).

Cuando era portero del colegio de Mallorca, como hermano coadjutor de la Compañía de Jesús, San Alfonso Rodríguez no esperó a la invitación de la Madre de Dios para difundir entre sus conocidos la práctica de esta devoción mariana. Siempre que se lo permitían sus funciones, recomendaba a todos el pequeño Oficio como medio de alabar especialmente a la Santísima Virgen(3).

En los momentos de descanso, transcribía a mano esta oración y la distribuía entre los alumnos del colegio, enseñándoles al mismo tiempo la manera de recitarla. De este piadoso apostolado no excluía a sus hermanos de hábito, extendiendo así la práctica del Pequeño Oficio a las demás casas de la Compañía de Jesús.

San Alfonso Rodríguez falleció en octubre de 1617, tras haber sido coronados sus esfuerzos.

No fue menor el ejemplo de San Alfonso María de Ligorio. Doctor de la Iglesia y Fundador de los Redentoristas, jurando defender con su propia vida el privilegio de la Inmaculada Concepción. Desde el momento en que conoció el Pequeño Oficio, pasó a rezarlo todos los días.

Según autores competentes, cierta vez la Santísima Virgen se apareció a San Alfonso, agradeciéndole y aprobando la recitación de las piadosas Horas. Luego le ordenó que las escribiese y las difundiese(4).

También las Congregaciones Marianas ayudaron de modo relevante a la propagación de este Oficio. Muchos miembros poseían su propia edición y la rezaban en todas las reuniones.

MODO DE REZAR

El pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción sigue las divisiones tradicionales del gran Oficio divino, cuya recitación distribuyó en diferentes horas del día el salterio del Rey y Profeta David, que decía: «Siete veces al día, te dirigirás al Señor en alabanzas».

De acuerdo con los cánones del Breviario, se reparte así:

Maitines: antes de la aurora
Prima: a las 6 horas

Tercia: a las 9 horas
Sexta: a las 12 horas
Nona: a las 15 horas
Vísperas: al atardecer
Completas: por la noche

Aunque se puede rezar todo de una vez, es mejor seguir esta división que renueva, durante el día, el recuerdo y las excelsas alabanzas a María Santísima. Si se recita en coro el Pequeño Oficio, se debe hacerlo por entero, adecuado al lugar y al número de personas que lo rezan. La pronunciación debe ser clara, bien inteligible y al unísono, para que pueda infundir devoción a los que rezan y a los que oyen.

A las palabras: «Abre ahora mis labios», se hace, con el pulgar derecho, una señal de la cruz en los labios. En Completas, al decir: «Conviértenos Jesús», la señal de la cruz se hace en el pecho, con el mismo pulgar. Todas las veces que se dice: «En mi socorro venid ya, Señora» se hace la señal de la cruz completa.

Los Himnos se suelen rezar de pie. El «Oremos» final de cada Hora, de rodillas, al igual que el ofrecimiento y las oraciones después del Oficio. Este pequeño ceremonial, aunque no es obligatorio, nos lleva a atender el deseo de la Santa Madre Iglesia de que se rece el Oficio dignamente, con piedad y atención.

INDULGENCIAS

Tuvo el inmortal Pontífice Pío IX, el Papa de la Inmaculada Concepción, la honra de consagrar mundialmente el Oficio Menor.

A petición de Mons. Carlos F. Rousselet, Obispo de Sée (Francia), se concedió 300 días de indulgencia, por la recitación de estas Horas: De igual modo, Pío IX concedió 100 días de indulgencia a quien rezase la antífona «Esta es la Virgen», con el verso, el responso y la oración(5).

 

TEXTO DEL PEQUEÑO OFICIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

MAITINES
V.- Entonad ahora, labios míos,
R.- Los dones y las glorias de la Virgen Madre de Dios.
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, ¡oh Virgen Madre!, Señora mía,
Estrella de la mañana, del Cielo Reina.
Llena de gracia sois; salve, luz pura,
Velad por el mundo y por toda criatura.
Para Madre el Señor os destinó
El que los mares, la tierra y el Cielo creó.
Él preservó vuestra Concepción
De la mancha que todos tenemos desde Adán. Amén.

V.- Dios la escogió y la predestinó.
R.- En su Tabernáculo la hizo habitar.
V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.

Oremos: Santa María, Reina de los Cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Dominadora del mundo, que a nadie desamparáis ni despreciáis; poned, Señora, en mí, los ojos de vuestra piedad y alcanzadme de vuestro amado Hijo el perdón de todos mis pecados, para que, venerando ahora afectuosamente vuestra Inmaculada Concepción, consiga después la corona de la eterna bienaventuranza: por el mismo Hijo vuestro, Jesucristo, Señor Nuestro, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en unidad perfecta, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.
V.- Bendigamos al Señor.
R.- Demos gracias a Dios.
V.- Las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
R.- Amén.

 

PRIMA

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, Virgen Prudente, destinada
Para dar al Señor digna morada.
Con las siete columnas de la Escritura,
Del templo a la mesa os ornó en figura.
Fuisteis libre del mal que al mundo espanta,
Y en el seno materno siempre santa.
Puerta de los Santos: Eva, Madre de la vida,
Estrella de Jacob aparecida.
Armáis la escuadra contra Luzbel;
Sed amparo y refugio del pueblo fiel. Amén.
V.- Él mismo la creó en el Espíritu Santo.
R.- Y la representó maravillosamente en todas sus obras.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines ).

 

TERCIA

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Sois el Arca de la Alianza, el Trono de Salomón,
Bello iris celeste, zarza ardiente de visión.
Vos sois la Virgen florida, el velo de Gedeón,
Divino portal cerrado, el panal del fuerte Sansón.
Convenía, ciertamente, que la Madre de tan noble Hijo
No tuviese de Eva la mancha y resplandeciese con todo el brillo.
Y habiendo el Verbo escogido por madre a la Virgen casta,
No quiso que estuviese sujeta a la culpa que el mundo arrastra. Amén.

V.- Yo habito en lo más alto del Cielo.
R.- Y mi trono está sobre la columna de las nubes.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

SEXTA

V.-En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Dios os salve, Virgen Madre, Vos sois el templo de la Trinidad,
El puro encanto de los Ángeles, agasajo de castidad.
Sois el consuelo de los tristes, el huerto de la alegría,
Sois la palma de la paciencia, el cedro de la pureza.
María, Vos tierra sois, bendita y sacerdotal,
Concebida y preservada sin pecado original.
Ciudad Santa del Altísimo, del Cielo entrada oriental,
Hay en Vos, Virgen singular, toda la gracia celestial. Amén.

V.- Como un lirio entre los espinos,
R.- Así es mi predilecta entre los hijos de Adán.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

NONA

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Sois ciudad de refugio, de torres fortalecida,
Por David atrincherada, y de armas también defendida.
Sin pecado concebida, en caridad abrasada,
Fue del dragón la soberbia, por Vos, herida y humillada.
Sois la bella Abigail, Judith invicta y entusiasmada,
Fuisteis del verdadero David Madre tierna, Madre cariñosa.
Raquel dio a Egipto un prudente gobernador,
La Virgen de las vírgenes dio al mundo su Salvador. Amén.

V.- Sois toda hermosa, ¡oh Madre querida!
R.- Y la mancha original nunca os tocó
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

VÍSPERAS

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, regulador celeste, por el cual
El sol retrocedió en diez líneas.
A fin de encarnarse el Verbo eterno, y ser humillado,
Y el hombre, como el sol, al Cielo ser levantado.
De aquel sol brillante la Virgen tiene el fulgor,
Y cual aurora naciente refulge en esplendor.
Lirio entre los espinos, la cabeza del dragón pisando,
Cual luna bella ilumina a los que en el mundo van errando. Amén.

V.- Yo hice nacer en el Cielo la luz que no se apaga
R.- Y cubrí como niebla la tierra entera
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

COMPLETAS

V.- Conviértenos Jesús, por vuestro amor.
R.- Y retira de nosotros tu furor.
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, floreciente Virgen pura,
Reina de astros coronada.
Más pura que los Ángeles, tenéis el trono
A la derecha del Rey, en nuestro auxilio.
¡Oh Madre de gracia!, nuestra dulce esperanza,
Del mar Estrella y puerto de bonanza.
Puerta del Cielo, salud en la enfermedad,
De Dios nos guía a la feliz presencia. Amén.

V.- Vuestro Nombre ¡oh María!, es como un bálsamo.
R.- Mucho os aman vuestros siervos fieles.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

DESPUÉS DEL OFICIO

Acepta, ¡oh Virgen!
Esta devoción
En alabanza de vuestra
Pura Concepción.
Sednos en la vida
Defensora y guía;
Sednos aliento
En nuestra agonía.
¡Oh Madre de bondad!,
¡Oh dulce María!.

Antífona. Esta es la Virgen admirable, en la cual no hubo mancha original, ni sombra de pecado.

V.- En vuestra Concepción, ¡oh Virgen!, fuisteis Inmaculada.
R.- Rogad por nosotros al Padre Eterno, cuyo Hijo trajisteis al mundo.

Oremos. ¡Oh Dios! que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste a vuestro Hijo una digna morada, os rogamos que, pues en virtud de la previsión de la muerte de vuestro Hijo la preservasteis de toda mancha, nos concedáis también que, purificados por su intercesión, lleguemos a vuestra Divina Presencia. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

________________________________

1. ) San Luis María Grignion de Montfort. «Tratado de la verdadera Devoción a La Santísima Virgen».
2. ) Cfr. Enciclopedia Católica, Ed Sansoni (Firenze).
3. ) San Alfonso Rodríguez fue también un ardiente propagandista del Oficio Parvo de Nuestra Señora, compuesto en época más remota que el de la Inmaculada Concepción y basándose en los Salmos del Breviario. (Cfr.Fr. Antonio Royo Marín, O.P. «La Virgen María, Teología y espiritualidad marianas, B.A.C.)
4. )Cfr. Béringer,»Les Indulgences»,apud Pe.Texier «Les paroles de la Sainte Vierge». Librairie Religieuse H. Oudin, (París).
5. ) Excepto las referencias indicadas por las notas precedentes, se basa esta introducción en la del Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción, Ed. Paulinas, (São Paulo).

Fuente: D. João S. Clá Dias (Heraldos del Evangelio)
 

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A la Inmaculada Concepción DEVOCIONES Y ORACIONES

Oración del Papa Juan Pablo II a María Inmaculada

SANTA MISA CON OCASIÓN DEL 150° ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACIÓN DEL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN 

HOMILÍA DE JUAN PABLO II
Miércoles 8 de diciembre de 2004

1. «Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1, 28).

Con estas palabras del arcángel Gabriel, nos dirigimos a la Virgen María muchas veces al día. Las repetimos hoy con ferviente alegría, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción, recordando el 8 de diciembre de 1854, cuando el beato Pío IX proclamó este admirable dogma de la fe católica precisamente en esta basílica vaticana.

Saludo cordialmente a cuantos han venido hoy aquí, en particular a los representantes de las Sociedades mariológicas nacionales, que han participado en el Congreso mariológico y mariano internacional, organizado por la Academia mariana pontificia.

Amadísimos hermanos y hermanas, os saludo también a todos vosotros aquí presentes, que habéis venido a rendir homenaje filial a la Virgen Inmaculada. De modo especial, saludo al señor cardenal Camillo Ruini, al que renuevo mi más cordial felicitación por su jubileo sacerdotal, expresándole toda mi gratitud por el servicio que, con generosa entrega, ha prestado y sigue prestando a la Iglesia como mi vicario general para la diócesis de Roma y como presidente de la Conferencia episcopal italiana.

2. ¡Cuán grande es el misterio de la Inmaculada Concepción, que nos presenta la liturgia de hoy!

Un misterio que no cesa de atraer la contemplación de los creyentes e inspira la reflexión de los teólogos. El tema del Congreso que acabo de recordar -«María de Nazaret acoge al Hijo de Dios en la historia»- ha favorecido una profundización de la doctrina de la concepción inmaculada de María como presupuesto para la acogida en su seno virginal del Verbo de Dios encarnado, Salvador del género humano.

«Llena de gracia», : con este apelativo, según el original griego del evangelio de san Lucas, el ángel se dirige a María. Este es el nombre con el que Dios, a través de su mensajero, quiso calificar a la Virgen. De este modo la pensó y vio desde siempre, ab aeterno.

3. En el himno de la carta a los Efesios, que se acaba de proclamar, el Apóstol alaba a Dios Padre porque «nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales» (Ef 1, 3).

¡Con qué especialísima bendición Dios se ha dirigido a María desde el inicio de los tiempos! ¡Verdaderamente bendita, María, entre todas las mujeres! (cf. Lc, 1, 42).

El Padre la eligió en Cristo antes de la creación del mundo, para que fuera santa e inmaculada ante él por el amor, predestinándola como primicia a la adopción filial por obra de Jesucristo (cf. Ef 1, 4-5).

4. La predestinación de María, como la de cada uno de nosotros, está relacionada con la predestinación del Hijo. Cristo es la «estirpe» que «pisaría la cabeza» de la antigua serpiente, según el libro del Génesis (cf. Gn 3, 15); es el Cordero «sin mancha» (cf. Ex 12, 5; 1 P 1, 19), inmolado para redimir a la humanidad del pecado.

En previsión de la muerte salvífica de él, María, su Madre, fue preservada del pecado original y de todo otro pecado. En la victoria del nuevo Adán está también la de la nueva Eva, madre de los redimidos. Así, la Inmaculada es signo de esperanza para todos los vivientes, que han vencido a Satanás en virtud de la sangre del Cordero (cf. Ap 12, 11).

5. Contemplamos hoy a la humilde joven de Nazaret, santa e inmaculada ante Dios por el amor (cf. Ef 1, 4), el «amor» que, en su fuente originaria, es Dios mismo, uno y trino.

¡La Inmaculada Concepción de la Madre del Redentor es obra sublime de la santísima Trinidad! Pío IX, en la bula Ineffabilis Deus, recuerda que el Omnipotente estableció «con el mismo decreto el origen de María y la encarnación de la divina Sabiduría» (Pii IX Pontificis Maximi Acta, Pars prima, p. 559).

El «sí» de la Virgen al anuncio del ángel se sitúa en lo concreto de nuestra condición terrena, como humilde obsequio a la voluntad divina de salvar a la humanidad, no de la historia, sino en la historia. En efecto, preservada inmune de toda mancha de pecado original, la «nueva Eva» se benefició de modo singular de la obra de Cristo como perfectísimo Mediador y Redentor. Ella, la primera redimida por su Hijo, partícipe en plenitud de su santidad, ya es lo que toda la Iglesia desea y espera ser. Es el icono escatológico de la Iglesia.

6. Por eso la Inmaculada, que es «comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de Cristo, llena de juventud y de limpia hermosura» (Prefacio), precede siempre al pueblo de Dios en la peregrinación de la fe hacia el reino de los cielos (cf. Lumen gentium, 58; Redemptoris Mater, 2).

En la concepción inmaculada de María la Iglesia ve proyectarse, anticipada en su miembro más noble, la gracia salvadora de la Pascua.

En el acontecimiento de la Encarnación encuentra indisolublemente unidos al Hijo y a la Madre: «Al que es su Señor y su Cabeza y a la que, pronunciando el primer «fiat» de la nueva alianza, prefigura su condición de esposa y madre»  (Redemptoris Mater, 1).

7. A ti, Virgen inmaculada, predestinada por Dios sobre toda otra criatura como abogada de gracia y modelo de santidad para su pueblo, te renuevo hoy, de modo especial, la consagración de toda la Iglesia.

Guía tú a sus hijos en la peregrinación de la fe, haciéndolos cada vez más obedientes y fieles a la palabra de Dios.

Acompaña tú a todos los cristianos por el camino de la conversión y de la santidad, en la lucha contra el pecado y en la búsqueda de la verdadera belleza, que es siempre huella y reflejo de la Belleza divina.

Obtén tú, una vez más, paz y salvación para todas las gentes. El Padre eterno, que te escogió para ser la Madre inmaculada del Redentor, renueve también en nuestro tiempo, por medio de ti, las maravillas de su amor misericordioso. Amén.

 

MARÍA INMACULADA, MUJER EUCARÍSTICA

Oración de Juan Pablo II ante la Imagen de la Inmaculada en la Plaza de España de Roma (8-12-2004)

1 ¡Virgen Inmaculada!
Una vez más estamos aquí para rendirte homenaje
a los pies de esta columna,
desde la cual velas con amor
sobre Roma y sobre el mundo entero
desde cuando, hace ciento cincuenta años,
el beato Pío IX proclamó,
como verdad de la fe católica,
tu preservación de toda mancha de pecado
en previsión de la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.

2 ¡Virgen Inmaculada!
Tu intacta belleza espiritual
es para nosotros fuente viva de confianza y de esperanza.
Tenerte como Madre, Virgen Santa,
nos afianza en el camino de la vida
como prenda de eterna salvación.
Por ello a ti, oh María,
recurrimos confiados.
Ayúdanos a construir un mundo
en el que la vida del hombre se vea siempre amada y defendida;
toda forma de violencia, desterrada;
la paz, por todos tenazmente buscada.

3 ¡Virgen Inmaculada!
En este Año de la Eucaristía,
concédenos celebrar y adorar
con renovada fe y ardiente amor
el santo misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Bajo tu magisterio, oh Mujer eucarística,
enséñanos a conmemorar las maravillosas obras
que Dios no deja de realizar en el corazón de los hombres.
Con materno desvelo, Virgen María,
guía siempre nuestros pasos por los caminos del bien. Amén.

(Original italiano procedente del archivo informático
de la Santa Sede; traducción de ECCLESIA.)

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A la Inmaculada Concepción DEVOCIONES Y ORACIONES

Triduo a la Inmaculada Concepción

Por la señal…
Señor mío Jesucristo… o Pésame Dios mío…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen purísima, concebida sin pecado y desde aquel primer instante toda hermosa y sin mancha, gloriosa María, llena de gracia y Madre de mi Dios, Reina de los Angeles y de los hombres: Sois el asilo seguro de los pecadores penitentes: con razón, pues, a Vos acudo; sois Madre de misericordia; no podréis, por lo tanto; dejar de enterneceros a la vista de mis miserias; sois, después de Jesucristo, toda mi esperanza: no dejaréis de aceptar con agrado la tierna confianza que tengo en Vos. Alcanzadme que sea digno de ser llamado hijo vuestro y que pueda deciros con entera confianza: «Monstra te esse matrem», demuestra que eres mi Madre.

 

DÍA PRIMERO

Vedme a vuestros santísimos pies, oh Virgen Inmaculada; me alegro grandemente con Vos, que desde la eternidad hayáis sido elegida Madre del Verbo eterno y preservada de la culpa original. Doy gracias y bendigo a la Santísima Trinidad, que os enriqueció con tales privilegios en vuestra Concepción; y os suplico humildemente que me alcancéis la gracia de vencer los tristes efectos que el pecado original causó en mí y que nunca deje de amar a mi Dios.
Rezar doce Avemarías y luego la Letanía Lauretana.

 

DÍA SEGUNDO

¡Oh, María, Lirio inmaculado de pureza! Me congratulo con Vos, porque desde el primer instante de vuestra Concepción fuisteis colmada de gracia, y porque, además, os haya sido concedido el uso perfecto de la razón. Doy gracias y adoro a la Santísima Trinidad por haberos adornado con dones tan sublimes, y me confundo todo delante de Vos, al verme tan pobre de gracias. Haced a mi alma participe de ella y de los tesoros de vuestra Inmaculada Concepción.
Rezar doce Avemarías y luego la Letanía Lauretana.

 

DÍA TERCERO

¡Oh, espejo de pureza, Inmaculada Virgen María! Me complazco sumamente al considerar que desde vuestra Concepción os fueron infundidas las virtudes más sublimes y perfectas, junto con todos los dones del Espíritu Santo. Doy gracias y alabo a la Santísima Trinidad por haberos favorecido con estos privilegios, y os suplico, oh Madre benigna, me alcancéis la práctica de las virtudes para hacerme así digno de recibir los dones y la gracia del Espíritu Santo.
Rezar doce Avemarías y luego la Letanía Lauretana.

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A la Inmaculada Concepción DEVOCIONES Y ORACIONES Galería

Oraciones a la Inmaculada Concepción

A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Ninguno del ser humano como vos se pudo ver;
que a otros los dejan caer y después les dan la mano.
Mas vos, Virgen, no caíste como los otros cayeron,
que siempre la mano os dieron con que preservada fuiste.
Yo, cien mil veces caído, os suplico que me deis la vuestra
y me levantéis por que no quede perdido.

Y por vuestra concepción, que fue de tan gran pureza,
conserva en mí la limpieza del alma y del corazón,
para que de esta manera suba con vos a gozar
del que sólo puede dar vida y gloria verdadera. Amén.

 

VENID Y VAMOS TODOS

Venid y vamos todos, en flores a porfía,
en flores a María, que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,
más que la luna bella, postrada a tus pies.
Veníamos a ofrecerte las flores de este suelo;
con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.
Tu poderosa mano defiéndanos, Señora,
y siempre, desde ahora, a nuestro lado estés.

 

ORACIÓN A LA INMACULADA CONCEPCIÓN de San Vicente Pallotti

Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.

A Vos, oh Virgen santísima, lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles y de todos los santos; Vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús; y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José, vuestro purísimo esposo. Amén.

 

ORACIÓN

¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu poderoso patrocinio. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los miserables hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada, que desde el primer instante de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo! Acoge las súplicas de los que, unidos a ti en un solo corazón, te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo para que no caigamos nunca en las emboscadas que se nos preparan; para que todos lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, la Iglesia y la sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz. Amén.

 

JACULATORIA

Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, Madre de Dios. Avemaría.

 

EJERCICIO PIADOSO A LA INMACULADA VIRGEN

Oh Dios, que por la Inmaculada Virgen, preparasteis digna morada a vuestro Hijo; os suplicamos que, así como a ella la preservasteis de toda mancha en previsión de la muerte del mismo Hijo, nos concedáis también que, por medio de su intercesión, lleguemos a vuestra presencia puros de todo pecado. Por el mismo Jesucristo, nuestro señor. Amén.

1. Bendita sea la santa e inmaculada Concepción de la gloriosa Virgen María, Madre de Dios. Avemaría.

2. Oh María, que entrasteis en el mundo sin mancha de culpa, obtenedme de Dios que pueda yo salir de él sin pecado. Avemaría.

3. Oh Virgen María, que nunca estuvisteis afeada con la mancha del pecado original, ni de ningún pecado actual, os encomiendo y confío la pureza de mi corazón. Avemaría.

4. Por vuestra Inmaculada Concepción, oh María, haced puro mi cuerpo y santa el alma mía. Avemaría.

5. Oh María, concebida sin pecado, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos. Avemaría.