¿Budistas violentos? Si.
Entre el 13 al 15 de enero de 2015 el Papa Francisco visitará Sri Lanka en un viaje ecuménico, donde el 70% de la población es budista, y la primera reacción de un occidental sería de que se trata de un reino de paz, porque en el Dhammapada, el libro sagrado del budismo, Buda dice: «La vida es apreciada por todos. Al comparar a los otros con uno, uno no debe nunca matar o causar la muerte». Y los pensamientos agresivos son rechazados por cualquier enseñanza budista, el que incluso tiene formas prácticas de eliminarlos.
Sin embargo el budismo se ha hecho visible en los medios en los últimos tiempos por la violencia de monjes agresivos hacia otras religiones, especialmente sobre los musulmanes, pero también contra los cristianos.
QUE ES EL BUDISMO
El budismo es una religión originaria de India que sigue las enseñanzas de Siddharta Gautama, un nepalí que en el siglo V a.C. fundó una doctrina basada en la supresión del deseo como camino para combatir el sufrimiento y alcanzar el nirvana o estado de liberación.
Hoy el budismo tiene aproximadamente 365 millones de adeptos en todo el mundo y se separa, en términos generales, en dos ramas: Theravada, que se expande por India, Sri Lanka y todo el sudeste asiático (incluido Myanmar), y Mahayana, presente más al norte, en países como China, Taiwán y Japón.
Una de las decenas de versiones que tiene esa segunda rama es el budismo tibetano, que se ha hecho famoso en todo el mundo gracias a su figura más importante, el Dalai Lama. Esa ala del budismo, en efecto, está dominada por los pacifistas en sandalias y rapados con que se suele asociar al budismo.
Pero no todos son así.
LA IDEA ROMÁNTICA DEL BUDISMO PACIFISTA
«Hay una gran variedad de tradiciones budistas y una puede estar en contraposición a las otras», dijo a la BBC Michael Zimmermann, del Centro de Estudios Budistas de la Universidad de Hamburgo, en Alemania.
«Tienen una historia de 2.500 años y cada una tiene una visión diferente acerca del uso de la violencia», explica.
«La asociación del pacifismo con los monjes budistas viene de los estereotipos que tenemos en Occidente de esa región del mundo, sobre todo de India», explica Zimmermann.
«Por ejemplo, se suele pensar equivocadamente que los monjes son vegetarianos, lo cual viene de lo que sabemos del pueblo indio hinduista, que es mayoría y sí es vegetariano», explica.
«También asociamos el budismo a figuras famosas por ser pacifistas, como Gandhi y el Dalai Lama».
«Un tercer punto es que las tradiciones esotéricas que se originan en India –como la idea del Shangri-la, de una tierra de felicidad permanente, aislada del mundo exterior– y tuvieron acogida en Occidente durante el siglo XX, hablan de un mundo en paz y armónico».
El budismo es visto de manera romántica en Occidente, lo que nos ha llevado a pensar que es una religión ‘buena’.
Pero la imagen no se ajusta del todo a la realidad. Ahí están las escenas de Myanmary el caso de Ashin Wirathu, un monje budista que estuvo en prisión durante nueve años por incitar la violencia religiosa en ese país. Al movimiento que lidera desde que salió de la cárcel en 2012, el grupo 969, lo han catalogado como «el movimiento nacionalista neonazi de más rápido crecimiento en Myanmar».
Y a Wirathu lo llaman «el Bin Laden de Asia».
DESMANES BUDISTAS EN SRI LANKA Y MYANMAR
Homicidios, agresiones, actos de intolerancia, bajo los ojos incrédulos de la comunidad internacional, se registran en dos países asiáticos, Sri Lanka y Myanmar (ex Birmania), ambos de mayoría budista, unida a la tradición espiritual Theravada.
Monjes srilanqueses con la lanza en mano, gritan consignas de odio e intolerancia; el líder budista birmano, Ashin Wirathu, – el “Bin Laden de Asia” – , se gana la portada de “Time” como el nuevo “rostro del terror budista”; familias agredidas y asesinadas, en ambas naciones, solo porque son de religión musulmana, o iglesias y fieles atacados solo porque siguen a Cristo.
Incluso un monje budista, Wataraka Vijitha Thero, artesano del diálogo, fue seguido y golpeado por sus “compañeros” en la antigua Ceilán por ser considerado un “traidor”.
LA IGLESIA CATÓLICA TAMBIÉN ES PERSEGUIDA POR LOS BUDISTAS
Este resurgimiento del extremismo budista es una nota amarga para la Iglesia católica, que en los dos países en cuestión es una religión minoritaria (7% en Sri Lanka, y el 1% en Myanmar) y participa activamente en el diálogo interreligioso.
Indunil Janaka Kodithuwakku, srilanqués, hoy subsecretario del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso, en conversación con Vatican Insider insiste:
“En Sri Lanka los budistas violentos son solo pequeños grupos, detrás de los cuales está a menudo la mano invisible de la política. Muchos otros monjes e importantes líderes han condenado públicamente la violencia y promueven una nación pluralista e incluyente”.
¿Pero por qué esta explosión de intolerancia?
“Es necesario ver el fenómeno desde el punto de vista histórico”, continúa don Janaka.
“El budismo se ha revelado un factor cucial para definir la identidad cingalesa. El colonialismo es una herida histórica todavía abierta: durante cuatro siglos la mayoría srilanquesa ha sido oprimida y se ha liberado después gracias a la decisiva contribución del budismo. Hoy está cada vez más extendida una especie de psicosis hacia otras religiones como la islámica o la cristiana. En 2004, por ejemplo, fue propuesta una ley, relanzada en 2012, que impedía la conversión de una religión a otra. Los budistas de hoy quieren salvaguardar la cultura del país, de la que su religión es un elemento esencial. Por este motivo algunos grupos promueven una interpretación de la doctrina de Buda que llega erróneamente a justificar la violencia”.
En tal difícil contexto, continúa el subsecretario,
“la Iglesia srilanquesa, como minoría, se mueve con extrema cautela. Ha vivido momentos de sufrimiento, con la expulsión de los misionarios y la nacionalización de las escuelas e institutos católicos en 1960. El desafío hoy es el del diálogo: existen muchas iniciativas conjuntas entre budistas, cristianos y musulmanes que no son noticia. A nivel de base, va hacia adelante en la sociedad un ‘diálogo de vida’, entre personas y familias, que deja lugar a la esperanza”.
Fuentes: BBC, Vatican Insider, Signos de estos Tiempos