Nuevo código de sanciones y previsión para que no se destruyan pruebas.

 

Por un lado el Papa Francisco publica un ‘Motu Proprio’ donde refuerza las sanciones contra la pederastia, elimina la cadena perpetua, y reformula los delitos de robo de documentos reservados y divulgación de noticias.

 

ior

 

Y por otro la magistratura vaticana emite una disposición que prohíbe destruir o alterar los documentos del IOR, en un momento especialmente candente de las denuncias y entretelones que se descubren del banco vaticano.

EL ‘MOTU PROPRIO’ DE FRANCISCO PARA ‘AGGIORNAR’ EL CÓDIGO PENAL VATICANO

El Papa Francisco ha publicado un ‘Motu Proprio’ por el que elimina la cadena perpetua en el Vaticano, que es sustituida por una pena máxima de 30 a 35 años, según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

En el mismo documento, el Pontífice modifica el artículo 116 del Código Penal, relativo a ‘Delitos contra la patria’, para reformular y configurar los delitos de sustracción, robo de documentos reservados y divulgación de noticias, para los que fija una pena de 6 meses a dos años, en casos leves, y de cuatro a ocho en casos más graves.

De este modo, el Pontífice ha llevado a cabo con este texto modificaciones en materia administrativa y penal, que entrarán en vigor el próximo 1 de septiembre.

Así, introduce un sistema de sanciones a cargo de las personas jurídicas

«por todos los casos en que se realicen actividades criminales cometidas de los órganos o empleados, establecen responsabilidad directa con sanciones de inhabilitación y multa».

Además, especifica en la ley complementaria penal, de acuerdo a la Convención de la Tutela de Menores, delitos contra menores, relacionados con la venta, prostitución, reclutamiento y violencia sexual, pornografía infantil, tenencia de material de pornografía infantil y abusos sexuales contra menores

PREVINIENDO LA DESTRUCCIÓN DE PRUEBAS DE DELITOS DENTRO DEL IOR

El pasado 4 de julio la magistratura vaticana habría emitido una disposición que prohíbe destruir o alterar los documentos del IOR. Un acto sin precedentes, decidido en completa autonomía y sin el plácet de la Secretaría de Estado, o sea sin informar a la Secretaría de Estado, que hoy detenta el cardenal Bertone, lo que implica una pérdida de poder para esta secretaría.

Una disposición que indica una nueva voluntad para afrontar los problemas más espinosos sin conformarse con cómodas operaciones de maquillaje.

Como se reocrdará, el lunes primero de julio, el director general del Instituto para las Obras de Religión, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli, presentaron sus renuncias. Decisión que llegó después de las vergonzosas revelaciones de una investigación sobre monseñor Nunzio Scarano, el prelado de la Apsa (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica) que usaba más de una cuenta en el “banco vaticano” para llevar a cabo riesgosas opraciones financieras, todas aprobadas por la dirección del IOR.

Sin embargo, días después los dos ex-managers indagados seguían paseándose dentro del Instituto. Luego, al Torreón de Nicolás V, sede del IOR, llegó un tercer indagado, el abogado Michele Briamonte. La presencia contemporánea de los dos directivos y el abogado hizo que la situación se complicara todavía más. Briamonte, abogado del Instituto y de Cipriani, figura, por “insider trading”, en la investigación sobre el banco italiano Monte dei Paschi y además está involucrado en el incidente de hace algunos meses en el aeropuerto militar de Ciampino: al salir de su jet privado, Briamonte, en compañía de uno de los secretarios del cardenal Tarcisio Bertone, se encontró con unos agentes de la Guardia de Finanzas que querían verificar el contenido de su equipaje. No sucedió nada porque Briamonte exhibió un pasaporte diplomático vaticano y no permitió que lo sometieran a la inspección.

El nuevo presidente del IOR, Ernst von Freyberg, repitió en diferentes ocasiones, tratando de tranquilizar los ánimos, que Briamonte ya no era abogado del IOR y que había sido alejado del Instituto. Y entonces, ¿por qué regresó? Según algunos testigos, habría vuelto al IOR en más de una ocasión. Y, sobre todo, ¿por qué volvió justamente cuando estaban presentes Cipriani y Tulli, que ya habían renunciado? Además, resulta que ese mismo día también se encontraba en el edificio el mismo presidente von Freyberg.

A la luz de estos acontecimientos, la magistratura vaticana intervino con una nueva disposición: ninguno de los documentos del IOR, en cualquier formato, podrá ser destruido, alterado o transferido de lugar. Es una nueva sorpresa, pero seguramente no será la última, sobre la reciente saga del IOR.

FRANCISCO CUENTA EN UN LIBRO SOBRE MANIOBRAS FINANCIERAS QUE ÉL CONOCIÓ

Nunca ha sido ningún misterio que Papa Bergoglio tiene una cierta alergia ante ciertas operaciones opacas.

“Basta leer –sugiere un prelado que sigue de cerca estas vicisitudes– un pequeño párrafo de su diálogo con el rabino Abraham Skorka, publicado en el libro “El cielo y la tierra”…”.

Efectivamente, en ese volumen, Bergoglio se refería a un episodio que sucedió poco después de su nombramiento como obispo auxiliar, al inicio de los años noventa, “en la época del uno a uno”, es decir del momento de la crisis económica cuando el peso argentino fue equiparado con el dólar estadounidense.

“Vinieron a verme dos funcionarios oficiales a la Vicaría de Flores –contó el cardenal–, diciendo que tenían dinero para los barrios de emergencia. Se presentaron como muy católicos y después de un rato me ofrecieron 400.000 pesos para mejorar las villas de emergencia. Para algunas cosas soy muy ingenuo, pero para otras me funciona el alertómetro”.

Bergoglio preguntó los detalles sobre los proyectos y sus interlocutores terminaron diciéndole que

“de los 400.000 que firmaría como recibidos, sólo me darían la mitad”.

El futuro Papa encontró la manera para negarse, una “salida elegante”:

“como las vicarías zonales no tienen cuenta bancaria, y yo tampoco, les dije que tenían que hacer el depósito directamente en la curia, que sólo acepta donaciones por cheque o mostrando la boleta de depósito bancario. Los tipos desaparecieron. Si esas personas, sin pedir pista, aterrizaron con tal propuesta, presumo que es porque algún  eclesiástico  o  religioso se prestó antes para esta operación”.

Fuentes: Vatican Insider, Periodista Digital, Signos de estos Tiempos  

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: