La población común se solidariza con los cristianos.
Mientras la violencia sigue y al día de escrita esta nota son 80 las iglesias quemadas y cientos los hogares, escuelas, y otras instituciones, el panorama es que los musulmanes comunes ayudan a los cristianos a sobrevivir en este ataque de los Hermanos Musulmanes a los cristianos por considerarlos culpables del golpe de estado que destituyó a Morsi, pero llamativamente los guías espirituales del mundo musulmán no condenan la violencia.
El papa Francisco declarado cada día que es inaceptable la violencia, sin embargo los líderes espirituales musulmanes no han salido a acordar y apoyar las declaraciones de Francisco.
Mons. Youhannes Zakaria, obispo copto católico de Luxor, actualiza para Fides las cifras de la destrucción sufrida por las diversas confesiones cristianas en los últimos días.
“Han sido quemadas más de 80 iglesias y varias escuelas cristianas. Quiero recordar que en Egipto la Iglesia Católica dirige desde Alejandría hasta Asuán más de 200 escuelas en las que los alumnos cristianos y musulmanes se sientan juntos en las mismas clases como compañeros”.
Y recalca que:
“Hago mío el llamamiento del Papa Francisco para que se rece por la paz en Egipto. Sólo a través del diálogo y el respeto recíproco se podrá salir de esta trágica situación”.
“Estoy llorando por toda esta humanidad sencilla, musulmanes y cristianos, que reside en los pueblos de la zona que no tiene nada, porque los suministros de alimentos se están agotando y la gente tiene miedo de salir de casa. Incluso aquellos que tienen dinero no pueden comprar comida porque todas las tiendas están cerradas. Me gustaría ir donde están para ayudarles, pero no puedo porque yo también estoy segregado en casa”, dice el obispo, que el viernes 16 de agosto (el día de las manifestaciones organizadas por los hermanos musulmanes en protesta por la destitución del Presidente Morsi) sufrió un intento de agresión.
“Los manifestantes pro Morsi tras ser expulsados ??del centro de Luxor, llegaron a la puerta del obispado gritando ‘muerte a los cristianos’. Afortunadamente, la policía llegó a tiempo para salvarnos. Ahora, la policía y el ejército están vigilando la casa con dos vehículos blindados”, dice el Obispo.
“En Luxor, la situación es crítica, aunque no tanto como en el Bajo Egipto (Minya, Assiut) o en El Cairo. Sin embargo, aquí también hubo disturbios durante los cuales se quemaron varias casas de cristianos. Hace diez días, en un pueblo cerca de aquí murieron 5 cristiano y un musulmán”, dice Mons. Zakaria.
“Por razones de seguridad, hemos cancelado la fiesta de la Asunción, que aquí la celebramos el 22 de agosto y no el 15. Todo el mundo está encerrado en su propia casa. Yo estoy encerrado en el Obispado desde hace unos 20 días. Las fuerzas de seguridad me han aconsejado no salir”, agrega Mons. Zakaria.
Según el obispo, la campaña contra los cristianos organizada por los partidarios de los hermanos musulmanes nace del hecho de que
“ellos piensan que los cristianos son la causa de la caída de Morsi”. “Es cierto – añade – que los cristianos han participado en manifestaciones contra Morsi, pero eran 30 millones de egipcios, la mayoría de los cuales musulmanes, los que salieron a las calles en contra del presidente depuesto. Atacando a los cristianos quieren llevar Egipto al caos”.
NO ES UNA GUERRA ENTRE MUSULMANES Y CRISTIANOS
Por su parte el padre Rafic Greiche Rafic, portavoz de los obispos católicos de Egipto. Dice que:
“Hay que destacar que los musulmanes que viven en las inmediaciones de las iglesias afectadas han ayudado a los religiosos y religiosas a apagar los incendios de los edificios de culto”.
“Esta no es una guerra civil entre cristianos y musulmanes”, subraya el p. Greiche. “No es una guerra civil, sino una guerra contra el terrorismo. Y la mayoría de la población está contra el terrorismo y el extremismo religioso”.
Un ejemplo de ello es que Después de incendiar una escuela franciscana, los islamistas obligaron a tres monjas a caminar por las calles como si fueran “prisioneras de guerra”, pero una mujer musulmana salió a buscarlas y sacárselas a los jihadistas y les ofreció refugio.
LOS LÍDERES ESPIRITUALES MUSULMANES NO CONDENAN
Si bien es cierto que muchos musulmanes “de a pie”, del pueblo, ayudan a los cristianos, al informar sobre los numerosos pedidos para que cese la violencia, «L’Osservatore Romano» del 18 agosto no pudo registrar entre estas invocaciones ni siquiera una que proviniese del mundo musulmán.
No sorprende este silencio público de los guías espirituales islámicos, que acompaña casi todo acto de violencia política que ve en acción a los musulmanes, en una o en otra región del globo.
Es un silencio que se explica solamente por cálculos oportunistas, o por el temor a represalias. Ni por el solo hecho que hoy en Egipto el desencuentro mayor es entre facciones musulmanes enfrentadas, convencidas ambas que los preceptos del Islam se hacen realidad con la fuerza: porque no sólo los Hermanos Musulmanes del depuesto presidente Mohamed Morsi tienen una concepción de la lucha política como jihad, como guerra santa, sino que la tiene también su adversario Abdel Fattah Al Sisi, el general colocado por el mismo Morsi a la cabeza de las fuerzas armadas, porque era considerado el más fiel islámico de todos.
Para comprender la raíz última del silencio de los guías espirituales musulmanes frente a la explosión de la violencia islámicamente inspirada sólo se necesita hacer algo simple: basta releer la parte inicial de la exposición efectuada por Benedicto XVI el 2 de setiembre de 2006 en el aula magna de la universidad de Ratisbona, ver aquí una artículo al respecto.
Fuentes: Fides, Sandro Magister, Signos de estos Tiempos