Las ideologías, lo mismo que la fe, dan sentido al mundo, lo ordenan.

Dan seguridad para vivir la vida con cierta tranquilidad.

Y establecen una serie de comportamientos y actitudes que se deben cumplir.

Pero las ideologías y la fe, en especial el cristianismo, no son lo mismo, porque el cristianismo es en realidad una anti ideología.

En este artículo veremos en qué difieren las ideologías con el cristianismo.

Y cómo muchas veces hay cristianos que practican la fe de una manera ideológica.

Sobre lo cual damos indicaciones sobre cómo protegerse.

   

LA DIFICULTAD PARA COMPRENDER QUE EL CRISTIANISMO NO ES UNA IDEOLOGÍA

Quienes desconocen la fe cristiana suelen ver al cristianismo como una opción ideológica más entre las muchas opciones religiosas y filosóficas que dispone el razonamiento humano.

Y critican especialmente al cristianismo por su insistencia en que tiene la verdad, mientras ellos razonan que cada uno tiene su verdad.

Pero si cada uno tiene su verdad, entonces no existe una verdad única, sino que todo es relativo a lo que piense cada individuo.

Los cristianos en parte son culpables de esta interpretación, porque consideran que el cristianismo es una religión de una creencia correcta, que se alinea con la interpretación histórica correcta.

Esto lleva a que el cristianismo sea considerado por ellos mismos como una religión del bien, asociado a los estándares morales y pautas éticas que ellos han desarrollado.

Es así que por ejemplo los cristianos más conservadores y fundamentalistas creen que el cristianismo es una opción superior a todas las demás y las otras son inferiores, falaces e increíbles.

Mientras que los cristianos liberales fusionan eclécticamente todo el pensamiento cristiano y el no cristiano con el relativismo, para acercar el cristianismo al mundo.

El error está en legitimar una pluralidad de opciones y poner al hombre como árbitro elige libremente la mejor opción.

Esto es jugar a ser Dios, definiendo lo que es malo y lo que es bueno.

El cristianismo no se trata de un pensamiento superior sino de aceptar el mensaje que el creador del universo nos está dando.

Es aceptar que existe ese creador, que nos ha dado pautas de cómo vivir en la tierra y la promesa de vivir eternamente con Él en el cielo, donde experimentaremos la felicidad completa.

Por eso Jesús dijo “vine para que tengas vida y vida en abundancia” y “el que cree en Mí nunca morirá”.

Aceptar esto no es aceptar una ideología porque me parece la correcta, sino aceptar la verdad de que hay un Dios que nos puede dar la vida eterna.

Por lo tanto la opción es entre la vida y la muerte.

La paga del pecado es la muerte pero el don gratuito de Dios es la vida eterna, como dice San Pablo en Romano 6.

Quienes no conocen o no aceptan la verdad de la existencia de Dios y sus promesas entonces es razonable que critiquen al cristianismo por su exclusividad, por querer sentirse una opción ideológica superior a las demás.

Sólo se entiende que el cristianismo es inclusivo cuándo se comprende que hay una realidad física externa y trascendente a la humanidad, que el hombre no puede manejar y que se nos reveló.

Cuando desde otras espiritualidades critican al cristianismo por su exclusividad o por creer que tiene la única verdad, en realidad significa que están rechazando la revelación de Dios que está plasmada en la Biblia.

Hay un solo caso en la historia en que un hombre dijo que es Dios, lo demostró con milagros, pero además había sido profetizado siglos antes que vendría a la tierra en forma humana.

Veámoslo más en detalle.

   

LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA Y DEL MUNDO

La vida puede tener un significado trascendente o no para ti.

Si no lo tiene para ti, es porque optas por el nihilismo, o sea que no hay sentido en la vida y que cualquier búsqueda del sentido no tiene sentido propiamente dicho.

Esto es quizás lo que se ha ido extendiendo en el mundo posmoderno de hoy, con el pensamiento de que tenemos sólo esta vida.

Y hay que vivirla sin importar las consecuencias, debemos ser felices, porque luego todo desaparecerá.

En cambio si crees que la vida tiene un sentido entonces puedes optar por buscar el sentido, ya sea en la fe de una religión o en una ideología.

Ambas dan sentido a tu existir, explicando el mundo, explicando hacia dónde va, explicando tu posición en el mundo, y por tanto lo que deberías hacer.

De ésta forma la realidad que te rodea y tú mismo tienen un sentido trascendente fuera de ti mismo y del momento actual.

Pero hay una diferencia, a veces es sutil y a veces más gruesa, entre ideología y fe.

Comencemos viendo las ideologías.

   

LAS IDEOLOGÍAS

La ideología es un sistema de creencias que proporciona una doctrina que permite comprender el mundo, incluyendo su historia y hacia dónde camina, y nuestra posición en el mundo

Es un conjunto de creencias que debe respetarse y que indica cómo hay que comportarse.

Y por lo tanto, hace que las personas adhieran a la ideología sin cuestionamientos.

Nuestro mundo está lleno de ideologías que son claramente reconocibles como el feminismo, el marxismo, el conservadurismo, la globalización, el nacionalismo, el ecologismo, etc.

Pero hay otros conjuntos de explicaciones de la realidad que no parecen ideologías pero resultan serlo.

Por ejemplo tenemos el caso de los derechos humanos, que en realidad es un conjunto de leyes para asegurar los derechos de cada ser humano, o sea que son un medio para lograr un fin.

Pero cuándo los derechos humanos se ponen por encima de otras verdades y se transforman en un fin, adquieren el tono de ideología.

Por ejemplo si se toma como derecho humano la reivindicación de que se debe afirmarse la homosexualidad y no debe ponerse en tela de juicio, como sucede en este momento, entonces eso afecta a la libertad religiosa y la libertad de hacer ciencia.

Porque por un lado, pasajes de la Biblia cuestionan este tipo de vida, y entonces el derecho humano de no contradecir la homosexualidad contradice el derecho a expresar valores religiosos por ejemplo.

Y lo mismo sucede con la posibilidad de hacer ciencia, porque también viola el derecho humano de los homosexuales si se establece que la homosexualidad podría ser causada por un problema psicológico.

E incluso limita la posibilidad de expresar hallazgos científicos contradictorios a ese derecho humano.

En general pensamos en las ideologías como un sistema de creencias relacionado con temas sociales.

Pero también algunos desarrollos humanos meramente técnicos se transforman en una ideología, porque nos hacen ver el mundo de una manera ordenada y autoexplicativa.

Este es el caso de la tecnología, que es un sistema que permite a mucha gente entender la realidad sin salir de ahí.

La tecnología es una visión del mundo que nos lleva a privilegiar lo que es nuevo e innovador, sobre lo que es viejo y conservador.

Y nos conduce a una valorización de lo nuevo y del futuro de una manera acrítica, desechando la historia y la tradición.

Siempre hay que optar por lo nuevo, que sustituye a lo decadente, que ya fue.

Y un paso más es que si algo se puede hacer mediante la tecnología, entonces hay que hacerlo.

En esto están quienes trabajan para crear vida artificial o modificar la vida natural.

Sí podemos crear células sintéticas hay que hacerlo, si podemos modificar el ADN de una persona hay que hacerlo, si podemos fertilizar in vitro debemos hacerlo, y así sucesivamente.

No importa que en la fertilización in vitro mueran millones de embriones congelados.

No importa que la modificación de los ladrillos básicos de la vida nos puedan traer un peligro para la sustentación de la vida humana.

Todo lo que permite la tecnología hay que hacerlo, porque la historia y el mundo se explica por el desarrollo tecnológico.

La tecnología que es un medio, entonces altera la forma en que vemos el mundo y lo interpretamos.

En definitiva, una ventaja de las ideologías es que nos permiten comprender el mundo y darle sentido.

Y una desventaja es que no nos permite la libertad de ver la realidad sin esos anteojos, porque las ideologías son un sistema cerrado que no permite desviaciones.

   

LA RELIGIÓN NO ES UNA IDEOLOGÍA

Si consideramos que las ideologías son un sistema de creencias que dan sentido a la realidad y exigen comportamientos determinados, algunos concluirán que las religiones son ideologías.

No lo son, pero fácilmente pueden convertirse en ideologías.

Es más, algunas personas que actúan dentro de las religiones las conciben como si fueran ideologías.

Lo hacen cuando exigen que la fe tenga sólo un tipo de expresiones de comportamiento y no otros, por ejemplo.

Pero la fe es algo abierto, con riesgos, es caminar muchas veces a ciegas, con el único faro de la revelación sobrenatural que nos trajo Dios desde el inicio de los tiempos, y que tuvo su culmen en su encarnación con Jesucristo.

La fe llama a las personas hacer cosas que no necesariamente están predichas por los comportamientos previamente tabulados.

Es el preguntarle a Dios «que quieres que haga ahora», «que camino debo tomar».

Por eso Jesucristo criticaba a los fariseos y a los escribas, porque ellos veían la fe como un conjunto de leyes que se debían cumplir, sin importar el sentido interior, o sea la ley del amor y la misericordia.

Por eso el religioso que concibe su fe como una ideología teme a la fe abierta, porque amenaza a trastornar el sistema en el que él vive y cuestiona sus creencias establecidas.

Esto no significa la ausencia de creencias firmes en las personas de fe y comportamientos establecidos.

Pero estas son sólo reglas que no se deben tomar como un fin en sí mismas, sino que son un medio para expresar la fe.

Podemos verlo haciendo un símil con la música. Un gran músico lee las notas que están en la partitura de la misma forma que un músico mediocre, pero le agrega cosas que trascienden las notas musicales.

De tal forma, la partitura escrita sólo es un medio para expresar su música.

Esto mismo pasa con la fe. Nos podemos quedar leyendo sólo la partitura o sea un conjunto de reglas para acercarnos a la fe, o podemos trascender la partitura poniendo nuestra vivencia en la fe.

   

EL VERDADERO CRISTIANISMO NO ES UNA IDEOLOGÍA

El verdadero cristianismo construído sobre la revelación de Dios en la historia humana, que comienza en el pueblo judío y culmina en el mensaje de Jesús, no es una ideología.

Y es más, puede considerarse que es una anti ideología.

Pero no significa que algunos lo tomen como una ideología.

No es una solución explicativa de todos los problemas humanos ni una solución política.

La fe cristiana se basa en que hay un mundo sobrenatural que reveló Dios, y que es accesible a la razón.

Y que estamos destinados desde nuestra creación a vivir en él y a ser puros en el amor a Dios para poder vivir la eternidad con Él.

Además es un regalo de Dios, creemos en su revelación y en la existencia de Dios por la infusión del Espíritu Santo.

Esto es lo único firme e inamovible y que no es ideología, porque es una verdad revelada.

La cual se expresa principalmente a través de la Biblia y en forma secundaria a través de el magisterio de la Iglesia y los padres, místicos de la Iglesia.

Las otras cosas que se ponen sobre este sustrato pueden llegar a ser ideología si adquieren un formato de una re explicación del mundo por sobre la verdad revelada.

¿Y cómo la fe puede ser reemplazada por una ideología?

Esto sucede cuando Cristo no es el centro de nuestras creencias y no tenemos una relación profunda con Él.

No se trata de que la explicación del mundo sea verdadera, sino en poner la confianza en Cristo aún en las situaciones más críticas.

Si ponemos algo más en lugar de Dios y lo convertimos en absoluto, esto es ideología.

El comunismo puso como absoluto la reivindicación de los proletarios, buscando una sociedad en la que no hubiera dueños de los medios de producción, como postulaba Marx.

Y el comunismo creó un ídolo, que en teoría eran los proletarios y en la práctica resultó siendo el estado.

Pero en la religión también se crean ídolos.

Esta misma ideología propulsada por el marxismo la tradujo la teología de la liberación, poniendo como absoluto en la fe la reivindicación de los más desposeídos.

Dando un paso más allá de lo que es un carisma, porque lo puso en el centro de su fe.

Resultando que ya no es el verdadero Dios a quién se reverencia sino a un Dios que ha creado la ideología, por más que alguna parte de eso tenga referencias en la revelación.

Por ejemplo Jesús demostró su preferencia por los más desposeídos mientras caminó por la Tierra.

Y reveló que en el mundo del más allá va a haber una gran inversión de los valores, de tal forma que los últimos en la Tierra serán los primeros allá.

Pero cuando esto se torna en el centro de la fe, ya deja de estar basada en la revelación global de Cristo, y por tanto se convierte en una ideología.

Se ha creado un nuevo Dios, y esa es una tentación a la que sucumbió el ser humano como lo muestra el Génesis, quién puso como secundario el primer mandamiento, que es creer en Dios por sobre todas las cosas.

Cuando el verdadero Dios, completo en todas sus exigencias y cualidades, no está en el centro de nuestra fe, toma centralidad un dios que es otro poder y no el de la revelación de Jesucristo.

La verdadera fe como nos ha sido revelada es una combinación del amor por la verdad, y la verdad es Dios, y amor por el prójimo.

Esta es una diferencia que muchas veces parece sutil, pero que crea herejías, algunas de las cuales han sido condenada por la Iglesia y otras se han ido camuflando y permanecen vivas dentro del catolicismo.

   

¿COMO DEFENDERSE?

Hay dos armas para defenderse una es la oración, pero una oración que no sea la mera repetición de fórmulas concebidas de antemano, sino una oración vivida desde el interior y que busca un encuentro con Cristo.

Donde la meta no sea la búsqueda de conocimiento sino la santidad.

La otra forma de defenderse es la complementación con el estudio y la comprensión de la doctrina completa que fue revelada paulatinamente por Dios hasta llegar a Jesucristo.

Significa leer las escrituras, a los padres y doctores de la Iglesia, informarse sobre el magisterio de la Iglesia y el magisterio papal, atenerse al Catecismo de la Iglesia Católica.

Y todo esto en su completitud, sin recortable partes ni agregarle partes, tal como es y tal como nos fue dicho.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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