![¡El Último Acto de Benedicto XVI! Reveló la Conspiración para Tergiversar la Navidad [en la Iglesia]](https://forosdelavirgen.org/wp-content/uploads/2023/12/17-12a.jpg)
Revelación Impactante de Benedicto XVI: El Verdadero Significado de la Navidad y las Fuerzas que la Amenazan.
Al final de su vida Benedicto XVI dio una explicación sensacional sobre el significado de la Navidad para Dios y por qué hizo que Jesucristo naciera el 25 de diciembre.
Fecha que las buenas investigaciones históricas corroboran.
Sin embargo, dice que hay fuerzas enemigas, fuera y dentro de la Iglesia, que tratan de disminuir a Jesús, y poner en duda la fecha de su nacimiento, como forma de erosionar la credibilidad de la historia de Dios hecho hombre.
Aquí hablaremos sobre por qué dijo Benedicto XVI al final de su vida que Dios suscitó la Navidad y el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, que concluyen las investigaciones históricas al respecto, y que lleva a los enemigos de dentro de la Iglesia a dudar del nacimiento de Jesús en esa fecha.
Los cristianos celebran el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre.
Pero en nuestros tiempos, cada vez más seculares, ha habido un esfuerzo concertado para descartar que Jesús nació el 25 de diciembre.
Se nos dice con desdén que la Navidad fue robada directamente a los paganos.
Que hubo un robo a la cultura existente para hacer que el cristianismo pareciera más creíble.
Y la idea que subyace en todo esto es que, si la fecha es un mito, entonces posiblemente todo lo demás lo sea.
Pero que la Navidad tiene un origen pagano es una noticia falsa.
¿Y cómo lo sabemos?
Primero porque fue la intervención más importante de Dios en la historia humana.
Y cuando Dios interviene es muy cuidadoso con las fechas, lugares, historia y tradición para que resulte significativo de que Él está actuando para imponer algo y contrarrestar al mal
Y segundo por las investigaciones históricas, que rebaten los argumentos que esgrimen los reformistas.
Joseph Ratzinger sostiene que los primeros cristianos, al igual que sus antepasados hebreos, conmemoraban la muerte de sus héroes y mártires.
Y estaban muy preocupados por determinar la fecha exacta de la crucifixión de Jesús.
Había un consenso de que Jesús murió el 25 de marzo.
Además existía la convicción de que los grandes hombres morían en el aniversario de su concepción.
Y sin dudas Jesús lo era.
Entonces, si Jesús murió el 25 de marzo, la encarnación habría sido el 25 de marzo.
Y dado que los evangelios dan indicios de que María tuvo un embarazo de duración normal, nueve meses desde el 25 de marzo da el 25 de diciembre.
Por otro lado, Ratzinger dice que una tradición judía sostiene que Abraham casi sacrificó a Isaac en el monte Moriah el 25 de marzo.
Y que se pensaba que el 25 de marzo era el primer día de la creación, por tanto, el 25 de marzo tiene un significado cósmico.
Entonces Ratzinger sugiere que el día del año de la muerte de Cristo también fue el día en que fue concebido por el Espíritu Santo, porque Dios interviene en la historia.
Y el 25 de marzo fue por tanto la anunciación de Gabriel y con la suma de nueve meses llegamos al 25 de diciembre.
Pero Benedicto XVI sostuvo al final de su vida que hay un torpedeo desde dentro de la Iglesia para alejar a Cristo de los seres humanos.
Algunos quieren una cristología menos clara y directa para evitar conflictos con otras religiones del mundo.
Y por lo tanto aceptan que Jesús es uno de los iluminados de Dios, pero quizás no el único salvador, Hijo de Dios.
Y si Jesús no es el Hijo de Dios, entonces Dios realmente está muy lejos de nosotros.
Pero si vemos a Jesús nacido por nosotros y crucificado por nosotros, entonces tenemos una idea mucho más precisa de quién es Dios y de lo que Dios hace.
Por lo tanto, para él la Navidad nos recuerda lo que Dios tiene que decir ante esta omnipresente soledad del ser humano.
Los cristianos decimos que Dios está con nosotros.
Y en la Navidad en la forma humana más accesible, en el bebé que busca nuestro abrazo en el pesebre.
Benedicto XVI dice que el mundo al que llegó la Navidad estaba dominado por un sentimiento muy similar al nuestro.
Era un mundo en el que el crepúsculo de los dioses no era un eslogan sino un acontecimiento real.
Los viejos dioses de repente se habían vuelto irreales, ya no existían.
El hombre ya no podía creer lo que había dado sentido y sustento a la vida durante generaciones.
Y entonces los emperadores romanos idearon una nueva fe con su culto al sol, en medio de la imparable desaparición de los viejos dioses.
Mientras Dios suscitó que la fe cristiana cortejara el corazón de los pueblos grecorromanos con Su presencia más cercana.
El Sol era un signo mucho más visible y tentador colocado ante los ojos de los hombres que la señal de la Cruz, en la que llegaba el anuncio cristiano.
Sin embargo, la luz invisible del cristianismo prevaleció sobre el mensaje visible con el que el antiguo paganismo buscaba afirmarse.
Entonces Dios suscitó su intervención decisiva el 25 de diciembre, que los paganos reclamarían como la celebración del Sol.
Y los cristianos lo celebraron como el cumpleaños de Cristo, en quien habían encontrado la verdadera luz del mundo.
Por lo tanto Ratzinger sostuvo que en el establo de Belén está colocado el signo de que al final Dios tiene la última palabra en la historia del mundo.
Es la certeza divina que la luz ya ha conquistado las profundidades ocultas de la historia, y que todos los grandes progresos del mal en el mundo, al final no pueden hacer nada.
En Belén, Dios, que había elegido como pueblo suyo al pequeño y olvidado pueblo de Israel, hizo finalmente del signo de la pequeñez el signo decisivo de su presencia en este mundo.
Algunos dirán que esto es teología y no historia.
Pero se olvidan que Dios es el dueño de la historia y si convenía que Jesús naciera el 25 de diciembre, entonces lo hizo.
Hay una objeción que dice que los cristianos robaron la fecha del 25 de diciembre a los romanos que habían creado la fiesta del Sol Invictus.
Pero el hecho histórico es que las primeras noticias de que los Romanos festejaban el 25 de diciembre la fiesta del Sol Invictus, vino 50 años después que la historia registrara que los cristianos comenzaron a festejar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre.
Otros dicen que Cristo no pudo haber nacido en diciembre ya que San Lucas describe a los pastores pastoreando en los campos vecinos de Belén y los pastores no pastorean durante el invierno, por tanto, Cristo no nació en invierno.
Sin embargo Palestina no es Inglaterra, Rusia o Alaska.
En esa fecha hay mucho pasto por las lluvias y la temperatura es benigna en Belén.
Y por otro lado los historiadores serios llegan a una fecha compatible con el 25 de diciembre para el nacimiento en razón de cuando nació Juan el Bautista, que era 6 meses mayor que Jesús, y la fecha de la muerte del Rey Herodes.
Invitamos a los que quieran conocer las pruebas concretas a que lo investiguen en internet porque es fácil de encontrar y este video tiene un tiempo acotado.
Bueeeno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo Benedicto XVI defiende, al final de su vida, ante los enemigos, que Dios se hizo hombre en Jesucristo el 25 de diciembre.
Y me gustaría preguntarte si has sentido a católicos dudar que Jesucristo haya nacido el 25 de diciembre o no.
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