Una interpretación en sintonía con sobrevivientes del holocausto.
Hace un par de días escribimos que el acercamiento del papa Francisco con los judíos recreaba el clima que los primeros cristianos tuvieron con los judíos, ver aquí, que se sentían parte del pueblo judío, y que poco a poco se fueron separando. Ahora Francisco envía un correo electrónico a un líder norteamericano judío, referente respecto al holocausto e hijo sobreviviente de la Shoa.
Sobre esta respuesta nos habla el blog On Faith del Washington Post, en una nota de Elizabeth Tenety.
El Papa contactó a Menachem Rosensaft, un profesor estadounidense especializado en la ley de genocidio y crímenes de guerra en Columbia y Cornell, después que Rosensaft le envió un discurso que pronunció en septiembre sobre creer en Dios después del Holocausto, junto con una nota personal al Vaticano
El texto es un discurso pronunciado en la Sinagoga de Park Avenue en Nueva York el 7 de septiembre pasado, donde Rosensaft planteó el tema de la actitud de Dios en relación con la gran tragedia vivida por el pueblo judío en el siglo XX.
Y respondió diciendo que lo había encontrado en los gestos de humanidad que permanecieron vivos incluso en los campos de exterminio, citando el ejemplo de su madre, que primero había perdido a su marido y después a un hijo de 5 años en Auschwitz-Birkenau, pero logró encontrar la fuerza (una vez transferida a Bergen-Belsen) para cuidar a otras mujeres de un grupo de huérfanos. Los ayudaba en medio de mil dificultades y llegó a salvar a 149 niños judíos.
Y el papa Francisco le respondió
“Cuando usted, con humildad, nos explica en dónde estaba Dios en ese determinado momento, siento en mí que usted ha ido más allá de todas las posibles explicaciones y que, después de un largo peregrinaje (a veces triste, pesado o tenebroso) llegó a descubrir una cierta lógica partir de la que ahora nos habla; la lógica del Primer Libro de los Reyes, capítulo 19, versículo 12, la lógica de esa «brisa ligera» (y si no me equivoco esta es una traducción muy pobre de la expresión hebrea, mucho más rica) que constituye la única posible interpretación hermenéutica”.
“Gracias desde lo profundo de mi corazón, concluyó el Papa. Y le ruego que no se olvide de mí en la oración. Que el Señor lo bendiga”.
Luego de lo cual Rosensaft comentó:
«Lo que he tratado de decir en mi sermón, y es por eso tan gratificante que el Papa Francisco validara esto, es que Dios no fue el autor de los horrores, sino que la presencia divina de Dios está en la humanidad continua de las víctimas, que la presencia divina estaba dentro de los que rescataron, de quienes salvaron, de quienes ayudaron».
Y Rosensaft va un paso más allá, ve la nota de Francisco a él como parte de una evolución continua del entendimiento entre las dos tradiciones religiosas:
«Creo que el planteo del Papa de la cuestión a este nivel significa que vamos a tener suerte en una integración de la memoria del Holocausto no sólo en el marco teológico judío, sino también en las enseñanzas católicas. Quizás entonces podamos avanzar juntos».
A principios de septiembre, Francisco dio la bienvenida a Ronald Lauder , presidente del Congreso Judío Mundial, en el Vaticano. Después de la reunión, dijo Lauder en un comunicado que «en los últimos 2.000 años, las relaciones entre la Iglesia Católica y los Judios nunca había sido tan buena».
Esto demuestra la estima de los judíos por Francisco, que incluso les lleva a ignorar los hallazgos arqueológicos de las buenas relaciones entre el naciente cristianismo y los judíos en el siglo primero, que adoraban juntos en los mismos templos.
Fuentes: Blog on Faith del Washington Post, Signos de estos Tiempos