Respaldo ante los ataques que los acusan de homofóbicos.
La orden de los Caballeros de Colón, fundada a finales del siglo XIX, celebró entre el 6 y el 8 de agosto su 131º Convención Anual en Texas, y el Papa Francisco los ha invitado a seguir dando testimonio de «la auténtica naturaleza del matrimonio y de la familia», de la «dignidad inviolable de la vida humana» y de «la belleza y verdad de la sexualidad humana».
Esto es especialmente importante porque los Caballeros de Colón está siendo amenazados por grupos católicos, afines a Obama, con llevarles juicio y quitarle su estatus de organización sin fines de lucro acusándolos de homofóbicos.
Los Caballeros de Colón son una gran organización de laicos católicos, con 1,8 millones de miembros, muchos de ellos adinerados. Por lo tanto son capaces de recaudar fondos substanciales, destinados a las actividades religiosas, culturales y caritativas.
Por cierto, sus fuertes contribuciones a la Santa Sede le condujeron a tener cierta influencia en los asuntos del Vaticano y las finanzas del IOR, exponiéndolos a cierta controversia. La carta escrita por el cardenal Bertone en nombre del santo padre, no se ocupa de estos asuntos, en verdad muy polémicos, sino de otros.
Los Caballeros de Colón han destinado seis y medio millones de dólares para apoyar las campañas contra las leyes que reconocen a las uniones homosexuales de diferentes maneras en diferentes Estados de los Estados Unidos. En estas campañas han presentado también la belleza fecunda del amor entre un hombre y una mujer.
Por esta razón, una campaña de prensa que dura meses les ataca como ‘homófobos’ asociada a una recolección de firmas de una asociación de católicos progresistas cerca de la comitiva del Presidente Obama y a favor del reconocimiento de las uniones gay.
Esta asociación también amenaza con acciones legales diseñadas para privar a los Caballeros de Colón, por estar implicados en la formulación de políticas y de homofobia, de las concesiones fiscales gozadas como organización sin fines de lucro.
Entre otras cosas, según sus opositores, los Caballeros de Colón son reincidentes, porque ellos ya han financiado campañas contra el aborto. En este contexto polémico se llevó a cabo en los últimos días, la Convención Nacional de la asociación en San Antonio.
Indicando explícitamente hablar en nombre del Pontífice, el cardenal Bertone escribió a esa Convención, que el papa Francisco,
“consciente de la responsabilidad de los fieles laicos en la misión de la iglesia, llama a cada Caballero y a cada Consejo local [de los Caballeros de Colón] a dar testimonio de la verdadera naturaleza del matrimonio y la familia, de la santidad y dignidad inviolable de la vida humana, de la belleza y verdad de la sexualidad humana. En estos tiempos de rápidos cambios sociales y culturales, la protección de los dones de Dios no pueden dejar de incluir la afirmación y la defensa de la gran herencia de verdades morales enseñadas por el Evangelio y confirmada por la razón, que sirve como fundamento de una sociedad justa y ordenada”.
La carta, citando la reciente encíclica ‘Lumen Fidei’, defiende así como parte de la libertad religiosa, el derecho de los laicos católicos a comentar en cualquier lugar, cuestiones de política que implican la fe y la moral.
Evidentemente, estas afirmaciones papales no se aplican sólo a los Estados Unidos. En la disputa sobre los Caballeros de Colón respecto a las uniones homosexuales el Papa nos dice claramente que hay un lado que está bien y uno que está equivocado. No sólo no hace daño que los Caballeros de Colón americanos organicen y financen campañas para defender la verdadera naturaleza del matrimonio y la familia, sino que el Papa Francisco pide cada Caballero individual y a cada asociación local que participe en estas campañas. Y de continuar presentando la verdad sobre la sexualidad y el amor sin temor a ser atacados como homofóbicos. Quién les ataca, viola la libertad religiosa.
Es un estímulo para quienes conducen estas campañas – probablemente con menos dinero que los Caballeros de Colón, en otras partes del mundo. Y es un llamado a los católicos para que no teman a hablar claramente sobre los mismos temas.
Fuentes: La Nuova Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos