¿Por qué este caos en el mundo?

¿Y por qué se ha contagiado a la Iglesia?

No hay respuestas simples.

Pero una respuesta genérica es que se ha ido perdiendo la confianza en Dios.

Finalmente hemos llegado a un mundo al revés, como si estuviéramos dentro de una nave de los locos.

La madre reclama el derecho de matar a sus hijos y el homosexual quiere engendrar hijos.

El sacerdote baila en la misa y absuelve al pecador impenitente, quién desfila luego en una marcha del orgullo gay.

El niño manda en la casa y el maestro es golpeado por los padres.

El asesino es liberado por compasión mientras quién se defiende del asesino es encarcelado.

Finalmente se ha hecho realidad el mundo invertido.

Es ciertamente la primera vez en la historia que hay una inversión tan radical del sentido común y de la moral.

En el 1600 Nuestra Señora del Buen Éxito se apareció en Quito Ecuador a la Hermana Mariana de Jesús Torres y le dijo lo que iba a pasar en la segunda mitad del siglo XX.

“Las sectas después de haber penetrado en todas las clases sociales encontrarán formas de penetrar en el corazón de los hogares para corromper la inocencia de los niños”.

Y agregó también,

El diablo trabajará para perseguir a los ministros del Señor en todo sentido, trabajando con astucia para destruir el espíritu de su vocación y corromper a muchos”.

Cuadro original de la Madre Mariana de Jesús Torres

Nuestra Señora dijo en 1980 que la oscuridad reina sobre el mundo entero y que ha llegado la hora en que el demonio está autorizado a actuar con toda su fuerza y poder.

Basta recordar la visión que tuvo el Papa León XIII a fines del siglo XIX.

Cuando oyó una conversación entre Jesús y el maligno, donde esté le pedía 100 años de mayor poder para destruir a la iglesia.

Y nuestro Señor le dijo, muy bien si tú crees que puedes hacerlo entonces te lo concedo.

Son estos demonios, ahora con mayor poder, los que están produciendo esta inversión fantástica de la moral y de la forma de relacionarse con la realidad.

El exorcista padre Chad Ripperger dice que los exorcistas en todo el mundo han notado una extraordinaria resistencia de los demonios en los últimos tiempos.

Antes los demonios se podían expulsar más rápidamente, en un día o dos días el 99% de los demonios estaban afuera, tal vez una semana.

Y hoy el promedio de un exorcismo es entre 10 meses y 2 años.

Porque los demonios han adquirido una resistencia que nunca tuvieron en el pasado.

Y Nuestra Señora le dijo a Luz de María que espíritus de todo tipo y rango vagan entre nosotros buscando nuestra perdición.

Que el combate espiritual ya ha comenzado y cada día la lucha por la libertad será más fuerte.

Si no nos aferramos a Jesús como la rama de la vid. seremos derrotados y sometidos por las fuerzas del mal.

Y como dijo el Papa Benedicto XVI, los cambios que se están produciendo en esta época hacen parecer insignificantes los cambios que sucedieron entre la Edad Media y la época moderna.

Todo lo que está sucediendo es consecuencia del abandono de la creencia en Dios.

Cuando se desvanece la creencia en Dios, todo puede suceder porque no hay en quien aferrarse.

   

LA RUTA POR LA QUE AVANZA LA OSCURIDAD

La mayoría de la gente común tiene la sensación que algo va mal en el mundo.

Pero cuando las élites políticas y culturales buscan remedio a ello sólo ahondan los problemas.

Y entonces las soluciones propuestas para la crisis existencial del hombre moderno, se transforman en escapes corruptos, extremismos o violencia.

El nivel de oscuridad que cubre al mundo quizá sea el más profundo que se ha visto en estos últimos 2000 años.

Y en esta situación no encuentran lugar a dónde escapar.

En un tiempo anterior el refugio era la Iglesia Católica.

Pero ya no lo es porque no la consideran y además la Iglesia se ha contagiado.

Le cultura católica estaban todas partes de la Iglesia.

Cuando uno hablaba con un cura o una monja sabía que le iba a dar consejos profundos en base a la verdad y que no iban a variar mucho si preguntara a uno o a otro.

Pero esto se ha desvanecido y hoy hay demasiados líderes en la Iglesia que se arrodillan ante el mundo.

Por ejemplo uno antes sabía que la iglesia tenía una posición clara y bastante unívoca sobre el aborto, sobre la eutanasia, sobre la homosexualidad.

Sin embargo hoy uno se encuentra curas y monjas hablando libremente y públicamente a favor del aborto, a favor de la eutanasia y a favor de la normalización de la homosexualidad.

Y no estamos hablando de curas de parroquias, sino de curas y cardenales en la jerarquía de la Iglesia.

A decir verdad esto pasa básicamente en la Iglesia Católica de Occidente.

Quién ha sido herida mortalmente por la revolución sexual y ha abdicado de su firmeza para contener a los fieles, definiendo masivamente que su actuación ahora es a través del “acompañamiento”.

¿Hay mucha diferencia entre lo que puede hacer un psicólogo y lo que puede hacer un sacerdote cuando el fiel le viene a contar sus problemas?

De modo que estamos asistiendo a una asfixia lenta y gradual que está matando el espíritu.

Aquí queremos proponer 6 síntomas de la agonía espiritual por la que está pasando la Iglesia en occidente.

   

COMPLACENCIA

Hoy la meta es ser una buena persona, pero medida con los estándares del mundo y no con los estándares de Dios.

Por eso la confesión no es necesaria para la mayoría, porque piensan que no se han apartado de ser una buena persona.

No han matado a nadie, no han estafado en grandes sumas, no han tenido demasiados conflictos con los demás, tienen una familia con los problemas de relación que tienen todas las familias; en definitiva no son malas personas.

   

INCAPACIDAD DE VER EL PECADO

Cosas que ayer eran pecados hoy se están reevaluando, se están poniendo peros, redefiniendo.

Cosas claras que están pasando en la Iglesia en este momento es la redefinición del valor de la vida, de la sexualidad y del valor del matrimonio.

Y además la búsqueda de justicia social ha reemplazado la búsqueda de santidad.

Demasiadas obras de misericordia personales e incluso católicas asienten al pecado con el argumento de la justicia social.

Por ejemplo hay denuncias permanentes de obras sociales católicas que financian campañas abortivas o promocionan la ideología de género.

La orientación materialista está matando las bases sobrenaturales de la santidad.

Hay que ayudar a los pobres en sus necesidades básicas de alimentación, comida y techo.

Y las necesidades espirituales quedan escondidas e incluso son vilipendiadas.

Demasiados católicos con poder piensan que no se debe hablar de religión a quienes se asiste caritativamente.

   

EL ALMA SE VUELVE EXPERTA FABRICANDO EXCUSAS

La conciencia se adormece, se relativizan lo que antes se llamaba pecados.

Y aún se fabrican excusas ante las evidencias más flagrantes.

Por ejemplo, dentro de los obispos alemanes está circulando la idea de dar bendiciones a las parejas homosexuales, a pesar que el Catecismo de la Iglesia Católica habla de la homosexualidad como una conducta intrínsecamente desordenada.

Estas son señales que oscurecen el camino de la santidad.

Como si se apagaran lámparas que señalan el camino y a la gente se le hace más difícil encontrarlo y más fácil perderse.

   

COQUETEO CON EL PECADO MORTAL

Las vallas que se tenían con respecto al pecado mortal van cediendo.

Porque el alma se encuentra cada vez más asediada por los pecados mortales.

Y las recomendaciones de quién debería dirigir a la persona hacia la santidad dejan de ser claras y univocas.

Así, entramos en un mundo de excepciones dónde el pecado objetivo ya no existe, dando paso a lo que cada uno interiormente entiende como pecaminoso.

Abriéndose la puerta para una religión hecho a medida de cada uno y no a la medida de Dios.

   

TIBIEZA DEL ALMA

Ante todo esto, el alma se va tornando tibia o perezosa.

Cada vez son menos las verdades y aparece más relativa la voluntad de Dios.

Cada vez hay más excepciones a las reglas.

Y los deberes de cada estado se van volviendo difusos.

Entonces es razonable que la gente se aparte porque no hay reglas claras, y todo es tan relativo como en el mundo exterior.

   

MUERTE ESPIRITUAL

Todo este camino lleva a la muerte de la fe.

Por diferentes rutas.

Algunos se aferran a la liturgia y a las ceremonias como si fuera la fe por sí misma.

Otros creen que los sacramentos son en sí mismo la fe, que basta con ser asiduo a los sacramentos para tener fe, lo cual no es así.

Y otros lisa y llanamente comienzan a descreer del credo.

Y si leyeran el Catecismo de la Iglesia Católica dirían que responde a una Iglesia preconciliar, cuando en realidad el catecismo fue un producto posconciliar.

La historia está llena de ejemplos en que la fe católica ha triunfado en grandes batallas.

Podemos mencionar dos.

Una es la batalla de Lepanto en que la cristiandad cerró las puertas a la invasión musulmana que amenazaba Europa.

Y otra es la batalla que los polacos, liderados por San Juan Pablo II, hicieron contra el comunismo, el que finalmente se desintegró milagrosamente.

Los católicos polacos en 1979, cuando fue a visitarlos Juan Pablo II, no gritaban “abajo el régimen comunista” sino “queremos a Dios”.

Este tipo de triunfo católico en el mundo sólo es posible si la fe se mantiene intacta, pura y vigorosa.

Todo esto que hemos descrito nos ha llevado también a ser condescendientes con el pecado de los demás.

   

SE HA ENFRIADO LA CARIDAD DE JUZGAR

El juzgar a los otros o juzgarse a uno mismo está haciendo satanizado.

“¿Quién soy yo para juzgar?”. “No podemos juzgar, no conocemos la situación”.

Este es el mantra que se repite constantemente dentro de los católicos occidentales.

Es cierto que solo Dios conoce el corazón de cada persona y quien irá al infierno, al cielo o al purgatorio.

Y no es menos cierto que no tenemos una interpretación completa de lo que es la amplia misericordia de Dios.

No podemos jugar en el sentido que lo hace Dios.

Pero sí podemos reconocer el bien del mal, lo que hace bien y lo que hace mal al espíritu y a nuestra vida.

Y lo debemos compartir por caridad con los demás.

De modo que no sólo se ha ensombrecido lo que es bueno y lo que es malo.

Sino que además se ha ensombrecido nuestra capacidad de comunicarlo a los demás.

Deberíamos reclamar al Espíritu Santo el don de juicio correcto.

Y luego de eso, deberíamos alertar a quien amamos sobre sus actividades contrarias a la verdad.

Pero esto no es tan claro y a veces deseable.

Porque la mayoría de las veces chocamos con la respuesta de que no debemos meternos a opinar, ni a dar consejo, que no es cosa nuestra.

Y nos repiten que sólo Dios juzga.

Pero sólo Dios puede juzgar como Dios, aunque nosotros podemos alertar como hermanos en la fe.

Lo cual constituye nuestro aporte caritativo y amoroso hacia la otra persona.

Lo estamos haciendo porque queremos la genuina felicidad de la otra persona.

Y no la mera felicidad momentánea que da el mundo, sino la felicidad de fondo y verdadera que es transitar el camino de Dios.

Si tenemos amor hacia la otra persona querríamos que conociera la verdad entera y que se aparte del camino incorrecto.

Y deberíamos trasmitirlo con convicción y con el contenido de una corrección filial y amorosa.

Sin embargo esto no deja de ser teoría y una buena intención.

Porque aun así, este tipo de corrección por más amorosa que sea, suele no ser aceptada.

Y muchas veces produce conflictos y corte de relación.

De modo que quien muchas veces tiene intención de alertar a un hermano sobre lo que está haciendo, duda en hacerlo, porque le acarreará problemas no sólo con el hermano sino hasta con toda la comunidad.

Quien escribe esto ha vivido más de un caso negativo al respecto.

Por ejemplo su defensa pública de la existencia del infierno dentro de la parroquia le ha granjeado el juicio de intolerante y decimonónico.

Entonces muchas veces el decir la verdad, aún en el tono más caritativo posible, es un boomerang.

Mi guía espiritual me citó un pasaje de uno de los primeros Padres de la Iglesia que decía que no hay que bajar tanto al abismo.

Y la imagen que este Padre de la Iglesia manejaba era que el salvado debía mirar a los demás desde lo alto del acantilado, mientras los demás naufragan en las aguas, y de ahí anunciarles desde lejos el peligro.

   

¿CUÁL ES LA ESTRATEGIA DEL MALIGNO?

La constante que utiliza el maligno instrumentalmente son las emociones desconectadas de la razón.

El maligno está subvirtiendo el mundo poniéndolo patas para arriba a través de la emoción.

Y es razonable que sea así porque es el gran antagonista de «logos», del que tiene el conocimiento total, de Dios. Es el mono de Dios.

Si observas con detenimiento podrás ver qué todos los fenómenos que invierten la realidad tienen un movimiento compasivo y emocional atrás.

Y una falta absoluta de reflexión racional.

Hoy el glamour emocional es el arma más eficaz para manipular a las masas y para paralizar la reflexión crítica.

Son las emociones las que defienden el absurdo y condenan el juicio de la razón.

¿Y cuál es el foco central de esta irracionalidad creciente.

El foco central de esta rebelión contra la racionalidad está relacionado con el sexo.

Pero el fenómeno actual de la transexualidad no tiene precedentes.

El crecimiento explosivo de los jóvenes que quieren cambiar sus rasgos externos para parecerse al otro sexo no tiene precedentes.

La transexualidad es la mayor rebelión contra el orden natural que creó Dios.

Es decirle a Dios que está equivocado en como creó a la persona. Es tratarlo de incompetente.

Y este movimiento a favor de la transexualidad está siendo promocionado por los medios de comunicación.

Quienes son los que deberían informar sobre las consecuencias, del mundo al revés.

Por ejemplo que la mitad de los adolescentes transexuales de mujer a varón han intentado quitarse la vida.

No se puede cambiar el sexo con el que la persona ha nacido, simplemente se pueden cambiar los rasgos externos.

Porque hay diferencias profundas en el organismo de los hombres y en el organismo de las mujeres, que no se pueden cambiar.

Y por eso lo que se llama reasignación de sexo resulta tan insatisfactorio al final, para quien lo realiza.

Pero la confusión es aún más profunda.

En la ciudad de Nueva York por ejemplo los formularios oficiales permiten elegir entre 31 opciones de género y Facebook en el Reino Unido permite elegir entre 71 opciones de género.

Un homosexual promedio vive entre 40 y 50 años, no solamente por las altas tasas de suicidio, sino por los altos niveles de infestación viral, bacteriana y parasitaria, debido a la forma de su acto sexual y a la promiscuidad.

Las prácticas de brujería, astrología, tarot etc., están creciendo también de forma espectacular

Y un indicador de eso es el asombroso éxito que tuvo la serie Harry Potter.

Así como el crecimiento explosivo de los tatuajes y los grupos satanistas.

Como conclusión de esto, el verdadero antídoto a todo lo que está pasando es recuperar la confianza plena en Dios.

Y luego de ello la confianza plena en sus mandamientos.

   

POR QUÉ DEBEMOS TENER CONFIANZA ABSOLUTA EN DIOS

Debemos recuperar la sana comprensión de quien es Dios y cómo actúa.

   

PRIMERO, DIOS ES INFINITAMENTE BUENO

Deberíamos recuperar la idea de que Dios quiere solamente nuestro bien y que no hay bondad en el mundo similar a la de Dios.

No debemos dudar de las cosas que Él nos previene porque lo hace estrictamente para nuestro bien.

   

SEGUNDO, DIOS TIENE UN AMOR PATERNAL HACIA NOSOTROS

No es un amor distante técnicamente hablando, sino un amor comprometido de un padre o una madre, que quiere lo mejor para sus hijos.

Porque en realidad tenemos el privilegio de ser sus hijos.

¿Cómo un ser todo bondad puede querer cosas malas y no querer cosas buenas para su hijo?

   

TERCERO, ÉL NOS HA DADO MUCHÍSIMOS REGALOS SIN QUE LOS PIDAMOS

Sabemos que es bueno por todo lo que nos ha dado y entonces tenemos pruebas de Su cuidado paternal.

De modo que cuando Él no nos da algo o demora en dárnoslo, no es por frialdad o porque no le interesamos.

Sino precisamente porque nos está preservando.

Cosas que no llegan deberíamos interpretarlo como signos de preservación y no signos de dolor.

   

CUARTO, DIOS TIENE PLACER AL CONCEDER NUESTRAS PETICIONES

Él quiere que perseveremos, y si les pedimos cosas buenas inmediatamente su amor nos las concederá.

Debemos tener claro, que el que pagó un precio caro por nosotros con la crucifixión de Su Hijo, no nos dejará perder fácilmente.

   

QUINTO, PODEMOS COMUNICARNOS PERMANENTEMENTE CON ÉL

En la oración y en la adoración mantenemos esa comunicación con Dios.

Lo que nos permite saber qué es lo que Él quiere.

Además en este proceso Él nos va sanando de nuestras debilidades y nuestros deseos desordenados.

El otro día quien escribe esto estaba reflexionando en una adoración sobre quiénes eran las personas de la parroquia que no iban frecuentemente a la adoración y se iban inmediatamente después de misa sin quedarse a dar gracias o hacer alguna oración.

Y curiosamente las personas que yo sabía que estaban en pecado mortal o en camino hacia ello, eran precisamente quienes faltaban más a misa, no iban a la adoración e inmediatamente que terminaba la misa se retiraban.

Entonces me surgió la conclusión que no lo hacían porque no querían relacionarse íntimamente con Dios, para no dejar sus conductas pecaminosas a las que ellos dan mucho valor de satisfacción.

No sé si sea una buena interpretación en todos los casos o si hay suficiente escasos para hacer esta generalización.

Pero por lo menos la explicación suena plausible.

Fuentes:

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