Categories
A la Medalla Milagrosa ARTÍCULOS DESTACADOS Catolicismo FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Gracias Movil NOTICIAS Noticias 2024 - enero - diciembre notorio

Cómo Obtener Abundantes Gracias de Dios con la Medalla Milagrosa ¡el secreto nunca contado!

La Clave para obtener las Gracias de María a partir de la Medalla Milagrosa.

¡Bienvenidos queridos hermanos!

A los que siguen diariamente el trabajo de este equipo y a los que se incorporan ahora.

Hoy queremos hablar del mensaje oculto de la Medalla Milagrosa, que pocos conocen y que les impide obtener una lluvia de gracias.

En 1830 tuvo lugar en París la madre de todas las apariciones modernas de la Santísima Virgen.

Comenzó lo que Pío XII llamó la “era de María”.

Luego le seguirán La Salette, Lourdes, Fátima y centenas más.

La Virgen se apareció a Santa Catalina Labouré para darnos dos mensajes:

El primero, que fue concebida sin pecado, Inmaculada.

Y el segundo, para regalarnos su Medalla Milagrosa prometiendo grandes gracias.

Y algo más que activa esas gracias, que ha quedado oculto, y vamos a revelar aquí.

Para que puedas obtener más gracias.

El domingo 18 de julio de 1830, cerca de las 11:30 de la noche, Santa Catalina Labouré oyó que por tres veces la llamaban por su nombre.

Entonces vio un niño vestido de blanco, que parecía tener como cuatro o cinco años, y le dijo:

“Levántate pronto y ven a la capilla, la Santísima Virgen te espera”.

El cuerpo del niño irradiaba resplandores, y a su paso todo quedaba iluminado.

Al llegar, la puerta de la capilla estaba cerrada, pero el niño tocó la puerta con su dedito y aquella se abrió al instante.

Y su sorpresa fue completa cuando, al entrar a la capilla vio encendidas todas las velas y los cirios.

Y a una señora de extremada belleza, que atravesaba majestuosamente el presbiterio.

Sor Catalina dudaba en el fondo de su corazón si verdaderamente estaba en presencia de la Reina de los Cielos o no.

Pero el niño le dijo: “Mira a la Virgen”.

Entonces, mirando a la Virgen, se arrodilló en el presbiterio, y quedó con sus manos apoyadas en las rodillas de Ella.

Y dice Catalina: “Allí pasé los momentos más dulces de mi vida, me sería imposible decir todo lo que sentí”.

Nuestra Señora le dijo: 

“Dios quiere confiarte una misión; te costará trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la gloria de Dios.

Han de llover desgracias sobre Francia. El trono será derribado.

El mundo entero se verá afligido por calamidades de todas clases». 

Y al decir esto la Virgen estaba muy triste.

«La cruz será despreciada, y el Corazón de mi Hijo será otra vez traspasado.

Correrá sangre por las calles».

La Virgen no podía hablar del dolor, las palabras se anudaban en su garganta.

«El mundo entero se entristecerá.

Deseo ardientemente derramar gracias sobre tu comunidad”.

Después de estar con ella unas dos horas, la Virgen desapareció de la vista de Sor Catalina, como una sombra que se desvanece.

La misión de Dios pronto le sería indicada con la revelación de la Medalla Milagrosa.

Y una semana después de esta aparición estalló la revolución de julio.

Y el sábado 27 de noviembre de 1830, en la víspera del primer domingo de Adviento, Santa Catalina estaba meditando en la capilla cuando escuchó el roce de un vestido de seda, que le recordó la aparición anterior. 

La Virgen María apareció vestida de blanco con mangas largas y un vestido cerrado hasta el cuello. 

Su cabeza estaba cubierta con un velo blanco que caía por ambos lados hasta los pies.

Al tratar de describir su rostro, Catalina solo pudo decir que era la Virgen María en su máxima belleza.

Sus manos estaban elevadas a la altura del corazón, sosteniendo un pequeño globo dorado coronado con una cruz.

Tenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y otras a la Tierra.

De repente, sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas brillantes, que emitían luz en todas las direcciones, rodeándola con tanta claridad que era imposible verla completamente.

Llevaba tres anillos en cada dedo: el más grueso cerca de la mano, uno de tamaño mediano en el medio y el más pequeño en la punta.

De las piedras preciosas fluían rayos de luz hacia abajo, llenando toda la zona inferior.

Y mientras Catalina contemplaba a la Virgen, ella le habló al corazón: “Este globo que ves a los pies de María representa el mundo entero, especialmente Francia, y cada alma en particular.

Los rayos simbolizan las gracias que doy a quienes las piden. 

Las perlas que no tienen rayos son las gracias de las almas que no piden”.

Retén esto, “Las perlas que no tienen rayos son las gracias de las almas que no piden”.

Y en este momento apareció una forma ovalada en torno a la Virgen y en el borde interior apareció escrita la siguiente invocación:

“María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que recurrimos a ti”.

Estas palabras formaban un semicírculo alrededor de Ella.

De sus manos salían los rayos de gracia.

Y estaba parada sobre un globo pisando una serpiente.

Y oyó de nuevo la voz en su interior:

7 “Haz que se acuñe una medalla según este modelo.

Todos cuantos la lleven puesta, recibirán grandes gracias.

Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza”.

La aparición, entonces, dio media vuelta y quedó formado en el mismo lugar el reverso de la medalla.

En él aparecía una M, sobre la cual había una cruz descansando sobre una barra.

Y debajo los corazones de Jesús y de María.

El primero estaba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. 

Y en torno a todo esto había doce estrellas.

La misma aparición se repitió, en las mismas circunstancias, hacia el fin de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831.

Todas las crónicas posteriores mencionan que quienes usan la Medalla Milagrosa obtuvieron gracias de todo tipo, incluido curaciones, y se registraron abundantes conversiones. 

Porque la Medalla Milagrosa es principalmente, un medio de distribución de todas las gracias que Jesús le ha dado a Su Santísima Madre. 

Ella es como un almacén de distribución masiva de gracias. 

Jesús le da las gracias, Ella contiene millones de gracias dentro de sí misma, y luego las distribuye.

¿Y cómo obtenemos nosotros esas gracias? 

A través de la Medalla Milagrosa, que actúa como una llave de acceso. 

Eso forma parte de la promesa. 

¿Y cuándo las obtenemos? 

Cada día, reza esta oración: “Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti”

Y cuando lo hagas pide a la Santísima Virgen cualquier cosa que necesites: desde superar la soledad, a aprender a rezar, hasta la gracia de hacer una tarea específica, conseguir trabajo, una curación, etc.

Ella quiere que acudas a Ella y le pidas todo lo que necesitas.

La luz que rodea a la Virgen simboliza la abundancia de gracias que Ella quiere dar. 

Pero las perlas oscuras de sus dedos, en cambio, representan las gracias que Dios quiso darnos, pero no pedimos, y por eso no las obtenemos.

Recuerda que Ella dijo: “Las perlas que no tienen rayos son las gracias de las almas que no piden”

Cada día hay gracias que podrías recibir, pero no las obtienes porque no las pides. 

La medalla no es solo para protección, está diseñada para que recibas más gracias que la Virgen ha recibido para repartir. 

¿Quieres vivir una vida de pobreza material y espiritual cuando podrías recibir estas bendiciones? 

Pide específicamente y notarás cambios. 

La prueba de su eficacia es que la medalla se llamaba originalmente “de la Inmaculada Concepción”, pero al registrarse una impresionante cantidad de gracias concedidos a través de ella, se le comenzó a llamar la “Medalla Milagrosa”.

Bueeeno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre el mensaje oculto de la Medalla Milagrosa, de que debemos ser insistentes en pedir las gracias que tiene la Virgen. 

Y me gustaría preguntarte si llevas contigo la Medalla Milagrosa y si le pides gracias o no.

MIRA ESTOS VIDEOS

LEE ESTOS ARTÍCULOS

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, la Primera Aparición Moderna, Francia https://forosdelavirgen.org/la-medalla-milagrosa-francia-27-de-noviembre/

Súplica y Oracion de Consagración a la Medalla Milagrosa https://forosdelavirgen.org/suplica-y-oracion-de-consagracion-a-la-medalla-milagrosa/

Triduo a la Medalla Milagrosa https://forosdelavirgen.org/triduo-a-la-medalla-milagrosa/

Santo Rosario de Jaculatorias de la Medalla Milagrosa https://forosdelavirgen.org/santo-rosario-de-jaculatorias-de-la-medalla-milagrosa/

Categories
A la Medalla Milagrosa Apariciones Apariciones y Visiones ARTÍCULOS DESTACADOS FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Movil NOTICIAS Noticias 2022 - enero - diciembre notorio REFLEXIONES Y DOCTRINA Religion e ideologías

Cómo Dios entregó la Medalla Milagrosa para Protegernos [en la Batalla Final contra el Maligno]

Por qué la Medalla Milagrosa nos Protege en las tribulaciones de los Tiempos Finales.

Uno de los fenómenos más asombrosos de la devoción católica es la rápida y masiva popularización de la Medalla MIlagrosa.

Que es la medalla de la Inmaculada Concepción.

Y el símbolo de la gracias que otorga Nuestra Señora, a quien se las pida.

Hoy vemos que se trató de un instrumento para enfrentar la época de apostasía de la fe y de las grandes tribulaciones que vendrían sobre el mundo y la Iglesia, hasta nuestros días.

Y arma celestial para luchar contra el mal. 

Las apariciones a Santa Catalina Labouré en 1830 tuvieron el objetivo central de acuñar y popularizar la Medalla Milagrosa.   

Aquí hablaremos sobre cómo fue la misión que María le pidió a Santa Catalina Labouré y el papel que juega la Medalla Milagrosa en los Tiempos Finales.

En 1830 con la aparición de la Medalla Milagrosa a Santa Catalina Labouré tiene lugar en París la primera aparición moderna de la Virgen Santísima.

Comienza lo que Pío XII llamó la «era de María», una etapa de sus repetidas visitas celestiales a la Tierra para prepararnos para las tribulaciones que vendrían.

En el transcurso de 46 años, María se reveló en 5 instancias en Francia, y todas estas apariciones han sido aprobadas por la Iglesia.

En 1846, en los Alpes del sur de Francia, se aparece a dos niños, Melanie Calvat y Maximin Giraud, como Nuestra Señora de La Salette.

En Lourdes en 1858 en la gruta de Massabielle se aparece a Santa Bernardita Soubirous, ya como la Inmaculada Concepción, dogma promulgado en 1854, quien diría que la Virgen se le apareció tal como se muestra en la Medalla MIlagrosa.

En 1871 aparece a un niño de doce años, Eugene Barbedette, en las cercanías del pueblo de Pontmain en Bretaña. 

Y en 1876 aparece a Estelle Faguette, una mujer de treinta y tres años, humilde e incurablemente enferma, en el pueblo de Pellevoisin.

Todas estas apariciones contenían advertencias de grandes problemas, peligros agudos, y de un tiempo en que todos creerían que todo estaba perdido, preparando a Francia y al mundo para las sucesivas tribulaciones. 

¿Y cómo fue que Nuestra Señora se las arregló para difundir la Medalla Milagrosa? 

Pocas semanas después de haber comenzado su noviciado, la noche del 18 de julio de 1830, Nuestra Señora se le apareció a Catalina con gran esplendor y dignidad.

Le anticipó el futuro diciendo, «la Cruz será pisoteada, la sangre correrá por las calles, el mundo se hundirá en la tristeza, pero la gracia se derramará sobre todos los que la pidan con fe y fervor».

Le confió secretos y le dio órdenes específicas.

Catalina nunca reveló estos secretos directamente al mundo exterior y su confesor al principio no prestó atención a los relatos de la joven monja, pero luego se persuadió de que era necesario.

Mientras que sus hermanas de convento nunca sabrían que Catalina había recibido la visita de la Virgen.

Poco después de la muerte de Catalina Labouré en 1877, se le otorgó el título de «venerable». 

En 1933 fue beatificada y en 1947 canonizada. 

Y cuando su cuerpo fue exhumado en 1933, casi cincuenta años después de su muerte, se encontró en perfecto estado.

En la primera aparición a Catalina, la noche del 18 al 19 de julio de 1830, un niño, quizás su ángel de la guarda, la despertó y la convocó a la capilla. 

Allí se encontró con la Virgen María y habló con ella durante varias horas. Durante la conversación, María le dijo, «Hija mía, te voy a dar una misión».

La segunda aparición fue el 27 de noviembre de 1830, fecha en la que luego se instauraría la fiesta de esta aparición. 

Vio a María de pie sobre lo que parecía ser un globo terráqueo, sosteniendo un globo dorado en sus manos, como si lo ofreciera al cielo.

En el globo estaba la palabra «Francia» y Nuestra Señora explicó que el globo representaba al mundo entero, pero especialmente a Francia.

Saliendo de los dedos había muchos rayos de luz y Ella le explicó que los rayos simbolizan las gracias que Ella obtiene para quienes las piden. 

Y en la tercera aparición vio a Nuestra Señora de pie sobre un globo terráqueo, con sus brazos ahora extendidos y con los deslumbrantes rayos de luz todavía saliendo de sus dedos. 

Y alrededor de la figura había una inscripción: «Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti».

Esto adelantaba el dogma de la Inmaculada Concepción, que sería promulgado por la Iglesia 24 años después.

Luego Nuestra Señora le mostró una medalla con la orden de que fuera acuñada.

En el frente, María está de pie sobre un globo, aplastando la cabeza de una serpiente bajo su pie.

Representa la escena del Génesis 3:15, donde Dios profetiza que una Mujer y su descendencia aplastarán la cabeza de satanás, que había engañado a Adán y Eva para que cometieran el Pecado Original.  

La Señora tiene una corona en su cabeza y de las manos salen rayos que representan gracias, pero no de todos sus dedos salen rayos, porque algunos representan las gracias que Dios ofrece pero nosotros rechazamos.

Y alrededor de la medalla está la inscripción: «Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti».

Posteriormente Nuestra Señora le mostró el diseño del reverso de la medalla.

Doce estrellas, que representan la fe de los 12 apóstoles, rodeaban una gran «M» de la que salía una cruz. 

Debajo había dos corazones con llamas, uno de ellos rodeado de espinas, el de Jesucristo, y el otro atravesado por una espada, el de María.

La «M» representa a María, y la conjunción de su inicial y la cruz muestra la estrecha relación de María con Jesús. 

La cruz puede simbolizar también nuestra redención, con la barra debajo de la cruz como un signo de la tierra o del altar.

María le dijo a Catalina, «haz acuñar una medalla sobre este modelo, quienes la lleven recibirán grandes gracias, sobre todo si la llevan colgada del cuello».

Las primeras Medallas se hicieron en 1832 y se distribuyeron en París. 

Y casi de inmediato, las bendiciones que María había prometido comenzaron a llover sobre quienes portaban Su Medalla. 

La devoción se extendió como la pólvora y la gente la llamaba la Medalla Milagrosa. 

Su difusión fue cimentada por la conversión del Arzobispo Pradt de Malinas, que había desertado de la Iglesia durante la Revolución Francesa y se negaba firmemente a someterse a la autoridad de Roma. 

Cuando el Arzobispo de París lo visitó en su lecho de muerte, Pradt inmediatamente se humilló y se reconcilió con la Iglesia.

Y 12 años después, el 20 de enero de 1842, se produjo otra de las conversiones que conmovieron al mundo.

Le sucedió a Alfonso de Ratisbonne, un judío ateo, banquero y millonario, que despreciaba a la Iglesia y la fe católica, especialmente desde que su hermano mayor, Teodoro, se había convirtido al catolicismo y luego se ordenara como sacerdote católico. 

Alfonso de Ratisbonne también se convertiría en sacerdote.

Unos meses después de esa aparición, se pintó la imagen de María cuando se apareció a Ratisbonne y luego se colgó sobre el altar de la iglesia donde él la vio. 

Y otro devoto de María y de la Medalla Milagrosa, San Maximiliano Kolbe, celebraría su primera Misa en la misma iglesia de Roma, ante el mismo cuadro.

Y se convirtiría en el principal promotor de la Medalla Milagrosa de la primera mitad del siglo XX.

San Maximiliano defendió la distribución masiva de Medallas Milagrosas y diría «esta es verdaderamente nuestra arma celestial”, y describiría la medalla como «una bala con la que un soldado fiel golpea al enemigo, es decir, al mal, y así rescata las almas».

La Madre Teresa de Calcuta fue la principal defensora de la Medalla Milagrosa en la segunda mitad del siglo XX.

Era la herramienta que usaba como símbolo de su caridad.

Se la veía durante su trabajo tomar una Medalla Milagrosa entre sus dedos y preguntaba a menudo al enfermo «¿dónde te duele?», y luego presionaría suavemente la medalla en ese lugar, diciendo, «que la Virgen bese donde duele».

Y le decía al enfermo, «repite conmigo, ‘María Madre, sé una madre para mí ahora'». 

Acentuaba la palabra «ahora», y repetía la frase, mientras acariciaba al enfermo con la Medalla Milagrosa.

Y en su última visita al Bronx de Nueva York, en junio de 1997, sentada en una silla de ruedas, menos de tres meses antes de su muerte, acunaba una canasta llena de estas medallas milagrosas en su regazo.

Y daba cantidades considerables a cada sacerdote que la saludaba después de la Misa.

Ella le dio a la Medalla Milagrosa un nuevo impulso apostólico y reorientó la espiritualidad de la Medalla Milagrosa a su misión de caridad.

Se sabe que sus Misioneras de la Caridad distribuyen actualmente 1.8 millones de medallas al año.

Así fue cómo Nuestra Señora logró que la Medalla Milagrosa se hiciera tan popular y generalizada, y pudiera mostrar universalmente su gran eficacia en lograr conversiones y curaciones.

Sin embargo, en este proceso de creciente tribulación, comenzaron a soplar vientos aún más contrarios en el mundo y en la Iglesia.

Ya muchos de los sin fe se negaron a ver los milagros producidos, aunque para algunos se haya convertido en una imagen agradable para lucir en sus joyas.

Y dentro de la Iglesia se produjo una revolución iconoclasta luego del Concilio Vaticano II, que trató a las imágenes y sacramentales como amuletos y fetiches, adversarios de lo que llamaron una fe adulta.

Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre el nacimiento, la popularización y el sentido profético que tiene la popularización de la Medalla Milagrosa en nuestra época.

Y me gustaría preguntarte si llevas colgada al cuello la Medalla Milagrosa o no.

MIRA ESTOS VIDEOS

LEE ESTOS ARTÍCULOS

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, la Primera Aparición Moderna, Francia https://forosdelavirgen.org/la-medalla-milagrosa-francia-27-de-noviembre/

Las Dos Conversiones Más Prodigiosas mediante la MEDALLA MILAGROSA https://forosdelavirgen.org/aparicion-de-la-medalla-milagrosa-a-alfonso-de-ratisbone-francia-20-de-enero/

Por qué la Medalla Milagrosa es “la Madre” de las Apariciones Modernas de María https://forosdelavirgen.org/medalla-milagrosa-explicacion-de-las-apariciones/

Asombrosa Aparición de María a un Condenado a Muerte https://forosdelavirgen.org/maria-salvo-la-vida-eterna-de-dos-condenados-a-muerte-con-su-arrepentimiento-y-conversion-2013-01-21/

Categories
A la Medalla Milagrosa DEVOCIONES Y ORACIONES

Triduo a la Medalla Milagrosa

El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina. La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces:

«Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan».

Hecha la señal de la Cruz y recitado el Señor mío Jesucristo, se rezará lo siguiente:

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh María, sin pecado concebida, vedme postrado a vuestras plantas, lleno de confianza. Ese vuestro rostro purísimo, esa amable sonrisa de vuestros labios, esas manos cargadas de celestiales bendiciones, esa actitud amorosa que habéis adoptado para recibir a los que vienen a Vos, esos ojos fijos en la tierra para observar nuestras necesidades y venir en nuestro auxilio, todo, todo me inspira amor, confianza y completa seguridad. Y como si esto fuera poco para alejar de nosotros toda duda habéis empeñado solemnemente vuestra palabra en favor de los que lleven la Santa Medalla, diciendo a vuestra sierva, Sor Catalina Labouré: «Cuantos llevaren esta Medalla, alcanzarán especial protección de la Madre de Dios.»

Madre mía amantísima: Vos sabéis que la llevo sobre mi pecho, que la beso con amor y que os invoco con frecuencia. Realizad, pues, en mí vuestras promesas; venid en mi auxilio, cubridme con vuestra protección, para que Jesús se apiade de mi pobre alma y merezca conseguir por vuestro medio la gracia, que pretendo con este triduo a vuestra Santa Medalla.

Oh María, sin pecado concebida; rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

Rezar las oraciones del día que corresponda:

 

DÍA PRIMERO
Nombre de María

Rezar la oración preparatoria de todos los días.

Entre los recuerdos que la Santísima Virgen ha querido dejarnos en la Medalla Milagrosa, uno de los más singulares es el de su dulcísimo nombre, consignado en la jaculatoria que rodea su sagrada imagen.

Nombre excelso, nombre grande, nombre ilustre y singular, que encierra en sí todas las virtudes con que Dios adornó a María, nombre que calma las aspiraciones de toda la tierra, nombre que anuncia la felicidad a los mortales, nombre que pronuncian con entusiasmo los Angeles, que regocija a la corte celestial; nombre de quien podemos decir con San Bernardo que no es un nombre vacío de significación, como el de los héroes del mundo, sino que encierra en sí la más positiva grandeza. Nombre dulcísimo, que suaviza los males del hombre y es el apoyo más sólido de sus esperanzas, la prenda mas segura de su porvenir.

¡Oh María! Cuál seréis Vos misma, si solo vuestro nombre es tan amable y tan gracioso? ¡Oh Santísima Virgen María!, exclama San Bernardo, vuestro nombre es tan dulce y amable, que no puede pronunciarse sin que deje inflamado de amor y favorecido al que lo nombra. Nombre augusto de María, tu serás para mi alma la escala bendita que la conducirá al reino de los Cielos.

Aquí expondrá cada uno a la Virgen la gracia que desee conseguir en este Triduo, rezando después tres Avemarías precedidas de la jaculatoria: ¡Oh María, sin pecado concebida; rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

ORACIÓN DE SAN ATANASIO

Acoge, oh Santísima Virgen, nuestras súplicas y acuérdate de nosotros. Dispénsanos los dones de tus riquezas. El Arcángel te saluda llena de gracia. Todas las naciones te llaman bienaventurada, todas las jerarquías del Cielo te bendicen, y nosotros, que pertenecemos a la jerarquía terrestre, decimos también: Dios te salve, oh llena de gracia, el Señor es contigo, ruega por nosotros, oh Madre de Dios, nuestra Señora y nuestra Reina. Amén.

 

DÍA SEGUNDO
Concepción de María

Rezar la oración preparatoria de todos los días.

Después del nombre de María, aparece en la Medalla Milagrosa el misterio de su purísima Concepción, el más glorioso privilegio de cuantos le concedió la Augustísima Trinidad.

Esta Medalla nos recuerda constantemente sus triunfos sobre la infernal serpiente, hollando con el mayor denuedo la orgullosa cabeza de Lucifer y rompiendo las duras cadenas con que estaban aprisionados los hijos de Adán.

Por lo mismo, la Medalla Milagrosa, al confesar el misterio de la Concepción Inmaculada de María, nos predica que la Santísima Virgen es la corredentora del universo, la tesorera de los dones del Altísimo, la fiadora entre Dios y los hombres, la que realizó del modo más singular la paz y reconciliación del género humano.

Ya no podemos extrañar que la Santísima Virgen al ser invocada con una oración que tan alto predica sus grandezas, haya querido vincular en ella toda suerte de favores. Recordemos, una vez mas, sus palabras: «Cuantos piadosamente llevaren esta Medalla y devotamente rezaren esta oración: ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!, alcanzarán particular protección de la Madre de Dios. Repitamos, pues, sin cesar, esa hermosa jaculatoria. Sea ella el suave y delicioso alimento de nuestras almas. Resuene en todos nuestros peligros, en nuestras angustias, en nuestras alegrías, y sobre todo en la hora de nuestra muerte: ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos!. Así sea.

Petición, como el día primero

ORACIÓN DE SAN ANDRÉS

¡Oh María!, si pongo mi confianza en Ti, seré salvo; si me hallare bajo tu protección, nada he de temer, porque ser tu devoto es tener armas seguras de salvación, que Dios concede a los que quiere salvar.

¡Oh Madre de misericordia!, intercede por nosotros y en la hora de nuestra muerte recíbenos en tus brazos y presenta nuestras almas a tu divino hijo, Jesús, y esto será bastante para que El nos mire con amor y nos reciba en su reino. Amén.

 

DÍA TERCERO
Protección de María

Rezar la oración preparatoria de todos los días.

La Medalla Milagrosa, al confesar el misterio de la Concepción Inmaculada de María, garantiza a la vez el auxilio divino a cuantos la llevan puesta. La Santísima Virgen, dice San Bernardino, es muy cortés y agradecida, tanto que no le permite su corazón que el hombre la salude sin devolver el saludo de una manera inefable.

Esta súplica: «Rogad por nosotros, que recurrimos a Vos» ha venido a ser fuente sagrada de vida, de gracia y de santidad; remedio de todas las enfermedades, consuelo de los afligidos y dulce esperanza de los pecadores.

Acudamos, pues, a María, en todas nuestras necesidades de alma y de cuerpo. Invoquémosla y digamos con frecuencia: «¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos!», y esta oración tan grata a la madre de Dios, será suficiente para aliviarnos y socorrernos. Si la enfermedad viene a visitarnos, ella nos curará, si la salud nos conviene, y de no convenimos nos concederá la gracia de soportar el dolor con cristiana resignación. Si el desaliento quiere apoderarse de nosotros y la tristeza sumergirnos en un mar de desolación, repitamos la jaculatoria de la Medalla, y la Virgen nos consolará, porque es Madre de los afligidos, alivio de nuestros males y eficaz remedio para todos los sufrimientos del humano corazón. Con el apoyo de María viviremos confiados lejos de la culpa y nuestra muerte será preciosa a los ojos del Señor. Así sea.

Petición, como el día primero.

ORACIÓN DE SAN GERMÁN

¡Oh mi única señora y único consuelo de mi corazón! Ya que eres el celestial rocío que refrigera mis penas; Tú que eres la luz de mi alma cuando se halla rodeada de tinieblas; Tú que eres mi fortaleza en las debilidades, mi tesoro en la pobreza y la esperanza de mi salud, oye mis humildes ruegos y compadécete de mí, como corresponde a la Madre de un Dios, que ama tanto a los hombres. Concédeme la gracia de gozar contigo en el Cielo, de vivir contigo en el Paraíso. Yo sé que siendo Tú la Madre de Dios, si quieres, puedes alcanzarme esta gracia; así lo espero de tu misericordia. Amén.

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
A la Medalla Milagrosa DEVOCIONES Y ORACIONES

Súplica y Oracion de Consagración a la Medalla Milagrosa

Se reza a las 5 de la tarde del 27 de Noviembre, Fiesta de la Medalla Milagrosa, y en las necesidades urgentes, cualquier día, a esa hora.\

 

Oh Virgen Inmaculada, sabemos que siempre y en todas partes estás dispuesta a escuchar las oraciones de tus hijos desterrados en este valle de lágrimas, pero sabemos también, que tienes días y horas en los que te complaces en esparcir más abundantemente los tesoros de tus gracias.

Y bien, oh María, henos aquí postrados delante de Ti, justamente en este día y hora bendita, por Ti elegida para la manifestación de tu Medalla.

Venimos a Ti, llenos de inmensa gratitud y de ilimitada confianza en esta hora por Ti tan querida, para agradecerte el gran don que nos has hecho dándonos tu imagen, a fin que sea para nosotros testimonio de afecto y prenda de protección.

Te prometemos, que según tu deseo, la santa Medalla será el signo de tu presencia junto a nosotros, será nuestro libro en el cual aprenderemos a conocer, según tu consejo, cuánto nos has amado, y lo que debemos hacer para que no sean inútiles tantos sacrificios tuyos y de Tu Divino Hijo.

Sí, Tu Corazón traspasado, representado en la Medalla, se apoyará siempre sobre el nuestro y lo hará palpitar al unísono con el tuyo.

Lo encenderá de amor a Jesús y lo fortificará para llevar cada día la cruz detrás de Él.

Ésta es tu hora, oh María, la hora de tu bondad inagotable, de tu misericordia triunfante, la hora en la cual hiciste brotar, por medio de tu Medalla, aquel torrente de gracias y de prodigios que inundó la tierra.

Has, oh Madre, que esta hora que te recuerda la dulce conmoción de Tu Corazón, que te movió a venirnos a visitar y a traernos el remedio de tantos males, haz que esta hora sea también nuestra hora, la hora de nuestra sincera conversión, y la hora en que sean escuchados plenamente nuestros votos.

Tú, que has prometido justamente en esta hora afortunada, que grandes serían las gracias para quienes las pidiesen con confianza: vuelve benigna tu mirada a nuestras súplicas.

Nosotros te confesamos no merecer tus gracias, pero, a quién recurriremos oh María, sino a Ti, que eres nuestra Madre, en cuyas manos Dios ha puesto todas sus gracias? Ten entonces piedad de nosotros.

Te lo pedimos por tu Inmaculada Concepción, y por el amor que te movió a darnos tu preciosa Medalla. Oh Consoladora de los afligidos, que ya te enterneciste por nuestras miserias, mira los males que nos oprimen.

Haz que tu Medalla derrame sobre nosotros y sobre todos nuestros seres queridos tus benéficos rayos: cure a nuestros enfermos, dé la paz a nuestras familias, nos libre de todo peligro.

Lleve tu Medalla alivio al que sufre, consuelo al que llora, luz y fuerza a todos.

Especialmente te pedimos por la conversión de los pecadores, particularmente de aquéllos que nos son más queridos. Recuerda que por ellos has sufrido, has rogado y has llorado.

Sálvanos, oh Refugio de los pecadores, a fin de que después de haberte todos amado, invocado y servido en la tierra, podamos ir a agradecerte y alabarte eternamente en el Cielo.

Amén

 

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA MILAGROSA

Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la majestad de Dios.

Yo os prometo, virgen purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor.

Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén.



Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
A la Medalla Milagrosa DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa

La Novena comienza el 18 de noviembre y la fiesta de la medalla Milagrosa es el 27.

El 1830 en París, rue du Bac número 140, tiene lugar la primera aparición moderna de la Virgen Santísima. Comienza lo que Pío XII llamó la «era de María», una etapa de repetidas visitaciones celestiales.

En la noche del 18 de julio a eso de las 23:30, un ángel guió a Sor Catalina Labouré a la capilla del convento y sentada en un sillón, junto al altar, estaba la Virgen. Catalina dudaba que fuese la Virgen. Pero el niño me dijo: «¡ESA ES LA SANTA VIRGEN!», entonces la miró dio un salto hacia ella, se arrodilló a sus pies y poniendo las manos sobre sus rodillas….

ORACIÓN PREPARATORIA (PARA TODOS LOS DÍAS)

Virgen y Madre lnmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.

DÍA PRIMERO

Oración Preparatoria

En una medianoche iluminada con la luz celeste como de Nochebuena la de 18 de Julio de 1830 , aparecióse por primera vez la Virgen Santísima a Santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Y le habló a la santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos.

¡Cómo nos ama nuestra Madre del Cielo! ¡Cómo siente las penas de cada uno de sus hijos! Que tu recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que sufren y lloran en desamparo.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

ORACIÓN DE SAN BERNARDO

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

ORACIÓN FINAL

Señor Dios nuestro, que por la lnmaculada Virgen María asociada a tu Hijo de modo inefable, nos das alegrarnos con la abundancia de tu bondad, concédenos propicio que sostenidos por su maternal auxilio, nunca nos veamos privados de tu providente piedad, y que con fe libre, nos sometamos al misterio de tu redención.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

DÍA SEGUNDO

Oración Preparatoria

En su primera aparición, la Virgen Milagrosa enseñó a Santa Catalina la manera cómo había de portarse en las penas y tribulaciones que se avecinaban.

¡Venid al pie de este altar! decíale la celestial Señora , aquí se distribuirán las gracias sobre cuantas personas las pidan con confianza y fervor, sobre grandes y pequeños…

Que la Virgen de la Santa Medalla y Jesús del Sagrario sean siempre luz, fortaleza y guía de nuestra vida.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

DÍA TERCERO

Oración Preparatoria

En sus confidencias díjole la Virgen Milagrosa a Sor Catalina: «Acontecerán no pequeñas calamidades. El peligro será grande. Llegará un momento en que todo se creerá perdido. Entonces yo estaré con vosotros: ¡Tened confianza!»

Refugiémonos en esta confianza, fuertemente apoyada en las seguridades de que su presencia y de su protección nos da la Virgen Milagrosa. Y en las horas malas y en los trances difíciles no cesaremos de invocarla: .

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

DÍA CUARTO

Oración Preparatoria

De pie entre resplandores de gloria, tiene en sus manos una pequeña esfera y aparece en actitud estática, como de profunda oración.

Después, sin dejar de apretar la esfera contra su pecho, mira a Sor Catalina para decirle: «Esta esfera representa al mundo entero… y a cada persona en particular».

Como el hijo pequeño en brazos de su madre, así estamos nosotros en el regazo de María, muy junto a su Corazón Inmaculado.

¿Podría encontrarse un sitio más seguro?.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

DÍA QUINTO

Oración Preparatoria

De las manos de María Milagrosa, como de una fuente luminosa, brotaban en cascada los rayos de luz. Y la Virgen explicó: , haciéndome comprender añade Santa Catalina lo mucho que le agradan las súplicas que se le hacen, y la liberalidad con que las atiende.

La Virgen Milagrosa es la Madre de la divina gracia que quiere confirmar y afianzar nuestra fe en su omnipotente y universal meditación. ¿Por qué, pues, no acudir a Ella en todas nuestras necesidades?.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

DÍA SEXTO

Oración Preparatoria

Como marco de gloria aureolando a la Virgen, vio Sor Catalina aparecer unas letras de oro que decían: .

Y enseguida oyó una voz que recomendaba llevar la medalla y repetir a menudo aquella oración jaculatoria, y prometía gracias especiales a los que así l
o hiciesen.

¿Dejaremos nosotros de hacerlo? Sería imperdonable dejar de utilizar un medio tan fácil de asegurarnos en todo momento el favor de la Santísima Virgen.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

DÍA SÉPTIMO

Oración Preparatoria

Nuestra Señora ordenó a Sor Catalina que fuera acuñada una medalla según el modelo que Ella misma le había diseñado.

Después le dijo: «Cuantas personas la lleven, recibirán grandes gracias que serán más abundantes de llevarla al cuello y con confianza.

Ésta es la Gran Promesa de la Medalla Milagrosa. Agradezcámosle tanta bondad, y escudemos siempre nuestro pecho con la medalla que es prenda segura de la protección de María.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

DÍA OCTAVO

Oración Preparatoria

Fueron tantos y tan portentosos los milagros obrados por doquier por la nueva medalla, (conversiones de pecadores obstinados, curación de enfermos desahuciados, hechos maravillosos de todas clases) que la voz popular empezó a denominarla con el sobrenombre de la medalla de los milagros, la medalla milagrosa; y con este apellido glorioso se ha propagado rápidamente por todo el mundo.

Deseosos de contribuir también nosotros a la mayor gloria de Dios y honor de su Madre Santísima, seamos desde este día apóstoles de su milagrosa medalla.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

DÍA NOVENO

Oración Preparatoria

Las apariciones de la Virgen de la Medalla Milagrosa constituyen indudablemente una de las pruebas más exquisitas de su amor maternal y misericordioso.

Amemos a quien tanto nos amó y nos ama.

Como su feliz vidente y confidente, Santa Catalina Labouré, pidámosle cada día a Nuestra Señora la gracia de su amor y de su devoción.

Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminará rezando:

1º La oración de San Bernardo «Acordaos,,, o la Salve.

2º Tres Avemarías con la jaculatoria: ¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

3º Oración final

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
A la Medalla Milagrosa DEVOCIONES Y ORACIONES Tipos especiales de Rosario

Santo Rosario de Jaculatorias de la Medalla Milagrosa

El día 27 de noviembre de 1830 la bondadosa, solícita y buena madre del cielo, le mostró a santa Catalina Labouré, con una visión, grabada con letras de oro, la jaculatoria ¡OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS!.

Esta jaculatoria, junto con llevar colgada al cuello la Medalla Milagrosa que también se le mostró , es promesa de la Virgen de vivir bien, morir en paz con Dios y salvarte.

Las gracias y favores que la Santísima Virgen concede a los que practican esta devoción son incontables.

Por la señal de la Santa Cruz…

Felicitemos a la Santísima Virgen por el singular Privilegio de su Concepción Inmaculada:

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea.
Pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.
A ti celestial Princesa, Virgen sagrada María
Te ofrezco, en este día, alma, vida y corazón.
Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

Atendiendo el deseo de la Virgen Santísima Milagrosa recemos con confianza y fervor las siguientes Oraciones…

PRIMERA INVOCACIÓN

Madre mía amantísima, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí, miserable pecador.

Padre nuestro que estás en el cielo…
10 jaculatorias. ¡OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS!
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

SEGUNDA INVOCACIÓN

Acueducto de las divinas gracias, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados.

TERCERA INVOCACION

Reina de cielos y tierra, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos.

CUARTA INVOCACIÓN

Inmaculada, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación.

QUINTA INVOCACIÓN

Abogada y refugio de nosotros pobres pecadores, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, asistidme en el trance de la muerte y abridme las puertas del cielo.

PEDIDO DE GRACIA Y FINAL

Pídase la gracia que por intercesión de la Santísima Virgen se desee alcanzar…
Y denle gracias por las ya obtenidas.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN

Señor nuestro Jesucristo, que quisisteis honrar con innumerables milagros a vuestra Madre la beatísima Virgen María, inmaculada desde el primer instante de su concepción, concédenos que, implorando siempre su patrocinio, consigamos los goces eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. Así sea.

SÚPLICA DE SAN BERNARDO

Acudamos a la maternal protección y amparo de la Santísima Virgen con la siguiente súplica (de San Bernardo):

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, hayan sido abandonados de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Virgen Madre de las vírgenes!, y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh purísima Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y atendedlas favorablemente.

LA SALVE REZADA O CANTADA

Dios Te salve Reina y Madre de Miseridcordia…

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
A la Medalla Milagrosa DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones, Novena y Triduo a la Medalla Milagrosa

Novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa

Santo Rosario de Jaculatorias de la Medalla Milagrosa

Súplica y Oracion de Consagración a la Medalla Milagrosa

Triduo a la Medalla Milagrosa

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: