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Pide mantener un cargo de prestigio en el Vaticano.

 

El secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, pide con insistencia a Francisco mantener un cargo de prestigio e influencia en el Vaticano. El interés primordial de Bertone estaría en mantener alguna influencia en el IOR, el banco vaticano.

 

bertone y francisco

 

Pero esto podría ser un contrasentido a la política de trasparencia que quiere implantar Francisco, ya que Bertone ha estado mencionado en relación a algunas situaciones poco claras del IOR, aunque él dice que la “purificación” se inició “antes del pontificado de Francisco”, o sea con él.

Ya se sabe que su salida de Secretario de Estado es su inevitable porque su renuncia, como “primer ministro” del Papa y jefe operativo de la Curia Romana, será aceptada, según lo que dicen las “filtraciones” en los pasillos vaticanos y algunas versiones periodísticas.

Francisco está empleando una buena parte del verano preparando “reformas radicales” inmediatas en las que se juega en buena parte su credibilidad como gran renovador y fundador de un nuevo modelo de Iglesia. Un cambio profundo en las estructuras y los dirigentes de la Curia Romana fue uno de los pilares de su elección como Papa.

Durante las reuniones cotidianas antes del Cónclave que eligió el Papa se fortaleció firmemente la sensación de que el argentino era el líder encargado de sacar a la Iglesia del pozo de desprestigio por una oleada sin precedentes de escándalos.

La figura más visible que simbolizaba este momento sombrío es, precisamente, la del cardenal Bertone, defendido a capa y espada por Benedicto XVI.

A la imprescindible reforma a fondo del gobierno central de la Iglesia se agrega la necesidad de sanear los grandes institutos financieros vaticanos. En primer lugar el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco del Papa, con una historia de supuestos escándalos y maniobras financieras irregulares, que se extienden a otras instituciones, como la Administración del Patrimonio Apostólico, APSA.

Tras la renuncia en febrero de Benedicto XVI, el cardenal Bertone se jugó el todo por el todo y se hizo reelegir por cinco años como presidente de la comisión de Vigilancia cardenalicia del IOR por el ya renunciado Joseph Ratzinger, sin esperar la elección del nuevo Papa. Un hecho moralmente irregular.

Bertone se vio por última vez con Francisco el jueves cuando el Papa estuvo en la residencia de Castelgandolfo para la misa de celebración de la Asunción de la Virgen. Bertone habría sugerido, en un almuerzo, su permanencia en este cargo en el IOR.

La prensa italiana anunció que, en setiembre, Bergoglio quería aceptar la dimisión presentada por Bertone, que está por cumplir 79 años, cuatro más de los que marca el rito canónico.

La salida del Secretario de Estado es un acontecimiento, pero mucho más si también el Papa lo quita del IOR, porque Bertone dominó la vida del banco y los escándalos siguieron aunque él sostiene que la “purificación” se inició “antes del pontificado de Francisco”.

Fuentes: Clarín, Signos de estos Tiempos

 

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